Cuando Diego empezó a ser Maradona
Hace 40 años, se terminaba de cerrar una operación histórica para el fútbol mundial: Diego, el pibe de oro y su pase record al Barcelona.
En esos años, internet, celulares y redes sociales eran ciencia ficción. Sin embargo, un nombre real ya recorría el mundo: Diego Maradona.
Cuenta la leyenda
Una delegación de dirigentes del Barcelona aterrizó en Buenos Aires el 28 de mayo de aquel año. Josep Luís Núñez, presidente; Joan Gaspart, alto directivo; y Joan Ignasi Brugueras, abogado. Este último era muy importante: había que arreglar con Boca y con Argentinos; con Diego, su contrato; y convencer a la AFA de que, el 10 argentino, no se distraeria de su objetivo principal, el mundial que estaba en el horizonte. La cifra total de la operación redondeó las 1.200 millones de pesetas (hoy 7,2 millones de euros). Hoy, “nada”; entonces, una cifra récord.
La selección argentina, por entonces, estaba concentrada en Alicante, a la espera del comienzo del mundial 1982. El 4 de junio, Maradona se tomó un avión desde allí hacia Barcelona, para firmar el contrato. Con 21 años, se cumplía el sueño del pibe: jugar en Europa, donde por entonces no era tan fácil llegar. La ilusión de darle a su familia la vida que se merecía. Sobre todo, a La Tota, que simulaba dolor de estómago para no comer y que la comida alcance, y a Don Diego, el padre laburante que todo lo podía.
Esa es la breve historia de un fichaje que se construyó durante cuatro años, con idas y vueltas. Boca, Argentinos, la AFA, el Mundial de por medio. Eran otras épocas, sin internet, sin celulares y sin redes sociales. Pero igual, hace 38 años, el nombre de Maradona ya daba la vuelta al mundo.
Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio.