Las Entrevistas de El Gráfico

“El fútbol me dio más de lo que yo le dí"

Jugó en quince equipos, varios de ellos de Europa, y tiene una pila de anécdotas en su equipaje. Cuenta por qué Ramón Díaz lo limpió de River, se acuerda de algunas charlas técnicas jugosísimas, reconoce que en sus comienzos de siete noches salía cinco, que recibió dinero de incentivación en España y que a Latorre a veces le daban ganas de matarlo.

Por Diego Borinsky ·

31 de octubre de 2008


Reportaje publicado en El Gráfico, edición mayo de 2004

1 ¿Cómo te definirías futbolísticamente? Un tipo al que le costó muchísimo ganarse un lugar en casi todos los equipos, pero que lo logró también en casi todos los equipos.
2 Sin repetir y sin soplar, todos los clubes por los que pasaste. Aldosivi (Primera regional), Argentinos (reserva), Gimnasia, Boca, Independiente, Huracán, River, Hércules, Mallorca, Glasgow Rangers, Gremio, Betis, Levante, Albacete (los tres últimos de España) y Banfield. Fueron quince equipos y diez títulos, sumando Copa Masters con Boca; Aperturas 94, 96 y Libertadores con River, dos Ligas y tres copas con el Glasgow y el ascenso con el Betis.
3 Máximo tiempo en un equipo. River: dos años y medio.
4 ¿Sos un mercenario? No sé, pero pasar por tantos equipos es lo mejor que pudo pasarme. Quiere decir que hubo muchos que me quisieron. Y me permitió conocer el mundo y muchas culturas.
5 La verdad: ¿en Boca te ponías bronceador para salir a jugar? Jamás. Me arreglaba el pelo con gel y vincha, como lo hacían Giuntini, Mohamed y Boldrini. Y como hoy lo hace el 70% de los futbolistas. Me gustaría que hoy entraras en un vestuario diez minutos antes de salir a la cancha: hay cuatro o cinco arreglándose el pelo frente al espejo. Un día tuve una agarrada con el Mencho Galvagni, que era el capitán de Gimnasia: 1-1 con Español, me saco la vincha y cuando pasa me dice “andá, canchero”. Me di vuelta y lo encaré, nos tuvieron que separar.
6 ¿Alguna vez te tentaste en una charla técnica? Sí, pará que me acuerdo y me vuelvo a tentar.
7 Contala, Gaby, contala. En River, contra Central. Nuestro DT puso al equipo rival en el pizarrón para la charla. “¡Pero cómo puede ser, hay doce!”, decía. Ahí saltó uno: “Moreno y Fabianesi es uno solo, Ramón, no dos”. Impresionante. Otra vez que empezó con risa y casi terminó en quilombo fue en el primer partido de Ramón Díaz. Dio el equipo, ta, ta, ta, y cerró con “los penales los patea Gallardo”. Todos nos miramos de reojo. El Muñeco le pega bárbaro, pero estaba Francescoli. Nadie entendía nada. Creo que ahí Enzo ya se lo cruzó a Ramón.
8 En tus comienzos, de siete noches, ¿cuántas ibas a los boliches? Cinco. La sexta estaba concentrado y la otra venía mi novia de Mar del Plata.
9 Entonces tenías bien ganada la fama de “hombre de la noche”. Sí, pero también decí que la rompí. Lo que pasa es que en Gimnasia de cinco veces que salía, se enteraban una. En Boca salía dos y se enteraban tres.
10 ¿Te molestó esa fama? En su momento sí, pero la tenía merecida. Después, gracias a Dios, tuve la oportunidad de conocer a Julieta, mi mujer, se acabó la joda y me dio los tres hermosos hijos que tengo: Matías (8), Santiago (5) y Lucas (2).
11 ¿No jugar en la Selección fue tu frustración? Estuve en el Sub-23, Preolímpico 92. Un equipazo dirigido por Basile. Ahí había uno que era para matarlo a trompadas. Cuando nos eliminó Uruguay, salió diciendo que “el equipo no se clasificó, pero yo anduve bien”. Gamboa lo escuchó y lo empezó a correr por el hotel. El se encerró en una habitación, y no lo podían sacar; el Negro pegaba trompadas en la puerta, lo quería matar.
