¡Habla memoria!

Mario Jardel

Fue dos veces máximo goleador de Europa, pero decepcionó en su paso por Newell´s. Los problemas personales lo alejaron de su mejor nivel y del jugadorazo que podría haber sido.

Por Redacción EG ·

29 de octubre de 2014
Imagen 313 GOLES. 231 en ligas, 36 en Copa Europeas, 16 en Copa Libertadores, 0 en Newell´s.
313 GOLES. 231 en ligas, 36 en Copa Europeas, 16 en Copa Libertadores, 0 en Newell´s.
En Argentina a Mario Jardel nunca le dijeron “sos Gardel”. La adjetivación del cantante es una expresión de reconocimiento y admiración, dos condiciones que no pudo despertar en su breve paso por Newell´s.

Llegó al club de Rosario a mediados de 2004 cuando el Tolo Gallego armaba un equipo, que luego sería campeón. El Tolo confió en el brasileño desde la primera fecha aunque el delantero no pudo retribuir la confianza. Tuvo un partido flojísimo en el debut vs. Vélez y fue reemplazado en el entretiempo. Increíblemente en sólo 45 minutos se ganó los insultos de la gente. El episodio más recordado es un argumento de burla que utilizan los hinchas de Rosario Central: promediando los veinte minutos pidió aliento e hizo señas a la tribuna de que no se escuchaba. Lo que quiso ser una arenga terminó en todo lo contrario.

Jardel sumó algunos minutos más con la camiseta rojinegra, pero la delantera habitual de ese Apertura 2004 estuvo integrada por Borghello y Scocco, fundamentales en la obtención del título. No hubo vuelta atrás para el brasileño que seis meses después cambió de horizonte acusado de su sobrepeso y poco compromiso. Antes de despedirse se ganó una camioneta que sorteó Gallego entre todos los integrantes del plantel campeón.

Su trayectoria invita a la nostalgia. Debutó como figura en el fútbol brasileño donde vistió los colores de Vasco da Gama y Gremio. En el equipo de Porto Alegre fue campeón de la Copa Libertadores 95 y sumó unos números brillantes: 67 goles en 73 partidos. En 1996 saltó al Porto donde tuvo su mejor época: además de dar la vuelta y anotar de todas las maneras posibles, en el 99 y el 2002 fue el máximo artillero mundial, adjudicándose la Bota de Oro. En total sumó 130 en 125 partidos. Una bestialidad. Lo quiso el Real Madrid pero se fue al Galatasaray. Estuvo un año en Turquía y desde 2001 hasta 2003 volvió a Portugal, pero para jugar en el Sporting de Lisboa. Alli siguió la racha como tricampeón y con la inmejorable marca de 53 goles en 43 partidos.

Sin embargo, su vida futbolística tuvo un punto de giro inesperado y de los festejos pasó a los escándalos. Estuvo internado por depresión a causa del divorcio de su mujer, según reconoció varios años después. Buscó salida sin éxito en el alcohol y la cocaína que, a la larga, terminaron afectándolo en su prolífica vida futbolística.

Además del mencionado Newell´s; Bolton Wanderers, Palmeiras, Alavés, Anorthosis y Goiás, entre otros equipos, intentaron recuperarlo. No hubo caso. Hizo 18 goles en 8 años cuando venía acostumbrado de 20 por temporada. En 2011 se retiró en el Al-Taawon de Arabia Saudita con los 38 cumplidos y tras haber jugada en 20 equipos de 11 países diferentes. Vistió la camiseta de la selección de su país 10 veces y anotó un memorable tanto de tijera. Al igual que Marco van Basten y Angel Labruna, se retiró con 313 goles en toda su carrera.

“Llevar la 16 de Jardel es una presión extra”, dijo Valentín Viola cuando en 2012 lo presentaron en el Sporting de Lisboa. Lejos de su flojo paso en Rosario, allá en Portugal Jardel sigue siendo Gardel.


Por Pedro Molina