Las Entrevistas de El Gráfico

“Un dos mudo y que no pega, no puede jugar al fútbol“

Lo asegura Jorge Higuaín, que algo de hablar y pegar, sabía. “Messi la rompió contra el Madrid, pero no le dieron ni una patada”, sostiene y repasa con orgullo su carrera y las travesuras de sus hijos famosos.

Por Diego Borinsky ·

17 de noviembre de 2008












Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de abril de 2007

1. ¿Cuándo tomaste conciencia de que tu nariz sería tamaño XXL? De pibe tenía una nariz normal, después algunas partes crecieron más que otras. Al apodo no se le puede reprochar nada.
2. ¿Tus hijos te pasan facturas por haberlo heredado? Se la bancan. Lo gracioso es que hasta a mis hermanos les dicen Pipa, así que en las reuniones familiares, cuando alguien grita “Pipa”, nos damos vuelta todos.
3. ¿Cuántos son los Higuaín? Cuatro varones. Nicolás, el más grande, que hizo inferiores en Chacarita y Atlanta y llegó a jugar en Almagro y en la Primera de San Telmo, pero se lesionó y hoy trabaja de representante con Recassens. Después viene Federico, que está en Chicago, Gonzalo y Lautaro, el más chiquito. Salvo Lautaro, que es de Racing, los demás son de River. Y de Chicago.
4. ¿Lautaro para qué pinta? Para el chat. Y para jugar con amigos.
5. ¿Cómo sobrevive tu señora entre cinco varones, todos futboleros? Nancy está podrida, pobre, le arruinamos la vida. Además, el papá era manager de boxeo, los hermanos jugaron al fútbol. Completa completita.
6. ¿Protestaba mucho cuando le rompían vidrios y adornos? No paraba de putear. El fondo de casa era una cancha de fútbol, se armaban picados todos los días, hasta que Nancy explotó y dijo: “No los aguantó más, hagamos la pileta”. Y tuvimos que cerrar el estadio porque no cumplía con las medidas reglamentarias (risas).
7. El “2” más parecido a vos que viste. Y... no hay muchos, hoy no se pega tanto (risas). El Flaco Schiavi puede ser uno.
8. ¿Es cierto que Gonzalo casi se muere de bebé? Sí, a los 10 meses le agarró una meningitis. Fue apenas volvimos de Francia. Tenía fiebre muy alta y no le bajaba, no tenía reflejos, por suerte mi mujer presintió que había algo grave y como la ambulancia no llegaba nos fuimos de raje al Hospital de Niños, que era lo que teníamos más cerca. Ahí le salvaron la vida. Estuvo 20 días en terapia intensiva.
9. ¿Y no le quedaron secuelas? El médico nos dijo que se la habíamos agarrado justo, pero que había que esperar unos años porque le podían quedar secuelas para caminar, para mirar, para coordinar. Bueno, muy mal no coordina, ¿no?... Pero estuvimos con susto por varios años, dándole una pastilla todos los días.
10. ¿Ibas a entrenarte? No, y ahí apareció una actitud de Santilli que jamás olvidaré: me puso el club a disposición para lo que quisiera hacer, ir a Estados Unidos o donde fuera. Menotti me dijo que no fuera a entrenar, que me tomara mi tiempo. Y Passarella era uno de los compañeros que me acompañaba seguido al hospital. Ahí conoció a Gonzalo.
11. ¿Con Raymond Domenech, el DT de Francia, llegaste a hablar? Sí, me llamó por teléfono y hablamos.
