Las Entrevistas de El Gráfico

Quedar en el camino y reinventarse, en primera persona

Mientras estaba en la pensión de Racing, Kevin De Sousa les cortaba el pelo a sus compañeros a modo de hobby. A los 28 años, tras quedar libre, es un reconocido emprendedor en el mundo del estilismo en Mendoza.

Por Panqui Molina ·

23 de marzo de 2022

Las horas muertas en una pensión de juveniles son un desafío para la fortaleza mental y el ingenio. Entre mates y play station pasan el tiempo, extrañando a su familia a la distancia y soñando con un futuro próspero. Un día, Casa Tita, la pensión de Racing, se vio revolucionada porque uno de los chicos llegó con una maquinita de cortar el pelo.  

 

Imagen Kevin De Sousa, marcador central de la categoría 93 de Racing
Kevin De Sousa, marcador central de la categoría 93 de Racing
 

Sin ningún conocimiento más que el caradurismo, Kevin De Sousa, un aguerrido marcador central de la categoría 93, fue el primero que se animó a romper el hielo con el chiche nuevo. La cabeza de Ignacio Juárez, también de la 93, ofició de conejillo de indias y así fue como desde entonces una nueva actividad comenzó a funcionar en la casa de las joyas del futuro de Racing. 

Con el tiempo me empezó a gustar. Al principio lo hacía gratis. Éramos 50 en la pensión y yo cortaba el pelo de 9 de la noche a 1 de la mañana. En un momento empecé a cobrar 5 pesos. Estaba lejos de mi familia, me depositaban plata, en la pensión me daban todo, pero fue una manera de empezar a tener mis gastos personales”, cuenta Kevin De Sousa para El Gráfico desde su Mendoza natal, la tierra a la que volvió para quedarse. 

Lo que empezó siendo un hobby es hoy su sostén y también una fuente de ingreso para más de 10 personas. Actualmente De Sousa cuenta con tres locales en Luján de Cuyo y en simultáneo da cursos de peluquería y barbería. También incursiona en el mundo de la organización de eventos. El año pasado presentó “La Batalla de los Barberos”, un concurso que entregó 250 mil pesos en premios. 

 

 

Imagen Uno de los locales de Kevin De Sousa en Mendoza
Uno de los locales de Kevin De Sousa en Mendoza
  

¿Qué pasó en el medio para que aquel proyecto de jugador de fútbol se convierta en un reconocido emprendedor en el mundo del estilismo?

De Sousa fue dejado libre en Racing a sus 19 años, en las puertas de la firma del primer contrato. Había llegado a jugar en Reserva, a entrenar con Primera y a vivir en un departamento que le puso el club en Gerli. Sin embargo, tal como él mismo reconoce, el cambio de pasar de una pensión, con control y contención, a una casa propia, en donde los límites los pone uno, fue muy abrupto. 

La autocrítica predomina en De Sousa a la hora de repasar la historia.Mis hábitos habían cambiado, no llevaba la misma vida y fallé un montón. Me acostaba tarde, me juntaba con amigos… Y me lesioné varias veces. Ahí me bajaron de Reserva a Cuarta y perdí el enfoque. Como no era tan virtuoso, tenía que ser más constante”. 

Poco se habla de las etapas madurativas en el proceso de formación de un juvenil que quiere convertirse en futbolista profesional. Los entornos y la contención resultan fundamentales. En el caso de De Sousa, a los 12 años dejó todo para ir a Racing, vivió 6 años en pensión lejos de su familia, a la que solamente veía 3 o 4 veces por año. 

-¿Qué pensás cuando repasás eso?

-Me parece una locura. Lo volvería a hacer porque fue una experiencia importante en mi vida, me marcó mucho. Eso sí, si tuviera hijos no sería tan permisivo. En ese momento yo estaba enceguecido, no me daba cuenta del contexto ni nada. Iba por un sueño. Pero lo veo hoy con mi familia y son años que no recupero. 

-¿Cómo reaccionó tu familia cuando le dijiste que querías dedicarte al fútbol?

-Había dos polos muy opuestos. Mi papá era un loco y me acompañaba a todos lados. En cambio mi mamá me contó hace poco que se desgarraba cada vez que se acordaba de mí o veía mi cama vacía. Me lo dijo ahora porque sabía que si me lo decía en ese momento me iba a impactar. Tuvo la gentileza de no contarme lo mal que la estaba pasando.

-¿Cómo fue quedar libre de Racing?

-Sabía que no había tenido un buen año. Amo Racing y quería estar ahí, pero era consciente de que no había podido jugar mucho por las lesiones. Me impactó mucho tener que despedirme del estilo de vida que tenía. 

De Racing pasó a Godoy Cruz, en donde estuvo hasta los 21 años sin poder sentirse profeta en su tierra. Ahí se dio cuenta de que su futuro no iba a estar ligado a la redonda y que debía empezar a buscar alternativas para su vida. 

Dejé el fútbol o el fútbol me dejó a mí. Empecé a estudiar Higiene y seguridad laboral, hice una tecnicatura, trabajé en un supermercado, después en una estación de servicio. Todo eso mientras cortaba el pelo como hobby”, cuenta. 

-¿Y cómo quedó tu vínculo con el fútbol?

-Juego con amigos, nunca dejé de jugar. Pero en cuanto a mirarlo, saber los resultados, los jugadores, no. Tengo un pequeño resentimiento ante todo esto. Es algo personal, todo mío. Me hago responsable porque el fútbol no me hizo nada. Es un poco de desencanto. 

Racing lo marcó a fuego y a la hora de reencontrarse con sí mismo De Sousa es claro. “Cuando hablo del pasado me moviliza mucho y me doy cuenta que los recuerdos me gustan. Las cosas malas las tengo enterradas, pero no por un tabú. Mis recuerdos son los buenos”, repite.

Aquel pasatiempo se transformó hoy en “De Sousa’s Hair & Tatoo”, la firma pionera en el mundo de las barberías en Luján de Cuyo, Mendoza.

 

Imagen Representando a Racing en Liga: Kevin De Sousa, el 6° empezando desde la izquierda en la fila de arriba, con la categoría 93. Abajo a la izquierda, Ricardo Centurión mientras que el 4° en la fila de abajo es un tal Pity Martínez
Representando a Racing en Liga: Kevin De Sousa, el 6° empezando desde la izquierda en la fila de arriba, con la categoría 93. Abajo a la izquierda, Ricardo Centurión mientras que el 4° en la fila de abajo es un tal Pity Martínez