Las Entrevistas de El Gráfico

¿Se puede saber quién es ese La Volpe?

Después de un partido consagratorio frente a Boca, todo el mundo empezó a preguntarse quién era ese arquero desconocido que jugaba en el equipo del pueblo donde nació. Repasamos la nota de Osvaldo Ardizzone de 1975.

Por Redacción EG ·

06 de febrero de 2023

Fíjese que me lo fui a ver a ese Ricardo La Volpe justo el día antes de la noche de Boca de la que salió hablando todo el mundo y preguntándose, porque yo lo oía por todas partes, quién era y de dónde había salido con esa pinta y ese atrevimiento medio a lo Flaco Poletti y medio a lo loco Gatti hasta en eso de las bermudas, comentaban, y mucho más en ese descaro para trabajar el cero con más flema que un inglés y con más experiencia en el minutero que un relojero suizo. Porque, como me dije a mí mismo, no cualquiera es capaz de desafiar toda la bronca de la tribuna de Boca, nada menos que en la propia cancha de Boca, cuando esos tipos se están jugando la esperanza de un campeonato y se les aparece ese personaje que las agarra todas y encima se queda con la pelota entre las manos y se la pasa mirando con un gesto que dan ganas de matarlo, igual que si fuese el propio Flaco Poletti en los buenos tiempos de Estudiantes; porque yo me pongo en el lugar de ellos cuando ese La Volpe, después de hacerse el pensativo, se la da al marcador de punta para que el marcador de punta se la devuelva, y así sigue y sigue mientras el reloj camina y camina detrás de ese cero que para esos tipos, que uno se pone en su lugar, puede significar el mismo campeonato...

 

Imagen La noche testimoniada en esa foto de la casaca celeste, cuando muchos le conocieron esa cara a ese La Volpe.
La noche testimoniada en esa foto de la casaca celeste, cuando muchos le conocieron esa cara a ese La Volpe.
 

 

EL PIBE DEL BARRIO


 

Aunque después, como le escuché a la mayoría, no fue solamente por eso que salieron todos hablando de él y preguntando quién era y de dónde había salido, sino por todas las otras cosas que hizo, hasta para que yo reconozca, fíjese, que no hubo uno, mire lo que le digo, uno, que no hubiese tenido una palabra de admiración, aunque fuera con bronca o lo que sea, pero lo dijeron lo mismo; porque todas las hinchadas son así, que al final terminan por reconocer lo que realmente vale. Y que ese La Volpe fue una cosa bárbara, se lo afirmo sin ninguna exageración, como que yo caminando por la calle Brandsen hasta Almirante Brown no oí otra cosa que hablar de ese La Volpe; así como comenta la gente después del partido, que hacía mucho que no veían a un arquero como ése bajo los tres palos y cortando arriba y trabajando afuera, porque, ¿cómo podés explicarte ese zurdazo de Felman ?, mirá vos, cuando ya se había balanceado a su izquierda y el mendocino se la cambia de palo, y ése, ¿ cómo es ? La Volpe, que reacciona y vuelve y fue una barbaridad, te garanto que todavía no la puedo explicar, como esa que le tapa al pibe Sánchez y después otra a García Cambón, porque, decime vos, a cuánto estaban los dos del gol cuando tiraron y ¿ qué podían ser ? ; ponele unos cinco metros; más no, seguía diciendo ese tipo del gorro de lana con los colores de Boca, y no te digo nada cuando sale a cortar arriba, que si vos te fijaste bien no perdió una pelota, ni una, aunque tuvo que aguantarse el lomo de cuatro o cinco de los nuestros que iban a peleársela, y, vos lo viste, parecía que tenía un radar para ir a buscarla justo, siempre justo, sin usar ni una sola vez los puños, como lo hace la mayoría; pero claro, ahora vos me decís que está en la selección, y ahora me lo explico, porque ¿cómo no iba a estar en la selección un arquero como ése, que se llama La Volpe, dijiste...?

Imagen La pinta conocida en la estación de Banfield, vinculada a la infancia. Y hay una elegancia moderna en La Volpe, esa que no se detiene mucho ante el espejo ni en el tocado cuidadoso...
La pinta conocida en la estación de Banfield, vinculada a la infancia. Y hay una elegancia moderna en La Volpe, esa que no se detiene mucho ante el espejo ni en el tocado cuidadoso...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y, fíjese, cómo es la casualidad que yo lo fui a ver a ese Ricardo La Volpe justo el día antes de esa noche con Boca; así que nunca pude adivinar lo que podría ocurrir al día siguiente, qué sabe uno, si en una de ésas lo goleaban y entonces nadie hubiese hablado ni preguntado quién era y de dónde había salido ese La Volpe... Yo más fui a verlo porque, para mí, era buen arquero antes de lo de Boca, y por eso de que a un tipo medio anónimo como él lo sale llamando el Flaco Menotti para la selección, nada menos que para la selección, junto con toda la fama del Pato Fillol. Y aparece por primera vez allá en Montevideo como si nada, como si siempre hubiese vestido la casaca argentina; que yo por eso fui a verlo y no por otra cosa... Y, mientras tomamos un par de cafés, me contó cómo era la vida de un jugador que nació en el pueblo y después llega a jugar en el club del mismo pueblo, así de chico como Banfield, donde todos lo conocen desde muy purrete, y, claro, todos se sienten con el derecho de tratarlo como si fuese el mismo hijo o uno de la familia, ¿ se da cuenta ?; "y usted mismo lo puede comprobar, me dice, apenas se ponga a charlar con cualquiera sobre que mí enseguida le van a contar la misma historia: ¿ quién, Ricardo ?; si a ese mocoso lo conozco desde que era chiquito así, cuando jugaba de nueve en el intercolegial para el equipo del Manuel Belgrano, y ¿ cuánto tendría ?, diez años, póngale, claro, que fue justo cuando llegó a la décima de Banfield como arquero, y hasta le puedo decir que era tan grande como ahora, y ni nosotros ni nadie, ni él mismo, podía pensar de que llegaría a la primera del club", porque todo eso se lo van a contar seguro, me dice La Volpe sonriendo con intención... "¿Sabe ? Y de a poco fui queriendo más el puesto, que, si le digo, en eso tuvo mucho que ver la influencia de Carrizo, sí,de Amadeo; ¿ de qué otro Carrizo podía ser ?; para mí el mejor arquero del mundo, al menos de los que conocí en los veintitrés años que tengo... Y lo conocí por mi papá, que era un gran hincha de River y me llevaba a lo todos los domingos, y ¿vio cómo somos todos los pibes ? ; empecé a estudiarlo y a imitarlo en todo lo que podía... Seguía en el secundario, un poco como chofer y mecánico de los micros que tenía papá para transporte esco-lar del Colegio del Huerto, ¿ lo conoce ?; pero, como pasa siempre, abandoné todo por el fútbol, aunque me hice bastante entendido en motores, que a mí me puede dar cualquiera que se lo hago andar seguro..."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

Imagen En el partido de la primera rueda de 1975 que jugó contra River. "A los que jugamos en equipos sin mucho ruido, como el caso de Banfield, se nos ve nada más que cuando jugamos contra los grandes... Y para que lo conozcan uno tiene, además, la obligación de andar bien..."
En el partido de la primera rueda de 1975 que jugó contra River. "A los que jugamos en equipos sin mucho ruido, como el caso de Banfield, se nos ve nada más que cuando jugamos contra los grandes... Y para que lo conozcan uno tiene, además, la obligación de andar bien..."
  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un tipo singular me va pareciendo este La Volpe, a quien cada vez asocio más al que vi en los tres palos en la noche de Boca y las pocas veces que lo vi antes, como allá en el Centenario... Con esa sólida personalidad de los que se sienten seguros y capaces en cada actividad que acometen, y en eso tal vez no guarde mucha analogía con su gran ídolo Amadeo, siempre menos audaz en sus afirmaciones. Uno piensa que Amadeo llegó a lo que fue porque nació genio para los palos, y este La Volpe ya está llegando porque se lo propuso al impulso de su atrevido y vigoroso temperamento y hasta de su vanidad..., que, en eso, es más Antonio Roma, aunque este La Volpe sea más excéntrico, más de esta generación, más en el molde de los Gatti, de los Poletti... Y eso lo advierto más cuando me habla de los comienzos, "porque, claro, usted ni se imagina lo que me costó subir y ganarle a todas las críticas por eso de que a uno lo conocen desde que era chiquito así, como le dije antes, porque, ¿qué se cree, quién es este loco?; porque en seguida lo bautizan loco, que pretende jugar fuera de los palos como el Loco Gatti o el Flaco Poletti. No sabe cuántas veces tuve problemas al comienzo para salir del estadio, hasta agarrarme a trompadas en la calle, aunque ahora por suerte esté mucho más calmado, por eso de que me casé hace un año y medio, y más todavía que voy a ser padre en estos días... ¿Y sabe por qué pasaba todo eso? Por esa reacción natural que existe para con los jóvenes que aparecen con un estilo distinto y con otra mentalidad, más cuando en ese club existió por muchos años un ído-lo como Righi, que jugaba en los palos y volaba, ¿vio?" Y, este loco quién es, qué se cree, que viene a cambiarnos todo el libreto mental que tenemos?, piensa la gente... Qué se hace el raro ?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen Ricardo La Volpe debutó en Banfield en 1971 y cuatro años después fue transferido a San Lorenzo.
Ricardo La Volpe debutó en Banfield en 1971 y cuatro años después fue transferido a San Lorenzo.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL CULTO A LA PERSONALIDAD

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y compruebo cada vez más que Ricardo vuelve a insistir con eso de la personalidad, sin duda porque se siente muy orgulloso de la suya, cuando me dice, por ejemplo, si uno tiene que ir cambiando la manera de pensar porque sé deja influir por las críticas o los consejos gratuitos de los demás, "porque, mire usted, si yo me hubiese dejado dominar por todo lo que me dijeron cuando agarré la primera en el setenta y uno, porque me hayan sorprendido con un pelotazo por arriba por estar adelantado, según ellos, que por culpa de este loco hemos perdido el partido, y aquí en Banfield, no se gana muy seguido, ¿no es cierto?, y entonces iba a renunciar por eso a mi manera de pensar de que el arquero es un jugador más del equipo y que debe saber tanto en los palos como en el área, de todo eso que aprendí de Amadeo, al que no admito ni que discutan... Lo que todavía me cuesta es pegarle bien a la pelota y meterla en el pecho o al pie del compañero que elijo, como lo hacía el maestro o como Gatti o como Irusta, no tan alto como la tiro yo ¿vio?, media llovida, sino más fuerte y más baja... Por eso le digo que para mí un arquero debe tener, aparte del talento natural para el puesto, personalidad y experiencia; pero fíjese que yo admito incorporar cosas nuevas, pero cuando las admito como buenas y no simplemente por someterme a un consejo más si va en contra de convicciones propias. Por ejemplo, como me pasó con Pizzuti cuando estaba en la selección juvenil para Cannes y me exigía que trabajase arriba con los puños, 'porque a usted, allá, en Europa, me decía, lo van a meter en el arco con pelota y todo...' Y ahí tiene, siempre se lo discutí; por eso creo que me sacó; ¿ pero si eso conspiraba contra mis ideas, por lo menos aquí, en la Argentina, le dije que allá en Europa ya me las iba a arreglar, que usted, aquí, nunca me va a ver ir arriba y usar los puños para dejar la pelota corta en el rebote, no hay caso, nunca me va a ver porque prefiero asegurarla y patearla para mi equipo; así que me va a tener que convencer que lo otro es mejor... Y ahí tiene, ahora Menotti me lleva a la selección, a mí, a un jugador de Banfield que muy pocos conocen, y tiene el gran mérito de decirme: 'mire, La Volpe, usted juegue como lo hace en Banfield', y sólo me recomienda que: 'en el saque usted trate de sacarme a los costados buscando a los marcadores de punta y a los volantes echados a la raya'; solamente eso me dijo, porque me eligió por lo que vio en mí, admitiéndome lo mío y no cambiándome, que si no le digo que no podría entenderlo... Por eso se lo agradezco de veras a Menotti, como le dije antes..."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen La Volpe formó parte, 3 años después de esta nota, del plantel de la Selección Argentina campeona del Mundo 1978
La Volpe formó parte, 3 años después de esta nota, del plantel de la Selección Argentina campeona del Mundo 1978
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CON BOCA LO CONOCIMOS TODOS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por eso le decía, fíjese usted, esa casualidad de ir a buscarlo a La Volpe justo el día antes de esa noche del empate con Boca, del que salió hablando todo el mundo y preguntándose, como yo lo oí en todas partes, quién era y de dónde había salido ése que ahora vos me decís que está en la selección, y te digo que está bien, y me lo explico porque, cómo no iba a estar en la selección un arquero como ése, que se llama La Volpe, dijiste...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

OSVALDO ARDIZZONE Fotos: RODRIGUEZ. (1975)