¡Habla memoria!

SAN PAULO SILAS

En la década del '90, el fútbol argentino se enriqueció con los extranjeros que vinieron a competir. Uno de los destacados fue Paulo Silas. De Campinas al Bajo Flores, un jugador fundamental del San Lorenzo campeón en 1995.

Por Pablo Bomarito ·

18 de octubre de 2020

Samba Monumental

“Cardinal avanza por el medio, le deja la pelota a Silas, avanza Silas con pelota dominada, deja a cuatro jugadores en el camino, ¡gran maniobra, tiró a colocar! Gooooooool de San Lorenzo de Almagro, el santo del campeonato, Silas el goleador contra los otros grandes, con un gol a Boca y ahora este a River, pero este gol es para poner en un recuadr

o, la mejor jugada del campeonato, dejó a tres jugadores por el camino, parecía Maradona contra los ingleses…”

Imagen Gol de Silas a River Plate en 1994, una obra de arte
Gol de Silas a River Plate en 1994, una obra de arte

Así relató Víctor Hugo Morales, el gol de Paulo Silas a River Plate aquel domingo 24 de julio de 1994. Para el resto de los grandes de Argentina, excepto Boca Juniors, ir al estadio Monumental siempre fue un suplicio. Racing, Independiente y San Lorenzo sufrían -y sufren- horrores para sacar un resultado “bueno” en el "Antonio Vespucio Liberti".
Ese partido terminó 1-1, tras el empate del uruguayo Gabriel Cedrés a diez minutos del final, pero eso es anecdótico. Su obra maestra en el fútbol argentino ya estaba consumada.

Imagen Silas, su emoción hecha tapa en El Gráfico
Silas, su emoción hecha tapa en El Gráfico
 
Silas se había presentado en sociedad en abril de 1994, en el partido que San Lorenzo le ganó a Boca 1-0 precisamente con un gol suyo. No había mejor manera que golpear las puertas del corazón de los sufridos hinchas del “Ciclón” que llevaban más de dos décadas sin campeonatos que festejar.
Héctor Veira, el técnico en ese momento, estaba cincelando el plantel que saldría campeón al año siguiente, después de 21 años, casi sin Paulo Silas...
Imagen Videomatch rompía los ratings en los 90', Silas y Arbarello participaron en el sketch de los gauchos
Videomatch rompía los ratings en los 90', Silas y Arbarello participaron en el sketch de los gauchos

¿A dónde vas?

El torneo Clausura estaba en marcha. La obsesión de todos era romper el maleficio, volver a dar una vuelta olímpica. El equipo arrancó con altibajos. Empate en la primera fecha con Gimnasia de La Plata; derrota con Argentinos en la segunda; en la tercera le ganó a Ferro y después encadenó dos clásicos a favor, frente a Independiente y Racing Club. El ánimo estaba en alza, pero por la cabeza de Paulo Silas pasaban otras cosas.
El brasileño vivía en un hotel, ya que la promesa del departamento no se consumaba y por ende el poder traer a su familia tampoco. Sumado a esto, San Lorenzo mantenía una deuda económica que aumentaba su fastidio.
En la séptima fecha, San Lorenzo cayó en el Monumental por 3-2 ante River Plate y Silas tomó una drástica determinación: regresar a Brasil. Volvió al hotel, armó la valija con las cosas que tenía y enfiló para el aeropuerto de Ezeiza. Al llegar allí, no tenía pasaje y no pudo subirse al avión. “El Bambino mandó a Gregorio y Morelo. Me trajeron de vuelta. Después me dijo: ‘a nosotros que te queremos, nos ibas a dejar?’ En ese momento dije: ‘mirá en el lío que me iba a meter...".Allí Veira le hizo una promesa: “Si el día jueves no está el departamento y no está la plata que te deben, yo te llevo al aeropuerto, te doy la mano, te agradezco y vos te vas a Brasil". El martes ya tenía el departamento, la plata y todo en orden.

Imagen Clausura 1996, otro golazo, esta vez Boca Juniors.
Clausura 1996, otro golazo, esta vez Boca Juniors.
 

Tovarishch Silas

Paulo Silas do Prado Pereira nació en Campinas, Sao Paulo, el 27 de agosto de 1965. A los 20 años debutó como profesional en el Sao Paulo y se consagró a los ojos del fútbol mundial al ser elegido el mejor jugador del Mundial Sub-20 de 1985 en la Unión Soviética.
Jugó 38 partidos en la selección de Brasil, disputando los mundiales de 1986 y 1990. Justamente en Italia, en el histórico partido de octavos entre Argentina y Brasil, ingresó en el segundo tiempo con la camiseta 10, con el tiempo recordaría que fue una de las derrotas más dolorosas: “Nos quedamos muy mal, sentimos mucho esa derrota y nos volvimos".

Imagen Paulo Silas posa con Pelé, el consagrado y la promesa. Disputó 38 partidos en la selección de Brasil
Paulo Silas posa con Pelé, el consagrado y la promesa. Disputó 38 partidos en la selección de Brasil

El trotamundos

Silas llegó a San Lorenzo en la mitad de su carrera, ya había tenido experiencia europea y varios títulos sobre su espalda. Tres campeonatos paulistas, un Brasileirão, un campeonato gaúcho, uno carioca, otro Paranaense, el título con San Lorenzo, una Copa de Brasil, el Mundial juvenil y la Copa América 1989.
Después de la partida de Argentina, en 1997, regresó a su país para volver a jugar en el Sao Paulo durante una temporada. Luego, entre 1998 y 2000, jugó en el Kyoto Purple Sanga de Japón. Tras otra vuelta a suelo brasileño, fue sumando breves periodos en diferentes clubes. Otra vez Sao Paulo, Atlético Paranaense, Ituano, América, Portuguesa Santista y se retiró en el Internacional Limeira en el año 2003.

En Dios confio

En la década del '90, los atletas de Cristo tomaron conocimiento y notoriedad en nuestras tierras. Justamente, Paulo Silas y el hondureño Eduardo Benett, eran los exponentes del movimiento que nació en Brasil en 1978. Los futbolistas Joao Leite, Baltazar, y el piloto Alex Dias Ribeiro, realizaban reuniones en sus casas para llevar la palabra de Cristo a otros deportistas.
En Argentina, el movimiento llegó a tener un programa de televisión en América Sports “La gran jugada” que se emitía 3 veces por semana.

Imagen La pelota como una ofrenda celestial. Silas, el atleta de Cristo.
La pelota como una ofrenda celestial. Silas, el atleta de Cristo.
Silas se unió al grupo en 1985 y siempre se esmeró en aclarar que “es verdad que hay muchos que se aprovechan de la fe de la gente para sacarle plata. Nosotros nos mantenemos con los diezmos propios. Pero no obligamos a nadie".

Como entrenador, al igual que como jugador, dirigió una docena de equipos, cosechando un campeonato gaúcho con el Gremio, dos copas en Qatar y una copa del Noroeste con el Ceará.

Nunca pudo volver como jugador a San Lorenzo, pero todavía tiene la esperanza de hacerlo como técnico. Aún retumban en sus oídos las voces, los gritos, las olas, y el reconocimiento de los hinchas “Santos” que tanto le llenaron el corazón.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio