Las Entrevistas de El Gráfico

“Me desenchufo del fútbol jugando a la PlayStation"

El mismo Bigotón que despotrica contra el futbolista moderno es adicto a los jueguitos. Firma que su apodo de jugador era “loco”, que su punto débil es la motivación y que le faltó diálogo en Boca.

Por Diego Borinsky ·

14 de agosto de 2007
Reportaje publicado en la edición de julio de 2007.

 

1 ¿La Volpe va junto o separado? Separado. Siempre fue igual. En italiano es “la zorra”.

2 ¿Y su personalidad responde al apellido? ¡Yo qué sé! A mí siempre me dijeron “loco” desde las inferiores de Banfield porque salía gambeteando o levantaba la pelota con la mano por arriba de la cabeza de los rivales, canchereaba.

3 ¿De quién era hincha de chico? Mi papá era fanático de Banfield y mi tío Roberto, de River. Me llevaban al Monumental para que viera un espejo, y ese espejo era Amadeo Carrizo. Yo me hice de Banfield, siempre es un sentimiento el club donde te iniciaste.

4 ¿Trabajó antes de ser jugador? Mi papá tenía transporte escolar y muchas veces, cuando se enfermaba, lo reemplazaba. Y algo aprendí de motores.

5 ¿Siempre fue arquero? En los intercolegiales jugaba adelante. Y en Banfield lo mismo, pero como no me gustaba correr, me dejaron afuera por vago. A los 15 años atajé en un intercolegial en la sede vieja de Banfield, me vieron y me invitaron a ir. Yo pensé: “Voy a la prueba como arquero y, en cuanto pueda, pido ser nueve”. La segunda parte no la pude cumplir.

6 ¿No le gustaba el puesto entonces? No, fui creciendo y en 1975 me llamaron a la Selección, ya no había marcha atrás, pero nunca me sentí arquero, no me gustaba. Y no toleraba el entrenamiento específico, me raspaba todo. Entonces acusaba todos los días una lesión distinta.

7 En su época, el eslogan para los arqueros era “loco o boludo”. ¿En cuál categoría entraba? Y... yo me peleaba con todos, en la secundaria me echaron de 3 o 4 colegios. Era calentón.

8 ¿Qué cosas de locos hacía? Una vez, en Sexta División, cancha de Atlanta, había unos familiares de un jugador que me decían barbaridades. Agarré piedras y se las empecé a tirar a la tribuna. Un escándalo.

9 También tuvo peleas con los técnicos. Unas cuantas. Con Rendo, en San Lorenzo, me negué a ir al banco. Venía de la gira por Europa con la Selección, la del 76, era el titular, y me sacó. “Yo pensaba que el puesto se perdía en la cancha”, le dije. Y discutimos.

10 Como jugador era rebelde, ¿por qué lo retó a Castromán cuando se enojó con un cambio? Son dos cosas diferentes. Antes del partido acepto que un jugador me diga que no está de acuerdo con una decisión, vale. Ahora, si en los 90 minutos sacás a un jugador y te hace un gesto o no quiere sentarse, es una falta de respeto para los compañeros de la banca, porque si no, que jueguen 11 y que no haya cambios. Si cada vez que cambiás a un jugador sale puteando o no se queda para acompañar al grupo, ya empieza a haber una manzana que no está bien.

11 Contó la pelea con Rendo, ¿qué pasó con Pizzuti en la Selección juvenil? Ves, ahí está por qué me decían loco. Un pibe a los 18 años no le contesta así a un entrenador. A veces, yo canchereaba, pero lo hacía porque me sentía seguro. Los centros de la derecha los bajaba con una mano, entones ahí vino la discusión, porque íbamos a ir a Cannes y Pizzuti me pidió que rechazara los centros con los puños porque con el físico de los europeos me iban a llevar por delante. Yo le dije que no iba a cambiar mi estilo.

12 ¿Y no lo pudo convencer? A los pocos días jugamos un amistoso contra la Tercera de Banfield, el último antes de viajar, y bajé un par de centros con una mano. Lo miré y le dije: “¿Ves, te das cuenta?”. Ese mismo día, D’Angelo, que dirigía la Tercera y había estado hablando con Pizzuti, me dijo: “Después de lo de hoy, olvidate”. Por supuesto que no me llevó.

13 ¿Alguna más para recordar? En el 73 me agarré con López y Cavallero, en Banfield. En el club había varios rosarinos, y a veces les daban permisos para quedarse allá un día más. Una vuelta le pedí a López quedarme un lunes en Córdoba y López me lo negó: “Yo le doy a quien quiero”, me dijo. “Bueno, entonces yo vengo cuando quiero”, le contesté. Y me fui. Sanción económica y suspensión.

14 ¿De dónde sacó esa personalidad? Innato. Yo entraba a una cancha y al margen de disfrutar el fulbo (sic) tenía confianza y era ganador. Siempre me gustó ganar: jugaba al billar o al metegol y quería ganar. Como técnico, al jugador no lo veo en un partido, lo veo en un full-tenis (sic) o en una cascarita (picado), ahí te das cuenta quién es ganador, quién tiene carácter. Y decís: dame a ése que quiere ganar.

15 Cuéntele a alguien que no lo vio jugar, cómo era su estilo. Si yo hubiera entrenado, habría tenido más potencia de piernas. Eso me faltó. Por eso me pongo un 7 u 8. Tenía un estilo salidor, en esa época empezaba a haber más arqueros salidores que atajadores.

 

16 ¿Le gustaba salir lejos, no? Sí, y a veces me pasé de imprudente. En San Lorenzo, un día contra Huracán, salí hasta mitad de cancha, Ardiles me la robó y me metió el gol. Son irresponsabilidades que no podés cometer. ¡Cómo me putearon ese día!

 

17 De ahí viene la idea de que sus equipos salgan jugando desde atrás. Hay técnicos que te dicen: tiramos la pelota para arriba y buscamos el rebote. Otros dicen: salimos jugando rápido por los laterales. El Flaco Menotti, un maestro para mí, fue de estos últimos. Por algo puso a Olguín de lateral en el Mundial cuando era central: quería una salida clara. Son riesgos que se corren. Pero hay un porqué: si intento salir jugando, el volante del otro tiene que venir a mi campo a buscarme y ahí puedo romper por arriba si quiero. Si saco del arco con un pelotazo me esperan todos atrás y es más difícil.

18 Por salir jugando le hicieron goles bobos en Boca y Vélez. Ojo, yo les digo a mis jugadores: si se viene la tormenta, a revolearla. Además, en equipos trabajados con más tiempo, ganás otras cosas. Si con México le juego a Brasil y tiro la pelota para arriba, no le gano nunca, de 10 partidos pierdo 8. La pelota para arriba, vuelve.

19 ¿Cuándo se dejó el bigote por primera vez? En los 70 se usaba mucho el bigote, la barba y el pelo largo. Hoy no es moda.

20 ¿Cuánto faltó para que sea jugador de Boca? En la gira por Europa conviví en la habitación con Gatti, hicimos una amistad. Cuando él viene, habla con Lorenzo porque se venía la Libertadores y buscaban un arquero. Hablé con el Toto, también con Armando pero como no iba a jugar mucho, busqué un beneficio económico y no había gran diferencia entre San Lorenzo y Boca, así que el pase se cayó.

21 ¿Por qué se fue a México? Vinieron a buscar a los arqueros de la Selección: Fillol no quiso ir, yo tampoco tenía ganas, quería pelearla acá para el Mundial 82. Pero llegó un momento en que me tenía que ir sí o sí.

22 ¿Cómo es eso de “me tenía que ir sí o sí”? Cuando tus propios compañeros te dicen “andate así cobramos, dejate de joder”, no te quedan muchas alternativas. Y poco más que te llevan en andas hasta Ezeiza.

23 De Banfield fue a la Selección, no era usual ese salto. Sin agrandamientos, en el 74 y 75 la venía rompiendo, y hubo un amigo que me veía mucho, porque era de la zona, el periodista Osvaldo Ardizzone, que además era amigo de Menotti. Supongo que, de joda en joda, le decía “andá a ver al arquero de Banfield”. Después anduve muy bien en un par de partidos contra los grandes, sobre todo en un 0-0 con Boca en la Bombonera que saqué todas y me proyectó en la consideración.

24 Esa noche le arruinó un campeonato a Boca y permitió que River fuera campeón después de 18 años. Fue el Metro 75, Boca venía acortando distancia y faltando 3 o 4 fechas le sacamos un punto de oro. Tan bien atajé que hasta El Gráfico me hizo una nota titulada “¿Quién es ese La Volpe?”. La salida de la cancha fue terrible, nos cagaron a piedrazos.