12. ¿En qué idioma? Un poco y un poco, más en español. A mí me molestó cuando habló mal de Gonzalo, si él lo conoció después de que le metió dos goles a Boca, antes ni sabía que había un francés en el fútbol argentino. Así que no me digas que era de vida o muerte para vos. Y si tanto interés tenías por contar con él, lo hubieras venido a ver, hablabas con el chico y lo tratabas de seducir para ver si lo podías llevar a Francia. Es lo que corresponde. No podés citar por carta a un jugador que no habla francés, que vivió 18 años en otro país, para que se tome un avión y caiga en una concentración donde no conoce a nadie.
13. ¿Y Gonzalo habló con Domenech? Sí, fue a buscarlo al entrenamiento del Madrid. “¿A vos te vinieron a buscar de la selección argentina?”, lo quiso convencer. “Bueno, yo te estoy viniendo a buscar”, la siguió. “Está bien –le contestó Gonza–, pero yo no quiero jugar para Francia, yo viví siempre en Argentina, y el fútbol que siento es el argentino”. El tipo no quedó muy conforme, pero bueno...
14. ¿Qué fue lo que más te sorprendió del Real Madrid? Lo que despierta el Real Madrid es impresionante. Es imponente su estadio, es imponente la idiosincrasia, conmueve ver como siguen respetando a don Alfredo, casi un prócer místico. No es joda el Real Madrid.
15. El principal consejo que le diste a Gonzalo en el avión. Le dije que si bien llegaba a un plantel con figuras, él también era una figura, que se crea una figura en el buen sentido de la palabra, que no se sienta menos que nadie. Yo hubiese hecho eso: poner un pie en el Real Madrid y decir “acá estoy”. Y eso hizo Gonzalo: mal o bien dice “acá estoy, confíen en mí”. El Flaco nunca se va a borrar. 16. Le decís "Flaco" a Gonzalo y surge la comparación con Enzo. ¿Los ves parecidos?
Enzo tenía otro tranco, Gonza es más rápido, pero son dos jugadores técnicamente dotados, altos, elegantes para jugar, de buena pegada.
17. ¿El dos, además de sus virtudes, tiene que hablar sí o sí? Un central mudo no puede jugar al fútbol, no es confiable, es el que mejor ve el panorama, el que tiene que ordenar. Se lo decía al Negrito Garay, cuando lo tuve en Newell’s. Unas condiciones impresionantes pero no hablaba, y de a poco se fue largando. Hay que incentivar esas cosas.
18. ¿El dos, además de sus virtudes y de hablar, también debe ser un buen cirujano? Perfumo siempre decía: una advertencia tenés que hacerle al delantero. Mirá a Messi el otro día contra el Madrid. La rompió, es cierto, pero no le pegaron ni una sola patada y terminó metiendo tres goles de papi fútbol. Algo tenés que hacer. Un dos mudo y que no pega no puede jugar.
19. ¿Hay crisis de liderazgo en el fútbol actual? Sin dudas, pero es mundial, eh. Vengo de Madrid y lo confirmé. En mi época tenías tres o cuatro tipos por equipo que dentro de la cancha manejaban todo. Y si tocaban a un compañero, era bravo, no te la ibas a llevar de arriba así nomás. Hoy no están esos líderes.
20. ¿Por qué? Cambió todo. En mi época y en la anterior nos juntábamos todo el plantel en una habitación a tomar mate y jugar a las cartas. Todo el plantel, eh. Y al margen de lo que nos pidiera el técnico, nosotros teníamos nuestra estrategia. Vivíamos pensando en el siguiente partido, en los rivales. Nos decíamos: vos agarrá a éste por acá que yo tomo a éste por allá. Ahora, en muchos equipos, cada jugador concentra solo en una habitación, tenés el mensajito, la PlayStation... Esas cosas atentan contra el grupo, fomentan el individualismo. Y desaparecen los líderes.







