¡Habla memoria!

1993. Monzón vuelve a vivir...

Después de pasar 6 de los 11 años de cárcel al que fue condenado, Carlos Monzón recibe permiso para trabajar de entrenador. El Gráfico comparte un día en la nueva vida del ex campeón.

Por Redacción EG ·

04 de marzo de 2020

Ensopó una vez más el pan en la salsa y cuando se lo llevó a la boca se le dibujó una sonrisa: el sabor estaba perfecto. Miró el reloj y comprobó que aún le quedaban unos minutos para echar los fideos. Sí, tenía todavía un poco de tiempo. El grupo, como siempre, sería británicamente puntual. Llegarían a la una y a la una comenzarían a comer. Así que habría tiempo aún para darle un repaso a la mesa y hasta para poner un casete en el pequeño radiograbador. Cerrando por un momento los ojos, Néstor Zinni escuchó la voz que venía del aparato. Era la suya, cantando una canción de amor.

Mientras tanto, a unos cincuenta metros de allí, tres hombres se agrupaban alrededor de quien, a todas luces, era el jefe. Apoyado contra una pared, con el gesto distendido y las manos cruzadas a la espalda, con una sonrisa enigmática y felina suavizándole por momentos los rasgos curtidos, hizo unas cuantas preguntas y escuchó las respuestas. Un imaginativo habría pensado, viendo desde lejos al grupo, que era un general rodeado de sus capitanes.

El hombre de pronto dio un paso al frente, y sin necesidad de decir "Vamos" ni ninguna otra orden, empezó a caminar a grandes zancadas. Los otros lo siguieron. Nadie consultó el reloj, pero faltaba un minuto para la una de la tarde.

Imagen Con Carlos lrusta, enviado especial de EL GRÁFICO. Monzón no quiere notas, pero accedió por sus pupilos (Gracias...).
Con Carlos lrusta, enviado especial de EL GRÁFICO. Monzón no quiere notas, pero accedió por sus pupilos (Gracias...).
 Todavía no sabemos bien en qué momento Carlos Monzón nos invitó a comer. Se sabe que no le interesan los reportajes y que tiende a rehuirlos. Por lo tanto -al fin y al cabo, leonino típico y campeón mundial, ya que la palabra "ex" no figura en su diccionario, en tanto y en cuanto se cansó de defender su corona y no la perdió en el ring, como algunos otros boxeadores más comunes- es capaz de gestos de soberbia o de magnanimidad, según la ocasión. En este caso comenzó con un "Si hay comida los invito" mientras caminaba a paso firme rumbo al gimnasio donde trabaja, en el campo de deportes de UPCN (Unión Personal Civil de la Nación) de Santa Fe. Y luego siguió con un "Entren y siéntense, pero vos (el tono con que se dirigió a Juárez no admitía réplicas) dejá las cámaras ahí..."

Tuvimos tiempo de ubicarnos en el ámbito, mientras nos sentábamos. Un espacioso salón circular de unos seis metros de diámetro, totalmente rodeado de grandes ventanales. En el centro, un ring atípico, pues en lugar de cuatro postes, éste posee las sogas enlazadas a seis columnas.

Este salón es apenas una mínima parte del gigantesco camping que posee UPCN, ubicado hacia el norte y distante unos 15 kilómetros del centro de la ciudad de Santa Fe. Dicen que es el mejor camping de la Argentina y quizás lo sea: nació el 2 de diciembre de 1988 y parece que no terminarán nunca de armarlo, pues continúa en crecimiento desde entonces. Las 7 hectáreas iniciales son ahora 20. Hay dos gigantescas piletas, 32 departamentos para 4 personas y 36 para 6 habitantes, alberga un promedio de 7.000 visitantes un sábado o un domingo normal y en él trabajan 170 empleados. Entre ellos, hay casi diez internados en el Servicio Penitenciario de Las Flores, como un programa de rehabilitación a la sociedad. Algunos están a punto de quedar en libertad y a otros aún les falta.

Entre ellos, Carlos Monzón, quien ya cumplió seis años de los once que le sentenciaran en Mar del Plata.

Imagen Junto a Alberto Maguid, secretario general de UPCN Santa Fe: "Gracias a este hombre he vuelto a la vida".
Junto a Alberto Maguid, secretario general de UPCN Santa Fe: "Gracias a este hombre he vuelto a la vida".
  "La idea de que trabajara aquí fue mía. No sólo por ser santafesino y porque creo que Carlos nos hizo famosos en todo el mundo como un gran campeón, sino, sencillamente, porque yo también supe lo que es estar preso", dice el secretario general de UPCN, Alberto Emilio Maguid, 55 años, casado, 3 hijos, 5 nietos. "Por razones políticas estuve tres años preso, entre 1977 y 1979. Monzón, como otros internados de buena conducta, merece una oportunidad. Así lo indica la ley. Es más, creo que otro hombre, en el mismo caso que Carlos, pero sin su fama, ya hubiera tenido por lo menos una reducción de pena, que -justamente- así lo contempla la ley... "

