Las Crónicas de El Gráfico

1938. La remontada imposible

La crónica de Chantecler de uno de los partidos más extraordinarios de la historia: el 22 de mayo de 1938, después de ir perdiendo frente a Racing 4 a 0, Platense lo da vuelta para, finalmente, empatar 5 a 5.

Por Redacción EG ·

19 de octubre de 2018
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EL SORPRENDENTE SCORE DEL MATCH  PLATENSE - RACING

La nota sorprendente de la jornada fue el empate en 5 goals entre Platense y Racing. Desde luego que el empate no puede extrañar, puesto que no hay mucha diferencia entre los valores de los contendientes, y si hay algo en favor de Racing, ello queda compensado con el hecho de que Platense jugaba en su cancha, lo cual es siempre una ventaja nada despreciable.

Lo sorprendente es la abundante cifra del empate y lo que es más, la forma en que se llegó a esos guarismos. Un team que en un período y como consecuencia de su acción superior va ganando holgadamente por 4 a 0, puede decir que ya se ha adjudicado el match. Suponer lo contrario, es entrar en lo excepcional, en lo inesperado y esto es lo que ocurrió. Cómo se desarrollaron las cosas para llegar a ese resultado final que ha sido la nota de relieve comentada en los corrillos futbolísticos durante toda la semana, es lo que me propongo referir a los lectores.
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EL PRIMER PERIODO

La reacción final de Racing en el casi  perdido match frente a Boca Juniors, siete días antes, había templado indudablemente la moral de los blanquicelestes. Su disposición para la lucha era óptima y precisaba de ella en un compromiso contra un adversario de la calidad de Platense, recio y seguro en la defensa, y codicioso en el ataque. Las acciones fueron vivaces desde que el inglés del pito ordenó que se moviera la redonda. Los primeros minutos, parejo el juego y grato en sus alternativas, no mostraron superioridad del uno sobre el otro, pero paulatinamente se advirtió que Racing era más armónico en la labor de sus líneas y éstas se movían con mayor justeza, con mejor ordenación.

 

BARRERA ABRE EL SCORE

Se habían jugado 6 minutos cuando Pont  recibió un pase y atacó en combinación con Barrera y éste, ya dentro del área penal, eludiendo bien la intervención de Ibáñez, con un shot corto y cruzado restó toda chance a Bermúdez. La obtención de este primer goal no hizo sino acentuar el aplomo de los visitantes, y la defensa local, apurada en su labor de contener los ataques llevados por izquierda con peligro, acierto y justeza, descuidó su apoyo al ataque, de manera que Racing fue estableciendo insensiblemente su dominio en el control del juego.

 

PONT AUMENTA LA VENTAJA

 A los 14 minutos, Bianchi ejecutó un tiro libre y Blanco contuvo, pero como se demorase, Larrechart le quitó la pelota y la pasó a Zito, cuyo shot inmediato fue contenido por Bermúdez junto a un poste, mas como la ball se le escapase de las manos, Pont arremetió con oportunidad y le resultó fácil reforzar la ventaja para su equipo.
Imagen Páginas originales de El Gráfico: arriba el primer gol de Racing: Barrera; abajo a la izquerda el arquero Bermúdez no puede evitar otro gol de Barrera (el 4to). Derecha: el vuelo inútil de Capuano y el segundo gol de Platense, anotado por Juárez.
Páginas originales de El Gráfico: arriba el primer gol de Racing: Barrera; abajo a la izquerda el arquero Bermúdez no puede evitar otro gol de Barrera (el 4to). Derecha: el vuelo inútil de Capuano y el segundo gol de Platense, anotado por Juárez.


Los dos contrastes que experimentó Platense no lo amilanaron, pero en cambio Racing tuvo en ellos un notable aliciente para que sus líneas cumpliesen satisfactoriamente su cometido, y consecuencia de ello es que sus ataques fueron realizados a base de precisas combinaciones, con cargas más firmes por la izquierda, con buen apoyo de los halves y una holgada y segura actuación de los backs. Sin que llegase a asediar, era indiscutible que Racing dominaba el campo.

