Las Entrevistas de El Gráfico

1968. Oreste Berta, el hombre del 67… ¿Qué hace en el 68?

Una mañana en Alta Gracia. La prueba del equipo inyector. El porqué de la separación de Gradassi. La actual relación con la fábrica y las ventajas de trabajar así.

Por Redacción EG ·

27 de diciembre de 2019

Era el martes de la semana pasada. Exactamente a las 12 menos veinte de la mañana un bramido de motor sacudió las paredes del taller que Oreste Berta tiene en el fondo de su casa. Los rostros se pusieron tensos. Había miradas de satisfacción, sonrisas de alegría. Cinco minutos después llegó "Pepe" Diez, el colaborador más antiguo de Oreste, que habla salido.

 

Imagen Oreste y su equipo. Conseguir que cada uno deje lo que estaba haciendo para posar fue duro trabajo para Alfieri.
Oreste y su equipo. Conseguir que cada uno deje lo que estaba haciendo para posar fue duro trabajo para Alfieri.
 

— ¿Qué?... ¿Arrancó?

—Claro que si... ¿O no lo podes creer?

Un dialogo breve y otro corazoncito que se sumaba al compacto grupo. Berta aclaro lodo en seguida: "Esto no es nada. Recién ahora viene lo peor, lo más difícil. Recién ahora vamos a empezar a sufrir..."

El Grafico, casi sin quererlo, había sido testigo de la primera prueba que se hace con un equipo inyector en un motor Tornado. Y precisamente Oreste Berta era el culpable. "El sábado, después que Allen a se habla suspendido y nos quedábamos en Alta Gracia, se me ocurrió probar. Es un equipo Lucas que yo traje de Europa a mediados del año pasado, en el viaje que hice con Fangio. Lo tenía archivado por falta de tiempo. El sábado se me ocurrió la idea maldita..." Y fue casi precisamente así. Una idea maldita... Comenzaron a instalarlo. Los carburadores Weber quedaron a un lado, en el suelo.

 

Imagen Este es el motor Tornado equipado con el equipo inyector Lucas. Los Weber dejaron paso a las trompetas de la inyección.
Este es el motor Tornado equipado con el equipo inyector Lucas. Los Weber dejaron paso a las trompetas de la inyección.
 

Y el auto que corriera Gaston Perkins en el Gran Premio, que desde hace pocos días es el "muleto" del equipo Berta-Bardahl, iba a ser la base del experimento. "Era la primera vez en mi vida que veta un equipo inyector. No tenía la menor idea de cómo funcionaba... Instalamos todo y terminamos de colocarlo el lunes a la tarde. Claro que el problema estaba en que ni siquiera teníamos un simple folleto... No temamos nada..." Las luces del taller quedaron encendidas el lunes hasta muy tarde. El asunto no andaba y Berta no quena darse por vencido. No podía darse por vencido... "En un momento dado pensé ir a IKA para que manden algún telex a Lucas y le pidan el envío del folleto. Después recapacité y dije que no podía ser. Teníamos que descubrirlo acá..." Ese lunes Oreste se fue a dormir (o a no dormir) con esa idea fija en la mente. "Esto tiene que andar. Esto tiene que andar..." A las 6 y media de la mañana surgió la respuesta. "Pegué un salto en la cama y le dije a mi mujer: «Ya está, ya está...a Creo que ni alcancé a terminar de vestirme y ya estaba al lado del auto. Cambié unas cuantas conexiones en una bomba que tiene el equipo y el asunto se solucionó. No sé si de noche dormí o no. Pero una de dos: o soñaba o pensaba con los ojos cerrados..."

 

Imagen Oreste trata de solucionar los problemas creados por el experimento.
Oreste trata de solucionar los problemas creados por el experimento.
 

Desde las 6 y media pasaron cinco horas hasta que se terminaron los detalles. Hubo casi diez minutos de intentos de puesta en marcha y el motor no arrancaba. Oreste Berta y los seis hombres de su equipo rodeaban el Torino gris. Finalmente la explosión. Los bramidos. Los rostros tensos. La alegría. Y la definición de Berta: "Recién ahora empiezan los líos. Pero es mejor: ya tenemos algo nuevo con qué divertirnos." También explicaba el porqué de esto: "Sí. El motor puede andar más con la inyección. Yo personalmente no le tengo mucha confianza, pero creo que puede andar más. Si no, no lo hubiera probado. Sé que en Europa la puesta a punto da unos problemas bárbaros. Pero no importa, vamos a intentarlo..."