El hilo de los pensamientos se nos viene abajo de pronto, porque llegan los fideos. Junto a Monzón, como en los buenos viejos tiempos, están sus compañeros de equipo: Daniel González (44 años, 78 peleas profesionales), Jacinto Fernández (44, 78 encuentros como sentado, ex campeón argentino mediano), Ceferino Morales (40, 39 combates) y su hermano, Reynaldo Monzón... Todos ellos forman el equipo pugilístico de boxeo de UPCN. A la cabecera, como un patriarca, Monzón da la orden de empezar:

-Vamos que se enfrían...

Aquí tenés a los muchachos, hablá con ellos... Tenemos ya un montón de pupilos aquí. Este -señala a un muchacho de pelo cortísimo y mirada vivaz- va a ser campeón mundial, te lo aseguro. Dale, decile cómo te llamás y todo eso que anotan los periodistas -explica, canchero y sabedor de nuestros hábitos y luego dirigiéndose a nosotros-, dale, anotá... Seguro que después solamente le vas a dar un cuadrito... - finaliza. (En realidad, tenía razón...)

Imagen Fernando Vera (izquierda), Carlos Monzón y Daniel Oscar Madolé: sonrisas y muchos proyectos.
Fernando Vera (izquierda), Carlos Monzón y Daniel Oscar Madolé: sonrisas y muchos proyectos.
 El pibe tiene 21 años, es santafesino, se llama Fernando Vera, mide 1,80 -dos centímetros menos que Carlos- y pesa 70 kilos. Lleva 34 peleas como aficionado.

- Y si Dios quiere el 10 de diciembre debuta como profesional. ¿Sabes que mi hijo Abel está organizando boxeo, no? Hizo un festival hace un par de viernes, para recordar que hace 23 años le gané a Benvenuti. Fue bastante gente, pero le faltó propaganda. Ahora lo va a organizar en el centro de Santa Fe, seguramente en el club Gimnasia y Esgrima, que es más cómodo, porque el estadio de la Tecnológica está apartado...

-¿Sabés que te veo muy bien?

 -Y... es volver a vivir. Cuando don Maguid me habló de esto, dije que sí, pero siempre y cuando tuviera a mi gente alrededor, Estos vagos (señala sonriente a Jacinto, Daniel y Ceferino) y yo hablamos el mismo idioma, nos hicimos juntos con Brusa y sabemos lo que queremos enseñar. Estamos todos juntos, como siempre: mi hermano Reynaldo, el doctor Nicolás Rondón, el profe Artucio... Maguid compró de todo: tenemos seis bolsas y todo lo que nos hace falta. Después traé el cuaderno, Ceferino, vas a ver, tenemos como ciento veinte pibes. Claro, la mayoría viene para aprender, pero está Vera, por ejemplo, y un chiquitito muy bueno, Madolé, y también el rosarino...

El rosarino se llama Marcos Díaz y viaja todos los días desde Rosario para entrenar. Cuando hay pelea se queda en la casa del hijo de Carlos, Abel. Sin embargo, esta tarde faltó: llovía a cántaros...

Imagen Monzón llevaba cumplidos seis años de los once de condena por el homicidio de Alicia Muñiz.
Monzón llevaba cumplidos seis años de los once de condena por el homicidio de Alicia Muñiz.
  -¿Y vos? ¿Ves algo de boxeo, vos?

-¿Ves? Ya querés hacer la nota, mejor hablá de mis pupilos...

-Pero... ¿ves boxeo?

-Y... muy poco... Acá trabajo de ocho de la mañana a siete de la tarde y cuando llego a la cárcel estoy tan fundido que a las diez me quedo dormido. Y los sábados y domingos -uno sí, uno no- puedo salir con mi familia. Con decirte que hasta la de Figueroa me perdí y eso que decían que se parece a mí…

-Entonces a lo mejor no te enteraste de que Bob Arum te quiere invitar a un festival...

 -Si... Lo leí en EL GRAFICO...

Me entero de que ya no necesita anteojos para leer. "Me explicó Maguid que, con el encierro, uno siempre tiene enfrente una pared, un muro o algo. Y ahora acá, que puedo ver el cielo, la vista se me mejoró...". No deja de mostrarse satisfecho por haber recibido la visita de Delon, porque "para febrero empieza la película de mi vida, pero con un actor, no la voy a hacer yo... ¿Te imaginás cuando aparezcan todos estos de la barra? Agregá a Zinni, que además de cocinar y cortar el pelo canta muy bien, al "Canilla" Medina, Yamamoto, Silvero y Suárez, todos compañeros de la cárcel que ahora están aquí, laburando..." Y cuando tocamos el tema de Zinni -no es juego de palabras, pero es así porque el hombre es cantautor y de los buenos- aparece el leonino generoso y amigo de hacer favores: "Estuve con Tinelli y se lo recomendé, así que le van a hacer una prueba, a mí me parece que es bueno sin grupo, después veremos...".

