Las Entrevistas de El Gráfico

RAÚL GÁMEZ: "YO LE DOY ENTRADAS Y MICROS A LA BARRA"

Fiel a su fama de frontal, el presidente de Vélez contó la polémica receta para que su hinchada no se involucre en hechos de violencia. Admite que cambió bruscamente su punto de vista sobre Grondona y critica sin contemplaciones a Bianchi, Mascardi, Macri y Menem.

Por Redacción EG ·

26 de enero de 2007

1 ¿Por qué es tan jodida la platea de Vélez? Tiene una mezcla de paladares negros e hinchas que se conforman con la entrega. Y a eso le sumo que en los noventa vivió tantas alegrías que quiere sostener ese nivel de excelencia a toda costa. Yo también tengo culpa. Antes era compartida con los visitantes. La transformé en exclusiva de Vélez, y se potenció la exigencia. Es mala hasta con nuestro propio jugador.

2 ¿Cómo fue su primera y única incursión como actor? Estábamos con Willington y Bonavena en una pileta de Olivos. En aquel entonces yo tenía el berretín de ser alguien. Era un tipo común y silvestre, no me destacaba en nada. Justo cayeron para filmar una película. De caradura me acerqué y pregunté si se podía hacer algo. El director, Carlos Cores, me dio un bolo. Me vio un aire a Alberto De Mendoza. “Se prende fuego una escuela y vos la tenés que apagar desde el techo”, me dijo. Pusieron unos colchones para que me tirara y me rociaron con querosén para darle más realismo. Me subí a una construcción de madera, con techo de paja. A los dos segundos estaba todo incendiado, incluso yo. ¡Qué iba a ver los colchones! Me tiré para donde pude y caí encima de la cámara. Terminé en un sanatorio, curando las heridas. Cobré unos manguitos, pero fue debut y despedida.

3 ¿Es verdad que con Ischia hubo un pacto: vos bancate sin refuerzos que nosotros te bancamos si los resultados no llegan rápido? No hubo un pacto, sino una charla para contarle el proyecto. Sabía que era el hombre ideal para Vélez. Por condiciones morales, humanas y profesionales. Le dije que veníamos a ganar el campeonato económico, y que él podía pagar las consecuencias, ya que si venían a comprarnos seis jugadores los íbamos a vender para equilibrar los números. Sólo le garantizábamos revertir los problemas de cobro que tenía el plantel. Y él se comprometió enseguida.

4 ¿Cuál fue su máximo papelón vinculado con el fútbol? Haber agredido al árbitro en el Morumbí, en el entretiempo de la final de la Libertadores, contra el San Pablo. Lo insulté de arriba abajo, le pateé la puerta... Fue una actitud de hincha, impropia para mi condición de dirigente. Me confundí. Vi un fantasma que en el fútbol no existe: el de los árbitros permeables. Un cuento que los dirigentes inexpertos, como era yo, se pueden comer.

5 ¿Lloró muchas veces por el fútbol? No. Soy sensible por naturaleza. Recuerdo a mi viejo y me emociono, veo una película y lagrimeo... Pero no con el fútbol. Ni siquiera cuando Huracán nos dejó sin el título en 1971.
 

6 ¿Qué le sugiere la esquina de Boquerón y Montiel? Mi niñez, mis amigos de toda la vida. 

7 ¿Fue el típico jugador frustrado? Sí. Me probé en Vélez, pero duré 5 minutos. Victorio Spinetto me sacó volando, era un tronco. Probé de nueve, pero debí hacerlo de arquero. Aunque tenía aptitudes, odiaba el arco. Después estuve en Liniers, en la C. Jugué porque mi viejo era de la comisión, que si no... Estuve un año en la Quinta, como seis.

8 ¿Quién lo hizo de Vélez? Entre mi viejo y mi tío. Nos llevaban a mi hermano y a mí a Ferro y a Vélez, ya que mi tío era socio de ambos. Y me enamoré de Vélez.

9 ¿Cuál fue el mejor jugador que vio con la camiseta de Vélez? Daniel Willington. Vago para correr, pero talento puro.

10 ¿Y su ídolo de pibe? Norberto Conde. Un ocho brillante, muy guapo, de gran volumen de juego, que triunfó en los años cincuenta.

11 ¿Cuál es el mejor jugador del mundo? Sigue siendo Maradona, por encima de Pelé y los actuales. Diego hizo felices a los humildes, a los que casi nadie hace felices.