 

SIGUE LA SERIE

No había promediado la etapa cuando Racing conquistaba su tercer goal: Villa ejecutó un free-kick y Pont, que recibió la pelota, la pasó al chueco Garcia, quien al término de una brillante corrida efectuó un centro que recogió Barrera. Y al dejar éste fuera de distancia a Ibáñez, que le había salido al encuentro, shoteó a un ángulo haciendo inútiles los esfuerzos de Bermúdez por impedir el nuevo goaL Es verdad que Racing se había mostrado superior, pero tres goals de ventaja significaban a una altura tan temprana del match una generosa compensación a sus mejores disposiciones. Platense realizó algunas tentativas peligrosas por su parte y no tuvo la misma suerte. 

 

GONZÁLEZ SE LESIONA

 A los 30 minutos, el back González se resintió de sus dolencias y abandonó la cancha momentáneamente. Esta deserción sirvió para que la lucha se equilibrase y las jugadas se hicieran alternativamente hacia una y otra valla. Cuando aquel jugador se reintegró al equipo se pudo advertir que lo hacía en inferioridad de condiciones, pero la preocupación de lo que esto podía significar no se tuvo entonces y menos cuando a los 40 minutos, Barrera e Ibáñez se disputaron la pelota enviada el centro por Larretchart, y como éste cayera, el eje de Racing alcanzó a impulsarla débilmente hacia un ángulo y Bermúdez, que se arrojó tarde, no pudo impedir que la ball llegase a la red pasando por debajo de su cuerpo. -

 

EL SEGUNDO PERIODO

Al reanudarse la lucha en la segunda etapa se observó que Racing aparecía modificado nuevamente en sus líneas, pues Díaz ocupó el puesto de González, Zito el de Díaz y González de winger y Larretchart de insider formaban el ala derecha.

Esto no inquietó a nadie y los players de Avellaneda se alinearon tranquilos Y confiados para cumplir los 45 minutos finales del cotejo sin advertir la tormenta que se cernía sobre sus cabezas, o por mejor decir, sobre su valla. Platense, por su parte, reanudó el juego con un propósito decidido: disminuir la diferencia en el score y perder más honrosamente. A un empate no hubieran osado aspirar...
Imagen Bermúdez, arquero de Platense,  contiene a medias un disparo de Zito, Pont se apodera del balón y marca el segundo de la Academia.
Bermúdez, arquero de Platense, contiene a medias un disparo de Zito, Pont se apodera del balón y marca el segundo de la Academia.


 Las primeras jugadas resultaron equilibradas. Más empeñosos y decididos los de Platense y nada más. Pasaron los minutos Y el score no sufría variaciones: la defensa de Racing era menos organizada, menos firme, ofrecía menos trabazón y resultaba más vulnerable, pero los de Platense no aprovechaban.

 

PLATENSE INICIA SU SERIE

A los 10 minutos se produjo un corner que Campilongo ejecutó en forma alta y ceñida. Capuano salió del arco a contener con ambas manos, pero cegado por el sol no dominó la ball, lo que aprovechó Prado para quitársela en un salto y con un shot corto obtuvo el primer tanto de Platense, que fue celebrado con discretos aplausos.

Este goal dio firmeza a las líneas locales y poco después Juárez convirtió un goal que fue anulado con acierto por el juez, pues hubo off-side. El mismo jugador tuvo mayor fortuna en una nueva tentativa a los 18 minutos, cuando Zito primero y Villa después, le salieron al encuentro sin resultado; el forward siguió en su avance y cuando lo creyó conveniente enfiló un fuerte tiro cruzado a media altura que Capuano no pudo interceptar. El score se había reducido 4 a 2 y entonces los jugadores de Racing y sus hinchas comenzaron a preocuparse...

