Las Crónicas de El Gráfico

1985. Un empate inolvidable

Los Pumas igualaron en 21 con los All Blacks. El público cubrió todos los sectores de la cancha de Ferro y festejó la puntería de Hugo Porta, autor de todos los tantos para un resultado histórico.

Por Redacción EG ·

11 de diciembre de 2018
UN EMPATE INOLVIDABLE

Imagen El vuelo de Allen y el esfuerzo de porta no podrán detener a Warwik Taylor, porque ya se acercan a apoyar el capitán Jock Hobbs y el octavo Murray Mexted. Detrás, aparece Ure.
El vuelo de Allen y el esfuerzo de porta no podrán detener a Warwik Taylor, porque ya se acercan a apoyar el capitán Jock Hobbs y el octavo Murray Mexted. Detrás, aparece Ure.


Fue un milagro. Los All Blacks jugaron un rugby superlativo en el primer período y apabullaron a Los Pumas. La presión, la destreza para ganar la pelota en las distintas formaciones y la capacidad para provocar desnivel numérico con los backs permitieron que los neocelandeses dominaran ampliamente y que apoyaran cuatro tries. Sin embargo, el resultado parcial no reflejó esa superioridad. ¿Por qué? Porque el pateador Crowley, que había sido muy certero en el primer test-match, sólo transformó el scrum-try. Después, molesto sin duda por una rechifla repudiable, fracasó en sus intentos y, como Porta convirtió tres penales, Los Pumas quedaron relativamente cerca, a pesar de que la diferencia en la cancha había sido abismal. Ese 18-9 resultó milagroso, pues los All Blacks hubieran merecido una ventaja más amplia. ¿Qué les había pasado a Los Pumas, quienes siete días antes habían jugado en forma estupenda y sólo habían cedido al final? Se encontraron con un equipo concentrado y sólido que no les dio ventajas y que, además, jugaba con sagacidad. Por lo pronto, Milano no saltó cómodo. Gary Whetton lo empujaba en el centro de la hilera y lo mismo hacían Mexted y Shaw con Ure en el fondo. Los argentinos se preocuparon por frenar la influencia de Mc Grattan y de Haden en la boca del line; lo lograron pero a costa de romper su propia estructura, ya que Allen formó adelante cuando tiraban los All Blacks y Morel quedó demasiado lejos de su posición habitual. En los scrums el panorama tampoco fue positivo. Los Pumas son correctos en su postura y toman a esa formación fija en una puja de fuerza, donde gana el que tiene mejor técnica. Los neocelandeses aceptaron el reto en el primer test-match y no les fue bien. En la revancha adoptaron algunas triquiñuelas: el pilar Mc Dowell le quitaba el hombro a Morel, bajaba sus hombros o se tiraba cuando los argentinos obtenían la pelota. En otras ocasiones, Mc Grattan, Reid y Mc Dowell se levantaban y desarticulaban el empuje argentino. Esos recursos confundieron a los locales y el scrum no funcionó.

Restaban los mauls y rucks, donde los All Blacks son magníficos. Desde lines, después de un tackle o cuando mandaban al centro a Simpson a chocar por el medio de la cancha, los forwards de Nueva Zelanda se agrupaban, penetraban la oposición argentina y le servían la pelota al medio-scrum Loveridge, que no la aprovechó porque pecó de individualista.

Imagen Un arranque espectacular de Mark Shaw, que arrastra a Guillermo Holmgren y Tati Milano. El que empuja, por detrás de ellos, es el octavo Murray Mexted.
Un arranque espectacular de Mark Shaw, que arrastra a Guillermo Holmgren y Tati Milano. El que empuja, por detrás de ellos, es el octavo Murray Mexted.


Cuando Los Pumas perdían 

¿Y Los Pumas? Apenas aportaban fervor para defender, pero no tenían ninguna chance de atacar en ese primer tiempo. Para colmo de males, el primer try fue logrado con uno de los recursos argentinos: un scrum a cinco metros.

Aun cuando no tenían la pelota, Porta se las arregló para acertar dos penales e igualar. Pero en seguida llegaron tres tríes más de los neocelandeses, apoyados por sus wingers. En el primero de Kirwan, otra vez amagó escaparse Loveridge y Mexted abrió directamente a la línea. La pelota fue al potente puntero, que llegó tras sortear un tackle de Cuesta Silva. En el de Green aparecieron fallas argentinas. Loveridge pateó a cargar, ningún Puma embolsó la pelota y Taylor aprovechó el regalo. Combinó con Kirwan, que fue contenido con esfuerzo. Un maul y el arranque del capitán Hobbs, de excelente tarea en el partido. Al final sobró Green, que finalizó sin oposición. Aun cuando Porta acertó otro penal, faltaba el cuarto try neocelandés. El puntero formó muy profundo y tuvo espacio para correr, esquivar a Pedro Lanza y evitar un tackle de Rafael Madero. Fue la última conquista del primer tiempo y la muestra del poderío neocelandés.