12 ¿Latorre? Vos lo decís.
13 Cuando vivías en Mar del Plata, ¿ibas a ver los torneos de verano? Siempre. Y tengo un recuerdo inolvidable: jugando para Kimberley, en un preliminar de Boca-Independiente, clavé un gol de lejos en el último minuto. Cuando iba al vestuario, justo entraba Boca. Yo era petisito. “Bien, cartucho, lindo gol”, me dijo Maradona y me apoyó la mano en la cabeza. Estuve tres días sin dormir.
14 ¿Dónde estarías hoy si le hacías el gol de rabona a Higuita por la Copa del 95? Pufff… Yo nunca fui un jugador de mucha publicidad, nunca tuve un Mascardi que me pusiera en todos lados. Esa semifinal contra el Medellín, en cancha de River, fue uno de los mejores partidos de mi vida: le metí una gambeta al mismo jugador tres veces por la derecha, vi que entraba alguien por el segundo palo y tiré la rabona. Se fue cerrando, pero Higuita la sacó justo por arriba.
15 Siempre fuiste de tirar chiches en los partidos. ¿Los practicabas? No, pero se daba algo raro conmigo: cada vez que iba para el córner, salía con la pelota. Mis compañeros me cargaban: “¿Cómo hacés para llevarte todos los rebotes? Si te quedaran en el área serías Batistuta”.
16 ¿De quién eras hincha de chico? Mi familia es de Boca, salvo mi papá que es de Independiente, ‰ ‰ así que me fui haciendo de Boca. Pero mi paso por River cambió todo.
17 ¿Seguís pensando que el fútbol argentino es el más difícil de todos? Es uno de los más difíciles porque todos intentan crear. En Europa se juega mucho a dos toques, y si bien no es fácil pasar rápido la bola, mucho más difícil es tratar de gambetear y crear. En casi todos los equipos de acá a lo sumo hay dos que saben sacarse un tipo de encima.
18 Los mejores tipos que conociste en el fútbol. El mejor, Francescoli. Después, el Flaco Gareca.
19 Tu mejor travesura en el colegio. Todas las semanas me mandaban abajo de la campana en penitencia, pero me rajaba a jugar a la pelota.
20 La cancha más linda. La del Rangers: por el césped que está siempre verde, aun cuando nieva, porque no paran de cantar un minuto. Los palcos tienen suite, sillones, mesa de pool y hasta niñeras que te cuidan los chicos mientras ves el partido. El presidente era David Murray, el dueño de Nike Europa, un multimillonario. Después de mi primer partido, tuve que volver a Mallorca porque iba a parir mi mujer. Y el tipo terminó diciéndome a qué hora quería el avión privado para volver al día siguiente. Y me mandó uno de los seis que tiene.

21 ¿Te abrazabas con los hinchas después de meter un gol? Al toque de llegar, jugábamos por la UEFA contra el Shelbourne, de Irlanda. Como es un equipo católico y el nuestro es de los protestantes, nos hicieron jugar en Inglaterra para que no hubiera quilombo. El DT me dijo que era un partido tranquilo, y fui al banco. En el primer tiempo perdíamos 3-0, y me mandó a la cancha. La rompí, metí dos goles, me hicieron un penal y ganamos 5-3. Cuando hago el 4-3, voy a la tribuna, me doy vuelta y me señalo la espalda. Se me cayeron 50 negros encima. Terminé con la policía sacándomelos de a uno.
22 El árbitro con el que mejor te llevaste. Lamolina. En un Boca-River, simulé una falta con una gran volada. Se me acercó y me dijo: “La rec... de tu madre, no te hagás el boludo, no me tirés la gente en contra”. Por ahí un árbitro te cobra y te saca amarilla. El tuvo códigos, y yo entendí que le había faltado el respeto.
23 ¿Cuántas veces te expulsaron en tu carrera? Una, en Boca. Por un lateral tiré un puntazo y le acerté al linesman. Cuatro fechas. Por boludo.
