Las Entrevistas de El Gráfico

1972. ¿Que tiene en la zurda Mario Zanabria?

Un encuentro sin gambetas con Mario Zanabria. A los 23 años era el argumento principal para que Newell´s siga siendo Newell´s. Siga siendo comparsa, show, espectáculo. Para que el fútbol siga vigente.

Por Redacción EG ·

12 de marzo de 2020

Calle Colón, a pocos pasos de la Costanera. Allí vive desde hace tres meses. Allí comparte las horas con Sarita Culasso. Un departamento amplio que dejó atrás el reducido par de ambientes en Maipú y Santa Fe, donde estuvo todo el 70 con Pocho Algocino y Zeballos, donde después vino Vedé, donde también estuvo Berta... Calle Colón, abajo, con el río cerca, con la moderna vecindad de otras estructuras que se van para arriba. Los sueños, los proyectos de la hora actual. Más lejos aquella etapa de Unión, en Santa Fe, con la sonrisa permanente de los triunfos en las inferiores. Ya se fue el Mono Obberti, con Nelly, con los dos chicos, a agarrar plata grande en Porto Alegre. Ya le dejó su departamento de Wilrey al 1500 a Mario Rubén Mendoza y familia. El mismo que era mitad del Mono, mitad de Mario... No está más la carcajada del Mono. Tampoco están los goles. Y, sin embargo, Newell's sigue siendo Newell's. Y, sin embargo, sigue habiendo sonrisas...

 

Imagen La zurda en acción: caño y pasada de largo del Cai Aimar en un clásico rosarino.
La zurda en acción: caño y pasada de largo del Cai Aimar en un clásico rosarino.
 Cuando se fue Heraldo Bezerra pareció que el mundo, teñido con una parte roja y la otra negra, se partía en mil pedazos. Cuando se fue el Mono, aun después de sus "ausencias" en los clásicos contra Central, pareció comenzar el funeral del gol. Cuando se fue Marcos Pereira se le empezó a decir adiós al gracioso hamaque por la raya. Ya todos estaban resignados, incluso, a que Crico Montes se vaya a Huracán. Newell's, pese a todo, sigue siendo Newell's. Sigue siendo comparsa, show, espectáculo. Es que no se ha ido la zurda mágica de Marito Zanabria. Es que cada vez tiene más vigencia esa facilidad para juntarse con el claro, es que cada vez le resulta más familiar el trato con la pelota, es que cada vez se acentúa más el jugador que tiene ganas de madurar, de analizarse, de pensar en el partido, de vivir el trámite con los cinco sentidos.

Y deducimos: nunca lo hemos visto jugar mal a Mario Zanabria y bien a Newell's. Siempre que anduvo, todo el equipo recibió los beneficios. Por eso, Marito jamás será "el que se salva de la crítica" como suele decirse... Porque si las cosas no han salido, con seguridad ha sido factor y no consecuencia del fracaso. Porque si las cosas resultaron como para que las palmas no se cansen de batir, es porque la zurda no ha tenido solución para el rival. Y Mario es de los que se hacen notar cuando están en la cancha y se ven mucho más cuando faltan. Como ocurrió en el Nacional del 70 después de aquella hepatitis que lo postergó. Como sucedió en la increíble tarde frente a Argentinos Juniors, cuando una fuerte angina lo dejó en cama.

Newell's sigue siendo Newell's. No puede ser de otra manera: Marito sigue en el Parque... Ese es el argumento más sólido para sonreír, ésa es la explicación más coherente para apuntalar la "manija" de Montes y la "pala" del Negro Martínez...

Allí está Mario, en Colón abajo. Festejándose a sí mismo cuando logra reproducir la palabra de algún compañero, cuando imita graciosamente a un comentarista, cuando se empeña en encontrar el apodo justo para quien seguramente no acertará el autor... Allí está Mario, serio, cada vez más serio cuando habla de su profesión. Tanto, que no prefirió ensayar ninguna gambeta a un diálogo sin compromisos en el que apuntamos sin piedad...

—Muchos dicen que tu zurda es un camelo, que es intrascendente, que con ella no pasa nada.