25 ¿Y se puede decir que 31 años después le volvió a arruinar un campeonato a Boca? ¿Yo? Nooooo, para nada.

26 ¿Con quién compartía la concentración en el Mundial 78? Con Baley, a veces Fillol... El Negro fumaba, yo también, y el Pato te rompía las pelotas con que no fumáramos. Al lado de nosotros era cien por cien profesional.

27 ¿Hoy deja fumar a sus jugadores? Adentro de un vestidor no, pero después de una cena, si un jugador quiere fumar un cigarrillo, está bien, de última es problema de él si después no puede correr. Igual, el jugador de hoy casi no fuma, por ahí sale más de noche con modelos, cambiaron los hábitos. No fuma, no usa bigote, no ve partidos de los rivales...

28 ¿El Mundial 78 lo vivió a pleno o no tanto por ser el tercer arquero? Lo viví a full, venía con el grupo desde 1975. Me sentí campeón.

29 ¿Sabía algo de lo que pasaba en el país? Sabía lo que más o menos sabían todos: el problema de los Montoneros y los militares, no todo lo que se supo después.

30 Terminan los 90 minutos con Holanda, ¿qué hizo en el intervalo? Como todos, daba ánimo. Dos o tres decíamos: “Si no entró la del último minuto, ahora los pasamos por arriba”. Y ahora los pasamos por arriba, y ahora los pasamos por arriba. Y los pasamos por arriba.

 

31 La primera imagen apenas termina la final. No tuve demasiado tiempo para festejos porque ese 25 de junio nació Sabrina, mi segunda hija, así que terminó el partido y me sacaron en patrullero para ir a la clínica. Muchos me decían por qué no le puse “Argentina” de nombre. ¡Me mataba de grande!

 

32 ¿Qué hizo con la medalla que ganó en el Mundial 78? La fundí, hice pulseritas y se las regalé a mis jugadores antes del último Mundial, para tener la misma suerte y poder lograr una medalla, además de ser un agradecimiento por lo que habían hecho. Eran pulseritas que usaban de tobilleras, debajo de las medias. Por supuesto que no alcanzó sólo con mi medalla, tuvimos que poner un poco más de oro.

33 ¿Cómo arrancó su carrera como entrenador? En el Oaxtepec habían echado al DT, podíamos descender, y el presidente me preguntó qué hacíamos. “Hay que trabajar”, le dije. Dejé de jugar y agarré el equipo. Nos salvamos.

34 ¿Le gusta el ajedrez? Se lo ve jugando en varias fotos. Siempre me gustó el ajedrez.

35 ¿Por eso es tan adicto a mover las “fichitas-jugadores” en el pizarrón, como si la cancha fuese un tablero? (Risas) Acá están los técnicos de motivación y estamos los técnicos más apegados a la táctica. A mí me gustan los sistemas de juego, soy fuerte en exigir una disciplina táctica. Quiero que un equipo tenga una idea de movimiento porque eso facilita al jugador para que pueda lucirse. Cuando en la Selección hacíamos ejercicios defensa contra ataque, 4 defensores y un volante y nos atacaban con 7 u 8, no nos podían meter el gol. Por algo la mayoría de los goles llegan por contraataques.

36 ¿Qué se siente: más argentino o más mexicano? Yo soy argentino, porque si no me hubiera nacionalizado, pero a mí México me dio demasiado, no sólo en lo profesional, sino yernos y nietos mexicanos. Tengo sentimientos divididos.

37 Describa el momento en que Davino y García, dos jugadores suyos, le avisaron que estaban de novios con sus hijas. Lo de Davino lo fui sabiendo, porque él jugaba en Morelia y venía seguido a Guadalajara. Con Chiqui García me sorprendí. Me enteré en una reunión en casa. No tenía una relación íntima con él, como sí tenía con Cristante o Vicente Sánchez, y de repente lo veo en mi casa, en una reunión. Le pregunto a mi señora qué hace y se empiezan a cagarse de risa con mi hija. “Uy, ya veo por dónde viene la sorpresa”, dije...

38 ¿Nunca sospechó ni un poquito? Mirá lo que son las cosas. Un tiempo atrás, y no sé por qué, por adivino quizás, le había preguntado a Chiqui por su casamiento, yo le había conocido una novia. No tenía idea de que ya en ese momento estaba con mi hija. Y él me respondió: “No se preocupe, que cuando yo me case, usted va a tener un lugar de honor en mi boda”. Hijo de puta... y yo ni me daba cuenta.

39 En México decían que lo llevó al Mundial por ser su yerno. ¿Y al Mundial del 2002 fue porque era amigo de Aguirre? No, García además estuvo en todos los juveniles, en Olimpíadas. Sé separar las cosas. Esas críticas me entraron por un oído y me salieron por el otro.

40 ¿Comida mexicana o argentina? Como el asado no hay. Porque, además, el asado es un rito de amigos: juntarse, la picada, el Gancia. Otra cosa que me vuelve loco es el puchero.

41 Si decidiera jubilarse, ¿dónde se instalaría? Mitad y mitad, no tengo dudas.

42 ¿Cuál fue el equipo que mejor captó sus ideas? El Atlante, con el que fui campeón, y el Toluca, que lo terminé dirigiendo por teléfono, porque ya me había ido a la selección, pero aunque estuviera el Pampa Jorge, yo lo considero mío. Y de esos dos, me quedo con el Atalante, porque era un equipo con jóvenes y porque tenía a Wilson Graniolatti, que era mi voz de mando, trasladaba al partido como nadie lo hizo mis pensamientos de la semana.

43 ¿Existe el lavolpismo? Claro: si tuviste jugadores o ayudantes con una filosofía futbolística y hoy son técnicos y aplican esas ideas en sus equipos, existe.

44 ¿Cuáles son los fundamentos del lavolpismo? El precepto N° 1 es jugar al fútbol. No me gusta ganar por un corner o un tiro libre. Los trabajo, pero me gusta ganar un partido por jugar mejor que mi rival, porque tuve la pelota, porque tuve más opciones. El segundo, es la disciplina táctica. Quiero que mi equipo no sea predecible, que pueda pasar de un 4-3-1-2 a un 3-5-2 o lo que sea, que sepan cambiar.

45 ¿Cuál es su punto fuerte como DT? El trabajo de cancha. No sólo cuando tenemos la pelota, sino distintas situaciones de partido.

 

46 ¿Y el punto débil? Mi debilidad es la motivación, estoy seguro. No soy muy dado, no acostumbro a acercarme al jugador. Lo trato de mejorar, pero me tiene que salir. Uno no puede ir a un entrenamiento pensando: “Hoy le tengo que dar una palmada en la espalda a Fulanito”.

 

47 El ogro La Volpe. El ogro entre comillas. Hablá con los jugadores que tuve en mis equipos a ver qué dicen de mí, hablá con un Rafa Márquez, un Osorio, un Pardo...

48 Igual hay ogros buenos, Shrek sin ir más lejos... El que me conoce bien, sabe cómo soy.

49 ¿A veces no trata mal a sus dirigidos? Una vez le dije a Dátolo: “¿Yo te hablo en japonés a vos?”. Para mí es algo normal, además Dátolo jamás se enojó conmigo. Hay cosas que tienen que ver con el aprendizaje y cuando veo que ciertos ejercicios que se repiten cien veces los hacen mal, me caliento.

50 ¿Vienen muy mal los juveniles? Los técnicos tendríamos que hablar más de lo mal que llegan los jugadores a Primera División. Por ahí decimos: qué buena técnica trae, pero vienen sin fundamentos. No saben la función de un lateral, por ejemplo.

51 ¿Y los gestos que hace cuando su equipo comete un error? ¿No rompe los códigos? Hago el gesto como diciendo: “¡Qué lástima que no salió!”. Estás viviendo un partido. Para mí, gestos son otra cosa: levantar los brazos o algo así. Mirá, si al jugador le molesta un gesto de ese tipo, está difícil...

52 En una nota de 1975, Osvaldo Ardizzone hablaba de su vanidad. ¿Es vanidoso? Sí.

53 ¿Fue al psicólogo alguna vez? Varias. Creo en el psicólogo, porque el jugador lo primero que debe tener es una alta autoestima, y no todos la tienen. Si Ocampo, por ejemplo, creyera lo que yo veo de él, si mañana dice “yo la dejo así de chiquitita”, el pibe la va a dejar así de chiquitita. Son jugadores que necesitan convencerse. Algunas veces lo puede hacer el técnico y otras necesitás algo más.

54 Le preguntaba si fue al psicólogo porque siempre se lo ve con una autoestima muy alta, convencido... Si no trabajás convencido de que sabés y podés hacer bien las cosas, dedicate a otra cosa.