24 Está bien que un jugador pida tarjeta para un rival? En el fútbol hay viveza, y la viveza no me parece mal. Además, estás defendiendo a diez compañeros más. Sí me parece mal el vigilante. O sea: adentro de la cancha lo podés hacer; afuera, si hacés lo mismo, es para matarte.
25 El técnico que más te marcó. El Maestro Tabárez me inculcó lo que es ser buena persona. Cúper me enseñó a querer ganar siempre. Antes buscaba más gustar que otra cosa. Ahora, no.
26 Repasemos tu trayectoria: Gimnasia. No te olvides de Aldosivi, donde hice 22 goles en 23 partidos y me permitió llegar al fútbol grande. Después, lo que más recuerdo de Gimnasia son los domingos en Macondo, un boliche... No, en serio, fue el club que me dio el empujón. Era un grupo muy joven, y con muchos de ellos me sigo hablando, como Cristante, Leo Noce y el Moncho Fernández, que hoy están conmigo en Banfield.
27 Boca. Fue un época jodida. Además, jugaba de wing derecho con Cabañas y Latorre arriba. Les habré tirado treinta centros por partido: Latorre hizo once goles, Cabañas doce, y yo metí dos y me tuve que ir.
28 Independiente. El único club en el que no rendí. Me desgarré y me costó volver. Fue la única hinchada que me puteó en mi carrera: venía de Boca con el Turco, la historia del pelo largo...
29 Huracán. Le tengo un aprecio especial. A principios del 94, mi representante, Aloisio, me dijo: “Te va a comprar River, no jugués más. Fingí una lesión, algo”. Era para que no me lesionara ni que subiera la cotización. Como nunca me gustó mentir, le fui a tocar el timbre a Cúper. Me entendió. Al otro día, en la práctica, juntó a todo el equipo: “Muchachos, Gaby les quiere contar algo”. Me quedé blanco, no lo esperaba. Conté lo que pasaba y saltó el Pipi Vattimos, el capitán: “¿Vos me estás hablando en serio? Si fuera yo, no vengo ni a entrenar”. Eso me tranquilizó. Para la prensa, dijeron que estaba lesionado. Al final, ese equipo perdió el campeonato en la última fecha. Cúper dijo: “Si no me hubieran sacado a Amato, salía campeón”. Basigalup, su ayudante, no me habló por tres años.
30 River. Gané títulos e hice amigos. Estaba “el grupo de los ocho”, nos juntábamos en la habitación de Cedrés-Francescoli a jugar a las cartas hasta tarde: ellos dos, Astrada, Crespo, Almeyda, Burgos, Lavallén y yo.
31 ¿Y Ramón Díaz nunca iba a esa habitación para decirles que no se acostaran tarde? ¡No, qué va a ir! Ahí estaba prohibido entrar.
32 ¿Por qué Ramón Díaz te limpió de River? Porque salió en El Gráfico que yo había dicho que él no sabía nada. No sé si lo dije o no, porque siempre los jugadores hacemos comentarios, en caliente, del tipo “éste es un guacho” o “éste no sabe nada”. Como salió eso, fui a encararlo, a decirle que no había dicho nada. “Quedate tranquilo –me dijo– lo hacen para desestabilizarnos”. Tranquilo, pero me limpió. Ni siquiera fui al banco en la final de la Copa: fue el disgusto más grande de mi carrera.
33 ¿Qué hiciste el día de la final? Estuve concentrado y cuando bajé a la charla me enteré de que no iba ni al banco. Cuando Enzo levantó la Copa, lo primero que hizo fue dármela y dedicarme unas palabras. Fue una alegría enorme.
34 ¿Cómo era compartir la habitación con Burgos? Una locura. El no se acostaba muy tarde, y yo me quedaba viendo tele. Después se levantaba a las seis con los Rolling al taco. “Vos me ponés la tele, y yo te pongo los Rolling”, me gritaba a la mañana. Cuando nos duchábamos, pasaba corriendo y apenas tocaba el agua. “El jabón y la toalla son para los travestis, hay que secarse al aire”, decía.