12 ¿Alguna vez un técnico le paró el carro porque le quiso hacer una sugerencia futbolística? No. Tengo la virtud de no meterme en lo deportivo. El técnico que menos sabe, sabe más que cualquier dirigente. Por el técnico me preocupo antes de traerlo. Lo analizo a fondo y trato de que encaje en un perfil que ya tengo definido.


13 En ese análisis previo, ¿cuánto pesa el estilo futbolístico y cuánto el manejo más allá de los partidos? Le doy más valor a lo que hace entre el lunes y el sábado. Obvio que me gusta ver algo lindo el domingo. Pero valoro más su manejo del grupo, la promoción de juveniles.

14 ¿Cómo era el Gámez jefe de la barra? Nunca fui jefe. Era de la hinchada, no de la barra brava. Estábamos a mil kilómetros de esa figura. Me gustaba ser conocido entre los hinchas, pero no le sacábamos ventaja al club ni soñábamos con el negocio de ser hincha, que es lo que sucede ahora con las “apretadas”, los pedidos de dinero y otros beneficios. A veces nos equivocábamos y nos peleábamos por la bandera, por defender los colores. Pero a puño limpio, sin armas, sin drogas, sin alcohol. Las hinchadas se juntaban para pelearse, pero no la ligaba el plateísta común, ni los pibes o las mujeres. Por suerte la droga no corría como ahora. Sinceramente, no sé qué hubiera pasado conmigo si me contactaba con la droga a una edad de tanta inexperiencia. 

15 ¿Le gustaba pelearse? Sí, pero cobré siempre. No gané una pelea. Saltaba cuando diez le querían pegar a uno. Y entonces diez le pegaban a dos...

16 ¿Quién le puso Pistola? Así le decían a uno de los muchachos de la esquina. Era común decirle “no te hagas el Pistola” al que hacía picardías. Mi tío empezó a darme manija. Y cuando vio que me daba bronca, más me lo dijo. Y quedó.

17 ¿Cómo era la relación con los dirigentes? A veces perdíamos unos partidos y pedíamos que compraran jugadores. Pero salía Pepe Amalfitani y nos teníamos que ir... Inspiraba respeto y nos tiraba de las orejas con simpatía. Una vez le dije “hace falta un ocho y un siete.” Y él se dio vuelta y me dijo: “Ocho y siete, quince, ¡escoba!” 

18 ¿Cómo iban al interior? Nos pagábamos todo. Teníamos trabajo, podíamos comprar la entrada. Sólo pedíamos que nos consiguieran el micro.

19 ¿Usted inventó el cantito “hinchada hay una sola y es la de Pistola”? No. Fueron mis amigos. Nosotros no teníamos mucha inventiva. En esa época los mejores ya eran los de San Lorenzo.

20 En 1968, dijo que si ganaban el título se casaba. ¿Qué hubiera pasado si no salían campeones? Me casaba igual... A lo sumo me hubiera casado un poquito después.

21 ¿Ischia es un Bianchi en potencia? Ischia es un Bianchi en potencia, con el paladar más fino en lo fútbolístico. Y lo dejo ahí, sin ampliar.

22 ¿Su día más triste como dirigente? Ninguno. Me tocó vivir una buena época. 

23 ¿El más feliz? Cuando le ganamos la Libertadores al San Pablo, en el Morumbí. Luchamos contra los grandes de la Argentina y del continente y logramos instalar a Vélez en la consideración internacional. Y en la juventud, el título del 68. Ese día vi la V de Vélez en el cielo.

24 ¿Qué tiene Vélez que no tengan Boca y River? Más que un club grande, Vélez es un gran club, algo más importante todavía.

25 Una vez dijo: “Vélez fue el último guapo del fútbol argentino”. Y fue así. Nos paramos de manos contra Boca y River. Hicimos esfuerzos enormes para no venderles jugadores y forjar nuestra propia gloria futbolística. Fue guapo hacerlo. Y el equipo también era de guapos, de hombres. Desde Bianchi hasta el último de sus jugadores.

26 ¿Cómo fue la transición de hincha a dirigente? Yo siempre quise ser útil, incluso como hincha. Eramos útiles echando a los punguistas de la tribuna y creíamos, equivocadamente, que éramos útiles peleándonos por una bandera. Allá por el 81, un gran dirigente, Víctor Barba, me integró a una comisión de fútbol. Duré un año y medio. Me fui porque no estaba de acuerdo con algunas decisiones. Y en el 91, cuando Vélez tenía diferentes problemas institucionales, hubo una integración de cuatro agrupaciones, con Ricardo Petracca a la cabeza. Mi agrupación me designó para ser vice y arranqué. De lo contrario, hubiera sido complicado. Venía de la barra y me miraban con recelo.

27 ¿Cómo están para ganar el campeonato económico? Venimos bien, parecido al equipo. No hay misterios ni recetas mágicas: vendimos jugadores y seguiremos en ese camino. Vamos a estar fenómeno a corto plazo, y lo asumo. Soy de los dirigentes que dicen lo que sienten y hacen lo que dicen.

28 ¿Esta presidencia es más difícil que la anterior? Es más difícil en lo económico, porque tiene un pasivo grande. Igual, lo más complicado lo vivió Musseaud, cuando el país empezó a caer por la desgraciada conducción de Menem.

29 ¿Cuál fue el primer disgusto que le dio a su mujer como hincha? El famoso incendio del quincho de Chicago. Fue un gran disgusto, volví bastante lastimado. En realidad, ese día la pasé bien, el asunto fue después. Terminé golpeado, me atendieron en el hospital, volví a la cancha y después nos fuimos a las carreras con los amigos. Llegué tarde a casa y le dije que habían tirado unas piedritas, nada más. Pero el problema fue al día siguiente. Mi mujer fue a llevar a los pibes al colegio, y las maestras le preguntaban por mí, ya que en los diarios había fotos mías bastante golpeado.

30 ¿Usted fue el del incendio? Quedó instalado así, pero nada que ver. Unos pibes saltaron una tapia y prendieron el quincho de paja. Sí estuve en las peleas posteriores al incendio, cuando se nos vino encima la gente de Chicago.

31 ¿Usted fue uno de los hinchas que viajaron a México 86 con el pasaje pago por algunos dirigentes? No. Me pagué todo de mi propio bolsillo. Viajé con Carlos Bello, ex diputado radical, ya fallecido. Como había huelga de maleteros en Ezeiza y no salía el avión de Aerolíneas, me metió en otra compañía, y terminé compartiendo habitación con él en el mismo hotel que los dirigentes de AFA. Conocía a Bilardo y a sus amigos y entré a la concentración del América. Fue una gran experiencia.

32 ¿Y en los otros mundiales? A Italia 90 fui como hincha, pagándome todo. En el 94, ya como vice de Vélez y secretario de Selecciones, hice la gira previa y me volví porque había hecho una promesa a raíz del problema de salud que tenía uno de mis hijos. Y en el 98, estuve como dirigente.

33 ¿Se actúa diferente como dirigente de club y de Selección? Seguro. En Vélez tomo decisiones y tengo la máxima responsabilidad, mientras en la Selección ejecutás estrategias de otra autoridad, en este caso de Grondona. Como hincha, soy más feliz viendo a Vélez que viendo a la Selección.
34 Pandolfi dijo que Gámez es más hincha que dirigente. ¿Es un agravio o un cumplido? Quiso castigarme porque le debíamos dinero. Pero soy un convencido de que una de mis virtudes para ser dirigente es haber sido hincha. Para apostar a lo deportivo, es fundamental venir de la tribuna. Sufrir como sufría yo cuando les vendíamos los mejores jugadores a otros equipos. No bien asumí en Vélez, hice una modificación. Cambié nuestra hinchada de tribuna, ya que al lado del túnel de salida estaban los visitantes y nuestros jugadores entraban insultados a su propia cancha. Esa decisión la tomé gracias a mi experiencia de hincha.

35 ¿Qué le gustaría tener para ser mejor dirigente? Un estudio, hablar otro idioma. Vos dirás que aún lo puedo hacer, pero no. Soy un desastre para los libros, no me gusta leer. Quisiera que el presidente de Vélez tuviera algunas particularidades mías que considero interesantes, pero también otra preparación. Yo tengo sexto grado. Intenté la secundaria tres o cuatro años y no pasé el primer año, fui muy vago. Pero ojo: no sólo el estudio es sinónimo de inteligencia o condiciones morales.

36 ¿Le da entradas a la barra? Sí. Yo le doy entrada y micros a la barra para que no haga lío.  No sólo a la barra, sino a los hinchas comunes. A La Plata, por ejemplo, fueron 38 micros gratis y 2 pagaron porque eran servicios especiales. Damos entradas para que ingresen rápido y no haya males mayores. Y los pongo en micros para que no se crucen con otros. Sé que lo mejor es recuperarlos, que tengan otra oportunidad en la vida, como  la tuve yo. Si prospera mi proyecto –sólo público local en los estadios–, los utilizaría para trabajar el día del partido, para que ayuden a que sea una fiesta realmente.

37 ¿Ahora no hay fiesta? Relativamente. Ahora pacta el dirigente, pacta el policía, pacta el hincha, la Justicia no es lo suficientemente sólida pese a que tiene los elementos para erradicar la violencia. Un periodista me dijo “si perdieron la batalla, váyanse”. Yo no perdí la batalla ni me voy. Propongo mi idea por un mínimo de dos años, aunque estoy convencido de que si se utiliza no la largamos más. Es muy redituable para los clubes, aparecerá la gente que ya no viene a las canchas.

38 Si la propuesta está clara, ¿por qué no tiene eco? Algunos dirigentes no le dan bolilla porque los enfrenté mientras no era dirigente. Deben comprender que el objetivo es prevenir la violencia. Simple: sólo público local, accediendo con abonos dotados de las huellas digitales impresas, de modo que sean intransferibles. Ahora no critico a los dirigentes porque volví a estar cuerpo a cuerpo con ellos. ¿Por que voy a hablar por los medios si puedo decirle lo que pienso a Grondona cara a cara?

39 De eso lo acusan, de hablar ahora. Yo dije: “Si Grondona no cambia, hay que cambiarlo a Grondona”. Pero cuando volví me di cuenta de que Grondona quiere cambiar muchas cosas, y nosotros, los dirigentes, lo ayudamos muy poco, no le respondemos, no nos juntamos. Grondona abre puertas que no abrimos nosotros, pero no las aprovechamos.

40 ¿Cuál sería la frase hoy? Tenemos que cambiar los que vamos seguido a AFA.

41 ¿Cuántas cosas quedan pendientes de aquella reunión de dirigentes en Ezeiza, en el 99? Varias. Al final fue una reunión más. Yo salí, llegué al club y me puse a trabajar en consecuencia: dejé libres a dos contratos altos, como Cardozo y Sotomayor, empezamos a achicar los presupuestos... Rechazamos las sociedades anónimas y los gerenciamientos, pero al poco tiempo se los estaba fomentando. El presidente Menem fue el que más daño le hizo al fútbol en ese sentido. Lo fomentaba para favorecer a amigos suyos que querían incursionar en el fútbol para hacer negocios.

42 ¿Por ejemplo? Macri estaba dentro de esas reuniones. Y Grondona, con capacidad, iba estirando el tema, ganando tiempo. Al final, creo que la batalla la ganamos nosotros. Si bien hay instituciones gerenciadas, los resultados no son satisfactorios. Esa gente quiere al fútbol para hacer su negocio, no le interesa lo social. Prefieren comprar un jugador con valor de reventa a hacer un gimnasio para que los socios hagan deporte.
 

43 ¿Cómo hacen para mirarse a la cara los que estuvieron en esa reunión? No pasa nada. Fracasamos todos. Además, los dirigentes cambian cada tres años, muchos ya no están en sus clubes.

44 ¿Macri es su enemigo? Tengo un juicio con él por decir que era un sinvergüenza que venía a ganar plata con el fútbol. Quería comprar a Español, así que en ese entonces no pensaba tanto en Boca. Después fue presidente de Boca y lo hizo bien. Arrancó con desaciertos, pero la aparición de Bianchi lo hizo ordenarse y ganar campeonatos.

45 ¿Qué los separa? Muchas cosas. Con Macri tengo diferencias de concepto. Dijo que salir campeón podía ser negativo por todo lo que tenés que pagar. Y yo creo que salir campeón es lo más grande que te puede suceder. Tenés que ser inteligente para cumplir lo pactado, pero la gloria es lo máximo. El cree que las sociedades anónimas son buenas para el fútbol, y yo no. Cuando veo que es candidato a intendente de Buenos Aires, me agarra miedo. El mismo miedo que cuando Menem tenía chances de ser presidente de los argentinos por tercera vez. Digo: ¿cómo puede ser candidato un tipo que está ligado en lo comercial a la ciudad, que fue acusado de contrabando y que tuvo problemas en la bolsa de valores?

46 Hace poco, en la Bombonera, apareció una bandera: “Raúl Pistola Gámez, traicionaste los principios de barra, vigilante”. Me causó gracia. Primero, no tengo principio de barra brava, porque jamás tuve que ver con tipos que piden plata o aprietan gente. Y segundo, una palabra –principios–, delata que ese texto fue dictado por alguien que maneja un vocabulario más amplio que el de un hincha común. Además, ninguno de los que pusieron la bandera eran hinchas cuando yo era hincha.

47 ¿Chilavert fue negocio? El más brillante de la historia del club. Por Chilavert nos invitaban a los torneos de verano, nos sentábamos con la TV a pelear un cachet importante y se hicieron hinchas –y luego socios– un montón de personas. Tenía un contrato altísimo que se pagaba solo.

48 ¿Cómo construyó su relación con él, teniendo en cuenta que se manifestó en contra de su candidatura a presidente? Sin problemas, aunque corrió mucha agua bajo el puente. Yo podía ser presidente por un frente común, pero fui a elecciones por estar en desacuerdo con decisiones como dejar ir a Bianchi. Yo estaba de licencia y, por amistad con él, dejaron que se fuera a la Roma, cuando faltaban cuatro fechas y tenía contrato vigente. Le dije a Bianchi: “Si yo hubiera estado, te ibas de Vélez con un juicio”. Gracias a Dios, Piazza terminó felizmente el campeonato, pero no debimos correr ese riesgo. Eso me separó de los otros dirigentes, que también quisieron vender a Chilavert a River. Y José Luis habló a favor de Gaudio. Por suerte, la gente se acordó de quienes éramos, y luego Chila se enroló con nosotros porque, antes que nada, quiere mucho a Vélez.


49 ¿Chila le hablaba en el mismo tono que usaba con los periodistas? No. Parece malo y pendenciero, pero ese perfil lo usaba para poner nervioso al rival. Fuera de la cancha es un hombre de gran sensibilidad, muy amable con los chicos. Hizo muchos beneficios que no trascendieron.

50 ¿Qué lugar puede ocupar Chilavert en el futuro de Vélez: técnico, manager, dirigente, presidente? Cualquiera. Como manager sería importante, abriría muchas puertas. Le sobran condiciones para ser técnico. Y también puede ser presidente. Es socio, así que si nos gana la elección...

51 Una vez denunció a Menem de querer voltear a Vélez para favorecer a unos amigos, ¿a qué se refería? Menem quería voltear a Vélez al pregonar las sociedades anónimas. Se puso en contra de quienes queríamos el crecimiento del club para que los jóvenes no estuvieran en la calle. Su pensamiento me pareció demencial. Si nos quitaba el fútbol, que era lo único que generaba recursos, desaparecía el resto de la actividad social. Lo critiqué duramente y el tiempo me dio la razón. Menem está enfermo y, gracias a Dios, hizo su última incursión en la política nacional.

52 ¿En algún momento se creyó el delfín de Grondona? Así me decían, pero nunca lo consideré. No creo tener la capacidad suficiente para ocupar su lugar. Una cosa es representar a Vélez, y otra, muy diferente, a una federación líder como la argentina. El presidente de AFA debe dejar de lado a su club, cosa que no estoy dispuesto a hacer. Yo tenía una buena convivencia con Julio hasta que no estuve de acuerdo con algunas cosas.

53 ¿Cómo es su relación actual? Buena. Tiene un estilo y una forma que yo criticaba de afuera porque me parecía que aumentaba su poder. Ahora pienso que tiene poder por capacidad. Es una figura muy grande, que te va dominando. 

54 Entonces su ciclo no está terminado… No, para nada. Yo le critico los asesores, que ya no pertenecen a los clubes. Esa gente tal vez no percibe la real dimensión de los problemas actuales de las instituciones. Son muy diferentes a los que había cuando ellos todavía estaban en sus clubes.

55 Alguna vez dijo que los de la Fundación Fair Play eran unos chantas. ¿Lo sigue sosteniendo? Decir eso me costó un juicio, pero mal no me fue, así que está todo dicho…

56 ¿A qué dirigente admira? Respeto mucho a Carlos Heller porque ordenó a Boca en el momento más difícil, con 200 juicios encima y la cancha cerrada. También espié a Santiago Leyden.

57 ¿Por qué? Porque defendía lo deportivo. Ferro lograba cosas y crecía, mientras Vélez quedaba relegado. Entonces quería saber su secreto.

58 ¿Usted es el único que no dice todo el tiempo “sí, Julio”? No, yo también digo “sí, Julio”. Estoy dentro del sistema y a veces es para decirle “sí, Julio”. El otro día, cuando lo escuché hablar en la conmemoración de los 25 años del Mundial 78, me sentí incómodo por haberlo criticado tanto. Me di cuenta de que no tengo ni la mitad de su trayectoria. Y eso hay que respetarlo.

59 ¿Qué sintió con la piña de Zandoná a Edmundo: bronca o satisfacción? No me gustó, pero cuando comprobé el odio que le tenían los brasileños a Edmundo, me quedé más tranquilo…

60 ¿Cambiaría algo del reglamento? No. Me faltan condiciones para opinar sobre el juego.

61 ¿Torneos cortos o largos? Dentro de mi propuesta antiviolencia, considero que el torneo largo sería menos peligroso, las exigencias serían más repartidas en el tiempo. Tendría que haber cuatro ascensos y cuatro descensos directos, sin promedio, de modo de no castigar a un plantel por la mala campaña que hizo otro. Grondona piensa lo contrario, pero a mí me gustaría probar.

62 ¿Por qué hay gente que se empecina en dirigir los clubes si están tan mal? Algunos creen que tienen la solución mágica. Y otros llegan porque da un prestigio adicional. Hasta hace un tiempo, Mauricio Macri era el simple hijo de Franco Macri. Y hoy, gracias a la presidencia de Boca, es más importante que su padre y es candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad. Los socios tienen la misión de detectar a los que sólo vienen a buscar fama. Hoy los clubes necesitan dirigentes que se dediquen exclusivamente a resolver los problemas institucionales.  En su momento, Vélez tenía 60 mil socios, 200 vitalicios y 5 actividades deportivas. Hoy tiene 50 actividades, 9000 socios que pagan y 7000 vitalicios. Quiere decir que con la cuota social no se vive. Entonces el club necesita dedicación exclusiva, y el dirigente merece un sueldo, porque descuida totalmente su actividad privada.

63 Usted alguna vez se fue porque se estaba fundiendo… Y dentro de poco me voy a tener que ir porque estoy descuidando demasiado mi economía familiar… Si estoy en Vélez no genero para mi familia. Si un dirigente tiene sueldo y es ladrón, va a robar igual. Pero si es honesto y trabaja para el club, merece un sostén. Hay que protegerlo.
 

64 Usted dijo: “Bianchi es un ingrato, una mala persona, un llorón, un mariquita, un bobo…”. ¿Por qué reaccionó así? Porque nos manchó gratuitamente. Usó a Vélez para sacar una ventaja. Dijo que nos estábamos moviendo para conseguir beneficios en la AFA. Que él había estado en Vélez y sabía cómo se mueve. No toleré que por sacar una ventaja mezclara a Vélez y empañara su propio trabajo. Porque le puso oscuridad a los éxitos anteriores de Vélez. Fue un gran egoísta. Si aparece lastimando a Vélez, siempre voy a enfrentarlo.

65 O sea que ratifica todo lo dicho. Todo, salvo una cosa. Algunos publicaron que esto quería decírselo en la cara, pero no es así. Me gustó decírselo a través de los medios, la misma herramienta que él utilizó para agraviar a Vélez.

66 ¿Bianchi se “bosterizó”? Seguro, Bianchi está “bosterizado”. No sólo él, también su familia. Todo el amor y el idilio que vivió con Vélez está postergado. Pero lo entiendo. Cuando vos te separás y te enamorás de otra mujer, te olvidás de la anterior. “Hay que seguir ‘provagando’”, decía Bianchi, en alusión a que Vélez debía seguir trabajando. A nosotros nos hubiera gustado que él se olvidara de lo económico y siguiera “provagando” en Vélez, pero no pudo ser. Por más que se haya abrazado con Ischia cuando vino al Amalfitani y por más que haya recordado que la cabrita de Lelo García comía el pasto de la cancha, Bianchi dejó a Vélez de lado. Lo dijo para pasarla bien ese día. Pero los velezanos seguimos queriéndolo. De hecho, su figura está pintada en la entrada del club. Así es el amor: a veces querés y no te quieren de la misma manera.

67 ¿Qué pasaría si un día abre el diario y ve que Vélez se transformó en sociedad anónima? Si tengo un poquito de sangre, dudo que puedan hacerlo. Ningún club merece pasar por esta situación.

68 ¿Quién es más importante: el técnico o los jugadores? Los jugadores. Aunque los técnicos son importantísimos. Miren el ejemplo del Mundial. Si cuatro o cinco jugadores rinden mal, por más que seas el mejor técnico, como es el caso de Bielsa, no tenés escapatoria, vas a perder. El jugador es lo más importante, aunque hay técnicos que tienen mucha suerte en situaciones límite y parecen más importantes que los jugadores…

69 ¿De qué se arrepiente en su rol de dirigente? De nada. Cometí errores, pero los capitalicé.

70 ¿El fútbol está farandulizado? Sí. El jugador parece un modelo, está todo el día en los programas de televisión. Me gustaría que fueran como en el fútbol inglés: no se tiran, no protestan, no critican al árbitro y no sacan ventajas con mañas.

71 ¿Es de guardar tesoros futboleros, como camisetas o cosas por el estilo? Tengo las camisetas de Whebe y Willington, nada más. Y todas las notas y los videos de la época dorada del club. Cuando me siento mal o tengo un problemita de salud, los repaso y levanto el ánimo.

72 ¿Es cierto que, cuando era hincha, los dirigentes le pidieron que apretara al técnico Cavagnaro para que se fuera del club? Cavagnaro hablaba como si fuera un dirigente, cosa que cayó mal en una comisión que estaba dividida. Y nosotros, los hinchas, nos dejábamos usar por los dirigentes pensando que le ahorrábamos plata a Vélez, dado que el técnico renunciante no cobraba el resto de su contrato. Nos dejábamos usar por ignorancia. Es un error del que me arrepiento.

73 ¿Puede ser presidente de AFA alguien que no sea del riñón del fútbol? Sí. Una persona inteligente y capaz engancharía rápidamente la onda. Pero la experiencia es importante para desarrollar una buena conducción.

74 ¿Está bien que los clubes se hagan cargo de la seguridad? No. Debe hacerlo el Estado.

75 ¿Le tiene fe a Castrilli en ese rubro? Sí. Conoce el medio, es capaz y responsable.

76 ¿Cuánto tuvo que ver en la designación de Bielsa como técnico de la Selección? Nada. Ese tema me provocó varios dolores de cabeza por los comentarios de Bianchi y de su entorno, que deslizaron que yo había jugado en contra de sus posibilidades. Una mentira grande como una casa. Para empezar, en el 98 Bianchi arregló con Boca antes de que se eligiera el nuevo técnico de la Selección. Es más: se fue antes del Mundial de Francia, donde estaba trabajando contratado por la televisión, para empezar su trabajo en Boca. Obvio que si me preguntaban por Bielsa iba a hablar maravillas, pero Grondona le hizo caso a Pekerman. Y tanto le gustó, que le dio otra oportunidad, incluso después del Mundial y a pesar de que Bianchi estaba libre.

77 ¿Le rezongaron mucho por tener a Canal 9 como espónsor de la camiseta? No a mí, sino a la conducción anterior. Pero no correspondía, era un acuerdo claro. Aterraba la figura de Menem, ligada al canal, según el comentario de algunos. 

78 ¿Por qué jugador pagaría una entrada? Sólo pagaría por Vélez y por la Selección. Pero me gusta ver a Guillermo Barros Schelotto. Me encanta su personalidad, lo bravo que es, el talento que tiene. Diez minutos de él cambian los partidos. Me lo imagino jugando hasta cuando se le dé la gana.

79 ¿Cómo hizo para estar en el balcón de la Rosada con los jugadores que ganaron en México 86? Vine con ellos en el avión. En Ezeiza habían preparado micros especiales, ya que había una multitud y era imposible salir por el hall. Bilardo, los jugadores y los dirigentes me conocían, así que me subí a uno y terminé en el balcón. Mi mujer me quería matar: “En vez de verme a mí, fuiste a la Rosada.” Fuimos ahí porque la gente se había congregado en ese lugar, no por algo político.

80 ¿No le da vergüenza haber enfrentado a los hooligans? Sí, mucha. Un famoso peluquero argentino le quiso sacar una bandera a un inglés y la barra de ellos se nos vino al humo. Yo los enfrenté, creí que estaba defendiendo a la patria. Al principio se caían fácil: estaban borrachos y drogados. Aunque después eran tantos que cobré un montón. Recuerdo que cuando hablé por teléfono a mi casa, al día siguiente, me dijeron “viejo, saliste en una foto, lástima que está deformada.” Pero la foto estaba bien, la deformada era mi cara.

81 Como simpatizante y afiliado radical, ¿cómo vive este momento del partido? Con dolor, pero antes que afiliado radical soy argentino. Sólo pienso en apoyar al nuevo Presidente. Está formando un equipo con gente de bien, distinta, importante. No me desvela la recuperación del radicalismo.

82 ¿Qué fue lo peor que le gritaron en una cancha? Pasamos por muchas cosas buenas y casi nunca hubo clima de disgusto. Sí la pasé mal en las asambleas de Vélez. Ahí me lastimaron de cualquier manera, a cualquier precio.

83 ¿Hay que blanquear la incentivación? Sí, hay que blanquearla para terminar con las suspicacias. Si hasta los jugadores lo piden públicamente: “A ver si mandan algo”.

84 ¿Le fallaron muchas veces en el fútbol? No, salvo las críticas de gente que no me imaginaba.

85 ¿Usted se sintió el paladín de los antiempresarios? Me gustaba ese rol. Para ser un buen dirigente, necesito manejarme con transparencia. Y los intermediarios a veces la enturbian. Para vender en la Argentina no hacen falta empresarios. Si son de distinto país, es lógico que participen y se lleven una comisión razonable. Fui intermediario buena parte de mi vida –trabajé en inmobiliarias– y sé cómo funcionan las cosas. Estoy en contra de la falta de transparencia, no de los empresarios.

86 ¿Fue amigo de El Abuelo? Lo traté en el Mundial de México, pero nunca fui su amigo. Muchos jugadores me hablaron bien de ese muchacho. Me lo pintaron como un tipo al que lo abandonaron los amigos cuando se encontró en la mala.

87 ¿Está de acuerdo con el castigo deportivo a los clubes que no cumplen con el presupuesto pautado? Totalmente. Sería el mayor castigo para un dirigente, más que responder con su propio patrimonio, como pregona Macri.

88 Su apellido sale escrito de un par de maneras. ¿Lleva o no lleva acento? Es Gámez, con acento. Mis antepasados son andaluces, y pude conocer esa tierra gracias al fútbol.

89 ¿Es negocio ser dirigente de fútbol? Nooo… Si ya le dije que me fundí. Tengo un auto modelo 94, vivo alquilando…

90 En la época dorada pagaron 25 millones de dólares en premios. ¿No hipotecaron el club? Pero ganamos nueve títulos… Necesitás inteligencia para saber cuándo vender al jugador que se cotiza y mantener el equilibrio financiero. El problema fue traer jugadores a préstamo cuando se fueron los multicampeones, paralizando el crecimiento de las inferiores. El jugador a préstamo se va y sólo quedan deudas. Pagás sueldo, prima y no vuelve nada.

91 ¿Qué le sugieren estos nombres? Empiezo por Chilavert. Un ejemplo. Rigor profesional, personalidad. Nos dio la posibilidad de transitar por los logros más importantes.

92 Lelo García. Es Vélez. Tiene derechos que nadie le puede quitar. Sabe todo, es austero, defiende su trabajo al milímetro. Y les enseña cómo deben actuar a los ingenieros, a los que estudiaron.

93 Mauricio Macri. No lo quiero. El otro día alguien me decía:  “Es un aristócrata”. Y yo digo que no viene de una familia de trayectoria. Pertenece a una familia que hizo plata. Y al fútbol no le hace bien que venga alguien para ganar plata. Cuando fui al juzgado le dije a la jueza que me hace acordar a Onassis, un tipo que hizo plata con cosas mal habidas y luego fue invitado de honor para las sociedades del mundo. No digo que Macri haya actuado fuera de la ley, pero me genera rechazo. No por tener más plata merece más posibilidades.

94 José María Aguilar. Un tipo muy capaz, que sabe lo que es sufrir en una tribuna. Le deseo que le vaya bien porque es un ejemplo de cómo deben ser los dirigentes de fútbol.
95 Marcelo Bielsa. Gran capacidad. Mucha creatividad. Merece ser el técnico de la Selección.

96 Gustavo Mascardi. Un empresario que estaba acostumbrado a manejarse con dirigentes que le aceptaban las condiciones que él imponía. En Vélez tiene que manejarse con las nuestras.
 

97 Carlos Bianchi. Un fenómeno como técnico. Nos hizo disfrutar momentos muy lindos cuando le dimos a manejar un Fórmula Uno para que así sucediera. Aunque fue ingrato con Vélez, en la balanza tiene mucho a favor.
 

98 El gol que más gritó. El penal de Pompei al San Pablo, que nos dio la Libertadores.

99 ¿Era muy burrero? Me gustaba. Siempre me dediqué al comercio. Y cuando los negocios funcionaban, tenía holgura económica como para bancarme algunos berretines. Llegué a tener tres caballos de carrera y uno ganó en Palermo. Moraldo se llamaba. Pero el juego siempre te lleva a un mal camino. Y yo dejé el juego gracias a Vélez. Largué las carreras y el casino. No quería que pensaran que me jugaba la plata de Vélez. Una vez, mi tío escuchó al padre de un jugador decir “Gámez está veraneando con la plata de Vélez”. Me sirvió de experiencia. Lo más difícil para un dirigente no es ser decente, sino demostrarlo. Ser decente es una pavada, el asunto es que los demás se convenzan.

100 ¿Qué imagen cree que tiene la gente de usted? La sensación que recibo me pone feliz. Es la imagen que quiero tener: un tipo sencillo, que va de frente y defiende lo suyo a muerte.

Reportaje publicado en El gráfico, edición julio 2003