 

RACING A LA DEFENSIVA

Para conservar la ventaja que mantenía, Racing apretó sus filas y como la defensa no lograba coordinar sus acciones y vacilaba, volvió a ella González reforzándola.  Los restantes forwards visitantes no recibieron apoyo en la exclusiva preocupación de los halves por defender y así, huérfanos de apoyo, poco pudieron apremiar a la defensa contraria. Ante ese alivio, los zagueros de Platense se agrandaron, y los halves apoyaron sólida y eficazmente el ataque, experimentando los locales una reacción que se fue haciendo más visible e impresionante.

 

EL TERCER GOAL DE PLATENSE

A los 30 minutos se produjo el tercer goal local: Spitale apoyó a los forwards y Oviedo alcanzó a pasarle a Campilongo, quien entró velozmente al ataque y luego de esquivar a Díaz, hizo un centro que Fernández recogió desde buena posición y con un potente shot, a media altura, venció a Capuano.

Las exclamaciones de júbilo que partieron del recinto oficial ante este nuevo goal que llevaba al mínimo la diferencia en el score, repercutió en el field y la emoción alcanzó intensidad dramática en las acciones que sucedieron. Platense, en plena reacción, atacó con denuedo acelerando el ritmo de la lucha desde sus últimas líneas, y Racing, evidentemente desconcertado, se concentró en la defensa. Ya no estaba seguro ni mucho menos de su victoria. Por el contrario, para todos los que se encontraban en el field, la probabilidad mayor residía en esperar el momento en que so brevendría el goal del empate.

 

Imagen Arriba: el tercer gol de Racing. Abajo: Prado convierte el primer gol Calamar.
Arriba: el tercer gol de Racing. Abajo: Prado convierte el primer gol Calamar.
PLATENSE EMPATA Y AVENTAJA

Sólo tres minutos duró esa expectativa, pues a los 33, Spitale desde considerable distancia enfiló un tiro libre con precisión y cálculo, hacia un ángulo superior del arco visitante y Capuano, molestado por el sol en su visual, e impresionado por la acometida de forwards rivales, no pudo impedir que la ball llegase a la red, produciéndose escenas tocantes, y no sé si fue más impresionante advertir la algarabía y júbilo da los jugadores locales en el field y de sus partidarios en las graderías oficiales, o el silencio e inmovilidad en el sector de las populares.

En medio de un ambiente vibrante de emociones prosiguió la contienda, y sólo dos minutos después del empate, Platense se colocó en ventaja, renovándose las demostraciones de entusiasmo en las oficiales: un centro de Fernández produjo un peligroso peloteo frente a la valla custodiada por Capuano, en el que Juárez shoteó rebotando la pelota en un poste y del rechazo la tomó Prado, cuyo tiro mejor dirigido halló esta vez la red.

 

RACING EMPATA

Podia creerse ya definitivo el triunfo de Platense, pero este match pletórico de alternativas había de deparar una más. En efecto, a los 38 minutos, Racing forzó un corner de cuya ejecución se encargó García y lo hizo en forma de que Zito alcanzara la pelota de un certero cabezazo, con el que venció a Bermúdez, decretando el empate definitivo y haciendo que esta vez las exclamaciones entusiastas partieran de las populares, que se hablan mantenido silenciosas a lo largo de la segunda etapa, con muestras de disgusto y estupor en casi todos los rostros.

 Los últimos minutos mostraron el agotamiento de los players  por el Intenso desgaste de energías realizado y como única nota digna de consignarse, cabe citar que un incidente entre Zito y Campilongo se epilogó con la expulsión decretada por el referee del primero de los nombrados.

 

