Las Crónicas de El Gráfico

1946. Chacarita 1 – 2 Boca. Un encuentro que no terminó

“Hubo de todo y hasta fútbol” tituló Frascara la crónica de un encuentro que, por las expectativas generadas, provocó un exceso de público que finalizó abruptamente con invasión y disturbios.

Por Redacción EG ·

22 de noviembre de 2019

El partido entre Chacarita Juniors y Boca Juniors quedó suspendido a los 31 minutos — sin descuentos — de la segunda etapa. Vázquez obtuvo el segundo tanto de los visitantes y se produjo la invasión de la cancha por parte de conscriptos, policías, marineros y unos pocos espectadores, desapareciendo por completo las limitadas garantías que hasta ese momento existían.

 

Imagen Isaac López se queda parado e inmóvil, viendo pasar la pelota enviada por Mario Boyé en la ejecución del tiro penal acordado por hand casual de Aráis. Así quedaron igualadas las posiciones en un gol, score con el que terminó la primera etapa.
Isaac López se queda parado e inmóvil, viendo pasar la pelota enviada por Mario Boyé en la ejecución del tiro penal acordado por hand casual de Aráis. Así quedaron igualadas las posiciones en un gol, score con el que terminó la primera etapa.
 

Tan desagradable epílogo resultaba fácil de prever. Lo cierto es que el partido no debió haber empezado siquiera. El árbitro, señor Amoroso, contemplando el interés del público y atendiendo a las promesas que le formularon las autoridades, resolvió afrontar todos los riesgos y decidir que el match se realizara. Sin embargo, el reglamento y la experiencia ordenaba y aconsejaba, respectivamente, todo lo contrario. Está visto que no es posible, en nuestro medio, jugar un partido de fútbol de primera profesional cuando hay elementos extraños dentro del field. El último ejemplo, lamentable como todos, es de muy alta categoría y de ingrato recuerdo: se produjo en la final del Campeonato Sudamericano entre argentinos y brasileños.

 

Imagen Esta jugada provocó un gol de Boca que el árbitro no sancionó; fue un comer de Sosa, en el que la pelota sobró a López, la cabeceó Pin, que no está en la foto y Sarlanga, que se encontraba sobre la línea de gol, de cabeza la introdujo en el arco.
Esta jugada provocó un gol de Boca que el árbitro no sancionó; fue un comer de Sosa, en el que la pelota sobró a López, la cabeceó Pin, que no está en la foto y Sarlanga, que se encontraba sobre la línea de gol, de cabeza la introdujo en el arco.
 

Al director del lance, por su excesivo optimismo, y a los dirigentes del club local y de la Asociación del Fútbol Argentino, por fundamentales fallas de organización, corresponde atribuir la responsabilidad en el origen del mal. Se debieron haber clausurado las puertas de acceso al estadio cuando 19 capacidad de éste, grande por cierto, estuvo colmada. Se vendieron varios miles de entradas más y a ese error se sumó, para aumentar las proporciones del desorden, el problema creado por la crecida cantidad de personas que lograron introducirse en la cancha sin pasar por boletería.

 

Imagen Escena previa al segundo tanto boquense. Tira Corcuera, López arañará la pelota, quedando en el suelo, aquélla rebotará en el poste y Vázquez, de atropellada, conseguirá el gol. Se produjo de inmediato la invasión del field y ahí terminó el partido, faltando catorce minutos.
Escena previa al segundo tanto boquense. Tira Corcuera, López arañará la pelota, quedando en el suelo, aquélla rebotará en el poste y Vázquez, de atropellada, conseguirá el gol. Se produjo de inmediato la invasión del field y ahí terminó el partido, faltando catorce minutos.
 

La recaudación — 34.922 pesos — permite señalar indubitablemente el primero de esos errores. Tanta gente no cabía en las tribunas y, al desbordarse, no pensó, claro está, en irse, sino en procurarse una ubicación, todavía más cómoda, en el interior del campo de juego. Y apareció, entonces, otro nuevo factor de anormalidad: la intervención de la policía, necesaria para encauzar la corriente de multitud que se había desbordado. Agentes de la Capital y de la provincia, secundados por conscriptos del ejército y de la marina que no habían ido a cumplir tal misión, empezaron actuando serenamente, empleando correctos medios de persuasión. Así se pudo jugar el primer tiempo, bordeado el field, hasta la línea de toque, por espectadores y guardadores del orden. En el intervalo, que duró cuarenta minutos, el público "sobrante" se adueñó de toda la cancha y para desalojarlo intervino, ya con expedientes severos, la policía montada, dejando como saldo un considerable número de heridos y contusos. Por último, al señalar Vázquez el segundo tanto boquense, se repitió la invasión aludida al comienzo y en la que, por cierto, se produjeron episodios que ese., pan por completo a una nota deportiva.