55 ¿Tiene autocrítica? Parece que usted nunca se equivoca. ¿En qué se puede equivocar un entrenador? ¿En un cambio? Si al plantel lo conocés y la variante que buscás también la conocés, después está el DT y el jugador que entra. Para mí, los dos van a la par. Esta es una profesión muy difícil para convencer a todos.

56 Cree en la psicología pero a la selección llevó una bruja. Los que dicen que es una bruja tienen que respetar. Después no se enojen si digo que los periodistas son unos burros. Si ellos dicen que soy mal técnico, por qué no puedo decir que ellos son pésimos periodistas si informan mal.

57 ¿Qué es Cathy Camacho, entonces? Una persona muy preparada, que conoce la historia de México mejor que nadie, que estudió metafísica y feng shui en la India. Cathy fue mucho más que el psicólogo que nos pusieron. Esa es la mamada (sic) que tienen que hablar, ¿para qué mierda pusieron ese psicólogo? Bueno, por lo menos le enseñamos a jugar al fútbol, ahora aunque sea la domina, cuando llegó no hacía ni dos jueguitos.

58 ¿Cómo la introdujo en el plantel? Un día me acerqué a los referentes y les pregunté si les interesaba escucharla. Me dijeron que sí y después de la charla les pedí su opinión. Me dijeron que les había parecido muy interesante y si la podía traer otra vez.

59 ¿Qué hacía ella? Cathy le tocaba los puntos de motivación y de crecimiento mental a los jugadores como nadie, por el conocimiento que tenía. Acá se ríen con el feng shui, pero andá a China, a Estados Unidos, a ver las orientaciones de edificios. El que no leyó nunca un carajo dice “es una bruja”, pero nada que ver. Andá y preguntale a Rafa Márquez, a Pardo, a Osorio, tipos que juegan en Europa. Si ellos dicen que es una bruja, está bien, vení y matame, pero si te cuentan que ellos la llamaban por teléfono desde sus equipos para pedirles consejos...

60 ¿Por qué usa zapatos blancos? Fui a Ricky Sarkany a elegir, me ofrecieron negros, marrones y blancos y me gustaron los blancos.

 

61 Pero al final del campeonato no los usó más. ¿Por cábala? ¡Qué cábala ni cábala! Me los saqué porque estamos en invierno, ¿cómo voy a usar zapatos blancos en invierno?

 

62 ¿Por qué entra al campo de juego varios minutos después que sus jugadores? Quiero llegar a la banca cuando el partido está por empezar, ¿qué voy a hacer antes? Me quedo en el vestuario y me fumo un cigarrillo tranquilo.

63 Contra Argentina en el Mundial, ¿lo hizo para evitar los himnos? Y... fue un partido dificilísimo para mí. Hiciera lo que hiciera iban a putear de algún lado, así que entré después de los himnos y listo.

64 ¿Cómo manejó los sentimientos ese día? ¿Le hubiera dolido eliminar a Argentina? Fue muy difícil. Los mexicanos te observan con la lupa y los argentinos, si los eliminás, te quieren matar. Si hubiera ganado, habría respetado el momento sin saltar ni festejar.

65 Terminó ese partido, ¿qué sensación le quedó? Lloré. Lloré porque había prometido el quinto partido y no pude cumplir. Y nos gana un equipo sin ser superior a México.

66 ¿Con Boca también lloró? En el vestidor no, pero en mi casa me sentí triste, y todavía estoy con esa amargura... Pero el día que más lloré fue en la Copa América de Perú. Nos tocó el grupo de la muerte, con Argentina, Uruguay y Ecuador, y terminamos primeros. ¿Y sabés quién me tocó en cuartos de final? Brasil. ¡Cómo no voy a llorar!

67 ¿Es cierto que cuando terminó el Mundial volvió a Argentina con la idea de seis meses sabáticos? Sí, la presión de 4 años en la selección no fue fácil. Yo estaba recetado con Prozac. Antes de ir al Mundial, fui al psicólogo y me preguntó si tenía problemas para dormir. Le dije que no. Jamás el fútbol me impidió dormir bien, pero me recetó un relajante y después me recomendó seis meses de descanso. Pero apareció Boca. Y dos veces.

68 Sinceridad total: va por una ruta solitaria y está Hugo Sánchez tirado pidiendo ayuda, ¿qué hace? Si corre peligro de muerte, lo levanto, es un ser humano. Si no corre riesgo, que lo levante otro.

69 ¿Los problemas arrancaron por ese famoso gol de chilena que le mete? Primero, no fue de chilena, sino de tijera. Todavía lo veo girando, listo para darle, y yo no la saqué de casualidad. Me preguntaron y dije: son goles de recurso, pero no pudo pensar en ponerla en un ángulo. En un tiro libre, le podés apuntar al ángulo, pero ése fue un gol casual. Pero claro, siendo yo argentino y él ídolo de México, mi frase fue una bomba de tiempo. Y al poco tiempo me hizo uno igual. Pero bueno, él era goleador. ¡Cinco Pichichis, vamos! El problema fue cuando me hizo el gol Batocletti, con eso me tengo que volver loco, cuando te hace el gol un picapiedra.

70 ¿Ahí empezó su pelea con él? Eso pasó. Después, cuando lo dirijo en Atlante, al principio nos llevamos bien. Por ahí mucha gente ni se acuerda, pero él seguro que sí: en un partido que le ganamos 4-1 al América de Beenhakker, me halaga y dice que soy un gran estratega.

71 ¿Por qué se pelean entonces? Una vez me pidió un permiso por una cuestión personal. Faltó tres días y resulta que había ido a buscar un título de técnico a Nicaragua. Después se enteraron todos, ¿y qué les digo yo a mis jugadores? Ahí le hablé de frente, bien: “No se vale lo que me hiciste”. Un tiempo después, a fin de año se jugaba el torneo y sólo teníamos libre el 24 de diciembre y el 25 había que entrenar de nuevo. Como su esposa era española, me pidió si podía ir el 1° de enero a España. “Vos estás loco –le dije–, tengo jugadores de Monterrey, Guadalajara, Tijuana, si todos se van con sus familias, no junto 11, no presento el equipo”. ¿Cómo lo resolvió? Se hizo expulsar contra Puebla. Cuando pasó al lado del banco, le digo: “Eh, mirá que yo no como vidrio. Vos te hiciste expulsar para irte a España, pero no te vas”. Adelante del grupo le dije de todo, estaba re caliente. Por supuesto que se fue y cuando volvió no nos hablamos más.

72 ¿Por qué no lo sacaba del equipo? No podía, era intocable. El periodismo nunca dijo la verdad, y los jugadores tampoco abrieron la boca, pero ellos no pueden olvidar que cuando volvíamos de algún partido, como él viajaba en primera y nosotros lo hacíamos en clase turista, siempre bajaba antes que nadie. Y allí lo interceptaban los periodistas. Si perdíamos sin él en la cancha, declaraba: “Cuando yo estaba en el campo, íbamos 1-1”. Y si ganábamos sin él, afirmaba: “Ganamos, pero yo no me divertí”.

73 ¿Nunca pensó en encerrarlo en una pieza? ¿A Maradona en Argentina lo podés encerrar fácil en una pieza?

74 ¿En la selección se la agarró con usted porque quería el cargo? Yo fui a la selección gracias a la gente. Estuvieron como 4 meses haciendo encuestas con varios candidatos: Ferreti, Lapuente, él, yo, Bianchi, Scolari. Y él no me ganó una sola encuesta, ni en Televisa me ganó. Al final, quedó último en la lista y es ahí cuando se baja del caballo, pero tardó tres meses en bajarse. Y en el último mes se deciden por el señor La Volpe. Así fue, entonces, ahí es donde no se vale. Y con el tiempo le metió presión a una selección que iba a una eliminatoria, que no era tan fácil como ellos decían.

75 ¿El le tenía celos? Tendría que haber dejado trabajar a la selección tranquila, yo pedía eso.

 

76 ¿Y ahora le va a pagar con la misma moneda? Jamás. Y te voy a explicar por qué. Cuando uno trabajó mal, hay una limpieza, no puede haber una base de 70 o 80 por ciento que formaste vos. Entonces el tiempo va a poner a cada uno en su lugar. Si en la selección del Mundial 2010, el 70 u 80 por ciento son de mi trabajo, chau, se acabó la discusión. ¿Qué voy a hablar en ese caso, en contra de mis jugadores?

 

77 ¿O sea que considera su etapa en la selección como muy positiva? Yo creo en dos cosas: en la metafísica y en la autoestima, en ser ganador, en soñar cómo vas a triunfar. En mi ciclo se fueron siete jugadores a Europa, y ahora tres de ellos fueron campeones allí. Beckenbauer decía qué bien jugaba México, Blatter y Platini también. Metete ahora en los diarios mexicanos, a ver cómo le dan a él y por qué me piden a mí otra vez para la selección. ¿Por qué te piden si sos tan malo? Porque podrían pedir a otro...

78 ¿Por qué lo piden? Porque se empezaron a dar cuenta de tu trabajo y de lo que dijiste, porque vos a Jamaica no le ganás con pelota para arriba y a buscar los rebotes. ¿Cómo le vas a ganar por la fuerza a semejante negros, que son enormes? A Brasil y Argentina le tenés que ganar con un plan y jugando al fútbol, no de cualquier manera. Eso es lo que yo implanté en México. A Brasil le gané dos veces, a Argentina le gané bien, jugando por abajo y en el Mundial los complicamos por mi sistema de juego. Tenés que ganar por una idea. Y si en el Mundial, la jugada del minuto 86 la tiene Borgetti en vez de Kikín, ustedes eran boleta.

79 ¿Qué le falta a México para llegar más lejos en un Mundial? Para mí ya está. El roce internacional lo tiene, falta cierta confianza y romper ese temor al quinto partido, nada más.

80 Para cerrar el tema Hugo Sánchez: ¿qué haría si hoy se lo cruza en un ascensor cara a cara? Lo saludo: “Hola, ¿qué hacés?”. Porque yo soy jodón. Y él ni me va a contestar.

81 En estos años, ¿nunca tuvo ganas de agarrarlo a trompadas? Para nada. Vos podés agarrarte a trompadas cuando te ofenden de cara a cara, cuando alguien te insulta, pero porque un boludo me declara, no me va ni me viene.

82 ¿Los periodistas mexicanos saben de fútbol? Usted les gritó que no sabían nada. Les grité a los que estaban en un campaña en mi contra. Tal vez fue porque era argentino y cuando hablaba él (por Hugo Sánchez) es como cuando aquí habla un Maradona y la prensa se lleva y la gente lo mira.

83 ¿Por qué bañó con gaseosa a los periodistas en el Mundial? En la Copa Confederaciones había estado con el mismo jefe de cuidado del plantel. Ellos ponían un toldo con los sponsors y sólo ahí atendían. Además estaba el riesgo del terrorismo. Un día, los periodistas de México empezaron a poner cámaras por cualquier lado y yo les decía: “No falten el respeto, acá no pueden sacar fotos”. Una vez, dos veces. Y la tercera le pedí agua al encargado y empecé a tirárselas detrás de un lugar. Pensé que no me iban a ver. Y me vieron. Pero lo hice en joda, como para decirles: déjense de hinchar.

84 Usted dice que admira a Menotti, pero se parece más a Bilardo. En la idea de atacar y de tratar de jugar abiertos, no. Después, a mí me gusta trabajar, pero a los que dicen que Menotti no trabajaba, les aclaro que con verso y motivación no llegás a dirigir a los equipos más importantes del mundo...

85 ¿Qué hace cuando no está concentrado ni entrena? Puedo ir a un bingo. Lo que no hago es ver una película porque me pongo a pensar en mi equipo. Me desenchufo jugando a la PlayStation, estoy ta, ta, te corro carreras, te juego al fútbol, y ahí no me desconcentro, porque si no perdería. Y como ya te dije, perder no me gusta para nada, ni a la Play.

86 ¿Cuál es el peor vicio del futbolista actual? Me gustaría que el jugador de hoy pierda dos horas para saber a quién va a enfrentar. El jugador de hoy es más superficial, no le gusta pensar, si le tirás muchos “tips”, no le gusta. Eso lo vi más acá, en Argentina.

87 “Me gusta trabajar con jóvenes porque no tienen un casete en el cerebro”, dijo. ¿Los más grandes lo tienen? Algunas veces he chocado con los jugadores. Les digo qué cosas están haciendo mal y no les gusta, sobre todo al jugador grande. Le duele. El joven todavía está para aprender.

88 ¿Por qué echó a Mauro Zárate de una práctica? No lo eché. Si el jugador está cansado, fastidioso, ¿para qué va a seguir entrenando? Le dije: “Mauro, no estás, no te veo, andá y después hablamos”. Después me aceptó que tenía el muslo cargado.

