Las Crónicas de El Gráfico

1988. Caniggia: "Soy un tipo responsable, fiera"

El delantero, de 21 años, era vendido al Verona de Italia y jugaba sus últimos meses en River. Por aparentes inconductas, Griguol le quitaba la titularidad y su despedida era cuestionada. ¿Ángel o demonio?

Por Redacción EG ·

27 de marzo de 2022
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Aceptó el reto con su particular desenfado. Iba a escuchar, una a una, las críticas a su juego, las observaciones a su forma de ser, las condenas a sus actitudes, y las iba a responder, a hacerse responsable de ellas o a negarlas. Claudio Paul Caniggia se hundió en el sillón más grande de su departamento de la calle Sucre, mucho más cómodo que en un banquillo de acusado. Vestido como siempre --jeans nevados, remera, zapatillas—, acomodó su pelo —cada vez más rubio y más largo- a su nuevo peinado, con una especie de raya al costado. Así, se dispuso a oír el primer cargo en su contra. Como en una vieja película de gangsters, se oyó la voz de un locutor imaginario, que aportó el primer dato: en el mediodía del viernes 20 de noviembre de 1987, después de una práctica de River en el estadio Monumental en la que se confirmó un desgarro de Caniggia en la pierna, izquierda, el técnico Carlos Timoteo Griguol declaró: "No va a jugar contra Boca el domingo. ¿Vieron lo del pibe? Esto me demuestra que yo tengo razón, si lo cuido es por algo. Si digo que no está para aguantar todo el partido es así", Minutos más tarde relativizó el carisma del jugador, atribuyéndole al periodismo la razón de su gran popularidad. Caniggia respondió después: "Yo no soy un invento de nadie. Sólo digo que me tengo una confianza loca, que quiero continuidad, así voy a demostrar que no soy un globo..."

- Claudio, tuviste lo que pedías, ¿y?. -Igual jugué pocos partidos, en Mar del Plata y ahora. Fíjate que terminé el año lesionado y ahora vivo el mal momento... de River.

- Entonces, ¿reconocés que no has rendido?.- Sí, sí, acá el equipo somos todos y si el equipo no anda por algo es. Yo sé, por ejemplo, que a mí se me hacen muchos foules, porque es la verdad, pero...

-Eso les daría la razón a quienes dicen que mío estás físicamente para jugar. No, no, esperá. Yo no me quejo, sé que el fútbol de juega así y me tengo que acostumbrar. También sé que cuando me vaya a Italia va a ser peor. Por eso no me quejo ni arrugo. Digo, nada más, que por ahí son los árbitros los que tienen que tomar medidas. Los golpes también influyen.

- ¿No influye más tu posición en la cancha? Bajando tanto a buscar la pelota, alejándote de la raya y del arco perdés gravitación. - Sí, puede ser... Por ahí soy yo el que baja mucho y no me doy cuenta.

-¿Entonces es una cosa tuya, no una indicación táctica?- No, por supuesto que Griguol quiere que bajemos hasta la mitad de la cancha, que terminemos la jugada y bajemos. Pero el otro día, con Argentinos, yo bajé mucho, porque íbamos perdiendo y quería la pelota.

-No aportaste nada y perdiste donde vos podías pesar. -No sé, yo no quiero picar y picar, nada má. Necesito lo otro para ser un jugador más completo. Soy habilidoso, lo puedo hacer.

-Contra Independiente llegaste casi a tu nivel. Pero las jugadas de los goles…-De los goles errados, fiera... Mirá, me equivoqué en algunas y en otras me ganó Islas. Quizás sea por indecisión mía. Por ejemplo, en la primera, esa que entró por la derecha, solo, me salió Islas y en vez de hacer la gambeta larga se la tiré por arriba. Le di tiempo y me la agarró.

-¿Vos te das cuenta que sos un generador de juego pero estás cada vez más lejos del gol?-Sí, y no me gusta nada. Voy a trabajar la definición.

-¿Cómo es tu comunicación con el técnico? Nunca fue buena...-Ahora estoy bien, todo lo demás quedó en el pasado, en aquella época en que yo no jugaba. Se habló un poco de más…

-El que habló también fue Griguol. Con tu papá, el 18 de diciembre del año pasado: le pidió que te controlara más, sobre todo en las salidas. -Yo sé que él alguna vez habló con mi viejo. No lo tomé a mal, simplemente que no me gustó. Yo ya tengo 21 años, cosas del fútbol o no, las podría haber charlado conmigo. Y si son cosas extra futbolísticas, tendrá argumentos y me las dirá por mi bien, porque es un buen tipo.

Imagen Foto: HÉCTOR MAFFUCHE
Foto: HÉCTOR MAFFUCHE


El miércoles 27 de enero, después del triunfo de Boca sobre River en la Copa de Oro, Caniggia y algún compañero se encontraron con Norberto Alonso en el casino de Mar del Plata. Era alrededor de la una de la mañana y el Beto le habría dicho: "Vos tenés que tomar conciencia que llevás puesta la camiseta de River, que te tenés que matar por ella, que te debés a un montón de gente. Tomá conciencia, porque parece que no sentís nada". Dicen que la conversación terminó cuando Caniggia dio media vuelta y se fue.

-¿Es así la historia, Claudio? -En parte sí y en parte no. Yo estuve con Beto en el casino y con algún compañero no voy a nombrar porque no viene al caso. Estuvimos sentados, tomando un café y charlando. Pero en ningún momento me dijo algo así.

-En el supuesto caso de que te lo hubiera dicho, ¿tu reacción habría sido pegar la vuelta?- No me gusta hablar de cosas que no pasaron. Pero lo hubiera escuchado, ¿qué jugador de River no escucharía al Beto? Le hubiera dado mis razones, eso sí.

-Explicarle, por ejemplo, cómo es posible que después de una derrota con Boca, partido tan importante, podés tener ánimo salir, para ir al casino. -Muy simple: porque prefiero eso a quedarme encerrado en una pieza. Creo que eso cambia lo que uno pueda sentir, va por dentro

-Te olvidás de lo que puede sentir un hincha de River, con toda su bronca, que te ve por después del partido. -Primero, que no estaba saltando, ni bailando feliz de la vida, y segundo, yo no le hice nada a nadie como para no dar la cara

-Pasa que hay quienes ven un poco de desidia en tu actitud hacia el juego. Como si te diera lo mismo ganar que perder. -No, eso es una barbaridad. Si fuera así no jugaría al fútbol. Lo que pasa es que algunos son más expresivos y otros sentimos sin mostrar nada. Fijate que cuando yo hago un gol, no hago nunca un gol, pero bueno. . cuando hago, no doy tres vueltas carnero para festejarlo, al contrario, yo soy así. Soy un poco frío, eso no quiere decir que no sienta nada.

-El otro día, contra Argentinos, la gente de River te insultó por primera vez ¿Cómo lo tomaste, a qué lo atribuís?¿Insultos? Yo no escuché nada...

En una de las últimas ediciones de la revista “Libre", antes de su desaparición, un recuadro informaba: "En un boliche de onda se eligió el Mariposón del Año. Integraron el Jurado, el veloz puntero de River Plate, Claudio Caniggia..." Y se agregaba una lista de nombres desconocidos.

-¿Esto es así, Claudio? -Fue tergiversado todo. También decían por ahí que era un boliche gay. Nada que ver, jamás fui a un lugar así. Lo cierto es que fue en un boliche normal, como puede ser Dimensión o Star Light, donde un grupo de pibes —como se puede hacer en cualquier fiesta, para divertirse un rato— se disfrazaron de mujer para hacer toda una representación de un desfile. Como parte de la broma, me dijeron si quería ser jurado y dije que sí, como lo hubiera hecho cualquiera.

-Vamos por partes. ¿Vos te das cuenta que no sos cualquiera? Si lo hace un desconocido, no pasa nada. Lo hiciste vos y se enteró el país. ¿No te preocupa la imagen que puedas dar como deportista? Me preocupa, sí. De a poco voy tomando conciencia de que lo que yo hago es popular. Entonces me cuido, no embromo de más, si estoy en algún restaurante o algo así, me fijo bien lo que hago porque sé que todo el mundo está pendiente de mí. Esto del boliche lo hice y punto, no sé si estoy arrepentido. Nada más que me doy cuenta cómo lo pueden aprovechar para perjudicarme. Se ha inventado demasiado.

-¿Vos no ayudás? Las salidas, los batallones de chicas esperándote a la salida del entrenamiento...Eso no tiene nada que ver. Y salir, salgo como puede salir una persona normal. Si juego el domingo, los viernes hasta la una de la mañana. Me gusta como le gusta a cualquiera.

-A cada rato estás en la tapa de una revista extradeportiva, ¿no influye eso para esta fama? -No, para nada. Las notas que me ha hecho Gente, La Semana, no son extrañas, al contrario, son notas que sirven. Hay otras en las que no tendría que haber salido, está bien, pero muchas veces me han inventado todo, palabra por palabra. Yo pido que se hable de fútbol y después empieza a salir que si me tiño el pelo, que si uso arito. Si lo hago es porque me gusta y chau, a mí me gusta así. Ahora, llegaron a poner que me depilaba las cejas, una barbaridad.

-Me da la impresión que, de todas maneras, no te preocupa demasiado lo que se diga. -¿Sabés qué pasa? Yo me conozco muy bien y la gente que está alrededor mío también, eso me tranquiliza. Yo no ando corriendo a nadie para hacerle juicio, para que desmienta. Pero todo eso me ayuda a diferenciar bien a la gente

-Para eso necesitarás consejeros. Y escuché por ahí que a los grandes del plantel no les gusta nada que vos no los escuches, que no les des bolilla... -Nada que ver, me llevo muy bien con ellos, son muy buena gente. . . Con Nery sobre todo, con el Tano Gutiérrez, hablamos siempre. No es que vienen ellos y te dicen: 'Vos tenés que hacer esto, esto y esto'. Se puede charlar.

-¿Con Alzamendi también? Leí declaraciones de él en las que criticaba a "algunos pibes de River, que jugaron dos partidos en primera y están agrandados". -Primero, hay que ver si lo dijo… Pero está bien, el tema se charló entre nosotros, en River. Yo, personalmente, no me preocupé por una razón muy simple: no me sentí tocado. Tengo una relación muy buena con él y, porque lo conozco, sé que si está enojado conmigo me lo dice de frente. Lo veo en las charlas técnicas, cuando él tiene algo que decir.

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La prestigiosa revista italiana "Guerin Sportivo" pública, en su tercera edición del año, una nota exclusiva con Diego Armando Maradona. Allí dice: "Todavía no ha llegado Caniggia a Italia y ya tiene fama de antipático. Lo que ha trascendido acá es que es loco. Está bien, nosotros le decimos loco, pero se tiene que interpretar como corresponde. Caniggia e fortíssimo, parola di Diego".

-Claudio, Diego salió a defenderte porque parece que a Italia llegaron referencias muy particulares sobre vos, ¿no te preocupa? -Bueno, cuando llegue allá me van a conocer mejor. Lo que pasa es que estamos lejos, allá llegan noticias, no siempre verdaderas.

-Me parece infantil que siempre tenga la culpa el periodismo. -No, yo reconozco que cuando empecé llamaba mucho la atención, mis salidas, todo... Pero bueno, tienen que aceptar que yo he cambiado: vine de Henderson, viví solo mucho tiempo en Buenos Aires, la fama, en algo me puedo equivocar, algún cambio tengo que tener. Ahora, recién ahora, he madurado. Me di cuenta que no puedo desperdiciar esta oportunidad, calculó que no tengo cuarenta partidos en primera y se hizo un pase de mucha plata, en el que yo voy a ganar una buena cifra. Si me pongo a pensar fríamente, no puedo ser tan gil de tirar todo eso por unas salidas.

-¿Y te ponés a pensar fríamente? -Lo pienso siempre, continuamente. No sólo por la plata, también por lo futbolístico: soy el tipo más joven al que le salió una oportunidad así, de ir a Italia. Fijate que cuando se fue Borghi, tenía 22 años, pero sobre todo experiencia, él había jugado una Intercontinental.

-Y vos te vas peleando la titularidad en River. -Y bueno, sí, pero tal vez en mayo o junio, cuando tenga que viajar, ya sea titular.

-Suena irónico. Decime, ¿vos no hubieras preferido que este pase se haga dentro de dos años, cuando no haya dudas sobre vos y nadie se pregunte si sos un fenómeno o un invento? -No, me gusta que haya salido ahora, lo prefiero. Y fíjate que no es sólo por la guita: si esperaba, me vendían en cinco millones.

-¿Y no te llama la atención que Santilli no arriesgue y espere a subir tu cotización? -No, River es un club comprador-vendedor y creo que en este momento dos millones y medio de dólares no le deben venir nada mal, ¿no?

-No. Pero el hecho de que ya estés vendido, justo en un momento bravo de River, ¿no te tiene con la cabeza en otro lado? -Al contrario, estoy más tranquilo. Ya estuvo la gente del Verona conmigo y con mis representantes y arreglamos todo. Estuvieron Mascetti y Polatto, el manager y el administrador, y arreglé mi contrato por cuatro años enseguida

-¿Con alguna cláusula especial? -Sí, que me dejen venir a la Selección cuando me llamen. Creo que con esta experiencia le voy a servir a Bilardo mucho más que antes, llegaré al Mundial del '90 jugando en el país donde se hace, con la edad ideal, con dos años de fútbol europeo.

Por el momento, no hay más cargos. Esparcidas por el departamento -que está muy lejos de parecer un tribunal-- numerosas pruebas de su próximo viaje a Italia. Un folleto turístico de Verona, un mapa del centro de la ciudad, otro del país como mural en una de las habitaciones, varios videocasetes con partidos del fútbol más caro del mundo. Ningún papel que pueda confirma que recibirá 450.000 dólares por año como contrato, más un Renault Alpine y una casa. De todas maneras, hay elementos suficientes como para que el jurado se expida: ¿Ángel o demonio? ¿Culpable o inocente?

Claudio Paul Caniggia se pone de pie, sonríe como siempre, se echa hacia atrás el pelo cada vez más largo y más rubio, y se absuelve a sí mismo: "Yo soy un tipo responsable, fiera.. Jeee".

 

DANIEL ARCUCCI   (1988)

Golazos criollos: Caniggia esquiva a cuatro Cuervos y hace gritar a River en 1988