— ¿Quién lo dice? ¿Algún contrario, un jugador que me tuvo enfrente? ¿O es el concepto que puede tener algún compañero de equipo? Porque ellos son los únicos que podrían opinar. Y no creo que puedan decir una cosa así... Si la tengo mucho en los pies es solamente por dos cosas: porque no le tengo miedo a la pelota y porque nadie se me destapa para la entrega. Eso, por lo general. A veces confío en mi habilidad porque mientras la tengamos nosotros, no la tiene el contrario. Entonces, el ritmo lo está marcando Newell's. Y en muchos casos, mientras puede darse la sensación de que el rival me está tapando y me tiene dominado mientras yo la estoy tocando, lo que en realidad está ocurriendo es que estoy esperando que todos los contrarios se paren, se acomoden, para meter el pelotazo que sorprenda. Si sale, por supuesto... Esa es la razón por la cual muchas veces mis pases largos se pierden por milímetros: porque si pasan es posible que algún compañero quede bien para definir.

 

Imagen El festival del amague comienza frente a dos defensores que van a su encuentro para frenarlo…
El festival del amague comienza frente a dos defensores que van a su encuentro para frenarlo…
 

Imagen …Las pausa y la pelota que sigue bailando acariciada por la zurda ¿Se podrá pasar?...
…Las pausa y la pelota que sigue bailando acariciada por la zurda ¿Se podrá pasar?...
 

Imagen …Sí, se puede. Para Mario Zanabria no hay obstáculos cuando la zurda entra en acción.
…Sí, se puede. Para Mario Zanabria no hay obstáculos cuando la zurda entra en acción.
 

 — ¿Te sentís físicamente frágil? ¿Es raro que ganes si vas a trabar?

—No soy fuerte-fuerte, pero frágil tampoco. Es una cuestión de imagen: por mi manera de jugar, por mi sensibilidad, es muy difícil que alguien se haga a la idea de que soy un tipo fuerte. Lo contrario pasa con Berta, por ejemplo, que también es hábil, pero como impresiona por su fortaleza hay tipos a los que les he escuchado decir que lo único que puede hacer es meter pierna. Cada uno tiene su tipo. Si yo voy a trabar no es para arrancarle la pierna al contrario: lo hago calculando de que la pelota quede cerca para controlarla y llevármela.

—¿Consideres que tenés problemas de perfil?

—No, porque me muevo rápido para los dos costados. Que sea mucho más hábil con la zurda no quiere decir que no pueda tenerla con la derecha. Todo es cuestión de fe. Siempre estoy seguro de que llego antes con la zurda, pero si no ustedes saben bien que muchas veces he metido "cambios" también con la derecha. Si fuera así, todos los derechos tendrían problemas de perfil porque no manejan bien la zurda. Es cuestión de girar rápido con la cintura, el que tiene cintura no puede tener problemas de perfil...

—Pero definiendo le das muy mal con la derecha...

—Eso sí, sobre todo si la pelota me atora o debo darle de media vuelta. Entonces sí, pueden ir a la Luna. Pero en lo otro, no. Porque si a mí me cuidan el perfil zurdo pensando que me voy a ir enganchando con la cara exterior del pie, como hacen casi todos los zurdos... entonces se equivocan. Porque tengo mucha facilidad para irme por adentro con la misma zurda, la engancho bien, no sé...

—Y en la guerra, ¿cómo te sentís?

 —Mal, porque soy jugador de habilidad. Sin embargo, los que se vienen al humo muchas veces pueden quedar mal parados. La guerra que más me gusta es para ganar con la pelota. Eso no quiere decir que no tenga personalidad, ¿eh? Todo lo contrario, lo triste sería que trate de cambiar y pierda confianza en lo que más sé. Pero me doy cuenta que evoluciono: analizo más el partido, pienso en el rival, juego más sin la pelota. En eso sí he ganado mucho.

Dos veces lo quiso River. Dos veces se opuso porque no mejoraba mucho económicamente. Y allí, en Colón abajo, sueña con Sari en llegar al mercado en el que se paga fuerte. Mientras tanto, el asombro de la tribuna define un solo interrogante: "¿Qué tiene ese Zanabria en la zurda?” Por eso, Newell's sigue siendo Newell's.

ERNESTO PATRONO (1972)