35 Hércules. Fue el asentamiento en Europa, un año difícil. No jugué hasta los últimos seis partidos, pero ahí la rompí y me compró el Mallorca.
36 Mallorca. Era el equipo de los desamparados: Roa y Mena venían de Lanús; Valerón, de la Segunda; yo, de casi no jugar en el Hércules. El equipo venía de ascender y logramos que el fútbol argentino se hiciera hincha del Mallorca. Fuimos cuartos en la liga y perdimos la final de la Copa del Rey con el Barcelona de Figo y Rivaldo. Todavía no lo puedo creer. Aguantamos 120 minutos con dos menos, Roa atajó dos penales, metió el suyo, pero Stankovic erró el decisivo. Me hubiera quedado a vivir en Mallorca, pero me fui porque no podía decir que no a la oferta del Rangers. Si decía que no, me mataban: me daban el cuádruple de lo que ganaba.
37 Rangers. Avión privado siempre, cada dos meses nos daban un auto nuevo, dos trajes Versace de invierno, dos de verano. Mi mujer viajaba a Mallorca y no le cobraban el pasaje. El Rangers es el club de los protestantes, así que en Escocia el 70% es del Rangers. En mi debut, hice la señal de la cruz y fue la foto a todos los diarios. Después me explicaron que no se podía hacer. Ahora cambió, pero hace unos años ningún católico podía jugar en el Rangers y ningún protestante en el Celtic.
38 ¿Algún compañero llegó borracho a una práctica? Charlie Miller, un escocés. Se agarraba unos pedos en colores. Venía corriendo y no aguantabas ir a su lado por la baranda que le emanaba de todo el cuerpo. Y lo hacía seguido. Nosotros tratábamos de taparlo… pero era difícil.
39 Gremio. En Escocia estaba muy bien, pero llueve un promedio de 320 días al año, los negocios cierran a las dos de la tarde y a las tres es de noche. Entonces, antes de terminar quemado de la cabeza me propuse volver a España. Casi se da el Valencia de Cúper, pero al final se cayó y apareció el Gremio, con la empresa ISL. Era el escaparate para volver a España. En Gremio jugué con Ronaldinho: cuando hacíamos el regenerativo, pedía si podía llevar la pelota. Y andaba los 20 minutos haciendo jueguito, se la ponía en la boca, cualquier cosa. Nunca vi a nadie hacer las cosas que hacía él, salvo Diego. Un pibe buenísimo. Así como lo ves, lo que tiene de feo, lo tiene de bueno.
40 ¿En el fútbol brasileño es todo pepé pepepé? Pepepepepé, pero cuando juegan en serio te pintan la cara. Estamos un escalón debajo de ellos, aunque no nos guste.
41 Betis. Mueve 50 mil personas todos los partidos. Es el equipo del pueblo, mientras el Sevilla es de la clase alta. Había que ascender o ascender, no quedaba otro. Don Manuel Ruiz de Lopera, el presidente, el tipo más rico de España, dueño de El Corte Inglés, entre otras cosas, adelgazó 20 kilos en un año. Fue terrible, tuvimos que pelear hasta el último partido con el Atlético, Sevilla y Tenerife. Yo tuve un año bárbaro, metí 17 goles y subimos.
42 Levante. Metí 15 goles en Segunda, pero quedamos a dos puntos del ascenso. En el segundo año me ofrecieron ganar la mitad, y me fui al Albacete. Ahí nos tocaron de arranque Valencia, Depor, Madrid, Betis y La Coruña. Perdimos los cinco, no llegamos ni una vez al arco y me sacaron. En Navidad ya me vine para acá con la idea de irme.
43 ¿En qué club te quedaste con ganas de jugar? En el Atlético de Madrid. Estuve cerca, pero no se dio. Es la hinchada más seguidora de España y hay muchos argentinos hinchas del Atlético.
44 De todos los clásicos que jugaste, ¿cuál es el más caliente? Los River-Boca son únicos, aunque el escocés se le acerca bastante. El tema es que por el idioma allá me perdía la mitad de las cosas.
45 La cancha más difícil. La del Inter, de Porto Alegre. Una vez empatamos 1-1 el clásico y casi no había vigilancia. Pensé que no salíamos vivos.