 

Imagen La familia Berta en pleno. Oreste y su esposa con los tres hijos: Bryan, Cheryl y Orestito. El frente del chalet de Alta Gracia no hace suponer que en los fondos se construyen los autos más exitosos de la Argentina.
La familia Berta en pleno. Oreste y su esposa con los tres hijos: Bryan, Cheryl y Orestito. El frente del chalet de Alta Gracia no hace suponer que en los fondos se construyen los autos más exitosos de la Argentina.
 

No estaba tan despeinado como siempre. Sí igualmente inquieto y movedizo. El pantalón de corderoy color mostaza y la camisa escocesa estaban tapados por su pantalón y su camisa de trabajo. El pedido de Alfieri lo hizo volver a la vestimenta "civil". De todos modos seguía siendo el mismo. "Tengo que entregar un motor Renault esta tarde a una gente de Neuquén. Todavía no terminé la tapa..." Pero eso quedó a un lado. Salimos al parque del monumental chalet de Alta Gracia y empezamos a preguntar...

 

Imagen Hacer andar la inyección fue uno de sus dramas de la semana anterior. El taller del fondo de su casa es testigo del trabajo de Berta. Allí, desde las 7 "No importa. Ahora ya tenemos con qué divertirnos..."
Hacer andar la inyección fue uno de sus dramas de la semana anterior. El taller del fondo de su casa es testigo del trabajo de Berta. Allí, desde las 7 "No importa. Ahora ya tenemos con qué divertirnos..."
 

LOS CAMBIOS

...Claro que de entrada nos interrumpió Bryan (5 años) con una pregunta a su padre... "Encontré esto en el cajón de los juguetes nuestros. ¿Qué hago...?" Y le enseñaba a Oreste una bujía en su mano derecha. "Te lo regalo. Andá no más..." Hasta los juguetes tienen que ver con los autos. Es la casa de Berta, no hay ninguna duda.

— ¿Qué diferencia hay entre Berta '67 y Berta '68?

—Una gran diferencia, por supuesto. Esta desvinculación indirecta de la fábrica me conviene en todos los aspectos: trabajo y pesos. Yo firmé con IKA-Renault un contrato por dos años, y mis obligaciones son solamente dos, aparte de tener que usar siempre su mecánica: correr dos carreras por mes (no importa en qué categoría) y pasar al Departamento de Ingeniería toda la información de lo que hacemos nosotros. Nada más... Lo otro corre por mi absoluta cuenta.

 

Imagen El taller del fondo de su casa es testigo del trabajo de Berta. Allí, desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche, hay ruido y olor a fierros.
El taller del fondo de su casa es testigo del trabajo de Berta. Allí, desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche, hay ruido y olor a fierros.
 

—...Y precisamente ahí están las ventajas...

—Sí, claro. Ahora tengo mucho más tiempo para todo y no dependo de nadie. A la planta voy solamente cuando necesito algún repuesto y nada más.

— ¿Ganaste mucha plata el año pasado?

 

Imagen Berta está en todos los detalles. Controla cada parte del funcionamiento como si fuera el conjunto: "Ahora estoy más libre."
Berta está en todos los detalles. Controla cada parte del funcionamiento como si fuera el conjunto: "Ahora estoy más libre."
 

—No toda la plata que la gente piensa. Fijate que yo era empleado de la fábrica, y como tal tenía un sueldo pobre. Además casi no me hacía tiempo para otra cosa. Cada tanto conseguía un auto en fábrica, lo preparaba y lo vendía. Pero eso no era visto con buenos ojos por la gente de IKA. Yo tenía que dar parte de todo, y si me veían trabajando en algún auto que no era oficial no ponían buena cara. Y con razón, claro... Ahora es distinto. Ahora al equipo lo administro yo, tenemos dos pilotos y nada más, vamos a las carreras que queremos, cumpliendo los contratos, por supuesto. Y aparte puedo preparar autos para vender. Fijate ese Torino blanco que está ahí afuera... Bueno, ése es para Tempone, el de Mar del Plata. Y así...

— ¿No usas el banco de pruebas de la fábrica...?

 

Imagen También hay que trabajar en el torno. Y Berta lo hace con pasión, con gusto. La satisfacción que le da estar con los fierros no puede medirse.
También hay que trabajar en el torno. Y Berta lo hace con pasión, con gusto. La satisfacción que le da estar con los fierros no puede medirse.
 

—No. Todavía no lo usé y no sé si más adelante... No hay mucho tiempo para hacerlo, pero de todos modos cuando tenga un poco de tiempo me voy a comprar uno y lo instalaremos en el taller... Las "Liebre" de Copello y Estéfano no estaban en la casa de Oreste. Ellas duermen y viven en un taller que Berta alquiló cerca del centro de Alta Gracia. "Por ahora. Ya tengo dos o tres terrenos en vista para construir allí el taller que nos hace falta. Y en el futuro pondremos ahí el banco de pruebas..."

— ¿Por qué Gradassi no corre más con vos...?

—Sencillamente porque no nos pusimos de acuerdo. Yo quería que "Pirín" estuviera en el equipo, que fuera el segundo piloto. A principios de año lo llamé y le hice una oferta: el 60 por ciento de los premios (incluyendo los de ACCIKAR y las primas de partida) y todo pago. Me pidió tiempo para pensarlo y después volvió diciéndome que la oferta no le convenía, que él quería ganar más... Como yo no podía pagárselo se fue. Él piensa que corriendo con su equipo va a ganar más plata. Es posible que así sea. No lo critico. El automovilismo es negocio: las oportunidades no hay que dejarlas escapar...

 

Imagen Este es el taller donde reposan las "Liebre" entre carrera y carrera. Lo alquiló porque su casa ro puede convertirse aún más en un garaje...
Este es el taller donde reposan las "Liebre" entre carrera y carrera. Lo alquiló porque su casa ro puede convertirse aún más en un garaje...
 

Extrañamente Berta lanzó una frase casi fundamental: el automovilismo es negocio. Nos pareció raro. Es difícil oír de Berta una expresión así. Tan firme, tan cortante. Sin embargo...

— ¿Por qué Estéfano fue elegido segundo piloto?

—Porque le gustó a Eduardo y me gustó a mí. Porque es un gran piloto, porque es dócil, porque es ideal para correr en equipo. Nasif va a andar muy bien: lo único que le falta es ganar un poco de confianza, ordenarse más. Es lógico que esté así: en los últimos tiempos no tenía mecánicos ni gente al lado de él que le diera un auto con posibilidades...

— ¿En el autódromo de Córdoba andaba más el auto de Copello que el de Nasif...?

—Sí. Es cierto. Pero te lo explico porque el asunto fue rarísimo... Salimos a probar los autos en la ruta y andaban exactamente igual. No se sacaban ni una décima ni un metro. Salieron juntos y llegaron juntos. Cuando fuimos al autódromo, no sé por qué, andaba más el auto de Eduardo. Yo me subí a les dos y giré en los dos. Extrañamente el auto de Copello caminaba mucho más... Los seis hombres que trabajan con Oreste siguen atentos a su labor. Dos de ellos vinieron de IKA, donde trabajaban en el equipo de Berta. Están siempre alertas para escuchar a Oreste. Lo miran con ojos de admiración. Preguntan y Oreste responde. Y si no sabe, lo confiesa... Pero, ¿cuándo Berta no sabe algo...?

— ¿Cuál es tu relación actual con Pronello? Él también tiene un contrato con la fábrica...

—Sí, pero no tenemos nada que ver. El por su lado y yo por el mío. La única vinculación que tenemos es cuando yo necesito alguna parte de plástico para los autos, que se la encargo a él. Y nada más...

— ¿Y con Tarducci?

—Sí, con él sí hay relación. Yo le preparo el auto, soy el encargado del mantenimiento del coche y tengo un porcentaje de los premios. A la manera de los preparadores tradicionales... Berta maneja los planes para el '68 con conciencia. Con seguridad. Piensa seguir en T.C., corriendo en todas con las dos "Liebre". El Cooper de Mecánica Nacional irá a las más importantes. Está en preparación un Renault para Turismo, que Oreste estima que estará terminado dentro de un mes: "Con ése pensamos ir a algunas de esas carreras divertidas, generalmente en autódromos..." Y finalmente, el Gran Premio de Turismo lo afrontarán con dos Torino, también equipo Bardahl.

— ¿El acuerdo con Bardahl es igual al de IKA-Renault?

—No. Es un poco más exigente en cuanto a número de carreras en que debemos participar mensualmente... En ese momento entra Cheryl, la hija del matrimonio Berta, en el taller. Entre ruidos y golpes se escucha apenas su voz: "Papá, me inflas las gomas de la bici..." Y papá Oreste obedece. Como que con sus 30 increíbles años y su genial capacidad mecánica es un muy responsable padre de familia.

Que Oreste Berta haya ganado en muchos lugares el título del Hombre del Año '67 es tan cierto como que sus autos casi monopolizaron la pasada temporada. Todavía no podemos encontrar comparaciones con el '68. Pero de todos modos Copello ya ganó dos carreras en el año (una en T.C. y la otra en Fórmula 1). Y así, extrañamente, Oreste Berta sigue siendo el preparador de sus autos.

 

Por ADOLFO IMAS

Fotos: ALFIERI (Enviados a Córdoba)

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