Imagen La carrera medida, el botín derecho que se incrusta y la pelota ovalada que vuela a un destino seguro. Hugo Porta, un grande.
La carrera medida, el botín derecho que se incrusta y la pelota ovalada que vuela a un destino seguro. Hugo Porta, un grande.


Porta y la reacción

Imagen Guillermo Holmgren acaba de desprenderse de la pelota que vuela, seguramente, hacia las manos de Porta. El medio scrum de Olivos jugó en forma excelente el segundo tiempo del último test.
Guillermo Holmgren acaba de desprenderse de la pelota que vuela, seguramente, hacia las manos de Porta. El medio scrum de Olivos jugó en forma excelente el segundo tiempo del último test.


"Los Pumas demostraron que no se dan por vencidos. Eso fue lo que más admiré de ellos en este partido, aparte de la eximia pericia de Porta para patear." Lo comentó el capitán Jock Hobbs y sintetizó la indomable actitud de los argentinos. Porque en él segundo período, a pesar de que no repitieron la actuación de la semana anterior, consiguieron más saques, mejoraron la marcación, resolvieron los problemas del scrum y, sobre todo, tuvieron a Porta. Con bravura y entereza, los argentinos frenaron a los All Blacks y permitieron que Hugo, el Maradona del rugby, mostrara su facilidad para pegarle a la pelota, esa que no se va con los años. A los dos minutos embocó un dropgol. Quince después lograría otro, y dos minutos más tarde, el tercero. Alcanzó su propio record, conseguido en 1979 cuando obtuvo nueve puntos con tres drops. La gente gritaba y lo que parecía imposible se concretaba. Atrás habían quedado los magníficos tríes de Kirwan, la pujanza neocelandesa en mauls y rucks, su presión y su destreza para quebrar la defensa argentina en los extremos. El partido estaba empatado 18-18 y los argentinos se agrandaban. Los neocelandeses tuvieron un scrum a cinco metros y Los Pumas los hicieron retroceder y les birlaron la pelota. Sin dudas, había cambiado el panorama.

Imagen La mirada humedecida por las lágrimas de Hugo Porta es un símbolo, Los Pumas acaban de empatar 21-21 con los All Blacks, los mejores del mundo. Cash, Turnes, Holmgren, Juan Lanza, Petersen, Hugo, Carosio y Ure en el festejo final.
La mirada humedecida por las lágrimas de Hugo Porta es un símbolo, Los Pumas acaban de empatar 21-21 con los All Blacks, los mejores del mundo. Cash, Turnes, Holmgren, Juan Lanza, Petersen, Hugo, Carosio y Ure en el festejo final.


Un final histórico

Aun cuando todos se conformaban con la igualdad, el referí australiano Fitzgerald (de excelente tarea) castigó a Los Pumas por un tackle alto de Porta. Otra vez tomaron ventaja los extranjeros. Pero el propio Porta fue víctima y protagonista de la segunda igualdad. Vio que pisaban a Holmgren y empujó a un neocelandés. Shaw le dio una trompada a Hugo y el árbitro cobró un penal. Desde media cancha, el capitán argentino quedó en la historia: convirtió ese penal y fijó el resultado en 21-21.

Restaba el penal postrero de Crowley que pegó en el poste, la chance que desperdició Green al final y, sobre todo, el equívoco de Ure cuando se levantó en un scrum a cinco metros, justo cuando Los Pumas habían doblegado a los All Blacks y estaban a punto de concretar un scrum-try y conseguir la victoria. Todo eso es anécdota ya. Lo decisivo, lo histórico, es el empate ante los All Blacks. Eso es nuestro y entró en la galería de hazañas de Los Pumas.

 

NICANOR GONZALEZ DEL SOLAR

Notas: DANIEL ARCUCCI

Fotos: ALFIERI (padre e hijo), MAFFUCHE, NORBERTO MOSTEIRIN y PREGO.

Humor: MAICAS y REBA

Un arranque espectacular de Mark Shaw, que arrastra a Guillermo Holmgren y Tati Milano. El que empuja, por detrás de ellos, es el octavo Murray Mexted.