Las Entrevistas de El Gráfico

"Diego es mejor tipo que jugador"

El Checho, hombre del fútbol si los hay, destaca al Maradona persona, revela lo que le dejaron Menotti y Bilardo, repasa sus momentos y cuenta anécdotas imperdibles, en especial una de Borghi.

Por Diego Borinsky ·

05 de noviembre de 2007
 

Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

1 Vas por la calle y te gritan Sergio, ¿te das vuelta? No. Hace un tiempo me dijeron Sergio y mi nena me preguntó por qué. Desde mi mujer hasta los jugadores, todos, me llaman Checho.

 

2 ¿Por qué te pusieron Checho? Mi hermano mayor, el Chino, no pronunciaba la ese, y en vez de Sergio le salía Checho.

3 Otra duda existencial: ¿naciste con barba? Me la dejé en el 83 porque tenía acné juvenil y cada vez que me afeitaba me rompía la cara. Entonces un día dije: me dejo la barba y listo. Mi viejo me quería echar de casa, me decía: “¡Andate, sucio!”

4 ¿Qué hubiese pasado si te la afeitaban en una concentración? Me la quisieron afeitar en el 86. Pero les dije: “No me afeiten ahora que no voy a poder tener más relaciones con nadie” (risas).

5 ¿Qué te sugiere la palabra “momia”? Uno de los apodos que me pusieron en el Mundial 90. Me jodió, porque parecía que era el único culpable de cómo jugaba la Selección. Siempre la gente necesitó agarrársela con alguien: en el 86 con Garré, en el 78 con Olguín. Y eso me tranquilizó, porque Olguín era un jugador impresionante.

6 ¿Qué recordás del día en que casi te morís en una cancha? Que me desperté en el Fiorito. Tengo algunas imágenes de ver a Bilardo en la ambulancia. Eso es lo que tenía Carlos, siempre estaba al lado nuestro. El miraba el partido en su casa, vio lo que pasó y se vino. Parece que en el viaje en ambulancia le pregunté al doctor Avanzi qué me había pasado y antes contestarme, vomité y me dormí otra vez. Me desperté al otro día en el Italiano.

7 ¿Qué te pasó? Me salvé raspando. Fue un cabezazo de Monzón que me dio en la cabeza y me provocó convulsiones. Podría haber quedado paralítico. También tuve dos paros respiratorios; el segundo fue en la ambulancia y no me podían sacar. Al otro día me desperté con la mandíbula dolorida. Pregunté y me contaron que fue por las piñas que me dieron para sacarme la lengua.

8 ¿No dudaste en volver a jugar después de lo que te pasó? En el momento no me enteré de nada. Y después, no, porque el fútbol es más fuerte que cualquier cosa para uno.

9 Tu mayor virtud como jugador. Ubicación y rapidez mental. Si no las hubiese tenido no podría haber jugado, porque era muy lento de piernas.

10 De los jugadores de hoy, ¿con quién te identificás? Es difícil ver un cinco como los de antes, bien paradito en la mitad. Hoy, el cinco juega por todos lados. En el curso de técnico me preguntaron cómo se hacía un lateral y yo dije que no sabía, porque nunca había llegado a la línea del costado.

11 ¿Por qué te peleaste con Yudica en el 85? José es buen tipo, pero algo cerrado y no estaba bien con el plantel. En una práctica, me tenía que devolver una pared para que definiera y se distrajo. Pasó dos veces, yo salté mal, entramos en un roce, hasta que me dijo “váyase”. Yo le contesté: “El que se va a ir va a ser usted”. Y me mandé al vestuario.

12 Si hoy viene un pibito y te contesta así, ¿qué hacés? Yo tengo una relación distinta con ellos, les doy una confianza como para que no pase eso. Y si pasa, se tendrá que ir.

13 La noche previa a tu debut en Primera. Me tocó en la habitación con un tipo extraordinario, Marito Zanabria, que me aconsejó y me dejó prender la tele. Antes no te dejaban ni prender la tele, había un respeto distinto de los chicos a los grandes.

