¡Habla memoria!

1971. Sí, el Chango Cárdenas atajó un penal

Racing se trajo los dos puntos de Rosario, a pesar de que tres veces le patearon el mismo penal y nunca entró. La tercera no fue la vencida, porque Cárdenas desvió el remate de Gramajo.

Por Redacción EG ·

25 de noviembre de 2019

¿Qué más le podían pedir a este santiagueño?

Car­los Bian­chi hu­mi­lla­ba en la ta­bla de go­lea­do­res: 26 tan­tos en 26 par­ti­dos. Era 1971 y el es­cri­ba­no Pra­to Murphy ini­cia­ba su ex­ten­sa ca­rre­ra no­ta­rial te­le­vi­si­va por­que ese año na­ció Fe­liz Do­min­go. Y el do­min­go 22 de agos­to fue muy fe­liz pa­ra el Chan­go Cár­de­nas. Ra­cing via­jó a Ro­sa­rio pa­ra en­fren­tar a un Cen­tral sin as­pi­ra­cio­nes. De to­das ma­ne­ras, hu­bo mu­cho pú­bli­co al que lo­gra­ron en­tre­te­ner, a pe­sar de que el pri­mer tiem­po ter­mi­nó sin go­les. Des­can­so, Co­ca y cho­ri, vuel­ven los equi­pos, mue­ve Bó­ve­da y em­pie­za el se­gun­do. Tres mi­nu­tos y gol de La­mel­za. Me­dio Ro­sa­rio se la­men­ta y me­dio Ave­lla­ne­da fes­te­ja. La pe­lo­ti­ta va y vie­ne, has­ta que a los 10’ J. J. Be­ní­tez vuel­ve a su­pe­rar a Bia­sut­to. Dos a ce­ro. Wolf lo mira a Squeo y se aga­rra la ca­be­za: es el peor re­sul­ta­do. Tres mi­nu­tos más tar­de Poy achi­ca la di­fe­ren­cia. ¡Des­pués di­cen que Qui­que exa­ge­ra!

 

Imagen Cárdenas ataja el penal.
Cárdenas ataja el penal.
 

Los ro­sa­ri­nos em­pu­jan. Aca­ba de en­trar Ba­to­clet­ti, a los 28’, y hay pe­nal pa­ra Cen­tral. Aco­mo­da Lan­duc­ci y se aga­za­pa Gui­bau­do. ¿Gol? No. ¿Ata­jó? Sí, pe­ro no. Por­que el ár­bi­tro di­ce que el ar­que­ro se ade­lan­tó y hay que vol­ver a pa­tear. Y es un re­play en vi­vo: Gui­bau­do vuel­ve a ata­jar­lo, Nit­ti vuel­ve a co­brar ar­que­ro ade­lan­ta­do y lo ex­pul­sa. Al Chan­go Cár­de­nas le lle­gó su tur­no: “Le pe­dí la ca­mi­se­ta a Gi­bau­do y me lle­ga­ba has­ta las ro­di­llas. Wolf me pre­gun­tó si iba a usar los guan­tes, pe­ro no qui­se. La­mel­za se reía por­que le pa­re­cía ri­dí­cu­lo ver un ar­que­ro sin guan­tes ni go­rra”, re­cuer­da el Chan­go.

Lan­duc­ci pre­fi­rió no ha­cer la Gran Pa­ler­mo y le ce­dió su lu­gar al otro chan­go, Gra­ma­jo. Era un due­lo de san­tia­gue­ños a la ho­ra de la sies­ta.

“Yo lo ha­bía es­tu­dia­do a Gra­ma­jo, en los par­ti­do por te­le, y sa­bía que pa­tea­ba a la iz­quier­da”, ase­gu­ra Cár­de­nas. No se equi­vo­có. Pe­ro el ar­que­ro mu­let­to se fue tan­to a la iz­quier­da, que ca­si se le me­te por el me­dio. Ca­si. Por­que la ma­no­teó con la de­re­cha y Cha­bay la en­vió a co­no­cer la es­tra­tos­fe­ra. El ver­du­go del Cel­tic se la ban­có has­ta el fi­nal y Ra­cing ga­nó 2 a 1.

 

 

Texto de Daniel Balmaceda (2001).