46 ¿El interés de River este año fue real o sólo una treta para ponerte en la vidriera? ¿Qué treta? Me reuní con Astrada y Mario Israel y estuvo todo OK. Estaba seguro de que volvía, pero al final los directivos prefirieron jugársela con los pibes.
47 ¿Cómo llegaste a Banfield? El Flaco Odriozola me comentó la chance, y Falcioni, que me conocía de ser compañeros en Gimnasia, me llamó.
48 ¿Qué es lo mejor que tiene Falcioni? La honestidad. Vino de frente y me dijo que prefería perderme dos partidos y no que me desgarrara y me perdiera medio torneo.
49 ¿Nunca le pidieron que cambiara la cara de bulldog que tiene? La cara no la va a cambiar nunca, aunque disfruta mucho los logros como se amarga mucho cuando no le salen las cosas.
50 Dijiste que ibas a estar entre los goleadores en este torneo y llevás uno solo, ¿qué pasó? Arranqué con un gol en el debut, pero como venía sin base física sentía un gran cansancio en cada partido. Falcioni me propuso parar y hacer un trabajo diferenciado, y ahora estoy para volver.
51 El gol más lindo que hiciste y el más importante. El más lindo contra Nacional, en Montevideo, por la Supercopa 94: gambeteé a varios y metí el gol. Los más importantes: para empatarle a Vélez y salvar el invicto del 94, y dos al Murcia, con el Betis, en la recta final del ascenso.
52 Tu día más feliz en el fútbol. El ascenso con el Betis y el día del gol a Vélez, que sirvió para terminar invictos con el Tolo, en 1994.
53 ¿Hasta cuándo pensás jugar? Arranqué un torneo sin pretemporada y no padecí lesiones, así que lo veo lejos. Recién tengo 33 años.
54 La joda más pesada de una concentración. En España había compañeros que te cagaban en la cama y cuando metías los pies...
55 Lo que más extrañabas de la Argentina cuando estabas afuera. El dulce de leche, el asado o sentarte a hablar con un argentino. Con otra gente, por ahí no sabés cómo puede tomar algo que digas. Y los amigos. Yo tengo un gran amigo, que me banca siempre. Se llama Fernando Alonso, Jito, es ayudante de campo. Su padre trabajaba en un campo en Coronel Suárez, y él lo ayudaba. Así te dice él: ayudante de campo… (risas).
56 Los mejores amigos que te dejó el fútbol. Pablo Piro, de Gimnasia, el Negro Astrada, Cristian Díaz, Lechuga Roa y el Mencho Mena.
57 ¿Con qué compañeros mantuviste contacto estos años? Con Almeyda, Crespo, Mohamed, y los amigos que nombré antes.
58 ¿De Gallego se reían por su forma de hablar? Con el Tolo te podés reír, porque tiene alma de negro: lo que le sale, lo dice. Pero hay muy pocos en el mundo que saben tanto de fútbol como él.
59 Definí a Roberto Cabañas. Un día me invitó a cenar y me pidió que fuera temprano. Aparecí a las ocho. Me atendió la mucama. “Cenó y se fue a dormir”, me dijo. Increíble. Claro, el tipo se levantaba a las seis de la mañana, hacía 1500 abdominales por día, se leía el diario y se iba al sobre temprano.
60 Cúper. Es un tipo que sabe al detalle cómo juegan todos los rivales, que pide que los de afuera vayan y vengan, que los de atrás no se desarmen nunca. Tácticamente, de lo mejor que tuve.
 61 ¿Por qué se lleva mal con los jugadores estrellas? Porque no tiene mucho diálogo con el jugador, no es franelero. Es muy parco.
62 ¿Por qué hizo tan buenas campañas y perdió tantas finales? Es inexplicable. En una campaña hay que valorizar al DT porque necesitás regularidad, pero en un partido depende de los jugadores.
63 La hinchada más amarga. La del Real Madrid: son nenitos de mamá sentaditos ahí y ahora que perdieron dos partidos putean a todo el mundo.