14 ¿Cuándo imaginaste que podían ganar algo con Argentinos? Era muy difícil imaginar algo así: en el 81 nos salvamos del descenso y lo mandamos a San Lorenzo; en el 82 peleamos con Chicago. Hubo un gran mérito de Labruna en elegir los jugadores y en mentalizarnos de que podíamos. Y estábamos bien de plata por la venta de Diego. En esos clubes, si no estás bien, es imposible hacer algo. Igual, nunca imaginé que llegaríamos tan alto.

15 El gol que hiciste contra Vélez que les dio el Nacional 85. El que más grité en mi vida.
Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

16 ¿Te imaginás a este Argentinos en Primera? Para mí, que soy de la casa, ascender a Primera es como salir campeón del mundo.

 

 

17 ¿No te arrepentís de no haber especulado en los minutos finales contra Juventus por la Intercontinental 85? Ese Argentinos no sabía especular. En la Libertadores, contra Fluminense, en el Maracaná, Yudica nos pidió que los esperáramos. Le fuimos a decir que sólo sabíamos ir a buscar el partido. Se enojó y dio un portazo. Ganamos 1-0.

18 ¿Qué se siente patear un penal en una Intercontinental? El que dice que no está nervioso, miente. Siempre pateábamos los mismo cinco y la había metido en la final del Nacional y la Libertadores, pero en Japón erré. Volviendo al medio quería morirme. Después, me crucé con Tacconi, el arquero, y me contó que había visto todas nuestras definiciones. Nosotros no teníamos nada.

19 ¿Cuánto dura una bronca así? Hasta hoy dura. Nunca volví a ver ese partido. Aquel vestuario no me lo saco de la cabeza, más allá del papel digno que hicimos y del gran rival que enfrentamos.

20 Cuando volviste a Japón como jugador, ¿te recordaban ese partido? Sí, para los japoneses fue la mejor final, por lo menos hasta el 96. ¡Y miren que los japoneses se acuerdan de todo!

21 ¿De qué jugabas en inferiores? En el baby yo era wing derecho y metía goles de todos lados, y en cancha grande me pusieron de ocho porque era chiquito. A los tres partidos me pasaron de nueve y metí tres goles... Tres goles en tres años (risas).

22 ¿Quién te encontró el lugar? Tardivo me salvó. Si no aparecía para cambiarme el puesto, hoy estaría laburando en el negocio de mi viejo. Por eso siempre necesitás un golpe de suerte en el fútbol. Tardivo me vio y dijo: “Este juega como yo, de cinco”. Ahí me puso. Y la pegó. Por eso, cuando algunos padres dicen: “Mi hijo va a ser jugador”. Nada. Va a ser jugador cuanto tenga la suerte. Y que además se rompa todo para llegar.

23 ¿Tu viejo te seguía siempre? Mi viejo no se perdía ni una práctica. Y me rompía las bolas. Si jugaba para diez puntos, me decía “bien, hoy bien”. Y siempre me corregía. La última vez que lo vi fue en la cancha de Argentinos, en 1991. Había ido a una práctica, me vino un dolor de cintura y, como siempre, me cagó a pedos. “Andá a ver al doctor”, me dijo. Fui al doctor, él enfiló para lo de un amigo y se murió saliendo de la cancha, por un aneurisma.

24 ¿Su muerte fue una de las cosas que te desbarrancó? Sí, un desastre, éramos muy pegados. Era como un bastón que tenía, y cuando faltó… Encima, a los tres años falleció mi mamá.

25 ¿Por qué no fue futbolista? Jugaba muy bien. Cada vez que caminábamos, me paraban y me decían: “Si vos jugaras la mitad que tu viejo…”. Hasta que un día me pudrí. “¿Sabés lo que pasa? Yo jugaba con 120.000 personas en contra y mi viejo jugaba con cuatro acá”, le contesté al tipo.

26 ¿Es cierto que no fue a la final con Vélez por el Nacional 85? Cuando se ponía nervioso se iba a caminar. Todos los domingos se tenía que comprar una radio porque la tiraba en la cancha. Esa noche se perdió mi gol y después apareció en el vestuario. Tampoco vio la final con la Juventus, se fue a caminar a las doce de la noche.

