¡Habla memoria!

1991. El mejor boxeador del mundo

Julio César Chávez, un mexicano durísimo que al momento de la publicación de esta nota ostentaba un récord de 74 victorias en la misma cantidad de combates y había sido campeón mundial tres veces.

Por Redacción EG ·

04 de diciembre de 2019

Convention Center, Atlantic City. Unas diez mil personas. Serán siete mil más a la hora de la pelea de fondo entre Mike Tyson y Leslie Stewart. Camuflado entre la multitud, irreconocible desde lejos, ubicado como uno más en una alejada butaca del ring side, está Julio César Chávez. Buzo deportivo. Zapatillas blancas. Vincha roja en la frente. Mira con fijeza la pelea preliminar. No habla. Nos acercamos. Tiende flojamente la mano derecha: no quiere que se la apretemos, no desea apretar. ¿Podemos charlar? "Después", dice. "Ahora quiero ver la pelea". Asentimos y esperamos. Pasa un round. El combate es muy flojo. Con gesto aburrido se desentiende del espectáculo. "Bueno, hablemos", dice. Luce cordial y atento. "Sí, claro, Coggi es un buen boxeador, me gustaría pelear con él. ¿Yo? Siempre entrenado, como siempre." Sus frases pasan por lo rutinario, su gesto no abandona nunca la cortesía: un profesional. "Bueno, ahora me voy", dice. Tiene sus razones, pues apenas dentro de un rato trepará al ring para defender su título welter junior ante el número uno del Consejo Mundial, el coreano Kyung Duk Ahn. ¿Un campeón mundial dando un reportaje a un periodista extranjero apenas a un rato de pelear? Tratándose de Chávez, todo es posible...

 

Imagen Chávez con Don King.
Chávez con Don King.
 

Es posible, por ejemplo, que Don King y Bob Arum hayan abierto una guerra de dólares por contratarlo (finalmente, se quedó con King). Es posible, también, que los periodistas norteamericanos se vuelvan locos porque no aprendió —ni quiere aprender— una sola palabra de inglés. Es posible que los mejicanos sigan polemizando sobre si es o no el más grande de su país, obligando a compararlo con ídolos intocables como Baby Arizmendi, Rubén Olivares, Vicente Saldívar o Salvador Sánchez. Es posible, también, que todo el periodismo coincida en ungido como el mejor boxeador del momento: desde "The Ring", de los Estados Unidos, a "La Gazzetta dello Sport", en Italia y "As", de España. Es posible, también, que marque un record histórico como el de su pelea con Meldrick Taylor. Iba perdiendo en todas las tarjetas, pero no se entregó: faltando dos segundos, el árbitro Steele dio el nocaut a su favor. La pelea ya terminaba y Chávez ganó la más grandiosa pelea de 1990, llevándose de paso el campeonato mundial reconocido por la Federación Internacional.

Imagen Heroico. Noqueó a Taylor a los 2m 58s del 12°. Perdía en las tarjetas.
Heroico. Noqueó a Taylor a los 2m 58s del 12°. Perdía en las tarjetas.

Es capaz de decir, por ejemplo, que se metió en el boxeo porque sus hermanos menores no eran lo suficientemente buenos. Y de confesar que un día vio "a Jesús crucificado; lo vi, y ese día me di cuenta de que yo tenía algo especial". Es capaz de enojarse fieramente. El día que peleaba con el panameño Rodolfo Aguilar le regaló un poster autografiado, con dedicatoria y todo: "Con cariño, J. C. Chávez". El panameño lo rompió delante de sus narices. "Lo va a tener que pagar", fue su único comentario. Y le ganó por nocaut técnico en el 6° round en el Hilton de Las Vegas.

Imagen Demoledor. Mayweather no pudo salir al 10°. Resignó su corona welter junior.
Demoledor. Mayweather no pudo salir al 10°. Resignó su corona welter junior.

Fue estudiante de ingeniería civil, pero el boxeo pudo más: "Para ser campeón hay que haber conocido la pobreza". Cuando dicen que es un héroe de México, se ríe: "Héroe fue mi padre, que era maquinista de trenes. Un día se llevó una locomotora con un vagón lleno de explosivos a punto de estallar. Se la llevó del pueblo. Salvó la vida de todos. Ese sí es un héroe...". Dicen que un buen boxeador mejicano es ídolo si se emborracha en la cantina con sus amigos, y que él lo hace con Steve Wynn, en The Mirage, bebiendo champagne. Puede ser. Pero a la hora de hablar es más cauto de lo que estos tiempos indican: "Desde la barrera, todos los toros son bonitos. En el boxeo pasa igual, no hay rivales pequeños...". Por ahora, quien se yergue como su máximo desafío es el puertorriqueño Héctor "Macho" Camacho —campeón OMB, fanfarrón, talentoso, estilista, huidizo, creativo—, y todo su comentario es que "Camacho habla mucho; pero, a la hora de la verdad, jamás aceptó pelear conmigo. Que diga todo lo que quiera...".

 

Imagen Aplastante. El coreano Ahn se dejó caer en el 3°, tras 3 caldas.
Aplastante. El coreano Ahn se dejó caer en el 3°, tras 3 caldas.
 

Julio César Chávez. Una noche, Hernán Santos Nicolini —ahora empresario— lo invitó a la casa del licenciado José Sulaimán, presidente del Consejo, para hacer una transmisión desde México a la Argentina. Llegó tarde, muy tarde, pero a tiempo para decir algunas cosas. Claro, también hay que decir que llegó con un séquito de catorce autos y una banda de mariachis, y que hizo un recital ahí mismo... Julio César Chávez. Una mezcla de guerrero y estratega, "con el carisma de Madison Avenue", afirma Don King, quien le extendió un contrato por 30 millones de dólares por las próximas 5 defensas. El mismo que luego de exterminar al coreano Ahn, dijo, simplemente: "No tiene pantalones...". ¿O sea, que no tuvo coraje?, le preguntamos. "Bueno, sí, que no tuvo cojones, si lo quieres más clarito..." Y se rió.

 

Imagen Para ¨The Ring¨ fue el boxeador del año.
Para ¨The Ring¨ fue el boxeador del año.
 

Y nos contagió la risa. Parecía mentira que hubiera terminado de pelear. Tan fresco, tan sencillo y tan tranquilo estaba.

 

 

Por CARLOS IRUSTA (1991).

Fotos: "BOXING MAGAZINE" (Tokio), "THE RING" (New York) y ARCHIVO "EL GRÁFICO".