89 ¿Cómo definiría su paso por Boca? Me siento mal porque el campeonato era nuestro y nos caímos justo en los dos últimos partidos, si nos caíamos antes había tiempo para recuperarse. Hay equipos que ligan y otros que no, yo tuve mala suerte. Cuando cada tanto vuelvo a ver el partido con Lanús, no puedo creer los goles que nos perdimos.

90 ¿Se arrepiente de haber dicho que renunciaba si perdían el título? Uno me preguntó y me salió de adentro. A las dos horas hablé con Mauricio y me recagó a pedos. La perspectiva era para la Copa Libertadores de este año.

 

91 Si no hubiera dicho la frase y perdían el título, ¿se quedaba igual? No. Y se los expliqué a los dirigentes: para tener un manejo y una imagen frente al grupo, para fortalecerme, necesitaba el campeonato. No hay otra. ¿Con qué cara podía asumir frente al grupo si perdíamos el campeonato? ¿Cómo entraba a la cancha de Boca, con un helicóptero? Por ética no podía quedarme, así dijera o no la frase. Para el propio plantel era un alivio que saliera yo, se limpiara y viniera algo nuevo. Y vino algo nuevo: 6 jugadores, Riquelme, todo...

 

92 ¿Alguien le falló como persona? Mirá, si me vas a preguntar si tengo 10 amigos en ese plantel de Boca y me bancaron los 10, no. Todavía la relación era de empezar a conocernos.

93 Usted dijo que con algunos tenías relación 10 puntos y con otros 5. ¿Con quién tenía 10? Con Morel, con Gago, mismo con Palermo hablaba, hasta ahí pero hablaba.

94 ¿Y con cuáles tenía 5? No le cayó bien a Marino y Neri cuando dije que no se tenían que subir al carro de los que habían ganado todo con Basile. ¿Pero por qué cayó mal si no estaba mintiendo? El problema es que después de la reunión interna que tuvimos, enseguida salió en todos lados lo que hablamos.

95 ¿Quién fue el buchón? No sé, es lo que hablamos con muchos técnicos: o puede ser que se hayan perdido los códigos. Yo fui jugador, y estuve cuatro años en la Selección. ¿Creés que nunca hubo peleas con Passarella, Gallego, Fillol, con los nenes que había? ¡Pero había otros códigos, papá! Tuvimos una reunión en mi vestidor, para mí era el momento de poner las cosas en claro y a la hora a lo sabían todo…

96 ¿Sospecha de alguien? Si sospechara de alguien, voy de cara a cara a buscarlo y a preguntarle por qué no tiene códigos.

97 ¿Algunos jugadores el pidieron jugar con 4 en el fondo y otros se enojaron porque jamás se enteraron? Una vez, Guillermo le comenta a n auxiliar que en la regadera (ducha) se había dicho que se sentían más cómodos defendiendo con cuatro. Entonces nos reunimos Gago, Morel, Cata, Palermo, Guillermo, Ibarra y Delgado. Fue antes de Lanús. Y les dije: “Muchachos, vamos a hablar clarito, si perdemos, estamos todos en el mismo barco, nadie se salva. Me enteré que un de ustedes le dijo a un auxiliar mío que yo estaba imponiendo jugar con cinco y que ustedes se sienten mejor con cuatro”. Entonces uno pro uno les pregunté a Morel, Cata e Ibarra qué era mejor. Y me dijeron que con cinco. Sé que Guillermo salió encabronado y se lo dijo a Mauricio. ¿A vos te parece que con la experiencia de cata, Morel e Ibarra, yo recién llegado, ellos no podían venir a decirme que preferían jugar con cuatro? Por supuesto que sí.

98 ¿Macri le pedía que hablara menos? Sí, ¿pero cómo hacés? Yo hice todo lo que ellos me pedian. Querían que hiciera como Bianchi. Y lo hice: conferencia dos días antes del partido y otra después. Y fui una vez a cada programa a dar entrevistas. Vos sabés que si no vas a ciertos programas, después te asesinan. Y si vas a un canal, no podés faltar al otro.

99 ¿En qué se equivocó, entonces? En no haber tenido más diálogo con los jugadores. Tendría que haberles dicho: “¿Pueden perderse un rato conmigo? Vamos a comer”. Para que me conocieran mejor. Es lo que yo creí, que todo estaba bien, que todo estaba bárbaro, pero no…

100 ¿Por qué no se dio? Porque soy un boludo.