¡Habla memoria!

SANGRE, TRAMPA Y UNA PELOTA DE FÚTBOL

Hoy se cumple un nuevo aniversario de uno de los eventos más mezquinos en la historia del fútbol sudamericano. El 3 de septiembre de 1989, Chile se jugaba la clasificación al Mundial '90 en Brasil, hasta que cayó una bengala y el “Cóndor” Rojas comenzó el show de la mentira. Repasamos este evento y otro muy similar que nos toca de cerca.

Por Pablo Bomarito ·

03 de septiembre de 2021

En el capítulo anterior…

Chile recibió a Brasil en Santiago, el 13 de agosto de 1989. El ambiente ya estaba espeso antes del encuentro, enrarecido, pesado. Los locales se jugaban el sueño de poder llegar a Italia 1990 y ese partido podía ser el “batacazo” que sirviera de trampolín emocional.

Imagen El partido anterior al escándalo, 1 a 1 en Santiago de Chile
El partido anterior al escándalo, 1 a 1 en Santiago de Chile
 
Tan solo tres minutos del encuentro, Elías Ormeño Pacheco le asestó un puntapié tan torpe como violento a Branco, que solo fue sancionado con una amarilla, logrando un tumulto y la reacción de Romario, quien terminó siendo expulsado. Chile se envalentonó ante un rival que prontamente se quedó con diez hombres y logró encerrar a Brasil en su propio campo. Clara chance de gol de  Alejandro Hisis mediante, nuevamente Elias Ormeño Pacheco -muy a destiempo- golpeó a Valdo y el árbitro Jesús Díaz Palacio lo expulsó. En solo doce minutos, el partido ya había tenido todos los ingredientes. Fue una guerra, típica del fútbol sudamericano de los 80’. Terminó 1 a 1 y las chances de la “Roja” comenzaron a esfumarse. La revancha el 3 de septiembre en Brasil resultaba ser determinante.

Un cóndor que voló bajo

Al igual que en Santiago, el ambiente en Río de Janeiro estuvo caldeado. Desde un primer momento, el “Cóndor” Roberto Rojas había avisado que al primer incidente, Chile no iba a jugar el partido. Si ya en el encuentro anterior la “Roja” estaba urgida de resultados, ahora la necesidad era mayor. A Brasil el empate le servía, a los visitantes no.
El primer tiempo terminó igualado en cero. Los chilenos necesitaban imperiosamente un gol en los últimos 45 minutos. A los quince minutos del complemento, Brasil -superior todo el partido- se adelantó en el marcador por intermedio de Careca, quien anotó  el 1-0. Aunque en el fútbol todo es posible, en este cotejo, la chance del empate dependía casi de un milagro. La decisión estaba tomada, solo faltaba la excusa. Minutos después del gol, llegó la oportunidad. Una bengala cayó desde una de las tribunas, entre el humo y la confusión, el "Cóndor" voló bajito, rodó hasta ella y se cortó con un bisturí.

Imagen La prueba de la verdad: La secuencia tomada por Ricardo Alfieri (H) fue determinante.
La prueba de la verdad: La secuencia tomada por Ricardo Alfieri (H) fue determinante.
Lo demás es historia conocida, Juan Carlos Loustau suspendió el partido y allí comenzó la red de mentiras, testigos, marchas y contramarchas.
Todo se develó relativamente rápido gracias al fotógrafo argentino, Ricardo Alfiero (h), apellido ilustre entre los fotógrafos de El Gráfico. Estaba a un costado, en la posición del juez de línea, con el rabillo del ojo vió que algo caía al campo de juego y disparó una ráfaga de manera instintiva. Era una bengala perdida, solo eso.
Pero esas fotos demostraron que la misma nunca pegó en la humanidad de Rojas, desnudando la mentira, como ese espectador que entre bambalinas descifra el truco del mago.

Finalmente, Rojas fue suspendido de por vida por la FIFA, aunque la sanción fue levantada en el año 2000. La selección de Chile fue excluida de jugar la fase de clasificación para el Mundial 1994. Además, fueron sancionados el presidente de la Federación de Fútbol de Chile, Sergio Stoppel; el seleccionador, Orlando Aravena; el defensor y sub capitán, Fernando Astengo, y el médico, Daniel Rodríguez, entre otros.

Mucho tiempo después el arquero confesó que el cuerpo médico le había dado un bisturí, que él escondió en su guante.

Imagen Rosenery Mello, "la Fogueteira do Maracanã" después de arrojar la bengala, tuvo sus 5 minutos de fama.
Rosenery Mello, "la Fogueteira do Maracanã" después de arrojar la bengala, tuvo sus 5 minutos de fama.

Quién tiró la bengala nunca se imaginó todo lo que causaría. A sus 24 años, Rosenery Mello de Nascimento también tuvo sus 5 minutos de gloria y hasta llegó a ser tapa de la revista Playboy. La “Fogueteira del Maracaná” no supo manejar su fama repentina y pasó rápidamente al olvido, falleciendo a causa de un aneurisma cerebral el 5 de julio de 2011.

Dejamos la nota que Roberto "Condor" Rojas le dio a El Gráfico detallanto lo sucedido y su arrepentimiento.

Sin altura

Los días previos al encuentro en La Paz, Daniel Passarella fiel a su estilo, había sentado su parecer: “jugar a tantos metros de altura es inhumano”. El ex técnico argentino era uno de los activistas contra la altura en esas épocas.
El 2 de abril de 1997, el Hernando Siles era un volcán en ebullición. La gente en las tribunas era la lava ardiente de un partido en el que se jugaban mucho más que tres puntos. Ya en el primer tiempo, hubo un par de enfrentamientos entre los suplentes, las típicas escenas de pugilato de un ambiente a punto de estallar. En el medio de esto, se jugó un partido que Bolivia ganó por 2 a 1 con goles de Marco Antonio Sandy y Fernando Ochaizpur. Néstor Gorosito de penal había puesto el transitorio empate.

El local siempre fue superior, mas allá que Ariel Ortega pudo empatarlo mediante un tiro que estrelló en el travesaño. Pero en tiempo de descuento, Julio Cruz pateó una de las pelotas que estaba recogiendo el utilero José Manuel Trujillo, ocasionando la ira de este, quien le asestó un golpe de puño. Con Cruz en el piso la batalla campal duró 12 minutos.  

Imagen José Manuel Trujillo, el utilero "boxeador". El inicio de los incidentes.
José Manuel Trujillo, el utilero "boxeador". El inicio de los incidentes.
El colmo del bochorno fue que en el vestuario, el delantero argentino apareció con un corte, pero en la mejilla contraria a la golpeada. En el in crescendo del escándalo, descartada la chance del reclamo por las agresiones, desde el cuerpo médico argentino dieron la versión de que el corte del delantero se originó en el ingreso al vestuario y no fruto de la pelea.
Imagen Julio Cruz en la camilla, ya con el corte en el pomulo contrario al del golpe. Bochorno. Fotógrafo Fabián Mauri
Julio Cruz en la camilla, ya con el corte en el pomulo contrario al del golpe. Bochorno. Fotógrafo Fabián Mauri
Todo quedó allí, no hubo sanciones. Bolivia ganó el partido y Argentina volvió a casa con una derrota.
Cabe una aclaración: aquella selección de Passarella se preparó especialmente para este partido durante veinte días en La Quiaca, para morigerar los efectos de la altura y alcanzar un resultado positivo que no pudo lograr.

Por suerte, los viejos vicios y los escándalos en el fútbol sudamericano han ido mermando. El avance de la tecnología atenta contra los vivos y los ventajeros. Aunque todavía algunos creen que pueden usar la sangre y la trampa, pero son los menos.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio