¡Habla memoria!

LA VIDA EN VHS

El fútbol argentino año tras año vive recordando sus viejas epopeyas, el gol de Diego a los ingleses, el de Caniggia a Brasil y las atajadas de Goycochea en Italia, más los goles de Batistuta en las Copas América de 1991 y 1993. De ahí en adelante, todo es silencio.Por un lado el orgullo de haber sido y por el otro la pregunta obligada: ¿Cómo volver a ser?

Por Pablo Bomarito ·

26 de junio de 2021

1986: Preso en mi ciudad

La democracia argentina tan solo tenía tres años y comenzaba a dar sus primeros pasos. El país vivía una linda primavera y más allá de los vaivenes económicos (¿cuándo no los hubo?) la sociedad florecía. Los Fabulosos Cadillacs sacaban su primer disco “Bares y Fondas”; Soda Stereo, “Signos” (el primer CD editado en la argentina)  y Patricio Rey, “Oktubre”.
El fútbol también estaba en estado de gracia. El River Plate del “Bambino” Veira se encaminaba a ganar su primera Copa Libertadores y La Selección Argentina jugaba contra Inglaterra.
Aquel 22 de junio, Diego Maradona pintó su “Gioconda” -desparramando a media selección inglesa- para firmar lo que sería “el gol del siglo”. 
Pasaron treinta y cinco años de algo perfecto e irrepetible, coronado además por el último campeonato mundial de fútbol de la Argentina.

Anclado en 1990

El cambio de década encontraba al mundo con el fin del muro de Berlín y la unificación de las “Alemanias". En la Argentina estaba todo por hacer (como siempre). Soda Stereo, sin saberlo, publicaba Canción Animal, el álbum que revolucionó el rock nacional y latinoamericano. Lo que sí sabíamos es que éramos campeones del mundo y teníamos a Maradona.
El seleccionado en si era una enfermería, con jugadores tocados o maltrechos. El tobillo de Diego como un “zapallo”, aunque eso no le impediría otra vez fabricar una pincelada precisa para dejar solo al “pibe de Henderson”  que hizo lo suyo desparramando al bueno de Taffarel.

Diego dividió en dos a Italia; las atajadas de Goyco; la injusticia de Codesal que la perfección alemana supo aprovechar en los pies de Brehme. La última gran hazaña del fútbol argentino había sido consumada y nos dejó como enseñanza que salir segundo no es tan malo y que también se los recuerda como héroes, aún luego de treinta y un años.

1991-1993: Los años felices

La Argentina entraba en algo que se llamaba convertibilidad; la estabilidad asomaba para los habitantes de este suelo que dejaban de ver el dólar y correr por la inflación, aunque esa pseudo tregua económica se convertiría en una nueva crisis sin final. Nirvana sacaba "In utero" y Kurt Cobain y el grundge comandaban los nuevos sonidos desde Seattle.
El seleccionado de Alfio Basile desfiló en la Copa América 1991 con un equipo de galera y bastón. Ya en 1993, en la revalidación del título en Ecuador, no iba a jugar tan bien, pero tenía solidez y un Batistuta intratable. 
Fue el año de la dolorosa goleada contra Colombia en el Monumental; la vuelta de Maradona al seleccionado y la sufrida repesca contra Australia. Transcurrieron treinta años de la Copa América de Chile y veintiocho de la última gran conquista "albiceleste" a nivel mayor.

El tiempo es veloz

En 1994, el fútbol llegó Estados Unidos. Nirvana presentaba su MTV Unplugged; Maradona daba positivo por efedrina quedándose afuera de su último mundial, que vio a Brasil coronarse campeón luego de veinticuatro años.En 1998 iba a irrumpir el DVD en la Argentina; la Selección era eliminada por Países Bajos en cuartos de final del Mundial de Francia, mientras el local se consagraba por primera por primera vez en su historia. En el 2002, el país estaba sumido en la peor crisis económica de su historia (otra vez) y la selección de Bielsa pasó de ser el futuro campeón al primer eliminado. Gustavo Cerati sacaba a la luz “Ahí vamos'', Lionel Messi ya estaba en la "Masía" y Brasil -una vez más- levantaba la Copa del Mundo

En 2006, Lionel Messi era campeón de la Liga con el Barcelona; Sony presentaba la Playstation 3;  Alemania eliminaba a la Argentina con el “papelito” de Jens Lehmann e Italia -con Mauro Camoranesi- se adjudicaba el título en suelo teutón y contra todos los pronósticos. Ya en 2010, todos nos pedíamos el “pin” de Blackberry; Diego Maradona iba por su gran título como entrenador enunciando el famoso “no nos comamos el chamuyo de Alemania”, pero otra vez nos despedimos en cuartos de final con una dura goleada 4-0 ante los germanos. La gloria fue para España y generación dorada que supieron en Sudáfrica cuánto pesaba la Copa del Mundo.
Alejandro Sabella comandaba una selección que ilusionaba al pueblo argentino en Brasil 2014. Las películas se empezaban a ver por internet. Argentina perdió otra final con Alemania y el “Brasil decime que se siente” se volvió en contra.
Entre Mundial y Mundial, Chile le arrebató dos Copas América a la Argentina; Messi renunció de impotencia y volvió por su fe.Rusia 2018 era otra gran oportunidad. El dólar cotizaba a veintiseis pesos y Sampaoli se ponía de “sombrero” a la Selección, siendo eliminados por Francia en octavos, mientras el país se encaminaba a otra crisis económica (sí... otra más)

Pasó de todo

Desde México '86 transcurrieron ocho mundiales. Alemania se impuso en dos; Francia y Brasil también; Italia logró coronarse en uno y España se estrenó en el cuadro de honor de países campeones del mundo.
Se sucedieron diez Copas América desde 1993. En el medio, el "Scracht" conquistó cinco; Uruguay y Chile obtuvieron dos; mientras Colombia se quedó con la que organizó su país en 2001, cita a la que no concurrió la "Albiceleste" por "cuestiones de seguridad".

Mientras tanto en nuestro país los que tienen menos de 35 años nunca vieron a la Selección gritar campeón.No pueden ver "volver a ser" al equipo lleno de gloria que fue. Solo queda el consuelo, aniversario tras aniversario, de revivir aquella otra vida. La que vive en el pasado y quedó grabada en VHS.