¡Habla memoria!

Marcelo Bielsa, la era de la locura

El 14 de septiembre de 2004, el Loco renunciaba a la Selección Argentina de fútbol. A 18 años de ese día repasamos la historia del entrenador rosarino en la celeste y blanca.

Por Pablo Bomarito ·

14 de septiembre de 2022

Bielsa, el inicio

Las luces se apagaban en la conferencia en Saint Etienne. Daniel Passarella, como dijo en el medio de su dimisión, estaba con ropas prestadas y dejaba su cargo de director técnico de la Selección Argentina.

Atrás quedaba un ciclo difícil. La renovación encarada por el “Kaiser” fue quizás uno de sus mayores logros. Como en todo ciclo, hay manchas. El partido con Bolivia en la altura es uno. El otro, rozó el ridículo: el corte de pelo de Fernando Redondo. Passarella siempre ostentó esa férrea disciplina de levantarse temprano y tener el pelo sobre el cuello de la camisa.  
Julio Grondona supo que debía cambiar la imagen y elegir un nuevo conductor. Su relación tampoco había sido buena en los últimos tiempos con el técnico renunciante.

Allí emergió la figura de Marcelo Bielsa. Sus equipos eran verticales, tenían una identidad, había disciplina sin aspavientos mediáticos, llenaba todos los casilleros de la elección. El problema era, siempre hay alguno siendo argentino, su reciente contrato con el Espanyol de Barcelona. La aventura catalana duró solo seis partidos, una victoria, dos empates y tres derrotas. Esta oportunidad no podía dejarla pasar.

Imagen Una de las tantas postales de Bielsa en el banco Argentina, esta vez amistoso contra Uruguay
Una de las tantas postales de Bielsa en el banco Argentina, esta vez amistoso contra Uruguay
La presentación de Bielsa fue en octubre, con cuatros meses transcurridos desde de la eliminación argentina en Francia a manos de Holanda. Cuenta la leyenda que antes de la conferencia, Julio Grondona lo encontró sentado tras bambalinas, leyendo un diario que había encontrado allí. “Ehh loco, dale vamos, dejá el diario” le expresó el entonces líder de la AFA para llevarlo a la conferencia.

Los primeros años

Su primera competencia oficial fue la Copa América de 1999 en Paraguay. Argentina integró el grupo “C” con Colombia, Ecuador y Uruguay. El equipo de Bielsa logró clasificarse en segundo lugar con 6 puntos, tras caer ante la selección “cafetera” por 3-0, el día que Martín Palermo falló tres penales en un mismo partido. Esa derrota lo llevó a cruzarse con Brasil en cuartos de final, y pese a comenzar ganando con gol de Juan Pablo Sorín, la "albiceleste" terminó quedando eliminada al perder 2-1 con los tantos de Rivaldo y Ronaldo.

Imagen Bielsa, Copa América 1999.
Bielsa, Copa América 1999.

En conferencia de prensa, el “Loco” dejó en claro su pensamiento, disipando los rumores de una pronta renuncia: “Entiendo que quedar eliminado dejó la sensación de descrédito, que, desde mi punto de vista, es inmerecido. Nunca pensé en renunciar, jamás pensé en esa posibilidad. Obviamente la gente no está conforme con mi gestión y acepto el rechazo de acuerdo con los resultados, pero, en cuanto a la producción, no estoy de acuerdo. Lo que hicimos nosotros merece ser valorado, insisto, estoy orgulloso del trabajo que hice. Si por haber perdido un partido tengo que admitir que las cosas están mal, no lo voy a hacer.” Un Bielsa en estado puro, al que le sumó además una pelea con José Luís Calderón en el aeropuerto de Asunción, cuando el plantel se prestaba a regresar al país. Algo nada habitual en sus equipos.

Los años felices

Las Eliminatorias rumbo a Japón-Corea fueron otra historia. Uno de los grandes momentos de la gestión de Marcelo Bielsa fue el recorrido del equipo que obtuvo la clasificación para el Mundial 2002. Sin la presión de obtener un título en una competencia intermedia, luego de que Argentina decidió no participar para la edición que se realizó en Colombia 2001 por un tema de seguridad, la "albiceleste" tuvo partidos de gran rendimiento en el trayecto hacia el boleto mundialista.

La victoria ante Ecuador en Quito por 2 a 0, en agosto de 2001, selló el pasaporte a su primera experiencia mundialista. De la mano de Bielsa, el seleccionado nacional había logrado, cuatro partidos antes de la finalización de las Eliminatorias, no solo una clasificación holgada, sino tamibén el sueño de volver a levantar la Copa del Mundo.

Imagen Argentina 3 Colombia 1, por las eliminatorias para Corea y Japón 2002
Argentina 3 Colombia 1, por las eliminatorias para Corea y Japón 2002
Sin embargo, Argentina llegó al lejano oriente en el arco descendente de su rendimiento. En la previa los jugadores se quejaban de las intensidades en los entrenamientos y pedían bajar las cargas. En el calentamiento, antes del debut con Nigeria, Roberto Ayala se desgarró. Primer presagio. El seleccionado ganó frente a los africanos por 1-0, cayó frente a Inglaterra por el mismo marcador y lo ya sabido, el empate ante Suecia 1-1 que marcó la tan prematura como impensada eliminación de la competencia.
Fue el comienzo del fin de una era: para la selección y su conductor.
Imagen Marcelo Bielsa, Diego Simeone, Nelson Vivas, Javier Zanetti y Walter Samuel. Postales de los famosos entrenamientos en Japón.
Marcelo Bielsa, Diego Simeone, Nelson Vivas, Javier Zanetti y Walter Samuel. Postales de los famosos entrenamientos en Japón.

La nobleza de los recursos

A partir de allí, Marcelo Bielsa cambió sus maneras de comunicar y relacionarse con el periodismo. Según él mismo, el mayor fracaso de su carrera, estaba consumado. Todo se había olvidado, los que lo festejaban y pedían, lo desechaban pidiendo su cabeza en una cesta. Pese a la cacería humana, la renovada confianza de Julio Grondona, lo hizo seguir al frente de las selecciones nacionales.

La Copa América 2004, en Perú, fue otro golpe a la ilusión. Llegó a la definición por el título frente a Brasil. 

Imagen Bielsa consuela a Kily Gonzalez después de la derrota por penales ante Brasil.
Bielsa consuela a Kily Gonzalez después de la derrota por penales ante Brasil.
Argentina acariciaba un nuevo titulo con la victoria 2 a 1, pero apareció Adriano al minuto 93 del partido para poner el empate y mandar el encuentro al alargue. Los tiros penales le dieron la segunda estocada con el triunfo de los brasileños. La gloria lo miraba de reojo, pero a la par de este nuevo trago amargo, el trayecto hacía Alemania 2006 iba sobre rieles, al igual que las eliminatorias pasadas.

Todo lo que brilla, es oro

La imagen de Carlos Tevez levantando su resplandeciente medalla dorada y como un magnanimo emperador romano luciendo una corona de laureles en su cabeza, Marcelo Bielsa se convirtió en el entrenador en darle al país el oro olímpico en la cita de Atenas 2004. Finalmente, el tan ansiado primer logro importante de su gestión se había consumado.

Imagen Carlos Tevez y Mauro Rosales celebrando la obtención del oro con Marcelo Bielsa.
Carlos Tevez y Mauro Rosales celebrando la obtención del oro con Marcelo Bielsa.
Con un equipo lleno de figuras, pudo amalgamar la nobleza de los recursos con los resultados deportivos. Lo que para algunos significaba redención, para él era la oportunidad de salir por la puerta grande. Sin embargo aquella gesta del 28 de agosto de 2004, no alcanzaba para tapar aquel 16 de junio de 2002 en la fatídica tarde de Miyagi.

Imagen Dignidad y Oro. Los afiches empapelaron Buenos Aires tras la obtención de la medalla de oro en Atenas 2004
Dignidad y Oro. Los afiches empapelaron Buenos Aires tras la obtención de la medalla de oro en Atenas 2004

El horizonte despejado

Nadie lo sabía, pero la noche de Lima del 4 de septiembre de 2004 sería el último capítulo de Marcelo Bielsa en la conducción de la Selección Argentina. El equipo visitó a Perú por Eliminatorias y se llevó la victoria por 3 a 1. Hasta ese momento, se habían disputado ocho partidos de las clasificatorias con cuatro triunfos, tres empates y una derrota. El "Loco" renunció diez días después: “Noté que la energía que se necesita para ser DT de la selección, que demanda la responsabilidad, ya no la tengo. No tengo ese impulso. Me pareció que a esta altura, la tarea no permite este tipo de ausencia de energías, entonces maduré la decisión y me desligué de este trabajo".

Imagen El ingenio popular hecho bandera. Corea y Japón dejó una herida profunda en el hincha.
El ingenio popular hecho bandera. Corea y Japón dejó una herida profunda en el hincha.
 Así terminaría uno de los ciclos mas virtuosos y dolorosos de la Selección Argentina. Virtuoso porque el legado de Bielsa es innegable, más allá de aquellos que solo catalogan a un profesional por el tamiz del resultado. Doloroso porque la eliminación en Japón-Corea 2002 fue un golpe muy duro a la ilusión de todo un país que se imaginó campeón tras unas eliminatorias extraordinarias y un rendimiento tan efectivo como maravilloso.

El presente de Marcelo Bielsa en el Leeds lo devolvió a los primeros planos. Ya no importa lo que pasó. Su valor, obsesión y  locura para seguir intentándolo, fue sin dudas la más importante de las victorias.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio