Las Entrevistas de El Gráfico

VERÓNICA BRUNATI: “NO ES VERDAD QUE POR SER MUJER NO PODÉS”

Es una de las periodistas deportivas que supieron atravesar fronteras con su trabajo. Dueña de un nombre propio, cuenta con el respeto de colegas y protagonistas. Junto a El Gráfico hizo un repaso de su carrera y de su futuro.

Por Pablo Bomarito ·

12 de febrero de 2022

DA LA SENSACIÓN de que no para nunca, de que puede mantener una charla profunda y estar pensando en la próxima nota, en la siguiente producción o en algo que no llegó a hacer… Luchadora por convicción, necesidad y herencia, Verónica Brunati forjó una carrera a fuerza de trabajo y honestidad. A fondo con El Gráfico, repasó su vida y el recorrido que la llevó al lugar que hoy ocupa.

-¿En qué momento de tu vida estás?

-En un momento muy bueno, estamos por estrenar un podcast con Spotify, con producción de Torneos y Olé junto a Emiliano Pinson y con un equipo tremendo. Además estamos en el año del Mundial: lo voy a cubrir para Telemundo de Estados Unidos y es la primera vez que lo voy a hacer para una cadena tan importante. Había trabajado en TNT pero con Telemundo la diferencia es que, además de cubrir a la Argentina, puedo llegar a hacer otras Selecciones. Es otro tipo de cobertura; generalmente con ellos me toca estar en el campo de juego, lo cual está buenísimo y para mí es un desafío tremendo y hermoso.

Imagen "Primera jugada", es el nombre del Podcast junto a Emiliano Pinson.jpg
"Primera jugada", es el nombre del Podcast junto a Emiliano Pinson.jpg

-¿En qué te especializás dentro de la profesión?

-En producción de contenidos, entrevistas, documentales; tengo un año de mucho trabajo, con bastantes viajes y eso me encanta.

-¿Cuando eras chica te imaginabas el camino que ibas a recorrer?

-Te podría decir que yo jugaba a ser periodista, a trabajar de periodista. Nunca creí que podía llegar a hacer tantas cosas. Si hay algo que distingue mi carrera es haber trabajado en muchos países, para medios muy diferentes y de muchas nacionalidades. Es un recorrido por momentos agotador (risas) pero hice más de lo que creí que podría haber hecho.

-Te recibiste en TEA en 2003: ¿qué pensaste con el título en la mano?

-Fue un vacío. Yo estaba trabajando en una agencia de representación de jugadores, mis jefes eran Alejandro Bouza y Alberto Lavalle, con quienes estoy super agradecida porque fueron los que, de alguna manera, me metieron en el mundo del fútbol y me permitieron crecer y conocer un montón de cosas que de otra forma no hubiesen sido posibles. Cuando me recibí de periodista me fui de la empresa y empecé a vender entrevistas y coberturas a medios del interior del país y del exterior, porque en Buenos Aires no había trabajo para las mujeres... Había hecho una pasantía en “Hablemos de fútbol”, en ESPN, y cuando terminó se acabó. En las otras pasantías que tuve directamente me decían: “No vamos a contratar mujeres”. Era otra época del periodismo deportivo y había muy poquitas mujeres trabajando en el medio. Lo que empecé a hacer fue buscar necesidades, hubo un montón de amigos que me ayudaron mucho, que me abrieron puertas. Empecé a escribir para agencias del interior del país, para el diario Río Negro. Gracias a Pablo Perantuono fue el primer lugar donde firmé mis notas, porque en realidad no podía firmar… usaba un seudónimo para hacerlo.

-¿Y cuál era tu alter ego?

-Joaquin Guevara: una combinación de nombres de Joaquín Sabina y el Che Guevara, como una manera de rebelarte, de intentar hacer algo distinto dentro del periodismo deportivo (risas). Era un divague mío de molestar a alguien, no porque sea una revolucionaria sino por esa cuestión de que siendo mujer firmaba como un hombre... Durante mucho tiempo fue de esa manera, no había tantas mujeres escribiendo sobre periodismo deportivo, sobre todo de fútbol. Mi primera firma llegó en un medio español: había mandado un sumario de notas a una revista que se llamaba “Futbolistas” y el director, Israel Montejo, las compró todas. Me pagaban cien euros por nota. Yo les mandaba la producción de fotos con el jugador y la entrevista. Hice notas grosas para el momento, como con Javier Mascherano o Diego Milito, entre muchas otras. También empecé a hacer la cobertura de la Selección Argentina post eliminación del Mundial 2002. Me acuerdo de que no podías preguntar en rueda de prensa, te miraban raro, era incómodo, como si preguntaran: "¿Esta mina qué viene a hacer acá?. Se corrían los rumores de que eras una botinera; tenías que soportar esa hostilidad.

-¿De quién sacaste ese carácter?

-Tengo mucho de mi vieja. Ella es docente pero siempre se rebeló al sistema. Amaba su trabajo e iba contra lo establecido. Trataba de que sus alumnos pensaran y se cuestionaran. Además la tuve como maestra. Siempre fue una persona que estimulaba el pensamiento crítico, una persona muy batalladora. Mi abuela también tiene ese carácter; en un momento de su vida se le plantó a mi abuelo y le dijo: “Yo voy a trabajar”. Mi bisabuela Tana, con quien yo viví muchas cosas y con la que me encantaba pasar tiempo, se quedó viuda joven como yo. Ella cocinaba y cosía por encargo; así crió y sacó adelante a cuatro hijos sola. Yo creo que hay una raíz ahí; más allá de mi carácter soy bastante inquieta.

Imagen Primera pretemporada para los dos, AgÚero como jugador, Verónica como pediodista
Primera pretemporada para los dos, AgÚero como jugador, Verónica como pediodista


-En esa búsqueda de ser alguien y triunfar en un medio hostil (interrumpe)...

-Más que triunfar es vivir de lo que te gusta hacer y ser lo mejor que puedas en lo que elegiste. Para mí el éxito es haber hecho lo que quería hacer dentro del periodismo deportivo; nunca pasó por trabajar en determinado lugar. Primero porque esos lugares no estaban y, después, porque lo que yo hago no lo hacen las mujeres en los grandes medios. A mí me gusta la producción, viajar, entrevistar. Disfruto de aquellas notas que son difíciles de conseguir; me gustan los personajes difíciles. Me gusta estudiar, estar en contacto con la gente que más sabe. En un medio grande no habría podido desarrollar todo eso, aunque mi experiencia más cercana fue cuando estuve en TNT Sports. Por ejemplo, llevo más de 20 años cubriendo a la Selección Argentina; en un gran medio nunca me hubiesen elegido para hacerlo. Hice la cobertura de seis Copas América y en Qatar 2022 voy a estar en mi tercer Mundial.

-En esta búsqueda de poder ser feliz con lo que hacés en tu trabajo, abriste un montón de puertas para vos y para las chicas que vienen atrás, además de ser referente de un montón de ellas.

-Primero me sentía muy cómoda en la parte de producción y en el anonimato de la gráfica. Estaba comodísima. Eso también me dio la posibilidad de tener relaciones que, si hubiese estado en otro nivel de exposición, quizá no las hubiera podido construir. Mi carrera es un poco “outsider” si querés, porque yo trabajé en grandes medios como periodista freelance o colaboradora. Estuve diez años en el diario Marca. Después en el diario As. Produje para la BBC. Trabajé para Titan de China y Tencent. Hice cosas para Univisión. Ahora puntualmente estoy con el tema de Telemundo. Hice radio en España. Todo esto me lo hicieron ver hace poquito, no lo había registrado; en esencia soy productora de contenidos de fútbol.

-Para alguien como vos que se genera su trabajo, ¿cómo fue trabajar en la pandemia?

-Al principio fue muy hostil porque a mí me echaron de la televisión en el inicio de la cuarentena. Sentí un vacío, sentí que se paraba todo. Milagrosamente apareció un colega que me dijo: “Mirá, Vero, me llamaron para producir entrevistas para un programa de Chile que se llama 'Historias de Cracks'”. La llamé a Cata, que es la productora, y me salvó la vida. Confió en mí y pasé el primer año de la pandemia produciendo desde mi casa notas con protagonistas como Martín Palermo, Sebastián Battaglia, Javier Mascherano, Juan Pablo Ángel, Javier Saviola, además de otros jugadores internacionales. Fue muy difícil, se cortó todo, algunos trabajos que estaba haciendo se pararon. Tenía armada una gira de notas para hacer en Inglaterra y fue todo para atrás. La experiencia de ser una periodista freelance te da el ejercicio de estar siempre en la búsqueda, creando y proponiendo cosas. También es cierto que empecé a moverme rápido y busqué cosas; algunas salieron, otras no, pero lo cierto es que pude zafar.

Imagen El mundial de Rusia 2018, el segundo en la carrera de Verónica Brunatti
El mundial de Rusia 2018, el segundo en la carrera de Verónica Brunatti


-En cierto punto estás acostumbrada a vivir de esa manera…

-Toda mi carrera la viví así. Cuando empecé en el periodismo cobraba $30 por la cobertura de un partido y $60 por una entrevista. Hacía ascenso y primera todos los fines de semana y, durante la semana, cubría las copas internacionales, haciendo River y Boca. Yo me mataba.

-Desde lo profesional, ¿cuál es el desafío que más te moviliza?

-El Mundial de Qatar, por cómo se da para mí es un punto de inflexión, yendo como talento de una cadena, siguiendo a la Selección Argentina en el que probablemente sea el último Mundial de Lionel Messi, habiendo hecho todo su recorrido con la Argentina. Es lo que soñé. Creo que después de Qatar para mí empieza una vida profesional diferente. Por lo menos así lo pensé.