27 ¿Tampoco vio la final del Mundial 86? Esa sí, porque Zavatarelli fue a casa para hacer una nota mientras veían el partido. Si no, se iba.

28 ¿Cuánto tuvo que ver tu papá en la unión Argentinos-Parque? Parque estaba, pero mi viejo inició el baby ahí. Había un par de arcos despintados y él organizó todo. En ese momento yo era nueve en la prenovena de Vélez y en un partido contra Platense vino Oscar Refojos, el DT de Argentinos. Justo me tocó meter un golazo y le dijo a mi viejo si quería llevarme a Argentinos. Se hicieron muy amigos y ahí empezó la relación entre Parque y Argentinos.

29 ¿Qué te genera que ahora esté Boca con Parque? Me hubiese gustado que siguiera con Argentinos, aunque tampoco desconozco que el aporte económico le viene bien al club.

30 ¿Qué significa que en la cancha principal esté escrito José Batista? ¿Qué te parece? Mi viejo, además, encontró a Borghi en un potrero de Castelar. Era un desesperado por la pelota. El veía un picón en cualquier lado y listo, iba.


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

31 ¿Por qué Borghi no llegó más lejos? Técnicamente fue el mejor jugador que vi después de Diego. Un día, en River, Menotti lo llama: “El viernes hacemos picón y la rompe, el sábado hacemos tenis-fútbol y la rompe; ahora, el domingo no hace nada. ¿Por qué?”. Bichi le dijo: “Porque los domingos no me gusta jugar, César”. Nos fuimos para atrás los dos. Así era Bichi, no le daba bolilla al fútbol. Diego, en cambio, era un enfermito del fútbol.

 

 

32 ¿Qué imaginabas para tu futuro? Al debutar con 18 años, le dije a mi viejo: “Voy a jugar 10 años. Tengo que lograr todo y estar salvado económicamente”. Así fue, a los 28 dejé la Primera División.

33 ¿Recordás quién te dio el premio revelación Clarín de 1981? Maradona. Yo era muy tímido, nos pusimos a hablar y se tuvo que ir enseguida porque no lo dejaban en paz. Ya en esa época era así.

34 ¿Cuando estabas en inferiores ya se sabía que era un fenómeno? Yo estaba en Novena y él en Séptima. Duró siete partidos y no lo vi más.

35 Lo más raro que te pasó estando a su lado. Estábamos con la Selección en un pueblito perdido de Escocia. No había canchitas ni arcos en ningún lado, no vendían pelotas en ningún negocio. Parecía que la gente de ese lugar ni sabía que existía el fútbol. Hicimos dos cuadras con el tipo y se tuvo que volver al hotel, porque no podía caminar. Es así. Lo conoce gente que vos decís: estos nunca patearon una pelota.

36 La peor que te hizo Bilardo. Tuve la mala suerte de no ir a Europa y me comí 200 mil videos: los cuatro años antes del 86 y los cuatro antes del 90. Además, como Carlos decía que los medios tenían que saber todo, con Giusti teníamos que ver los videos con los delanteros y con los defensores.

37 ¿Nunca te enojaste con él? Tuve cuatro peleas. Antes del Mundial 86 me quise volver: me ponía en la izquierda o me sacaba siempre. Después me enteré por qué: me hacía sentar a su lado y relataba el partido para que viera los errores, para que fuera un técnico en la cancha. Yo pensaba que me sacaba de cábala y me volvía loco.

38 ¿Lo encaraste? Después del 1-1 con Italia en México me enojé mal. En la reconciliación siempre traía al capitán y Diego calmaba las aguas. Ese grupo era muy unido, y Carlos sabía que podía tener esas discusiones fuertes con todos. Por eso nos bancó a muerte. Hoy, somos 7 u 8 que seguimos en contacto con él, que te llama para decirte qué estas haciendo bien o mal: Brown, Ruggeri, Pumpido, Burruchaga, Enrique.

