Las Entrevistas de El Gráfico

1929. Adolfo Pompei, un héroe que venció a la vida

Era vendedor de pescado y bicicletero. Tosco y bueno como el pan se hizo cargo del cuidado de sus 7 hijos, huérfanos de madre. Realizó una de las hazañas más notables del ciclismo nacional.

Por Redacción EG ·

12 de febrero de 2020

POMPEI ESTA MEJOR QUE NUNCA

Siete hijos pequeños, un montón de bicicletas ruinosas y un puesto de pescado, que posee por local el camioncito que duerme en la puerta, soñando con el garage que no tiene, que acaso no tenga nunca. De los hijos sólo el último es varón; y la mayor tiene recién quince años. Dios los mandó demasiado de prisa, como en un embalaje. Y todo ello; el local de las bicicletas que se alquilan, el rodante del pescado y las siete bocas ansiosas, tienen un puntal que soporta estoicamente y un héroe que venció y sigue venciendo la vida: Adolfo Pompei.

 

Imagen ADOLFO POMPEI rodeado de sus siete hijos huérfanos de madre. El más pequeño es el único varón. La mayor tiene tan sólo quince años.
ADOLFO POMPEI rodeado de sus siete hijos huérfanos de madre. El más pequeño es el único varón. La mayor tiene tan sólo quince años.
 

Tosco bueno y como el pan. Sacrificado y valiente como honesto pobre sin esperanzas. Fuerte y laborioso incansable como... como Adolfo Pompei. Siempre joven, siempre entusiasta por el ciclismo, siempre creyendo que "está como nunca". Es una lección de perseverancia, un ejemplo de entusiasmo renovado. Pero no puede entrenarse, no tiene tiempo. Antes, cuando vivía su buena compañera de luchas y afanes, y que hace un año marchó por la carretera sin retorno, podía entrenarse. Ella cuidaba el negocio y Pompei, "El Pescador", salía a los caminos con una "chica de tabaco inda la buca”, unos trozos de pan en los bolsillos y la caramañola llena de vino. Pero ahora no puede... "¡Y está mejor que nunca!" ¡Si él pudiera!... ‘Si me entrenara agora que estoy mecor que nunca, iban a vedere lo que es caminare!...’

 

Imagen Así quedó "El Pescador" después de su triunfo en la carrera "Rosario-Bs As" en 1922. Fue el único participante que completó la competencia. Tardó 23 horas y 55 minutos y descansó sólo 17 minutos
Así quedó "El Pescador" después de su triunfo en la carrera "Rosario-Bs As" en 1922. Fue el único participante que completó la competencia. Tardó 23 horas y 55 minutos y descansó sólo 17 minutos
 

 

SU DEBUT, EN CURDA

Tiene 37 años y 37.000 anécdotas. Se casó cuando tenía 19 años. En un juzgado no lo admitieron porque era menor y tuvo que casarse en otro. Ella tenía 17 años. Se casaron y cuando ya habían nacido tres purretas, Pompei fue con su cuñado Benedettelli a presenciar una carrera en "La Sportiva ". Se entusiasmó y se creyó con derecho a ganarles a todos los campeones de entonces. Pero tenía una vieja bicicleta que había comprado de segunda mano en 50 pesos, y, por más que se entrenara, no podía marchar fuerte. Benedettelli le prestó una buena máquina y, Pompei, debutó. Pero antes de la carrera, para darse un poquito de coraje, pilló unas copas. Luego, antes de salir a la pista, algunos corredores, que según Pompei le tenían miedo, le dieron otros anises.

 

Imagen Pompei solía estimularse con vino para largas distancias y en esta foto después de “estimularse” tanto en el puestito que se ve al fondo que tuvo que ir a un arroyo para refrescarse.
Pompei solía estimularse con vino para largas distancias y en esta foto después de “estimularse” tanto en el puestito que se ve al fondo que tuvo que ir a un arroyo para refrescarse.
 

"El Pescador" debutó dándose un porrazo de órdago y provocando otras caídas. Los anises lo habían encurdelado.

"Benedettelli pasó la vergüenza — dice al recordar su primera actuación ciclística—  Ma yo no tenía la culpa. Ello me dieron lo anise parque me teníano miedo. A 'laltra reunión gané toda la vida. Dopo Balbi me entrenó y gané dui vechi más: atrás de motos e individuale. Pero no ricordo otra llegada curve aquella de la Rosario-Gnenosarie..."

Y evoca aquella llegada apoteósica que fue la más trascendental de todas. El ganador de la Rosario-Buenos Aires corrió la mayor parte del trayecto solo. Sus adversarios abandonaron y "El Pescador" se vino a la raya, después de 23 horas y 55 minutos de marcha continua. Cuando llegó a la Avenida Alvear lo esperaba una" enorme" multitud que le tributó la mayor ovación que se le haya prodigado a un ciclista en nuestro país. Y con ese recuerdo, Pompei llena sus horas de evocaciones.

 

Imagen "LA FLOR DEL BARRIO" se llama el camioncito en el cual Pompei reparte el pescado a sus clientes. No tiene garage. La "flor" duerme en la calle sin marchitarse con las heladas.
"LA FLOR DEL BARRIO" se llama el camioncito en el cual Pompei reparte el pescado a sus clientes. No tiene garage. La "flor" duerme en la calle sin marchitarse con las heladas.
 

 

"¡CÓMO IBA A HABLAR! "

—En la doble Zárate yo iba bene. Había perdido due minuti per rumperse la cadena. Estábame llegando cerca de Zárate y al pasar uno lumita ¡zás!, me caí di buca. Bonedettelli que me acompañaba me agaró y me hay dicho: "¡Hablal... ¿Per qué nu parla? " E yu no podeba parlare perque al caere me había llenato la buca de tiera. ¡Come iba a parlare!..."

 Y se ríe. Se ríe da todas sus cosas, de todos los porrazos, de todas las veces que quedó último y se vino al tranco, tomando un vasito de vino en cada boliche del camino. No le importó nunca que lo despegaran de entrada. Siguió siempre su tren, pero siguió. El no abandona. Es hombre de temple. Así como lucha en los caminos también lo hace en la vida. Se impone el deber de llegar a la meta, y, aunque a su arribo no hayan jueces que controlen, aunque sea de noche, aunque sea al otro día, no importa: él ha llegado. Le basta con esa satisfacción que experimenta al transponer la raya, al saberse capaz de luchar en desventaja contra todos los obstáculos. Esta temporada acaso vuelva. La Rosario le interesa. Es de las que exigen. Y, sobre el camino en donde conquistó la más grande victoria, podrá evocar aquella marcha lenta y segura que duró 23 horas 55 minutos.

 

Imagen CICLISTA en pose de largador con su Adolfo. "El Pescador" sueña para el purrete en todas aquellas carreras en las que él no pudo participar ni del embalaje.
CICLISTA en pose de largador con su Adolfo. "El Pescador" sueña para el purrete en todas aquellas carreras en las que él no pudo participar ni del embalaje.
 

NADA LE PESA A POMPEI

A "El Pescador" no le pesan ni sus treinta y siete años, ni sus siete hijos, ni los esfuerzos que hace para mantenerlos, ni los kilómetros recorridos, absolutamente nada. Como buen optimista que es vive en el mejor de los mundos. Creyendo siempre "estar mejor que nunca'' y convencido de que si tuviera tiempo para entrenarse... más tendría que luchar Saavedra. Ansía reaparecer. Quiere volver a sentir el calor y el polvo de las carreteras. Ansía recordar momentos que no supone idos para siempre. Tendrá que sacrificarse, pero no importa.

El Gráfico (1929)