Las Crónicas de El Gráfico

1934. El nacimiento del básquet en Argentina

Por Félix D. Frascara. La historia de cómo Mister Phillips introdujo un deporte “hecho para imaginar gambetas y combinaciones, que fue en seguida nuestro y se difundió por todo el país".

Por Redacción EG ·

01 de febrero de 2019
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El basket ball entró en nuestro país, hace ahora veintidós años,  con el éxito inmediato de las cosas esperadas. Puede decirse que vino a llenar un vacío que hasta entonces no había sido advertido, pero que no por eso dejaba de existir. Juego de ritmo ágil, varonil y elegante, admitiendo la picardía y la rápida improvisación, hecho para imaginar gambetas y combinaciones en el más limitado espacio, fué en seguida "nuestro" y se difundió por todo el país.

Desde cuatro años atrás, el basket ball ha dado otro impulso de grandes proporciones, hasta el extremo de colocarse entre los deportes más popularizados, como lo demuestra el hecho de que es incalculable el número de elementos que lo practican actualmente en todo el país. Basta citar cifras corno éstas: en el torneo organizado por El Gráfico se han inscripto 87 equipos de jugadores no federados, y en el certamen con que la Y. M. C. A. festejó el vigésimo aniversario del basket ball, participaron 103 conjuntos.

Hoy, en todos los clubs, constituye casi una obligación la existencia de una cancha de basket ball y forman ya un número considerable las instituciones que, siguiendo el ejemplo de Olimpia, han sido fundadas para la práctica exclusiva de este sport.

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LA FIGURA DE "MISTER" PHILLIPS

El 14 de marzo de 1912, la Y. M. C. A. inauguró su gimnasio, iniciándose, simultáneamente con las clases de cultura física, la enseñanza del basket ball.

Fué míster P. P. Phillips el introductor en Buenos Aires de este juego, creado en 1891 por el Dr. James Naismith, profesor en eso entonces de la Y. M. C. A. de Springfield (Massachussets), en Estados Unidos. Míster Phillips ha sido, pues, el "Watson Hutton del basket ball", si se me permite trazar esa paralela con el "padre del fútbol". Pero, más tarde, míster Phillip, se alejó del país y eso ha influido, seguramente, para que no se le hiciera justicia, para que no se destacara como merecía su obra, su carácter y su espíritu.

TRANSFORMACIÓN MILAGROSA

Raúl C. Renault Bentz, el hombre con quien el cronista se entrevistó para ordenar los recuerdos de esta nota, fué integrante del primer equipo argentino que sostuvo un match internacional con los uruguayos.

—Eramos diez o doce los alumnos de míster Phillips en ese tiempo. Mi agradecimiento para el gran profesor subsistirá mientras yo viva. Hizo conmigo una transformación que asombró a todos. Mi físico era, entonces, de lo más pobre que pueda imaginarse. Delgadísimo, desgarbado, flojo, insuficiente... Hasta padecía una desviación en la columna vertebral. Y fué míster Phillips, con su paciencia admirable, con su calma y su voluntad contagiosas, con su profundo conocimiento de lo que enseñaba, quien me cambió por completo. Aquel muchacho privado de fuerzas que era yo llegó en poco tiempo a ser jugador de basket ball, remero, ¡y jugador de rugby! Todo se lo debo a mis ter Phillips. — En este elogio a la figura del primer Director del Departamento de Educación Física que tuvo la Y. M. C. A. local, coinciden todos los que actuaron ahí, durante la permanencia de míster Phillips en Buenos Aires.

Imagen Philip Paul Phillips, que implantó el basket en Argentina.
Philip Paul Phillips, que implantó el basket en Argentina.


Enseñaba el basket con toda conciencia, interrumpiendo el juego para hacer observaciones. En un principio actuaba él también, haciendo de director, animando a unos y otros. Más tarde, cuando ya pudo reunir dos equipos, pasó a desempeñar las funciones de árbitro, sin perder su verdadera personalidad de profesor. Las clases de gimnasia las dirigía con cierta delicadeza y lentitud que las hacía más interesantes. Míster Phillips tenía un físico pequeño, pero bien modelado en los trabajos de gimnasia; un cuerpo que se agrandaba con la elegancia de sus movimientos. Su figura recordaba la de uno de esos pastores que veíamos antes en las películas: tan dispuesto siempre a pronunciar un sermón con dulzura, como a desprenderse de la levita, arreglarse la camisa y emprenderla a golpes con cualquier insolente.