39 ¿Menotti o Bilardo? No puedo elegir, los dos me dejaron cosas. Ojalá se junten algún día. Menotti, en 5 minutos te transmite lo que otros pueden tardar 5 días. Quizás su falla es que cuando convenció al dirigente, al hincha y al jugador, pierde la motivación por no poder motivar más. Por eso sus equipos duran 7 u 8 fechas.

40 En confianza con Bilardo, ¿nunca lo jodieron con el tema Menotti? Con eso no se jodía.

41 ¿Qué línea les bajás a tus jugadores: no es lo mismo Menotti que Bilardo? Quiero que mis equipos traten bien la pelota y vayan al frente, pero lo que más trato de inculcarles es que tengan mentalidad ganadora. Y que no sean inocentes, porque los giles no juegan más al fútbol. Tengo muy claro que jugando bien al fútbol, si no gano me tengo que ir a los tres partidos.

42 ¿Cómo aguantaste cuatro años en Japón? Yo me quería ir de acá por el problema que tenía. No me importó nada. Me ofrecieron ir un miércoles y el sábado estaba en Tokio. A Japón le agradezco porque tiene mucho que ver con mi recuperación, con salir de toda la porquería en que vivía.

43 ¿Ahí empezaste como DT? El segundo año arranqué como jugador y DT a la vez, porque ya sabía las palabras básicas en japonés. Y si me tenía que sacar, me sacaba. Yo daba la charla con el traductor y a veces los jugadores me miraban con cara de “qué carajo me están diciendo”. Entonces le preguntaba al traductor qué les había dicho y era cualquiera.. El tipo no tenía idea de fútbol.

44 Una anécdota. Con el Negro Enrique jugábamos al ring raje, ¿qué podíamos hacer? Leer es imposible, en una “casita“ te meten 42 palabras.

45 ¿Te quedaste con ganas de jugar en Boca? No, si jugué en River.


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

46 El vestuario más triste que te tocó estar. El del Mundial 90. Nada es comparable a eso: quedarte con las manos vacías después de llegar tan lejos… Diego lloraba, era imposible pararlo.

 

 

47 ¿Qué les dijo Bilardo? Esa vez nada. En el 86, sí, dijo que estaba enojado porque nos habían hecho dos goles de cabeza.

48 ¿Cuando caíste que eras campeón del mundo? Apenas terminó fui unos minutos al vestuario y de ahí al antidoping con Diego y Enrique. Estuvimos una hora y no hacíamos comentarios del tipo “che, somos campeones”. No. Mirábamos las pantorrillas de Briegel y no lo podíamos creer. Caíamos cuando llegamos acá, con la gente.

49 Fueron una selección muy criticada en la previa, ¿al salir campeón te olvidás de todo o te da bronca? Son las reglas de este juego. Igual, las críticas nos fortalecieron. A la Selección tenés que apoyarla siempre, te guste o no como juegue.

50 ¿Cuándo viste que podían ser campeones? Al vencer a Uruguay. Después de ganarle fácil a Corea y a Bulgaria, de empatarle al campeón Italia, se venía el clásico y otra vez fuimos muy superiores.

51 ¿Cómo hiciste para llegar entre los primeros a festejar con Burru el gol de la final? Bilardo pedía que los del medio no festejemos, que volviéramos ordenando. En la final, corrí a festejar mirando el reloj; faltaban siete minutos y el línea nos quería echar. Le dije que al menos tenían que pasar 3 o 4 minutos. Más que a celebrar fui a decirle eso al línea y a mis compañeros.

52 Recuerdos de ese vestuario. Las puteadas a los panqueques, el cantito ése de “se lo dedicamo’ a todos”. En el avión se lo cantamos en la cara a varios. Me habían regalado un toscano y con Trobbiani, apenas dimos dos pitadas, nos quedamos planchados. Claro, no habíamos fumado nunca.

53 ¿Qué le dijiste a Diego cuando metió el segundo gol a los ingleses? Nos olvidamos de las precauciones de Carlos y fuimos todos. Yo lo reputeé, le dije que era un marciano, ¿qué le ibas a decir: qué lindo gol? No entendíamos nada. “¿Viste lo que hizo éste?”, nos decíamos uno a otro.