 

Imagen Iuzzolino va a obtener la pelota, pasando la pierna sobre el cuerpo de Vilanoba, que se ha caído empujado por el ágil local, de modo que la acción se interrumpe por foul. Se jugó fuerte, pero lealmente.
Iuzzolino va a obtener la pelota, pasando la pierna sobre el cuerpo de Vilanoba, que se ha caído empujado por el ágil local, de modo que la acción se interrumpe por foul. Se jugó fuerte, pero lealmente.
 

Un poco de futbol

Lástima grande que la censurable actitud de los organizadores haya dado lugar a que el partido no pudiera desarrollarse normalmente. Poco hubo de fútbol, pero lo bastante como para poder apreciar que los jugadores se mantuvieron por encima de los episodios ajenos al match en sí. El primer tiempo tuvo un desarrollo más bien lento y se advirtieron fallas en ambos equipos, tanto en las defensas como en los ataques. Lo más flojo, en cada team, fueron las líneas medias, en tanto que las delanteras fueron hábiles y rápidas para llevar la pelota, pero fracasaron en el momento de resolver las situaciones.

 

Imagen La policía montada cargó enérgicamente contra los espectadores que habían invadido el campo de juego y hacían imposible la iniciación del segundo tiempo. El procedimiento dejó un crecido saldo de heridos.
La policía montada cargó enérgicamente contra los espectadores que habían invadido el campo de juego y hacían imposible la iniciación del segundo tiempo. El procedimiento dejó un crecido saldo de heridos.
 

Se destacaron, pues, no sólo por contraste, sino por auténtico poderío, los triángulos extremos de las defensas, especialmente Marante en Boca y Spinelli en Chacarita. Por su mayor ajuste y la calidad individual de algunos hombres, correspondió a los visitantes el dominio de campo. Si el score no lo reflejó debe encontrarse un cincuenta por ciento de tal causa en el acierto de la defensa chacaritense y otro cincuenta por ciento en la falla antes apuntada: los ágiles de Boca llegaron cerca y remataron sin éxito.

 

Imagen El centre forward de Boca, Sarlanga, que jugó con acierto e inteligencia, elude hábilmente a Spinelli dando la pelota a Vázquez. Se hizo fútbol recio pero correcto y los jugadores observaron buena conducta.
El centre forward de Boca, Sarlanga, que jugó con acierto e inteligencia, elude hábilmente a Spinelli dando la pelota a Vázquez. Se hizo fútbol recio pero correcto y los jugadores observaron buena conducta.
 

Esta vez el mejor resultó Sarlanga, a lo largo de todo el match. Los dos goles del primer tiempo fueron protestados: el de Chacarita, hecho por Barreiro, debido a que previamente Iuzzolino había incurrido en hand, y el de Boca, por hand penal de Aráiz que convirtió Boyé, debido a que, en primer lugar, el puntero de Boca también había tocado la pelota con la mano antes de enviar el centro y, en segundo lugar, a que el hand del defensor local fue enteramente casual.

  

Imagen El gol de Chacarita Juniors. Tras un breve entrevero, durante el cual se produjo un hand de luzzolino, Barreiro alcanzó la pelota y venció a Vacca con el tiro cruzado que reproduce esta foto.
El gol de Chacarita Juniors. Tras un breve entrevero, durante el cual se produjo un hand de luzzolino, Barreiro alcanzó la pelota y venció a Vacca con el tiro cruzado que reproduce esta foto.
 

 

Imagen Violento encontrón frente a la valla de Boca Juniors, al llegar un comer efectuado por Caserio desde la punta derecha. luzzolino y Lanchini contra Vacca y Dezorti. Saldrá ganando el arquero boquease, siempre seguro.
Violento encontrón frente a la valla de Boca Juniors, al llegar un comer efectuado por Caserio desde la punta derecha. luzzolino y Lanchini contra Vacca y Dezorti. Saldrá ganando el arquero boquease, siempre seguro.
 

 

Imagen Otro aspecto del desbande. Los invasores, desalojados de un ángulo de la cancha, huyen de las cargas policiales para buscar sosiego y ubicación...
Otro aspecto del desbande. Los invasores, desalojados de un ángulo de la cancha, huyen de las cargas policiales para buscar sosiego y ubicación...
 

El segundo período resultó muchísimo mejor. Se jugó a un tren más rápido, abundaron las situaciones de interés, con pasajes de alta emoción y se desarrolló por ambas partes un plausible despliegue de entereza. También pareció Boca superar en calidad, aunque no por mucho, el adversario, de modo que en definitiva el gol de diferencia que señaló el tanteador al suspenderse el encuentro responde lógicamente a los valores exhibidos por uno y otro equipo. Esto es cuanto puede decirse de un espectáculo en el que vimos al fútbol en segundo término, como quien desde el interior de una habitación contempla el paisaje a través de una celosía.

 

FÉLIX D. FRASCARA

Fotos de KIKUCHI y GONZÁLEZ