—Todos lo queríamos, a pesar de las pequeñas cuestiones que resulta casi imposible eludir — me dice Renault Bentz. — Y todos lo recordamos con cariño; esa es la pura verdad....

LOS PRIMEROS

Entre los primeros alumnos de míster Phillips que iniciaron en La Buenos Aires la práctica del basket ball, figuraban, además de Renault Bentz, los hermanos Hernandorena, Ezeiza, los hermanos Fernández, Dellapiane Rawson, Agote, Barbier, Amaro, Grassi, Rodríguez Quiroga, Ibáñez, Chaneaud, Domincent, los hermanos Royere, Galle, Trainor, Lagomaggiori, Futten, Arraga, Zambra, Birba, etc.

—Jugábamos a lo ancho del gimnasio, al fondo, en los prime-ros tiempos. Cuando empezamos a dominar el juego, nos largaron a toda la cancha. El basket ball carece de los tonos pintorescos que suelen amenizar las historias de otros deportes, porque llegó a nosotros ya hecho, con todas sus reglas de juego, con las medidas ya establecidas. Ha variado en muy pocos aspectos. Uno de éstos es el juego de rebote, que antes se admitía y ahora no. El tablero estaba pegado a la pared y éstas mismas servían para limpiar la cancha, de manera que se usaban como auxiliares en el dribbling, para eludir al contrario tirando la pelota contra la pared y recogiéndola de nuevo para seguir adelante.

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INTERNACIONALES

En Montevideo el basket ball había empezado a practicarse poco tiempo antes que aquí, introducido por Mr. Jess Hopkins, Y en el año 1913 se disputaron los primeros matches internacionales. La Y. M. C. A. porteña envió dos equipos al Uruguay, uno de ellos formado por "estudiantes", en el que figuraban Renault Bentz, Trainor, los hermanos Royere y Lagomaggiori, y el otro de la sección general, integrado por Amaro, Ibáñez, Chaneaud, Domincent, Galle y Domingo Hernandorena.

—El team de "estudiantes" consiguió ganar los dos partidos que se disputaron, mientras que el de la división general resultó vencido. Es interesante recordar que la primera cancha de basket ball que hubo en el Uruguay fué construida en los terrenos de una antigua iglesia de Montevideo.

Poco tiempo después, antes de finalizar el año 1913, se efectuaron en Buenos Aires las revanchas de esos mismos matches, con la diferencia de que se formó un solo equipo representativo de cada institución. Los porteños lograron la victoria con el team que formaban Trainor, Hernandorena, Rodríguez Quiroga, Lagomaggiore, Renault, Arraga y Julio Dellepiane Rawson.

LOS CRACKS DE HACE VEINTE AÑOS

La de Renault Bentz fué una de las figuras más sobresalientes La en nuestros primeros tiempos del basket ball. Se destacó por su notable puntería para tirar al arco, de manera que durante mucho tiempo fué el centre forward más eficaz. Comparables a la suya fueron las actuaciones cumplidas por jugadores de la talla de Domingo Hernandorena, caracterizado por su gran destreza para acertar el goal desde los ángulos más difíciles; o por GaIle, back de grandes condiciones, hábil y vigoroso; o por Barbier, de campaña más prolongada, recordado siempre por la elegancia de sus actitudes.

—No pueden señalarse grandes cambios en el juego de ayer y de hoy — sigue diciéndome Renault. — Apenas si ha habido una diferencia en las tácticas de ataque. Entonces se hacía un juego de combinaciones, rápido y sumamente limpio, con el que se iba tejiendo una red hasta que se lograba el propósito buscado: poner en juego al centre forward, que era el encargado de rematar con el tiro al arco. El cuerpo se usaba menos que ahora para la acción defensiva; de ahí que, en mi opinión, el juego de entonces resultara más limpio, más liviano que el de ahora.