54 ¿Les molestaba que se dijera que cualquiera de las selecciones con ese Maradona ganaba el Mundial? ¡Qué sé yo si hubieran sido campeones! No sé si tenían un técnico inteligente como Carlos o a los jugadores en su mejor momento o quizás con Diego hacían 5 goles y le metían 7.

55 Así como para muchos la Selección del 86 fue la mejor, ¿la del 90 no fue una de las peores? Yo diría que no estuvo a la altura. Fue un Mundial mediocre, si ahí nos agarraba Brasil o Francia del 86, nos metía 6 goles.

56 Dijiste que de la Selección del 90 te sacó una mano negra. Y prometiste que al descubrirlo dirías quién era. ¿Quién fue? No la pude descubrir (risas), todos me dijeron que no.

57 ¿Pensabas que era Menem? Yo me la había agarrado con los más altos, con los presidentes, con Menem y Grondona, pero nada que ver. Lo que pasa es que estaba recaliente, parecía que el equipo jugaba mal por mi culpa.

58 A Menem lo viste en Casa Rosada cuando volvieron del Mundial. ¿No le dijiste nada? Me senté en el sillón de Rivadavia. Después vino, se sentó en el apoyabrazos y me dijo: “¿Cómo voy a ser io la mano negra? No tengo nada que ver”.

59 ¿Cómo te dijo Passarella que no te quería más en River? Cuando Daniel asumió, ya sabía que me tenía que ir de River, por unos problemitas que había tenido con él en el 86. Habíamos discutido fuerte antes del Mundial.

60 ¿Volviste a verlo? Cuando era DT de Bella Vista y él de Uruguay armamos una práctica, y nos sentamos a hablar del tema. Quedamos bien.


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

61 ¿De qué laburaste de pibe? Nunca laburé en mi vida. Lo único que hice fue filtros de nafta para motos. Duré tres meses. En cuanto vi los dedos medio estropeados dije “esto no es para mí”.

 

 

62 ¿Cómo fue volver a jugar al baby en Parque con Diego? Impresionante, fue en el 98, nos llegaban ofertas para jugar en todas partes del mundo.

63 ¿Por qué te suspendieron por un año cuando volviste al baby? Fue en un partido contra Hebraica. Me cobraron penal, yo puteé un poco y el árbitro me dijo algo del tema de mi enfermedad. Lo agarré del cogote y no me lo podían sacar.

64 ¿Alguna vez te tentaste en una charla técnica? Las más divertidas eran las de Labruna. ¡Qué manera de reírme! El Viejo era tipo César, con dos indicaciones te dejaba todo claro. Pero había nombres que no le salían, entonces Talamonti, que estaba en la otra punta, lo corregía y se armaba una linda discusión que terminaban con frases así: “Callate, feo”, “vos no sabés nada”.

65 La charla técnica que más recordás. La de Bilardo contra Italia en el 90. Dijo: “Si sacamos a Ferri y a Bergomi de atrás, se van a volver locos, no podemos perder”. Fue así: les sacamos a los stoppers y los nuestros entraban por todos lados. Fue el mejor partido de Argentina en el Mundial.

66 El DT que más te marcó. Tardivo hizo todo para que jugara en Primera. Después, tuve la suerte de tener a Saporiti, Yudica, Menotti y Bilardo.

67 En tu mejor época, ¿cuánto le ponías a los 100 metros? Casi ni llegaba. Tenía una lenteja infernal para correr. No existía.

68 ¿Qué es la lentitud en el fútbol? Siendo lento de piernas, podés jugar. Si sos lento de cabeza, jamás. Si uno corre con la pelota y quiere gambetear a todos, se apresura. Jugar rápido es tocar de primera. Uno o dos toques, lo máximo.

69 ¿Por qué fracasó el River de Menotti, lleno de estrellas? La culpa la tuvimos los jugadores. Nos creíamos todos caciques y si no tenés los indios que laburen, no va.

70 ¿Te sentiste campeón del torneo 89/90? Sí, porque en la primera rueda, con Merlo, quedamos a un punto del líder. La noche previa al último partido estuvimos con Higuaín, Basualdo y Comizzo tratando de convencer a Mostaza de que no se fuera. Perdimos porque no dormimos nada.

71 Cuando llegaste a River, ¿Menotti te dijo algo por venir con el cartelito de “hombre de Bilardo”? No, los dos fueron unos fenómenos y me cuidaban si tenía alguna molestia, me hacían entrenar más liviano para no perjudicar al otro.

72 ¿Se te acercó a hablarte por ese tema? No, porque sabe que soy una persona que no entro en esos problemas. Con César seguimos hablando. Le pido consejos, como se los pido a Carlos.

73 Es difícil pasar de compañero a técnico. Te preguntamos por lo que pasó con Passarella. Según el respeto que te tengan los jugadores. El jugador amigo es el que más se tiene que ubicar, el que debe poner los límites. También tiene que ver el respeto que uno impone dentro de la cancha, por eso a Astrada se le facilita todo, ya que era un jugador muy respetado por sus compañeros.

74 ¿Cómo imponés vos la disciplina? Para hacerte respetar no tenés que poner cara de culo. Al jugador hay que darle la confianza y él tiene que saber hasta dónde puede llegar. A las prácticas no me gusta ir con cara de culo, yo voy a pasarla bien con un grupo de muchachos. Si algún día tengo conflicto con los jugadores, me voy. No soportaría que el grupo esté por un lado y yo por el otro.

75 ¿Por qué Argentinos, con todo lo que vendió en los últimos 25 años, no está bien? Mala administración. Por la plata que ganó, Argentinos debería ser uno de los mejores clubes del país, un club modelo. Me da mucha bronca.


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

76 ¿Por qué colgaste al Pocho Insúa en su momento? Le hice un favor, porque era un jugador con altibajos, necesitaba un cambio de aire. Como lo necesita Pisculichi ahora.

 

 

77 ¿Quién es el mejor DT argentino hoy? Bianchi. Inteligente, capaz, motivador. Los títulos lo demuestran. Sabe lo que quiere, tiene un estilo.

78 ¿Un técnico tiene que saber más de fútbol o más de grupos? Tiene que saber de fútbol para elegir jugadores y encarar cada partido. Y estar capacitado para manejar un grupo, porque si no tenés un grupo unido no conseguís nada.

79 ¿De quién eras más amigo en el Mundial 86? De Brown, Giusti, Enrique, Diego, Ruggeri.

80 Muchos de ese equipo hoy son técnicos. Es lo que quiso siempre Carlos. Antes del Mundial decía: “De acá tiene que salir una banda que sean técnicos y amigos”.

81 ¿Cuando Bilardo te sacó en el 90 te dio explicaciones? Ninguna, y no se las pedí tampoco.

82 Y ahora que sos técnico, cuando un DT saca a un jugador, ¿corresponde dar explicaciones? Hay veces que sí y otras que no. Igual, creo que el jugador no es ningún tonto y sabe cuando sale por bajo rendimiento.

83 Vas por una ruta solitaria y aparece Codesal. ¿Qué hacés? Lo paso por arriba (risas). No, no tengo rencor. No sé si estaba mandado o no, pero se portó mal. En ese momento, si le podía pegar, le pegaba, lo ahorcaba. Quedará en su conciencia.

84 ¿Qué hiciste entre que dejaste Argentinos (1991) y fuiste a Chicago (92)? Fue el peor momento de mi vida. Estuve un año sin hacer nada.

85 ¿Por qué tardaste tanto en anunciar tu retiro? Al volver de Japón no jugaba más, pero vino la gente de All Boys y me ofreció sumarme. Yo jugaba al fútbol de salón en Parque y estaba bien, porque entrenaba y todo. Me animé porque All Boys era el club de mi infancia. Y me fue bien.