-¿Lo vivís como un relanzamiento de tu carrera?

-Tengo ganas de hacer otras cosas. Entonces para mí el Mundial de Qatar es algo bisagra, es un sueño. Yo le prometí al Topo (NdR: Jorge López, quien fuera su marido) que cuando Leo se fuera de la Selección yo también iba a cerrar mi ciclo. Obviamente no sabemos si Messi va a continuar o no después de Qatar, pero para mí es el punto de inflexión. Haber vivido todos estos años viajando por todo el mundo con esta Selección, haber disfrutado tanto de Messi con la camiseta de Argentina, haber vivido todo su proceso de maduración, los distintos grupos, entrenadores, para mí es un sueño cumplido. Sin dudas es lo más grande que me tocó vivir: poder disfrutar de tantos momentos lindos y malos de la Selección Argentina. Me quedo con la grandeza de un grupo humano de jugadores y entrenadores, porque la verdad es que he tenido relaciones buenísimasAlejandro Sabella fue un maestro, uno de los entrenadores con los que más relación cultivé. Me marcó no sólo en lo profesional sino en la vida. He visto crecer a Maxi Rodríguez, Pablo Zabaleta. Javier Saviola, Fernando Gago, Gabriel Heinze, a los hermanos Milito. Pude disfrutar desde adentro a Javier Zanetti, Roberto Ayala, Walter Samuel.

Imagen Alejadro Sabella, maestro adentro y afuera de la cancha.
Alejadro Sabella, maestro adentro y afuera de la cancha.
 

-Es que abarcaste tres generaciones de jugadores.

-Los vi formarse, crecer y convertirse en jugadores de la Selección Argentina. Para mí es extraordinario.

-¿Te quedaron amigos dentro del fútbol?

-Tengo poquitos pero enormes, enormes. De esos amigos que, cuando me caigo, están ahí. Catalanes, argentinos, españoles. La verdad es que lo mejor de mi carrera es estar rodeada de gente tan valiosa. Los cuido y soy súper celosa con las amistades que tengo en el fútbol como en la vida. Jorge Brito e Ignacio Villaroel me ayudaron mucho en los momentos difíciles, al igual que Gustavo Goñi y Twenty Two .

Imagen Una de las tantas notas con Lionel Messi.
Una de las tantas notas con Lionel Messi.
 

¿Hay algo que atesores de tu carrera, que tengas en un lugar especial?

-Tuve el privilegio durante tres años, cada semana, de editar la columna de César Luis Menotti para el diario Sport. Soy agradecida por su confianza. Escucharlo hablar de su visión del fútbol, de sus experiencias y vivencias. Su confianza fue lo más grande que me pasó en el periodismo.

Imagen Uno de los gustos de la porfesión, trabajar con Menotti.
Uno de los gustos de la porfesión, trabajar con Menotti.


-Si pudieras advertirte de algo vivido, ¿qué te dirías?

-Mirá, siempre me repetí a mí misma que vos podés sentir por momentos que estás muy arriba, pero también podés cometer errores que pueden llevarte a estar muy abajo. Muchas veces podés creer que llegaste a un lugar y, cuando estás ahí, ese lugar es muy efímero. La mayoría de las veces ese lugar ni siquiera depende de tu trabajo personal sino de la opinión de alguien que toma decisiones y que, si no le gustás, salís catapultado. Yo no me llevo muy bien con la cuestión de la popularidad, de los likes en Instagram, del “figurar”. Con todo eso yo tengo una relación muy compleja, no me creo nada. A mí me gusta el trabajo silencioso. Mucho de lo que hago la gente no lo ve y tengo satisfacciones por otro lado, que no tienen que ver con mi imagen pública. También eso de pensar que si sos mujer no podés. Eso no es así. Lo cierto es que podés y tengo que decir que he encontrado en la profesión muy buenos compañeros que me hicieron y me hacen mejor. Hubo muchas cosas que no sé si hubiera podido afrontar. Las coberturas son muy heavys. Dormís muy poco; viajás mucho y a veces mal; estás en lugares que, a lo mejor, no son tan seguros. En esas situaciones tener amigos en la profesión me ha salvado. Me siento contenida y respetada por muchos de ellos y eso, para mí, es la satisfacción más grande.

-¿Qué mensaje les das a las chicas que quieren ser periodistas?

-Que busquen su camino, que no repitan fórmulas, que se formen para ser mejores. Es cierto que el medio es hostil para las mujeres, pero tenés que amar el deporte y la profesión. No hay que olvidar que nosotros somos comunicadores. No somos más importantes que los protagonistas: nuestra función es contar el deporte y emocionar a través de él. Transmitir los principios y valores que tiene. Necesitamos más comunicadores humanizados con el deportista. La ventaja de la mujer, que a veces es un diferencial, es su sensibilidad para captar las necesidades humanas. Para mí “no” es una oportunidad.

FOTOS: IG @verobrunati