FUE UNA LUCHA PLENA DE EMOCIONES

Si desde el punto de vista técnico podría objetarse este match, como alternativas deducidas de la inesperada variación del score, puede decirse que muy pocos encuentros podrán deparar tantas y tan encontradas emociones como el que nos ocupa. El juego fue grato en el primer periodo, en el cual se colocó en ventaja excesiva el que se desempeñó mejor. Mayor ajuste en sus líneas, con una defensa bien trabada que se defendió con acierto y apoyó con eficacia, y un ataque, cuya ala izquierda se entendió bien y fue muy peligrosa, y un eje ofensivo que no perdió oportunidad de mostrarse decidido y efectivo. Platense no jugó mal, pero estuvo inferior a su rival en todas las líneas, particularmente en las defensivas, que dejaron huérfanos de apoyo al ataque. Bermúdez, con su acción deficiente, contribuyó a construir el score exagerado de Racing, que parecía asegurar un score anticipado, y a medida que los goals aumentaban, el desconcierto e inseguridad se hacían mayores en las filas locales. Durante el intervalo no había una sola opinión en contrario respecto de cómo se definiría el match y ni siquiera se prestó atención a la desventaja que significaba para los visitantes la modificación forzada de sus líneas por la inferioridad física de González.
Imagen Juan Prado, delantero de Platense autor de dos de los goles frente a Racing.
Juan Prado, delantero de Platense autor de dos de los goles frente a Racing.


El segundo periodo resultó algo extraordinario. La reacción que fue experimentando Platense y el desconcierto del rival resultaron con el score, una fuente inagotable de emociones y el espectáculo per momentos llegó a ser impresionante. Todos los factores que antes lo hablan favorecido se volvieron contra Racing, y Platense, que sólo pretendió aminorar una derrota para que no fuese tan sensible, llegó al final a lamentar el empate, pues en esas circunstancias pudo considerarse el ganador. La acción del sol influyó en este match. En el primer tiempo Bermúdez sintió sus efectos, pero en el segundo, con el sol más bajo y por consiguiente más molesto, Capuano y las zagueros sufrieron más los efectos de sus rayos, y así fueran posibles por lo menos dos de los cuatro  goals de Platense. He citado ya el importante factor que determinó la lesión de González en la modificación de las líneas visitantes y la pérdida de su trabazón y eficacia; pero a mi entender también hubo un error táctico de Racing después del segundo tanto de Platense, al retrasarse en la defensa, con lo que motivó la reacción definitiva del adversario, que desde entonces sólo se preocupó de su labor defensiva. Quizá si el tercer goal de Platense hubiese tardado en producirse, entonces no hubiera llegado el empate, pero como aquel vino rápidamente, desde ese instante fue tan incontrastable el empuje de las locales, que lo sorprendente hubiese sido que el score quedase como definitivo.

Las escenas que determinaron el empate,  el quinto goal y luego el empate con que Racing cerró el score, fueron indescriptibles y sirvieron para dar al ambiente una vibración impresionante de esas que de tarde en tarde pueden contemplarse en los fíelds y hacen memorables los matches. En tal sucesión de alternativas difícil  resulta discernir méritos y establecer si el empate compensa la labor realizada los equipos.  Quizá Racing pueda lamentar los tropiezos que le obligaron a compartir los honores de un partido ya ganado, pero también Platense podría objetar que su adversario había construido su score con demasiada facilidad y suerte. No disgustemos a unos y otros: el score está bien.

Tal como lo dice el score, la labor de los ataques superó a las defensas. En la local cuando fue apremiado y defeccionó Bermúdez, y en la visitante Capuano, aunque en menor grado. De González nada puede decirse porque hasta que se lesionó actuó bien, y como él, toda la defensa; Villa estuvo más acertado de lo que parece, pues debió accionar luego con compañeros descolocados Blanco e Ibáñez, flojos en el primer tiempo, agrandaron mucho su labor en el segundo.

Spitale y Esperón fueron superándose en su tarea y de la eficacia de la misma se determinó buena parte del éxito ofensivo. En Racing, Bianchi fue el más regular, aunque decayó al final.

Los ataques fueron codiciosos. Mientras actuó completo fue superior el de Racing, con una ala izquierda excelente, en que García se destacó como de costumbre, secundado con entusiasmo por Pont.  Barrera no tendrá la técnica de Naón, pero hace una labor más práctica y efectiva, y el ala derecha no estuvo mal, pero fue inferior a la izquierda. En Platense alternativamente todos sus integrantes fueron superando su labor y salvo el eje, los demás se desempeñaron con acierto cuando recibieron el apoyo que correspondía.

 

CHANTECLER (1938)