81. En un momento pareció que el pase se caía porque River pedía más plata. ¿Vos fuiste a presionar al presidente Aguilar? No. Me reuní con Aguilar e Israel y lo único que les pedí fue que no le cortaran la carrera. Que hicieran un buen negocio para el club, porque nosotros queremos mucho al club. Después estuvo el tira y afloje lógico de una negociación de semejante envergadura.
82. ¿Gonzalo se quedó solo en Madrid? Yo viajé con él para la presentación, después se sumó mi mujer, y ahora nos volvimos y está con Nicolás, su hermano mayor. Y así iremos yendo unos y otros.
83. ¿Tu idea es seguir viviendo acá o irte a Europa? Acá. Mi país es Argentina. Eso sí: con mi mujer vamos a estar siempre detrás de los hijos. A morir.
84. ¿Lautaro fue el último intento por tener una nena? Yo quería una nena a full y mi mujer quería otro varón. Igual, ahora ya llegó la nieta mujer.
85. Tu día más feliz en el fútbol. El día que gané mi primer campeonato, casi con 33 años: contra Estudiantes, en el Monumental, en 1990. Yo ya había ganado dos Liguillas, pero un campeonato es un campeonato, no hay con qué darle. Y yo nunca había sentido ese sabor.
86. Y el más triste. La final de la Supercopa 91 que perdimos contra Cruzeiro en Brasil. No jugamos a nada, nos borraron de la cancha y perdimos 3-0. Fue un puñal en el corazón. Todavía hoy, cuando pasan esas imágenes, me sigue doliendo.
87. Un gol. El que le metí a Boca de cabeza en el Monumental, en 1990. Ganamos 2-0.
88. Un rival. El que siempre nos amargó fue el hijo de puta de Latorre, que en el 2-2 del 92 me hizo caer como un boludo y Passarella me terminó limpiando. Diego es un pibe bárbaro, nos encontramos de vez en cuando en el gimnasio que antes era del Pato, donde voy a hacer algo de actividad física.
89. ¿Te agarraste alguna vez a piñas con un compañero? Con Tiburcio Serrizuela, pero el equivocado era yo y le pedí perdón. Fue en una práctica, en River. Yo estaba nervioso, disputamos una pelota, nos insultamos, nos empujamos y en el vestuario nos agarramos a piñas.
90. La peor patada que diste. A Ciraolo, de Newell’s, pobrecito. Me sentí como el culo. Me había hecho un caño, me dijo “ole” y cuando dividimos la siguiente, le fui mal. Fue la única vez que lastimé a alguien.
91. ¿Cuántas veces te expulsaron en tu carrera? Piñataro, el viejito del Tribunal de Faltas, me veía llegar a la AFA y decía: “¡Otra vez usted, Higuaín!”. Yo ya venía con mi prontuario desde inferiores.
92. ¿Tu cuenta pendiente fue la Selección? Es cierto, no jugué un solo partido, ni en juveniles ni en mayores, pero pasa por el gusto del técnico, y es respetable. Por ahí si hubiese coincidido con Menotti en la Selección, quizás jugaba.
93 ¿Cuál es tu mayor satisfacción como futbolista? Para mí es un éxito haber sido jugador de fútbol. Yo, que de pibe iba a las villas para tener un mango el sábado, terminé jugando en la Primera de Boca, River y San Lorenzo. Y esto lo hablo en nombre de nuestra camada: nosotros no teníamos representante, no había tele, no teníamos nada. Hambre era lo único que teníamos. No existían los contratos millonarios, era el orgullo de querer ser futbolista y después, muy lejos, estaba el dinero.
94. Se habló mucho cuando asumió Basile en el 90, que por ahí te llamaba. En ese momento, el Coco dijo: “Si tengo que ir hoy a jugar a Wembley, el dos de la Selección es el Pipa”. Ya con eso solo es como si hubiese jugado.
95. El peor y el mejor dirigente que conociste. Los peores fueron ésos de San Lorenzo, ni me acuerdo los nombres. De los mejores, elijo a dos: Carlos Heller, el tipo de lo más noble y honesto que vi en el fútbol argentino, y Hugo Santilli, un señor con el que no tenías que firmar nada, con la palabra alcanzaba.
96. ¿Qué es lo más complicado para el hijo de un futbolista famoso? Y, los comentarios de los padres pelotudos, que hay unos cuantos, y dicen: “Este juega por el apellido o porque es amigo del técnico”. Yo siempre les pedí que no les dieran bola a esos comentarios. Si querés, preguntale a cualquiera de los técnicos que tuvieron a los chicos durante once años del club a ver si alguna vez hablé con ellos, y vas a ver que no lo hice nunca.
97. En general, a los hijos de padres famosos no les va bien. Son pocas las excepciones. También hay que ver el padre que tenés, yo jamás competí con mis hijos, me siento inmensamente feliz de que a ellos le vaya mejor que a mí.
98. ¿Gonzalo no se asustó un poco al entrar a un vestuario lleno de estrellas? Para nada, porque él es una estrella también.
99. Dame tu top five de cirujanos que viste. Aguirre Suárez, Perfumo, Ruggeri también, Passarella, Rogel... hay más que para un Top Five.
100. ¿Jorge Higuaín entra entre los 10? Y... entre los diez creo que un lugar me gané. Modestamente lo digo.