Las Entrevistas de El Gráfico

Schumacher corre más que ninguno

El piloto más ganador de la historia de la Fórmula 1 estuvo en Buenos Aires, se entrevistó con El Gráfico en 1996 y habló de varios temas, entre ellos la locura de los fanáticos y el recuerdo del gran Ayrton Senna.

Por Redacción EG ·

29 de diciembre de 2023

CON DOS TÍTULOS debajo del brazo y lejos de lograr el rendimiento óptimo con la Ferrari, el alemán parece distendido como si no se hubiera puesto exigente consigo mismo: "Me siento igual que en los años anteriores. No se equivoquen, tengo todas las fuerzas para llevar a Ferrari a los primeros lugares..."

Michael Schumacher. "Michelino" como ya lo llaman los italianos, "Schumi" como le dicen sus compatriotas. Con 27 años es el bicampeón más joven de la historia de la Fórmula 1 y tiene un fuerte argumento a su favor: "Confío mucho en el equipo porque todavía le falta desarrollar todo su potencial..."

El hombre despierta cierta seguridad pero, según su esposa Corinne Bentsch, "es inestable y generoso..." Sus modales desconciertan: por momentos es muy amable, saluda, sonríe... En Buenos Aires desandó sus días como un granadero: a paso firme y mirada fija, sin voltear la cabeza.

Pero después de una de las pruebas libres del viernes, pisó el freno y charló con EL GRAFICO:

-Todavía el panorama no es muy claro. Por eso, las carreras que siguen serán un gran desafío.

-Pero se lo ve asombrado, hasta un poco más distendido que el año pasado...

-Puede ser... Lo del asombro digo. Aquí, la gente tiene un gran interés por Ferrari. Es más, me sentí como en mi propio país. Esta situación es muy distinta a la de 1995, cuando corrí con Benetton. Me gustó mucho. Lástima el abandono.

-¿No fue demasiado? La pregunta se debe por lo que le pasó en Puerto Madryn.

-Es verdad, fui a buscar tranquilidad, pero siempre me encontré rodeado de gente. Aunque fueron muy respetuosos no me dejaron mover. El lunes pasado me senté a tomar un café en un bar y a los cinco minutos había cien personas asomadas por la vidriera... `¿Y esto?', me preguntó mi mujer. Nos sorprendió en serio, pensábamos estar en el medio de la nada, pero lamentablemente no fue así. No pude ni trotar: cada diez metros me paraban para pedirme autógrafos... Igual lo pasamos bien, conocí el lugar, su fauna. Era muy importante para mí: cada vez que llego a un país me gusta tener la impresión de otras cosas. El ambiente automovilístico es igual en todos lados; en cambio, las geografías y las costumbres, no..."

Imagen El equipo de Ferrari a pleno. Schumacher ya es una realidad en el mundo de la Fórmula 1.
El equipo de Ferrari a pleno. Schumacher ya es una realidad en el mundo de la Fórmula 1.

Quizás pocos lo sepan, pero su historia amorosa tiene una ajustada vuelta de tuerca. Por aquellos tiempos -a fines de la década de los '80-, Heinz-Haraid Frentzen estaba de novio con una alemancita llamada Corinna. Después de cuatro años de noviazgo, se produjo un enroque de corazones entre quienes habían sido compañeros en el equipo Sauber-Mercedes de Sport. Para asombro de muchos, y para desazón del mismismo Frentzen, su compatriota Schumacher enamoraría a su ex, con quien se casaría a fines de 1995.

Desde entonces, los dos únicos pilotos alemanes de Fórmula 1 tienen escaso diálogo. La flamante pareja huyó de Alemania hacia Monte Carlo: "Estamos enamoradísimos -enfría los paños Schumacher-. Optamos cambiar Monte Carlo por Alemania porque no podíamos salir a la calle. Los alemanes parecemos fríos, pero somos fanáticos y demostrativos. Lo mismo le pasó a Boris Becker, quien se fue a Londres, y a Steffi Graf, quien se quedó y tiene ese enorme problema con el fisco. En cambio, Michael Stich, con su nacionalismo a ultranza, está cómodo... Ahora estoy pensando en irme también de Monte Carlo porque a medida que avanza el verano empiezo a perder la calma. ¿Si me gustaría vivir en la Argentina? Es lindo, me atrae Buenos Aires, pero se haría imposible permanecer aquí..."

Inconfundibles rasgos germanos: rubio, ojos celestes, buenos modales -cuando se lo propone- y elegante vestimenta.

Se alojó en la habitación 940 del Alvear Palace Hotel y sus horas de concentración las pasó descansando y mirando películas en video acompañado por su esposa... Comió mucho pollo y salchichas con puré, que varió con bife de lomo y ensalada. Como no podía ser de otra manera, no probó ninguna bebida alcohólica.

-Eddie Irvine dijo que este circuito es uno de los que más favorece a la Ferrari, ¿cuál es su opinión?

-Es difícil afirmarlo porque todavía me faltan recorrer los demás. Pero estoy seguro de que es mejor que Interlagos -uno de los peores por la situación en que se encuentran nuestros autos-, porque es típicamente desparejo y veloz. En cambio, Melbourne no fue tan malo, y éste se le parece. No nos engañemos: faltan ajustar cosas. Estos autos estuvieron en condiciones de ser probados dos semanas antes de Australia. En Estoril giramos sólo un día cuando lo ideal hubiese sido quedarnos mucho más tiempo...

-La prensa italiana fue muy crítica con el rendimiento de los autos y con el suyo en particular. ¿Esto se convirtió en un factor de presión desconocido hasta ahora por usted?

-No. Además leo apenas un veinte por ciento de lo que escriben sobre mí... Soy consciente del fanatismo de los tifossi, pero no debo pensar en eso. Tengo que dar lo mejor de mí para lograr el perfeccionamiento del chasis... Me fijo mis propias metas conjuntamente con las del equipo. Por eso, no necesito leer para saber qué hay que hacer...

-Independientemente de los rendimientos de los autos, ¿cuáles son las claves para ser la estrella de la Fórmula 1?

-Es difícil de explicarlo: el sentimiento por el automovilismo es intransferible. La experiencia acumulada desde los cuatro años y el paso por todas las categorías me permitieron desarrollarme. En estos últimos cinco años que llevo dentro de la Fórmula 1 aprendía evaluar diversas situaciones que quizás otros pilotos -que estuvieron más tiempo- no lograron. Cuidado, acá hay autos de muy buen nivel. La brecha entre el primero y el último se achicó considerablemente. La temporada pasada hubo una diferencia de hasta ocho segundos, ahora ronda los cuatro...

Imagen Michael Schumacher con Darío Bombini, de EL GRÁFICO, en la puerta del box de Ferrari. Se mostró un tanto perturbado por el asedio del público.
Michael Schumacher con Darío Bombini, de EL GRÁFICO, en la puerta del box de Ferrari. Se mostró un tanto perturbado por el asedio del público.

-Además de emparejarse el campeonato, ¿en qué otro aspecto los favorece?

-Sirve para sumar patrocinadores. Si los de abajo logran puntos, obtendrán ingresos mayores... Así, la categoría se emparejará para arriba. Por algo la Fórmula 1 es uno de los primeros espectáculos del mundo.

-Michael, ¿qué diferencia encontró entre Benetton y Ferrari en cuánto al equipo en sí, los motores...?

-Tienen diferentes formas de trabajar...

-¿Cómo es eso?

-Benetton y Renault son dos empresas separadas con intereses distintos. Ferrari es una sola y eso facilita los movimientos. El piloto está más atendido... En ese sentido, Ferrari es excelente y la relación es mucho más estrecha que en Renault. Los intereses de Ferrari son únicos con un futuro por demás alentador.

-¿Cuándo supone usted que estará en condiciones de ganar su primera carrera?

-Eso no lo sé... Yo deseo ganar más que nadie, pero tenemos que esperar. Estoy muy cómodo en el equipo y hasta se podría hablar de una extensión del contrato. La finalidad es unificar objetivos para después lograr resultados...

-¿Entonces ya le dijo adiós al campeonato '96?

-Nadie sabe qué puede pasar de aquí al final. Sí sé que las posibilidades son menores que las de años anteriores... Sin dudas que las mayores chances son para Williams y Benetton, después viene el resto: Ferrari, Mc Laren y, un poquito más atrás, Jordan... No me importa la cantidad de campeonatos ganados sino cómo se logran. Este es un desafío distinto e importante.

Imagen Miércoles 3 por la tarde. El presidente Carlos Saúl Menem y Michael Schumacher en Olivos. Ante la mirada de Jorge Brea -presidente de Shell- el piloto alemán le obsequió un casco autografiado y le anticipó:
Miércoles 3 por la tarde. El presidente Carlos Saúl Menem y Michael Schumacher en Olivos. Ante la mirada de Jorge Brea -presidente de Shell- el piloto alemán le obsequió un casco autografiado y le anticipó:

-La IndyCar ya partió desde Estados Unidos de América rumbo a Europa, ¿puede sacarle adictos a la Fórmula 1?

-La Fórmula 1 es única. La Indy está en muy buen nivel en Estados Unidos, pero los autos no se asemejan a los de la Fórmula 1. Aunque debo reconocer que hay cosas que se pueden copiar, por ejemplo la mayor cantidad de sobrepasos, el mayor problema de nuestra categoría. Lo que pasa es que los F-1 dependen mucho aerodinámicamente del alerón delantero y, viajando muy cerca de otro rival, esa sustentación se pierde, la trompa comienza a bailar y hay que desacelerar. Así es imposible tener más velocidad para superarlo al final de una recta. Además, en la Fórmula 1 se usan frenos de carbono, que permiten frenar muy próximo a las curvas y no dejarle huecos al que viene detrás. En Indy se usan frenos de acero, los frenajes son más largos y se produce, entonces, el lugar para pasar

-¿Qué le parece Jacques Villeneuve?

-Ha demostrado ser un gran piloto. Anduvo muy bien en Melbourne y tuvo un buen arranque en Brasil. Habrá que esperarlo porque recién está conociendo los circuitos. Me encanta la competencia y la aparición de buenos pilotos, y disfruto de esta idea.

 

Imagen Schumacher Michael corriendo en pleno boxes.
Schumacher Michael corriendo en pleno boxes.
 

-¿Sigue extrañando a Ayrton Senna?

-(Se pone demasiado serio) ¿Cómo no? Ya está todo dicho, no quiero seguir removiendo mis sentimientos...

Michael Schumacher. El bicampeón del mundo. En sus muñecas vive un segundo de diferencia respecto a todos sus rivales. Por eso corre más que ninguno.

DARIO BOMBINI (1996)

Fotos: NORBERTO MOSTEIRIN