86 ¿Cómo es compartir la habitación con Diego? Te tocó en el 90. A Diego hay que entenderlo. Para mí, es mejor tipo que jugador. Se queda en bolas, pero te da todo. Y cuando lo necesité, él estuvo. Siempre.

87 ¿Nunca te dijo “estoy podrido de ser Maradona”? El quiere vivir una vida sencilla y no puede. La carga de no poder hacer lo que quiere le terminó costando. Por ahí estábamos en casa y le decía “vamos a comer”. Y Diego me decía que no podía porque no íbamos a poder ni hablar.

88 ¿Lo viste últimamente? Estuve con la familia. Diego necesita cosas que lo entusiasmen, necesita ser protagonista de algo para salir de esto. Decir: mañana me tengo que levantar temprano porque tengo esta responsabilidad. El tema es que él se tiene que decidir a dejarse ayudar.

89 ¿Cuándo fue la última vez que lo viste? Hace tres años, se complicó cuando se fue a Cuba.

90 ¿Sirve la internación? Sirve, porque a la ansiedad y todo eso se lo baja con los medicamentos. Pero para salir Diego debe estar convencido de que se quiere curar, debe asumir la enfermedad.
Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de junio de 2004.

 

 

91 El la asumió públicamente. La tiene que asumir para él. Decirse: “Estoy enfermo y no me sirve para nada esto”. Diego tiene unos huevos enormes y va a salir, aunque no sea nada fácil.

 

 

92 ¿Cómo hiciste vos para zafar? Yo me fui a 10 mil millones de kilómetros, pero Maradona no puede ir a ningún lado que no tenga 300 personas al lado. Ni a la Luna puede ir. Pero antes que nada hay que asumirlo y dejarse ayudar. Y la parte afectiva es fundamental.

93 Desde afuera, uno ve que Claudia y las hijas quieren ayudarlo. Hay que tener aguante. Pero aguante de que te va a cansar y cansar. Y tu mujer te tiene que decir: “A mí no me cansás por más que me quieras cansar”. El tema es decir: tengo que estar seis meses durmiendo al lado tuyo, y no me movés. Así tiene que ser. Es muy difícil.

94 ¿En qué momento uno hace el click? Cada uno tiene su click. Depende. Por ahí el click de Diego es éste. El mío fueron mis hijos. Escuché a mi hija diciendo “despertá”.

95 También hay gente que no hace el click nunca. Es que vos querés salir, pero no podés, porque el cuerpo te pide.

96 En tu caso, ¿cómo reaccionaba tu señora? ¿Ella sabía? Mi señora fue lo máximo, lo máximo. El 90 por ciento de mi recuperación fue gracias a ella. Siempre estuvo al lado. Mirá que te tienen que aguantar. Y a ella no la movías con nada.

97 ¿Ella te decía “tenemos que terminar con esto”? No, ¿que vamos a terminar con esto? Me rompía la cabeza. Yo la quería esquivar y no podía.

98 ¿Cómo trataste el tema con tus hijos? Les hablé de frente, antes de que lo escucharan por otro lado. No fue fácil.

99 ¿Nunca tuvieron problemas en el colegio? Sí. A un pibito que le dijo algo, mi nena, con 10 años, le contestó: “¿Sabés lo que pasa? Si le pasaba a tu papá, él no iba a tener los huevos que tiene el mío para salir de esto”. A mí no me gusta hablar de este tema. Lo hablo por si le sirve a alguno, pero no quiero revolver mierda por revolver.

100 ¿Te decepcionó mucha gente en esos años negros, que no se te acercó? Hubo de todo. Recuerdo con emoción un pequeño hecho que me marcó. Fue cuando volví al fútbol, con Chicago, en 1992. En el primer partido se acercó Fillol y me llevó una estampita para desearme suerte. Al Pato apenas lo conocía, no tenía una gran relación, por eso fue un gesto que no me lo olvido más. Era como decirme que estaba al lado mío en ese momento. Yo fui campeón con Argentinos, con River, gané un Mundial, pero regalaría todo eso si no fuera un tipo respetado y querido por la gente del fútbol. Y me siento un tipo querido y respetado.