Imagen 1927.PRIMER PARTIDO del Campeonato Argentino: Santa Fe 18 - Córdoba 17.
1927.PRIMER PARTIDO del Campeonato Argentino: Santa Fe 18 - Córdoba 17.


PARTIDOS DE UNA HORA

Los muchachos de la Young Men recibimos el basket con un entusiasmo furioso. De entrada no más, vimos que estaba destinado a difundirse en seguida. Ese apasionamiento nos llevaba a ciertos excesos, como el de hacer partidos de una hora. Solamente el que juega basket puede darse cuenta del estado en que quedábamos después de esos matches. Sin embargo, no los sentíamos mucho, entre otras cosas porque íbamos al partido con el cuerpo bien preparado en la clase de gimnasia que lo precedía. Y gustó   en seguida, además, por la misma belleza del juego, por la estética que se advertía tanto en las combinaciones como en el tiro al arco. Verlo jugar a Hernandorena, por ejemplo era todo un espectáculo.

UN DESEO FRUSTRADO

Al celebrarse el vigésimo aniversario del basket en la Argentina, Renault Bentz tuvo una iniciativa que habría dado lugar a un espectáculo tan interesante como significativo: quiso reproducir el primer partido internacional que se jugó entre argentinos y uruguayos.

De los nuestros faltaban algunos, como Rodríguez Quiroga, Lagomaggiori, y Dellepiane Rawson, fallecidos Sin embargo, se logró reunir a seis de aquellos pioneers: Mario y Angel Royere, David Trainor, Federico Ibañez, Julio Amaro y Raúl Renault Bentz.

-Los uruguayos no tuvieron la misma suerte nuestra. Sólo se encontraron dos de aquellos jugadores. Los demás se habían dispersado…

 Ya que en realidad no pudo ser reproducido, significaría un acto de justo homenaje el reconocimiento de aquel primer equipo internacional argentino, de parte de nuestra Federación de Basket Ball. Al fundarse esta entidad, Renault Bentz hizo una moción en ese sentido, pero no prosperó su propósito. Eso no significa que la oportunidad haya pasado. Para aquellos que re-Presentaron al basket argentino cuando aún no se había oficializado, para aquellos que constituyeron la sólida base del poderoso organismo que, deportivamente, es hoy ese juego entre nosotros, debe llegar la distinción oficial que perpetúe su obra realmente constructiva.

RÁPIDA EVOLUCIÓN

Del gimnasio de la Y. M. C. A y desde las primeras y sabias lecciones de míster Phillips, el basket ball pasó a expandirse por todo el territorio del país. Ese gimnasio fué visitado por autoridades nacionales, ministros y legisladores, y de él recogió el actual presidente, general Justo, la idea de incorporar el basket ball a las prácticas gimnásticas del Colegio Militar cuando, siendo coronel del ejército, dirigía ese instituto. El Club Universitario de Buenos Aires fué el primero que amplió el radio de acción del basket, contándolo entre sus actividades desde que se fundó, y más tarde surgieron clubs como Hindú y Olimpia, sobre todo este último, que se creó ya con carácter exclusivo para dedicarse al sport que introdujo míster Phillips.

EN EL INTERIOR

Queda ya relatado, a grandes rasgos, el nacimiento y los primeros pasos del basket ball en Buenos Aires. El juego que hoy practican miles y miles de aficionados y que constituye un elemento de alto valor para la cultura física, encontró una materia ideal en la capacidad y hasta en los gustos de la juventud rioplatense, que lo adoptó y lo elevó en poco tiempo a un alto nivel de calidad.

Posteriormente, el basket ball fué llevado al interior, conquistando Tucumán, Salta y Jujuy, en primer término, gracias a la iniciativa de don Julio Jaimes Répide, que con un entusiasmo y tesón encomiables lo impuso a pesar del ambiente, reacio en un principio, hasta lograr que el basket venciera en la lucha con el alcohol y que los dueños de los ingenios hicieran lira cuestión de honor sobre quién poseía la más hermosa cancha.

A nuestro colaborador, Carlos Pérez Correa, se le debe el rápido progreso del basket ball en Córdoba, realizado con tanto éxito que los cordobeses son, en la actualidad, campeones argentinos.

 

FÉLIX DANIEL FRASCARA