¡Habla memoria!

Gabriela no se discute, se ama

En el día en que festeja sus 50 años nuestra inolvidable Gabriela Sabatini, Daniel Arcucci nos revive una de las tantas emotivas vivencias con El Gráfico. Un encuentro mágico entre Diego Maradona y Gaby en 1990. Una reunión de astros, que maravilló nuestro universo deportivo.

Por Daniel Arcucci ·

16 de mayo de 2020

Por estos días, por estas horas, Gabriela Sabatini cumple 50 años. Y por estos días, por estas horas, se han cumplido 30 años de un encuentro entre ellos dos. Ni el primero ni el último, pero sí en un momento clave de sus carreras: la de Gaby, en la plataforma de despegue; la de Diego, en busca de la pista de aterrizaje.

1990

Jueves 10 de mayo

Fue en el Foro Itálico, muy cerca del estadio Olimpico de Roma, que sería el escenario de la final del Mundial pronto a comenzar. Lo que ya había comenzado era el abierto de tenis de la ciudad, un clásico sobre polvo de ladrillo. Retiré la acreditación, a nombre de El Grafico, y me encontré con la troupe de enviados que seguían el circuito. No eran tantos.
Las miradas de todos estaban puestas en Gaby Sabatini, que avanzaba en los cuartos de final.
Del seleccionado argentino estaban el Checho Batista, Pumpido y Goycochea, además de Pachamé y Tito Benrros, el utilero. Con ellos me ubiqué en una tribuna, más allá de mi credencial.
Maradona tenía otra ubicación y había ido con media familia. Casi todo el lado femenino: Claudia, doña Tota y Pochi, su suegra.

Diego y Gaby tuvieron su encuentro, después del triunfo de ella sobre la checa Rajchtrova. La sonrisa de los dos es ancha, más allá de que en el horizonte, en semifinales, aparece Martina Navratilova, contra quien caería al día siguiente.
Los miré desde cerca, en la puerta del stand de Sergio Tacchini, que vestía por entonces a Gabriela, y recordé dos encuentros anteriores entre ellos.

Del último, particularmente, había sido testigo y gestor: fue en el mediodía del 24 de diciembre de 1987, en una producción de tapa y nota para El Grafico, entrevista que compartimos con mi amigo César Litvak.
Aquella vez, Diego había dicho de Gaby: "No tengo ninguna duda de que ella va a ser más grande que Vilas. ¡Ojo! Guillermo fue el primero, el pionero: todas las canchas de este país se las debemos a él, pero Gaby va a ser más ídolo". Y Gaby había dicho de Diego: "Todavía no tengo la popularidad de él. Pero me sorprende algo: la mayoría de mis admiradores están en Alemania Federal, justo el país de Graf".

Imagen Diego y Gaby, durante la producción de El Gráfico en diciembre de 1987
Diego y Gaby, durante la producción de El Gráfico en diciembre de 1987

Maradona: "No tengo ninguna duda de que ella va a ser más grande que Vilas. ¡Ojo! Guillermo fue el primero, el pionero: todas las canchas de este país se las debemos a él, pero Gaby va a ser más ídolo".

La producción tuvo un despliegue de tapa y ocho páginas. Y en el comienzo mismo describía un anterior intento fallido de encuentro y nota. Decía así:

... No lo podía creer. Su hermano Osvaldo le alcanzó el teléfono y le dijo con naturalidad: “Es Diego…”. “¿Quién?”, preguntó Gaby. “Maradona, petisa…”. Entonces Sabatini, todavía incrédula, se decidió a contestar.
Fue en la noche del sábado 11 de julio de 1986. Diego ya era Campeón del mundo y se reencontraba con el país, con su gente. Gaby venía de jugar su primer partido oficial frente a Martina Navratilova en la semifinal de Wimbledon. Ya estaba en la cumbre, el intento era reunir a los dos máximos exponentes del deporte argentino en una nota.
-No, no, no… Yo estaba mortificado, no sabés, Gaby –está recordando Maradona-. Es que había viajado a Córdoba para jugar por Belgrano y después no podíamos volver. Viajamos en un avión particular que era un desastre, hacía un frío ahí adentro…
– Sí, y no sabés lo sorprendidos que estaban tu papá y tu mamá cuando toqué el timbre en tu casa de Devoto y dije que era yo –está recordando Sabatini-. No lo podían creer, imaginate cuando abrieron la puerta y me vieron parada ahí, con una raqueta en la mano, preguntando por vos, porque EL GRÁFICO había combinado la nota para esa hora.
– Por eso te llamé el sábado, seguía mortificado… Ahora: no me creíste, yo notaba que vos me contestabas: “Ah, sí, claro…”.
– ¿Sabés por qué fue? Te explico: mi hermano, como sabía que en esos días se estaba por hacer la nota, ya me había hecho la cargada. Llamó haciéndose pasar por vos y yo me la creí toda. Lo uqería matar… Por eso atendí así.
– Claro, si yo me di cuenta… Por eso te decía, “No, te juro que soy yo, Diego, ¡te quiero pedir mil disculpas!”
– Ahí me di cuenta de que eras vos, en serio… ¿No viste que me quedé muda? No sabía qué decir, me dio una vergüenza bárbara.
Y la nota seguía, ya en presente.
Están recordando a Gabriela Beatriz Sabatini, a los 17 años, y Diego Armando Maradona, a los 27. Están recordando en una mesa del restaurant Happening, en la Costanera Norte de Buenos Aires, el mediodía del 24 de diciembre de 1987, a casi un año y medio de aquel primer intento fallido.
 “Quiero jugar al tenis con Gaby, Dani”, insistía Diego cada vez que nos encontrábamos en sus visitas relámpago a Buenos Aires. “La nota con Diego la tenemos que hacer antes del 26, por favor ¿eh? Mira que ese sábado me voy a Mar del Plata…”, le recordaba Gabriela a César. Ellos querían conocerse, nosotros queríamos que se conocieran.

Imagen La producción incluyó un "cabeza a cabeza" entre otros divertidos momentos
La producción incluyó un "cabeza a cabeza" entre otros divertidos momentos
Imagen Maradona y Sabatini: sueltos, divertidos y felices. Una postal de una charla fascinante hace ya más de 30 años.
Maradona y Sabatini: sueltos, divertidos y felices. Una postal de una charla fascinante hace ya más de 30 años.

Aquella vez nos contaron que se habían conocido en 1984, en Roland Garros. Y Diego nos quiso hacer creer que era tan tímido como Gabriela: “¿¡Cómo que no¡? Preguntale a Claudia (Claudia asiente, no muy convencida). ¿Te acordás de Roland Garros, en el 84, cuando nos presentaron por primera vez. Yo amagaba darte la mano y vos te ibas, amagabas vos y me iba yo. Los fotógrafos se comieron todos los amagues; tuvieron que esperar como media hora hasta que nos saludamos. Todo de puro tímidos que somos, nomás. Gaby estaba jugando el junior, me acuerdo. Te digo, ese torneo lo ganó caminando, ca-mi-nan-do. Pero no saben las cosas que decía, ay, mamita…. No saben lo que era. Las barbaridades que decía.“Antes me enojaba mucho, tiaraba la raqueta y todo. Y, si, a veces decía algunas cosas”, acota Gabriela, ante el torbellino verbal de Maradona. 


Maradona a Sabatini: "No es importante ser la número 1; es importante ser única, como sos vos"

Imagen Un encuentro inédito donde ambos mostraron una mutua admiración
Un encuentro inédito donde ambos mostraron una mutua admiración
Tres años después, hace 30, Diego le decía, en una charla íntima en las entrañas del Foro Itálico, mientras Italia se preparaba para un Mundial y Sabatini para cruzarse con Navratilova: "No es importante ser la número 1; es importante ser única, como sos vos".
Y, después, al salir, me disparó, como para que lo publicara: "Gabriela no se discute; se ama".