Imagen Néstor Zinni, cantante, cocinero y también peluquero: uno de los grandes amigos que tiene Carlos.
Néstor Zinni, cantante, cocinero y también peluquero: uno de los grandes amigos que tiene Carlos.
 Repasamos algunos testimonios mientras comienza el trabajo de todos los días. Héctor Rubén Zamaro -37 años, ex campeón argentino y sudamericano crucero, director de la revista "Solo Box"- afirma que "esto ayudará al boxeo santafesino, porque fijate que aunque tenemos campeones como Vásquez, Coggi y el propio Giovannini, hace mucho que no hacen festivales acá, Monzón por si solo tiene un gran poder de convocatoria..." A su vez, Marco Castañeda (gerente del club de campo de UPCN, 31 años) pone el énfasis en otro tema: "Es increíble la convocatoria de este hombre. Aquí vienen gratis colegios de todas las provincias, pero lo curioso es que hasta los chiquitos de seis años se quieren sacar fotos con él. Y Carlos nunca dice que no..."

Su hijo, Abel, lo ve mejor que nunca: "Esto de meterse otra vez en el boxeo le encendió de nuevo las esperanzas... Hace proyectos, habla más... Yo lo veo como nunca".

 Ya pusieron las seis bolsas. En el ring está Vera, alto y flaco como Monzón. Carlos entra al ring y observa no como referí, sino como instructor (casi lo mismo que hace Brusa) y cuando algo no le gusta, para la acción y corrige:

 -Tirás bien larga la zurda y lo mantenés de lejos. Cuando el tipo se acerca... iBum! le metés la derecha a fondo de arriba abajo, ¿entendiste? Hacelo...

 Y ahí va Vera, intentándolo.

-Eso mismo hacías vos...

-Claro, con la zurda no los dejaba arrimar. Y después les metía el derechazo: en gancho es difícil errarle, en algún lugar le vas a dar seguro...

 -¿Aprende?

-Sí, porque es vivo y escucha...

Imagen Trece meses después de esta nota Carlos Monzón fallecía en un accidente de auto, en una de sus salidas.
Trece meses después de esta nota Carlos Monzón fallecía en un accidente de auto, en una de sus salidas.
 Deslizará frases que tienen que ver con épocas que parecen pasadas: "La cárcel te obliga a ser humilde, a pedir por favor, a ser respetuoso. Adentro sos uno más, así te llames Carlos Monzón...".

 No deja de ensayar algún proyecto: "El día que esté libre, viajaré a Europa y a los Estados Unidos, pero de paseo, ¿eh? Voy a seguir aquí, en la Argentina..." No deja de sonreír ante algún nombre fa-miliar: "Brusa se viene a vivir aquí. Ahora está en Colombia, pero la señora ya se vino... Y en una de ésas, cuando vuelva empezamos a laburar juntos...". En ningún momento abandona al boxeador que lleva adentro: "Ahora estoy gordo, yo que me mantenía en peso... Pero pronto empiezo a entrenar de nuevo y chau. Creo que para febrero o algo así voy a hacer una exhibición. Podría ser con Rodrigo Valdez o con Jean Claude Bouttier, vamos a ver...".

Cuando llegue el turno de Madolé volverá a meterse en el rincón...

-Quiero que aprenda a tirar la izquierda como Coggi, ¿viste? Manda ese latigazo veloz y envenenado. Es muy nuevito, pero se mueve muy bien... ¿Sabes que pasa? Nosotros -Jacinto, Daniel, Ceferino, yo- queremos cuidar a todos. Nos repartimos bien el laburo y hacemos como Amílcar, enseñar uno por uno, tratando de no descuidar a nadie...

Se acerca el momento de la despedida. Recién ahora se permitirá fumar, porque terminó el trabajo. Lo mismo hacía antes, cuando entrenaba. Su puntualidad y el odio por el cigarrillo en el entrenamiento eran sus manías desde cuando lo conocimos, allá por 1963 y él venía de Santa Fe para entrenar a las órdenes de don Alfredo Luna, quien colabora-ba con Brusa. Han pasado ya treinta años... Jamás imaginamos entonces que alguna vez le escucharíamos decir una frase así:

-Yo tengo odios adentro. Odios grandes. Pero ni al peor enemigo le desearía que esté un solo día en la cárcel...

El beso en la despedida mitigó el dolor. Después de todo, viéndolo entre guantes, pupilos, amigos y sueños, uno siente que el viejo león está listo para rugir otra vez...

CARLOS IRUSTA Fotos: ANGEL JUAREZ (1993)