Las Crónicas de El Gráfico

1995. Franz a los 50

Este reportaje es tan bueno, que dan ganas de no terminarlo, para dejar un poquito para después. Franz Beckenbauer uno de los más grandes de la historia, apenas cumplidos los 50, da cátedra.

Por Redacción EG ·

16 de agosto de 2018
Imagen Foto: MATHIAS ROGMANS
Foto: MATHIAS ROGMANS
Con todos sus trofeos conquistados. Desde la izquierda: la bandeja como campeón de la Bundesliga (años 1969, 72, 73, 74 -como jugador- y 94 -como entrenador- con el Bayern Munich y en el 82 con el Hamburger); la Copa Intercontinental (1976); la de Europa de Campeones (1974, 75 y 76); la Copa del Mundo (1974 como jugador, 1990 como técnico); la Copa de Alemania (1966, 67, 69 y 71): la Eurocopa de Selecciones (1972) y la Recopa (1967).

 

JUGANDO LA ROMPÍA por JUVENAL

Lo conocimos en el Mundial de Inglaterra '66 cuando Alemania (entonces Federal) debutó en Sheffield metiéndole cinco a Suiza. Ese bávaro de 20 años, espigado, de elegante presencia, nos llenó los ojos con su exquisito manejo y admirable visión del juego, mezcla de Federico Sacchi y Pepe Nazionale con más dinámica. Esa tarde convirtió dos hermosos goles. Entró en pared, enfrentó al arquero, volcó el cuerpo sobre un costado y la colocó en el opuesto. Una vez con zurda, otra vez con derecha.
Imagen Franz Anton Beckenbauer. Nació el 11 de septiembre de 1945. Se crió en Obergiesing. "Con mi hermano Wálter jugábamos todo el día al fútbol. Descalzos,en la calle, con cualquier cosa que pudiera ser pateada".
Franz Anton Beckenbauer. Nació el 11 de septiembre de 1945. Se crió en Obergiesing. "Con mi hermano Wálter jugábamos todo el día al fútbol. Descalzos,en la calle, con cualquier cosa que pudiera ser pateada".


En esa misma Copa del Mundo, Helmuth Schón, técnico alemán, impresionado por la calidad mostrada por Ermindo Ángel Onega contra España, decidió sacrificar su mejor jugador para neutralizar al mejor argentino: en Alemania-Argentina, Beckenbauer marcó al Ronco Onega en toda la cancha. Sin duda, estábamos frente a un futbolista integral. Luego, le vimos anotar otro golazo ante Uruguay, entrando en pared, sorteando al arquero Mazurkiewicz y tocándola adentro, y otro impacto espectacular contra Unión Soviética, batiendo al legendario Lev Yashin desde afuera del área.

 Se desdibujó en la final de Wembley marcando a Bobby Charlton, pero supo explicarlo años después: "Yo tenía sólo 20 años y él era un monstruo..." México'70 volvió a mostrarlo como volante Alemania perdió la semifinal con Italia porque a Franz le cometieron un penal que el árbitro cobró afuera del área, resultas del cual quedo lesionado, con su hombro derecho luxado.  Por fin en 1974, jugando como último hombre, y con la cinta de capitán en su brazo, alzó la Copa del Mundo. Era, además, hombre de consulta permanente para Helmut Schon. Estaba naciendo en él un futuro director técnico para la Selección de su país, a la que llevaría al triunfo en Italia 90.

 

Imagen Alemania campeón 1974. De derecha a izquierda: Hoeneß, Breitner, Vogts, Grabowski, Müller, Overath, Heynckes, Schwarzenbeck, Cullmann, Maier and Beckenbauer (capitán)
Alemania campeón 1974. De derecha a izquierda: Hoeneß, Breitner, Vogts, Grabowski, Müller, Overath, Heynckes, Schwarzenbeck, Cullmann, Maier and Beckenbauer (capitán)
EI entrenador del Bayern Munich, Otto Rehhagel, dijo alguna vez: -“Si a Beckenbauer se le ocurriera tirarse de algún rascacielos, seguramente habrá alguien abajo para atajarlo... ¿Qué reflexión le merece? -La verdad es que no quiero siquiera llegar a sentir ese deseo Y tampoco me atrevería a apostarlo.

-Rehhagel se refiere a que tiene mucha suerte en esta vida. -Por supuesto que es necesario tener suerte en la vida. Pero los resultados debe lograrlos uno mismo. Con tenacidad, voluntad y disciplina

-Todo lo que usted hace parece tan fácil. -Nunca me caractericé por ser holgazán. Siempre trabajé tanto como los demás. Como jugador cumplía con todos los requisitos de los entrenamientos. Cuando era necesario, hacía tiempo extra, aun cuando tenía más talento que la mayoría de los jugadores.

 -¿Y cómo entrenador? -Ahí era todavía más fanático. No permitía que nadie me dijera nada. Hubiera sido para mí muy penoso si se me habría pasado algo por alto que a los demás les fuera evidente.
Imagen En 1966 con el Bayern juega un partido con Racing, por la inauguración de la iluminación el Cilindro. El telón del espectáculo. Parenti en primer plano, al fondo Beckenbauer. Ganó la Academia 3 a 2..
En 1966 con el Bayern juega un partido con Racing, por la inauguración de la iluminación el Cilindro. El telón del espectáculo. Parenti en primer plano, al fondo Beckenbauer. Ganó la Academia 3 a 2..


-Usted afirma que se puede evaluar a un jugador de fútbol en apenas cinco minutos. -Como jugador de fútbol sí, pero no como persona. Un carácter no se puede conocer en cinco minutos.

 -Por lo general es bastante crítico en su opinión sobre los jugadores jóvenes. -Uno no debe apresurar el diagnóstico, especialmente en jugadores jóvenes. Uno debe permitir que se vayan desarrollando. Hubo jugadores de 19 y 20 años de quienes pensaba que nunca llegarían a ser realmente buenos. Pero después, a los 23, 24 y 25 años, generaron un cambio y lograron llegar.

-Pero una opinión errada no le restaría nada a su carisma. ¿De dónde sale la fascinación que emana de usted? -Eso no lo sé. 

-Sí lo sabe... -La experiencia de los años me ha enseñado varias cosas. Yo me di cuenta de que, cuando uno es amable con las personas, esa amabilidad vuelve. La vida sería muchísimo más fácil si todos pudiéramos pensar así, que nos pudiésemos tratar con más amabilidad. No me quiero meter con el amor incondicional al prójimo y esas cosas, sería demasiado pedir. Pero sí sería importante que pudiéramos respetar a nuestro prójimo. Es lo que la gente recibe de mí. Por eso tengo una excelente relación con mi entorno.
Imagen Con Deltmar Cramer, su técnico en el Bayern; Franz había sido papá a los 18 y el técnico -muy estricto- lo hacía dormir con él en las concentraciones, hasta que se dio cuenta de la seriedad del joven.
Con Deltmar Cramer, su técnico en el Bayern; Franz había sido papá a los 18 y el técnico -muy estricto- lo hacía dormir con él en las concentraciones, hasta que se dio cuenta de la seriedad del joven.


-Al margen de donde usted se presente, de inmediato es puesto en el lugar del rey de la velada. -Por eso mido mucho mis apariciones públicas. Debo ser más correcto si aparezco en el campo de juego, porque es allí donde pertenezco. En estos últimos diez años jamás se me ha visto metido entre las telarañas de la farándula.

 -¿Qué puede conversar hoy con la gente joven? Con los pelilargos trepados a una Harley-Davidson, o asistiendo a entrenamientos con los jeans rotos... -En los cuatro meses que fui entrenador del Bayern, me divertí mucho con las diferentes maneras de comportarse de los jugadores. Mientras, por ejemplo, el pelo largo esté ordenado y limpio, no creo que haya nada criticable en eso .Sigo pensando que lo verdaderamente importante es el rendimiento en la cancha

-¿Los jóvenes son tan tolerantes como usted? -Tuve experiencias recientes de lo contrario. Uno se ofende porque no juega; el otro, porque no lo hace en la posición en que está habituado. Esto ya dista bastante de ser un egoísmo sano.  Egoísta es cualquier persona que quiere triunfar. Pero esto ya va demasiado lejos. No es posible que, ante cualquier medida que tome Rehhagel (el técnico del Bayern Munich), haya alguien que esté ofendido. No somos un club de mimosos, somos un club de fútbol. Scholl estaba enojado, porque no lo hablan puesto en el partido desde el principio. Helmer estaba ofendido porque, en lugar de jugar como libero, había tenido que marcar a un hombre.

 -Usted es tolerante, amable. Pero sigue siendo bastante iracundo... -Estoy bastante mejor al respecto. Pero aún me encuentro en la fase de aprendizaje. Todavía me queda mucho por aprender. Intento detectar y frenar mis defectos, como la impaciencia y la ira. Ya lo logré varias veces pero, mientras tanto, cuando la paciencia llega a su límite, necesito que se desagote el vaso. Si me descargo, me siento mejor, pero mis semejantes seguramente se sienten peor.

 -Sus semejantes se molestaron por su opinión sobre el tema de la cruz. Usted estuvo a favor de quienes creen que no es necesaria su exhibición pública en las escuelas. -Cuando uno es realmente un católico creyente, no necesita tener obligatoriamente un crucifijo a mano. Yo mismo poseo una cruz colgada en mi casa, porque me gusta, no porque sea un católico fanático.No concibo a Jesús como un alma sufriente. Tal vez sea una cuestión de tolerancia. Cuando la fe es muy fuerte, no necesito tantas discusiones al respecto. 

-En los últimos tiempos hubo múltiples discusiones sobre las pruebas atómicas de los franceses en Mururoa... -Considero que si el presidente francés Chirac dice que no le importan las opiniones de los demás y que va a seguir adelante con su plan, tendría que hacer esas pruebas en París. Me parece bárbaro que las personas se hagan escuchar saliendo a protestar a las calles. Está bien que la gente pueda opinar, cuando algo no le gusta.
Imagen Con Bernd Brausch en un partido hisórico del Mundial 74: las dos Alemanias, frente a frente
Con Bernd Brausch en un partido hisórico del Mundial 74: las dos Alemanias, frente a frente


 -¿Tiene enemigos? -No veo por qué alguien podría ser mi enemigo. Yo nunca le hice nada malo a nadie. Y espero también que no haya nadie que me haga nada malo a mí

 -Hay personas que se sienten molestas de que usted pague sus impuestos en Austria. -Por unos poquitos marcos más, no le va a ir mejor a Alemania. Austria es un pequeño país, para el cual es muy importante cualquier ingreso de dinero. En Alemania, mis impuestos serían tan sólo una gota que cae sobre una piedra caliente.

-Usted se interesa por la filosofía oriental, como por ejemplo Confucio, Lao Tse, Khalil Gibran... -Me gusta ese tipo de literatura, porque despierta en mí una paz increíble. Algunas cosas fueron escritas hace 2.500 años, pero conservan absoluta vigencia, Confucio dice: "Cuando estés apurado, haz un desvío". En la actualidad estoy haciendo ese desvío y últimamente me está resultando muy importante el tiempo, tal vez porque me estoy poniendo más viejo. Entonces uno se pone tacaño con el tiempo, no lo despilfarra tanto.

-¿Qué importancia tiene para usted la coquetería? -Me encanta andar en jeans, remera y sin afeitar. Pero difícilmente pueda ir así a una reunión de trabajo. 

 -¿No le gustaría teñirse las canas? -Eso se nota a la legua. A mi edad se tiene canas. Todo lo demás es artificial.

-¿Quién le compra la ropa? -Yo soy demasiado impaciente para eso Sybille (su segunda mujer) tiene buen gusto. Va a Harry, que posee todas mis medidas En esto soy un "pascha".
Imagen Alemania 1 Polonia 0. Franz marca a Lato en el Mundial 74.
Alemania 1 Polonia 0. Franz marca a Lato en el Mundial 74.


-Usted fue padre muy joven. ¿Por qué no serlo otra vez con Sybílle? -Hace siete años, cuando conocí a Sybille, ese deseo estaba presente. Pero ahora ya no,

 -¿Cómo es la relación con sus hijos? -Es buena. Pero no tengo derecho de influenciar a mis hijos. Ellos poseen su propia vida. Fueron tirados a este mundo, y yo da la casualidad que soy su progenitor. Lo peor es cuando los padres se sientan sobre la vida de sus hijos, como la gallina sobre los huevos.

 -¿Le teme a la muerte? -No tengo miedo. La muerte está prevista biológicamente para todos. Unos meses antes o unos meses después nos atrapa a todos.

-¿A quién todavía le gustaría conocer? -A mí mismo. Me encantarla saber quién soy y de dónde vengo. Pero lo único que sé es que no se nada

 -Usted afirma que es feliz, sin grandes deseos. Pero este 11 de septiembre, ¿tuvo algún deseo en su cumpleaños número cincuenta? -Si pudiera modificar el mundo, ése sería mi deseo. Es erróneo cuando uno quiere influenciar en territorios extranjeros, especialmente si están en guerra. La verdad está en uno, las raíces se encuentran en la familia. Cada uno debe mirarse y ver si está todo en orden. Cuando la familia está en orden, entonces el país está en orden.

 -¿Y si realmente pudiera modificar el mundo? -Haría un ejército especial formado por todos aquellos que fomentan las guerras. Llevaría este ejército a alguna pradera lejana y les daría armamentos para que pudieran matarse mutuamente Ese sería mi sueño.

RAIMUND HINKO (1995) Traducción DIANA DREXLER. - Derechos exclusivos adquiridos a la revista "SPORT BILD", de Alemania.