1964. El retorno de Lanús
La goleada de Lanús sobre Español por 4 a 1 le otorga el ansiado ascenso. El Granate había descendido en 1961 y su vuelta a Primera División, de la mano de Guidi se daría tres años más tarde.
EI ataque de Lanús entreveró las cinco camisetas y salió a la cancha con números cambiados, de acuerdo con la posición en el campo. Toda la defensa de Español pareció que perdía pie, como si la numeración caprichosa hubiera tenido efecto en la confusión que ganó a los marcadores.
La velocidad de Silva fue el primer problema para la lentitud de Sciancalepore. Picando al vacío, dejando de lado la lucha personal frente a la fortaleza del segundo zaguero central de Español, Silva dejó establecida una posibilidad que pronto daría resultados. Bien armado el trabajo ofensivo, muy superior a lo poco que hizo frente a Nueva Chicago, Lanús roto posiciones con la excepción del estático Iglesias. La parsimonia de Bagnera fue otro handicap importante frente a hombres que tocaban y buscaban opciones de remate desde cualquier posición. Un pelota volcada sobre la derecha fue ganada por Silva, que en gran pique dejó atrás a Sciancalepore; Pazos intentó cortar en el área, pero también quedó en el camino y en momentos que Negri tapaba el posible remate, Silva cedió a Acosta y éste la empujó hacia el arco (sin fuerza), para hacerla trasponer la línea de gol pese a Andretta. Tres minutos después, De Mario marcó el segundo en una jugada originada en un foul ejecutado por Parenti, y donde quedó ratificada la lentitud de movimientos de la pareja izquierda de la defensa españolista, ausente de reacción.
Español seguía a ritmo lento, casi de carreta, y a su frente tenía a un equipo que basaba sus esfuerzos en la gran simpleza del fútbol: toque, pique y remate.
Las claras ventajas también se reflejaron en otro aspecto positivo del trabajo de Lanús: ajuste de su defensa. Las inclinaciones viajeras de Paz (espalda muy aprovechable en otros partidos) se frenaron ante la generosidad del score y todo el bloque ofreció una seguridad que puso freno a los tibios intentos que encabezó Bilardo. Atacó Español, pero no contó con punteros capaces y entonces optó por la fórmula menos aconsejable frente a la arbórea (Guidi, Bravo) constitución de los hombres de la última zona: pelo: tas de alto.
La ofensiva repetida, calcada, le permitió al campeón cambiar su planteo inicial y basar sus posibilidades futuras en el contragolpe.
Un gol de Bilardo a poco de comenzado el segundo tiempo desconcertó a Lanús. El insider derecho se tiró a Ya izquierda, y allí, lejos de Paz, comenzó a llegar suelto a la última zona. El propio Bilardo tuvo ocasión de empatar, pero demoró el remate. En esos momentos una reacción infantil de Pazos (foul de atrás a Paz, que le había quitado una pelota) dejó a Español con diez hombres y lo privó, además, de una de las figuras más positivas en el transporte. Un tercer gol convertido por Acosta, luego de una entrega de Andretta a Negri, que el arquero no retuvo (pudo ser foul del score), definió totalmente el partido.
Lanús quedó dueño del campo y entonces Español se lanzó a descontar en forma tan insistente como descontrolada. Faltando dos minutos Paz concretó una gran jugada al esquivar sucesivamente a Chávez, Bagnera, Andretta y Negri, para enviar la pelota al fondo del arco. Golazo. Para encender aún más el calor tribunero. Para dar un acento más cálido a la vuelta triunfal del campeón 1964 de la división de ascenso. Defraudó Español en forma tan categórica como inesperada. El equipo que acompañará a Lanús no asoma muy claro.
Por El Veco (1964).
Fotos: Alfieri, González y Pellizzeri.