64 Algún rival mala leche que enfrentaste. Pablo Alfaro, del Sevilla.
65 ¿Y de acá? Yo también siempre fui de ir fuerte, de meter codo. Entonces, si es que alguien le va mal a otro es porque sabe que es cagón.
66 El compañero con el que más te divertiste. Burgos. Y ahora, con Garrafa Sánchez.
67 ¿Francescoli era el técnico dentro de la cancha? A Enzo lo escuchábamos siempre. Dentro de la cancha, necesitás alguien que te maneje, y entre él y Astrada lo manejaban. Pero afuera no se metía en las decisiones del técnico.
68 ¿Alguna vez te trompeaste con un compañero? En el Betis, casi me agarro con Fabao, un brasilero. Me dio una patada de atrás, me di vuelta, me pecheó, y lo anticipé con una piña. Nos separaron justo; si me agarraba, me mataba.
69 El defensor más jodido de pasar. El Ratón Ayala. Algunos dicen que es mala leche, para mí no. En realidad, cada vez que saltan un argentino y un español, el español siempre tiene problemas. Es que a nosotros nos enseñan de chicos algunas mañas para usar el brazo que el español no las tiene.
70 Un técnico extranjero que te haya llamado la atención. Dick Advocaat, hoy DT de Holanda: lo tuve en el Rangers y siempre fue muy frontal.
71 ¿A Latorre nunca tuviste ganas de matarlo por la calesita? Muchas veces: cada vez que veo un video, hay diez jugadas que tenía para dármela y no me la daba. Pero bueno, cada uno tiene su merecido al final del camino (risas).
72 ¿Qué hay del mito de “la de Gamboa”? Fuiste su compañero. Tiene sustento, pero también vi otras más grandes, como la de Fabao.
73 La ciudad donde mejor comiste. Mar del Plata, en el puerto.
74 ¿Tuviste alguna vez un compañero homosexual? Creo que no, aunque algunos dicen que sí tuve, en un equipo grande de acá.
75 ¿Ramón Díaz es un burro? Copiaría de Ramón Díaz el estilo para plantear un partido, sabía mucho del fútbol italiano y todo eso, pero no le copiaría ni una letra del manejo de un grupo.
76 ¿Menotti o Bilardo? Menotti; me gusta más el fútbol bonito, aunque no desconozco a Bilardo.
77 ¿Te escapaste alguna vez de la concentración? En Gimnasia. Fue una tarde, concentrábamos a la mañana y pedí permiso para hacer unos trámites y, en realidad, lo que tenía era un lío.
78 ¿Los árbitros te hacen sentir la diferencia en los equipos chicos? Sí, aunque no creo que sea una decisión de arriba, sino inconsciente, por el clima y todo eso.
79 ¿Eras de ratearte en el colegio para ir a la playa? Para ir a la playa, para jugar al fútbol, para todo. Llegué hasta segundo año, no daba para más.
80 Al ver tu trayectoria, ¿fuiste más lejos de lo que pensabas? Muchísimo más lejos. El fútbol me dio mucho más de lo que yo le dí.
81 ¿Le tenés miedo al día después? No, mis padres me prepararon bien. Ya estoy averiguando para poner unas escuelas de fútbol en Nordelta.
82 El mejor goleador que viste en una cancha. Oscar Dertycia me impresionaba, reventaba el arco. Lo vi de cerca en Argentinos. Hoy me encanta Van Nistelrooy. De Dertycia a Van Nistelrooy…
83 ¿River o Boca? River.
84 El tipo con el que mejor te entendiste en una cancha. Víctor Hugo Delgado, en Huracán.
85 ¿Crespo y Saviola pueden jugar juntos en la Selección? Cualquier jugador puede jugar con cualquiera. No entiendo eso de que no puedan estar juntos en un equipo.
86 ¿A algún defensor le tuviste mucho respeto? A Miguel Angel Nadal, del Barcelona. Mis compañeros me habían advertido que era difícil ganarle de arriba, y yo les decía: “Esperen que lo agarre yo”. No lo pude mover nunca, un ropero el tipo.
87 El vestuario más triste. La final de la Copa del Rey con Mallorca. Todavía no puedo entender cómo perdimos. Terminamos de rodilla llorando en la cancha. Roa, Mena y yo éramos los que más lo sentíamos, el resto no sé si lo siente distinto.
88 ¿Qué tiene para envidiarle Mar del Plata a Palma de Mallorca? La playa de arena blanca y agua transparente, el paisaje. Pero Mallorca sigue siendo una isla y necesitás avión para moverte.
89 ¿Por qué lograste jugar tanto tiempo en Europa: suerte, contactos, condiciones? Yo hice más de 60 goles en Europa. Y si bien pasé momentos malos, como en Hércules, siempre tuve una racha de partidos buenos que me sirvieron. En el fútbol lo importante son los primeros cinco y los últimos cinco partidos de un campeonato. También contar con gente que me haya manejado bien es fundamental. Y yo lo tuve a Alejandro Camaño.
90 ¿Alguna vez te ofrecieron ir a menos? No, pero sí me incentivaron de un club muy grande de España para que le ganáramos a otro equipo que peleaba el torneo con ellos. Le ganamos, nos llevamos la plata, y ese equipo grande fue campeón.
91 ¿Te arrepentís de algo en la vida? De no haber ido al velorio de Sebastián, mi nono. Jugaba en Gimnasia, era un pendejo, un boludo, y no vine. Me voy a arrepentir toda mi vida de eso.
92 ¿Cuántas horas antes de un partido se puede tener sexo sin que perjudique el rendimiento? Lo principal es estar bien de la cabeza. Si estás con confianza, por más que tengas relaciones dos horas antes, te sale todo.
93 ¿Cuánto tiempo más próximo a un partido fue la vez que lo hiciste? Hubo clubes en los que no concentré y la noche anterior tuve relaciones. Y al otro día la rompí.
94 El lugar más raro donde lo hiciste. En la pileta de un hotel cinco estrellas de México. Había gente.
95 ¿En lo bajito o en lo hondo? Hacíamos pie.
96 ¿Cuántas mudanzas tenés encima? Ya perdí la cuenta. Por eso le tengo que hacer un monumento a mi señora. Un día, el Turco García dijo que de no haber sido futbolista le hubiese gustado ser mujer de futbolista, porque viajás por todo el mundo y todo eso. Pero es jodido, eh, hay que tener aguante para bancarse el estado de ánimo pos-partido del marido o cargar con los tres pibes, las valijas, los cambios de colegios. Si no tenés alguien que te sostenga atrás, se hace jodidísimo.
97 ¿Hay mucho chanta dando vuelta en el fútbol? Está lleno. ¿Sabés los que conocí en las buenas, que ganaban minas por pararse a mi lado, y cuando se vino la mala, desaparecieron en un minuto? Por eso siempre les voy a agradecer a mi amigo Jito, que estuvo en todas, y a mi tío Oscar y mis padres Pipo y Clarita por hacerme un tipo honesto y derecho.
98 ¿Quién era tu ídolo de pibe? Maradona. Lo conocí en la City.
99 ¿En la City porteña? No, papá, en New York City. Tengo una anécdota con Diego. Lo conocía de cruzármelo y saludarlo, cuando fui al Hércules de Alicante. Recién llegaba y tenía libre, así que me fui de escapada a visitar al Pelado Almeyda a Sevilla, que está a 700 kilómetros. Cuando estaba allá, suena el teléfono. “¿Quién habla?”. “Diego” “¿Qué Diego?”. “La c… de tu hermana, ¿cuántos Diegos hay?”. Pensaba que me estaban haciendo una cargada. Había ido a Alicante por un tratamiento y me invitaba a cenar. Ni lo pensé: volví a hacer los 700 kilómetros a los piques. Llegué a la noche al hotel de Alicante. Mi mujer estaba en la habitación. “No lo vas a poder creer, está cerrado el room service, no tenemos nada para comer”, me dijo. Y yo le repliqué: “Vos no tendrás nada, yo me voy a comer con Diego” (risas). Y cumplí el sueño más grande de mi vida.
100 La charla técnica que más te marcó. La de Moreno y Fabianesi. Inigualable.