2008. Siempre en la cumbre
Manu Ginóbili tuvo una temporada asombrosa en los Spurs. Votado por el periodismo, fue elegido el mejor sexto hombre de la NBA. Fue goleador de San Antonio por encima de un crack como Tim Duncan.
Hay 212 paises afiliados a la Federación Internacional y, entre ellos, Argentina es hoy el tercero en aportar la mayor cantidad de jugadores a la estelar NBA, el súmmum del básquetbol mundial. Cinco alcanzaron los playoffs tras la extenuante serie regular de 82 partidos por equipo. Por orden alfabético: Carlos Francisco Delfino (Toronto Raptors), Emanuel David Ginóbili y Fabricio Raúl Jesús Oberto (San Antonio Spurs), Walter Herrmann (Detroit Pistons) y Luis Alberto Scola (Houston Rockets). Solamente Andrés Marcelo Nocioni (Chicago Bulls) no pudo hacerlo.
La ampliación de la familia compatriota multiplicó el hábito: “Cuando nos enfrentamos, el local pasa a buscar al visitante por el hotel, paga la cena y lo lleva de vuelta. Esa es la regla”, contó Herrmann.
La National Basketball Association registró dentro de su ámbito un total de 76 jugadores internacionales, provenientes de 31 países, compitiendo en la actual temporada. Dentro de esa cantidad, nuestro país (6) solo fue superado por Francia (8) y Serbia (7). Brasil se quedó con 4.
La primera edición de 1946/47 ya tuvo extranjeros. Fueron cinco: dos canadienses, un alemán, un holandés y un italiano.
La NBA es la organización que más claramente tuvo el concepto de globalización o mundialización. Enseguida se dio cuenta de que el negocio se potenciaba vendiendo el producto más allá de sus fronteras, y atacó con énfasis y un enorme marketing para imponer un deporte que terminó siendo atrapante en todas las latitudes. En esa campaña promocional, buscando captar mercados, el viernes 2 de noviembre de 1990 la temporada se inauguró oficialmente en Tokio, Japón. Fue un hecho histórico ya que por primera vez el comienzo tuvo lugar en otro continente. Phoenix Suns le ganó 119-96 a Utah Jazz.
La justa explicación del fenómeno la dio Manu Ginóbili: “Quedó demostrado que la NBA ya no es algo inalcanzable. Hay jugadores de muchos países. Por eso, ahora, es más un objetivo que un sueño o una utopía como era antes. Es una liga mundial, y eso es bueno para todos”.
La temporada del récord fue la anterior con 85 foráneos originarios de 37 países. Diez años antes hubo 32 de 18, como para comprobar que en esta década transcurrida el aluvión fue arrasador e imparable.
MANU Y LOS SPURS
Las predicciones, análisis previos o conjeturas están a la orden del día en todos lados. Quizás en la NBA abunden más. En esa línea, el panorama previo idealizado para esta 62ª temporada situaba a los Spurs, campeones vigentes, como los candidatos al título. Por conservar una base fija amalgamada en varios años, por sus talentos, por su firme y cerrada defensa, por el respeto a una disciplina táctica de juego colectivo, por su mística ganadora en los playoffs. Terminó tercero en el Oeste con 56 triunfos y 26 derrotas (68,3 %).
La experiencia aquilatada por el plantel era un punto único y distintivo: entre siete jugadores se reunían 75 años de oficio en la NBA. A saber: Robert Horry (15), Brent Barry (12), Michael Finley (12), Bruce Bowen (11), Tim Duncan (10), Jacque Vaughn (10) y Emanuel Ginóbili (5).
Toni Kukoc, croata, único europeo en ganar tres anillos de la NBA, había dejado esta opinión: “Ojalá que San Antonio repita porque juega en equipo en un campeonato de egoístas”.
Manu Ginóbili comparó: “Históricamente, desde que estoy en San Antonio, nuestros arranques de temporada fueron un poco lentos. Era como que nos costaba empezar. Incluso, casi siempre sufríamos alguna pequeña crisis en diciembre o enero, y recién en febrero después del All-Star Game empezábamos a mejorar nuestro récord. Por eso sorprendió este arranque”. Que fue de 17 triunfos y 3 derrotas. Sin embargo, los altos y bajos signaron su campaña. “Esta fue la temporada más irregular que tuvimos desde que llegué a los Spurs. Los bajones fueron muy pronunciados y los momentos brillantes duraron bastante”, reconoció Manu.
Pero hubo un equipo que superó aquel arranque con 20-2: Boston Celtics. Además, marcó el compás de la competencia. Es el segundo registro de la historia, compartido con otros siete equipos que actuaron entre 1948 y 1996. El tope, con 21-1, está en poder de New York Knicks (1969) y Houston Rockets (1993).
El ilustre campeonísimo de antaño (tiene 16 títulos), con Massachussets como bastión, se apoyó ahora en el tridente que compusieron Ray Allen, Paul Pierce y Kevin Garnett, apodados en conjunto “The Big Three”.
FEBRERO DE ENSUEÑO
Destrozó el diccionario de elogios. Cualquier adjetivación debió ser incrementada enseguida, porque la había dejado insuficiente. Lo de Manu Ginóbili resultó monumental en continuos pasajes.
Hizo esta confesión: “La clave es que descansé durante el verano y que volví a San Antonio cuatro semanas antes, para empezar a entrenarme. Trabajamos duro por lo menos tres horas diarias, de lunes a jueves, y los viernes iba sólo a tirar un rato al aro. El hecho de comprobarte más fuerte y potente permite hacer mejor todo y crecer en la confianza. Nunca me sentí mejor desde que llegué a la NBA”.
Su mes de febrero fue inolvidable, ganando 10 de 11 partidos con los Spurs. Le clavó 46 tantos a Cleveland Cavaliers (miércoles 13) y 44 a Minnesota Timberwolves (jueves 21), ambos de visitante. Promedió 24,3 puntos; 5,7 rebotes; 6,5 asistencias y 47,6 % en triples. Fue elegido en una ocasión jugador de la semana en el Oeste.
El cordobés Fabricio Oberto, compañero y amigo, habló desde la intimidad: “Lo de Manu no me asombra, su talento ya lo conozco a la perfección. Sé que, para los demás, son cosas increíbles, pero yo ya le vi todo y para mí es algo natural. Lo competitivo que es, hace que Manu muchas veces resulte un jugador intratable para los rivales. Puede venir de una gran actuación pero, al partido siguiente, va a querer más. Siempre está listo para hacer lo que el equipo necesite para ganar”.
Su entrenador Gregg Popovich tampoco se sorprende: “Manu es un basquetbolista de grueso calibre, del calibre del Juego de las Estrellas. Desde hace tiempo es imparable. Es uno de los deportistas más increíbles con el que estuve. Es por eso que logró todo en la historia del básquetbol”.
EL REVULSIVO IDEAL
Quien ingresa regularmente en un equipo para relevar a los cinco iniciales es considerado el sexto hombre. Es lo que ocurrió otra vez con Ginóbili en los Spurs. Su entrenador Gregg Popovich explicó una estrategia enfatizada desde 2006, y que apunta a cuidarlo y a usarlo como revulsivo a la vez: “Hay que dosificarlo porque siempre juega al máximo y es un kamikaze. Tengo miedo de que se rompa el cuerpo. Por eso trato de que no se canse demasiado. Debo administrarlo”. Solamente en 23 de sus 74 partidos jugados, Ginóbili estuvo en la formación inicial de los Spurs. Reflexionó: “Yo sé que viniendo desde el banco puedo ser importante igual. No me afecta el ego en absoluto. Además, a la hora de los reconocimientos de la gente y la prensa, siempre estamos los tres juntos, con Tim (Duncan) y Tony (Parker)”. Completó: “Lo repito una vez más: lo importante es jugar los minutos decisivos. Me encantaría hacerlo 32 minutos por partido, pero el plantel tiene muchos jugadores para rotar y la filosofía de Gregg Popovich es evitar el desgaste físico para llegar fuerte a los playoffs y sin lesiones“.
Su gran serie regular fue reconocida en las distinciones de la NBA que se entregan cuando van empezando los playoffs. Fue una suerte, porque no siempre hay justicia con los premios. Mató en la elección del mejor sexto hombre de la temporada 2007/08: 615 puntos contra 283 del base brasileño Leandrinho (Phoenix Suns), último ganador, y 44 de Jason Terry (Dallas Mavericks). Demoledor: sus 615 unidades fueron sobre 620 posibles y logró 123 de 124 votos para el primer puesto en el panel de los periodistas seguidores de la NBA entre quienes se efectuó la elección.
“No me preocupa ni me desespera ganarlo; tampoco será un gran halago, en principio porque, aunque lo soy, no me siento un sexto hombre”, fue la confesión del bahiense en su página www.manuginobili.com antes de que se conociera al ganador. Tiene razón. Por tiempo efectivo en la cancha fue el tercer hombre de San Antonio con 31,0 minutos por encuentro, detrás de Tim Duncan (34,0) y Tony Parker (33,5). Además, en los momentos cruciales siempre está; y con protagonismo decisivo.
Esta vez Manu se convirtió en el goleador de San Antonio (19,5 puntos) -otra referencia extraordinaria-, por encima de Tim Duncan (19,3), su líder anotador desde 1997, y del base Tony Parker (18,8). Aumentó en 5,9 puntos el promedio histórico que llevaba en cinco temporadas.
EN LAS ALTURAS
Manu Ginóbili sigue creciendo como protagonista global de la NBA. Su nombre ya trasciende más allá del ámbito de habla hispana en las latitudes norteamericanas. Una prueba consagratoria y distintiva la dio ese premio como mejor sexto hombre de la temporada. Es que en la cancha hace cosas de elegidos, como ser el único basquetbolista de la competencia en promediar 19,5 puntos jugando menos de 32 minutos por partido.
De puño y letra, para que se nos infle el pecho
¡Felicitaciones por los 89 años! Les mando un abrazo grande y un sincero agradecimiento por fomentar algo tan lindo como el deporte durante todo este largo tiempo. En mi caso, especialmente por haber apoyado tanto la gran idea de León Najnudel para que se iniciara la Liga Nacional y también por hacernos sentir importantes en el 97 cuando el grupo principal de la “Generación Dorada” se estaba gestando y mostrando su potencial. En las dos cosas, momentos clave de la historia contemporánea de nuestro básquetbol.
¡Brindo con El Gráfico por muchos años más!
Desde San Antonio, Texas, U.S.A., con sincero afecto y respeto, MANU GINOBILI.
Sucesos argentinos
Otro hecho distintivo de Argentina, el campeón olímpico. Hubo récord de seis compatriotas compitiendo. Nuestro país fue el tercero en el aporte de jugadores a esta cúspide del deporte mundial. Solamente fue superado por Francia y Serbia.
En la NBA las estadísticas generales que se difunden -si no se aclara previamente- siempre corresponden a la fase regular de la competencia. “Porque -le aclaró la organización a esta revista- es el tramo donde todos los equipos juegan la misma cantidad de partidos y contra los mismos rivales”. Un ejemplo: si usted lee que Kareem Abdul-Jabbar tiene el récord de total de puntos convertidos en la historia con 38.387, están computados solamente los de la llamada serie regular. Los playoffs, la rueda decisiva de postemporada, son una historia aparte; sus números van por otro cauce.
A continuación se confronta el desempeño de los jugadores argentinos con sus temporadas anteriores. Son las superaciones estadísticas logradas en 2007/08 (fase regular), en los diferentes rubros que se computan en la NBA. Luis Scola jugó por primera vez, por eso no figura y está aparte.
El impacto de Luis Scola
Jugó por primera vez, tras demorarse en exceso su llegada a la NBA, y tuvo una actuación notable.
Tambien en Texas, otro argentino, Luis Alberto Scola, cumplió una estupenda temporada como debutante en la NBA. Tuvo un protagonismo progresivo y destacado en Houston Rockets, que hizo temblar la tabla del récord de la mayor cantidad de triunfos consecutivos. Había sido derrotado por última vez el domingo 27 de enero de 2008: 89-87 con Utah Jazz. Cuarenta y ocho horas después iniciaba una espectacular serie sin perder que se ubicó como el segundo hito de la historia, solo superado por los legendarios 33 juegos invictos de Los Angeles Lakers de 1971/72 con Jerry West, Elgin Baylor y Wilt Chamberlain.
Hasta el martes 18 de marzo, los Rockets sumaron 22 encuentros en fila, sin perder. Ese día cayeron por 94-74 en su propio Toyota Center de Houston ante el equipo Nº 1 de la fase regular, Boston Celtics. Los últimos 12 encuentros de la racha fueron sin su centro titular, el chino Yao Ming, con fractura en su pie izquierdo.
Fabri Oberto, en ese momento, elogió a su compañero de la Selección Argentina: “Luis Scola ha tenido un año tremendo, con buenos números, por lo que disfruta de muchos minutos con los Rockets. Hablé con él… Estaba muy contento, sobre todo porque han sabido jugar sin Yao Ming. Los Rockets lo hicieron muy bien y con una defensa increíble. En la NBA lograr 20 triunfos consecutivos es muy difícil, por la acumulación de partidos en cada semana”.
Scola ratificó su filosofía inalterable: “Estoy contento con mi rendimiento individual, pero lo mejor -siempre- es que gane el equipo. Mi objetivo desde el principio era ayudar. Tuve que ganarme el respeto de todos, hacerme conocer y aprender a jugar con nuevos compañeros. Llevó un poco de tiempo. Logrado eso, me sentí cómodo y parte del equipo”.
Fue el argentino de mayor cifra anotadora de la historia en su temporada de rookie: 10,2 por cotejo, superior a Herrmann (9,2), Nocioni (8,4) y Ginóbili (7,6).
Scola había sido elegido por San Antonio en el draft de 2002, pero la franquicia de los Spurs nunca tuvo decisión de contratarlo, hasta que le cedió los derechos a Houston. Luis piensa de otra manera: “Creo que llegué en el momento justo a la NBA. Me alegro de que haya tardado lo que tardó, porque así hallé la oportunidad de crecer antes como jugador y persona. He tenido la oportunidad de ser competitivo en España y de ganar títulos”.
El sueño de los Rockets se frenó en la primera vuelta de los playoffs: Utah Jazz se impuso 4-2 en la serie.
Finalizó en el tercer lugar en la elección de mejor novato del año, a 399 puntos del ganador Kevin Durant, alero de Seattle SuperSonics. Luis también fue incluido en el equipo ideal de novatos de la temporada.
Por O.R.O. (2008).
Fotos: Alejandro Del Bosco.