Las Crónicas de El Gráfico

Passarella cuenta los secretos del cabezazo

En la cúspide de su carrera Daniel Passarella, uno de los mejores cabeceadores argentinos de la historia, le revelaba a El Gráfico valiosos consejos para cabecear en ataque y defensa.

Por Redacción EG ·

12 de julio de 2018
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La era de los defensores que se convirtieron en goleadores, entre otras virtudes por ser excelentes cabeceadores, se inicio con Alfio Basile y Ruben Díaz a partir del Racing '66 y alcanzó su pico cumbre en la figura de Daniel Alberto Passarella, con los colores de River o de la Selección Nacional. Detrás de Passarella se alinearon un grupo de apellidos ilustres que, desde el fondo de la cancha o en su posición de volantes defensivos, llegaron con la frecuencia de cualquier buen delantero a señalar goles en el arco rival. Entre ellos, Juan Domingo Antonio Rocchia, que los hizo para Racing y Ferro; Pedro Larraquy (Vélez y San Lorenzo), Edgardo Bauza (Rosario Central e Independiente); Enzo Trossero (Colon. Independiente y Estudiantes). El secreto que llevo a estos defensores a convertirse en inolvidables cabeceadores se puede sintetizar es estas confidencias que en su momento de apogeo le hizo Passarella a EL GRAFICO:

“Cabecear en tu área es más fácil, porque la pelota llega siempre de frente y ademas los contrarios siempre son menos.  Ahí la cabeceo con los parietales procurando rechazarla hacia el mismo lado de donde llegó, para que todos mis compañeros queden de frente a la jugada".

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 "Cuando voy al gol, me gusta el frentazo, porque sale más fuerte y también que la pelota, si es posible, me llegue abriéndose con respecto al arco".

"Cuando uno es muy marcado, igual puede ser útil arrastrando marcas".

 "Mi experiencia me dice que lo fundamental es mantener los ojos bien abiertos y mirar siempre la pelota. Si uno los cierra, pierde precisión".

  "También es importante aplicar el impulso con una sola pierna. Hay jugadores que llegan al lugar donde tienen que encontrarse con la pelota, frenan y después saltan con las dos piernas juntas. Así pierden fuerza."

“Con la pelota hay que encontrarse en el aire y eso exige tiempo, distancia y coordinación, Muchos creen que lo mejor es saltar mucho, yo pienso que vale más saltar a tiempo. Rogel y Marchetti, por ejemplo, no saltaban muy alto pero lo hacían en el momento justo y sabían poner el cuerpo para que no los desplazaran en el aire. Eso es lo que se llama ganar la posición".  

 "Cuando uno es chico siempre es bueno tomar a alguien por ejemplo y tratar de imitarlo. A mi me pasó con Mario Papa, una vez que vino a jugar a Chacacabuco. Ya era veterano, pero me volvió loco la manera en que saltaba y dirigía la pelota. Me parece que ahí se despertó mi afición por el cabezazo”

 

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“Nadie me enseñó, para mi cabecear es algo natural. Lo que si hice es practicar mucho después de los entrenamientos se quedaba alguien a tirarme centros  y yo los cabeceaba. Eso empecé a hacerlo desde pibe en Argentino de Chacabuco”.

“Cuando uno salta y está arriba, hay que definir rápidamente si conviene darle frentazo o pegarle con algún parietal. En mi caso lo raro es que le doy mejor con elizquierdo, pero hice más goles con el derecho".

"Entre los cabeceadores argentinos que vi o enfrenté, los que más me gustaron fueron Marchetti entre los delanteros y Basile y Rocchia entre los defensores”.

 

 Así pensaba Daniel Alberto Passarella, el más goleador entre los defensores que se fueron al ataque, alguien que impuso su virtud para ir arriba tanto en el fútbol local como internacional.

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