¡Habla memoria!

Historia del fútbol argentino, por Juvenal. Capítulo V (1920-1925)

En los años 20 se extingue la era de “La Academia” y comienzan los triunfos de Boca, River, San Lorenzo, Huracán e Independiente. Argentina triunfa en los Sudamericanos y se proyecta al fútbol del mundo.

Por Redacción EG ·

28 de octubre de 2019

El mundo despidió la década del diez con un saldo que —más allá de la frialdad espantosa de los números— dejó una lección que lamentablemente no aprenderíamos. Había terminado la Primera Guerra Mundial, los 10 millones de muertos, veintiún millones de heridos, siete millones de desaparecidos fueron un saldo tan trágico como increíble, para pensar que años más tarde volvería con furia de sangre y fuego a desatarse la Segunda Guerra Mundial.

Argentina, en tanto, entra a 1920 con una población de 8.374.072 habitantes, de los cuales 644.467 viven en Capital Federal y consumen —por persona y por año— un promedio de 75 kilos de carne. Gobierna Hipólito Yrigoyen, a quien le faltan dos años para cumplir su mandato.

 

Dos vencedores: Boca y River

 

Imagen Cándido Garcia
Cándido Garcia
 

A raíz de la escisión producida en 1919, Boca actúa en la Asociación Argentina de Football y River en la Asociación Amateurs. River consiguió 56 puntos en 34 partidos, aventajando por dos unidades a Racing, que lo tenía condenado a ser "el eterno placé", como se decía entonces. Su gran figura ha sido el arquero Carlos Isola, apodado "el Hombre de Goma" por su extraordinaria agilidad, ya a punto de iniciar el retiro. Integran la pareja de backs Jacinto Giúdice —uno de los fundadores— y el "mudito" Choperena, quien se entendía con su compañero de zaga emitiendo sonidos guturales. Adelante aparece como su hombre más creativo el insider izquierdo Nicolás Rofrano. En la media cancha sobresale la calidad de su centre half Cándido García, tan temible en el juego aéreo que lo llaman "Cabeza de Oro". Cada vez que llega una pelota por arriba al área rival, se repite el grito de los arqueros: "¡Cuiden al tuerto!". Pero Cándido García siempre se las arregla para meter el cabezazo inatajable.

 

Imagen 1920 Boca y River campeones. En la foto el equipo riverplatense que formaba con: Crotti, Choperena, J. Giúdice, Taramasso, Cándido García, Simmons, Arroyuelo, Galanzino, Laiolo, Rofrano y Chavín.
1920 Boca y River campeones. En la foto el equipo riverplatense que formaba con: Crotti, Choperena, J. Giúdice, Taramasso, Cándido García, Simmons, Arroyuelo, Galanzino, Laiolo, Rofrano y Chavín.
 
Los valores sobresalientes de Boca están en el arco y el ataque. Su guardavalla, Américo Tesoriere, flaco, de cara angulosa, enfundado siempre en su tricota gris que se arremanga constantemente, cuyo mayor virtud es la colocación. El puntero derecho Pedro Bleo Journal, adoptado de niño por la familia Calomino por la que pasa a la historia, como Pedro Calomino.
Huracán es el único club que le puede hacer sombra a Boca en la Asociación Argentina y es uno de sus escoltas en el torneo que se adjudican los xeneizes con 43 puntos. Lo siguen Banfield y Huracán con 31, Porteño con 30 y luego se ubican en la tabla Del Plata, Sportivo Barracas, Sportivo del Norte, Nueva Chicago, Estudiantes de La Plata y Sportivo Palermo.

 

"El Gráfico" y los sudamericanos

 

Imagen Dos de los mejores arqueros argentinos de la década del '20 Isusi (Independiente) y Américo Tesoriere (Boca).
Dos de los mejores arqueros argentinos de la década del '20 Isusi (Independiente) y Américo Tesoriere (Boca).
 

Buenos Aires sigue recibiendo el aporte inmigrante y su nueva configuración de ciudad cosmopolita la presenta realmente atrayente. Dos años antes, exactamente el 30 de mayo de 1919, nace la revista EL GRÁFICO, y el 26 de julio de 1919 aparece la primera tapa de fútbol: argentinos contra uruguayos. Y la primera portada dedicada a un jugador de fútbol es para Américo Tesoriere, el arquero de Boca y la Selección Nacional.

Asoma en Buenos Aires, el futuro gran escenario del fútbol criollo: el estadio de San Lorenzo, inaugurado el 6 de mayo de 1916 y completado en 1920. El histórico y hoy desaparecido Gasómetro de Boedo, ubicado en Avenida La Plata e Inclán.

Imagen Argentina en el Sudamericano de 1921: Tesoriere, Delavalle, Solari, Alfredo López, Bearzotti, Celli; Abajo: Calomino, Libonatti, Gabino Sosa, Echeverría, Chavín.
Argentina en el Sudamericano de 1921: Tesoriere, Delavalle, Solari, Alfredo López, Bearzotti, Celli; Abajo: Calomino, Libonatti, Gabino Sosa, Echeverría, Chavín.
 

 

El gol de Julio Libonatti

Pero en octubre de 1921 es la cancha de Sportivo Barracas el "centro del mundo futbolístico". Argentina organiza una nueva edición del Campeonato Sudamericano.

Argentina vivía en esos momentos una fuerte agitación política, el país estaba gobernado por Hipólito Yrigoyen, pero nada parecía empañar la fiesta que iba creciendo a medida que transcurría el Campeonato. Una multitud abarrotó el estadio de Sportivo Barracas, para ver Argentina-Uruguay, y vibró como nunca cuando a los 12 minutos del complemento Julio Libonatti marcó el gol decisivo. Libonatti era la estrella del equipo. Jugador de Newell's, donde salió campeón en todas las categorías, convirtió en los tres partidos y el público lo llevó en andas desde la cancha hasta la Plaza de Mayo. Tuvo el honor de ser el primer argentino contratado por el fútbol italiano.

 

Imagen Julio Libonatti
Julio Libonatti
 

 

1921/1922: Los años de Avellaneda

 

Imagen Escena del Racing glorioso. Pedro Ochoa " Ochoita" entre el arquero Devoto y el half Alfredo López, delante de los zagueros Barreto y Reyes. con el sombrerito en la mano, Ohaco , anagrama de "Ochoa".
Escena del Racing glorioso. Pedro Ochoa " Ochoita" entre el arquero Devoto y el half Alfredo López, delante de los zagueros Barreto y Reyes. con el sombrerito en la mano, Ohaco , anagrama de "Ochoa".

En 1921, Racing gana otra vez el Campeonato de la Asociación Amateurs, en tanto Huracán se impone en la Asociación Argentina. El club de Avellaneda se consagra ganando 30 de los 38 partidos, empatando 6 y perdiendo sólo 2. Convirtió 66 goles y le marcaron sólo 15. Segundo, a doce puntos, terminó River, y tercero finalizó Independiente. La Academia mantiene en su formación varias figuras que ya brillaban en la década anterior: Alberto Ohaco, el fuerte centro medio Francisco Olazar, el zaguero Armando Reyes y el arquero Marcos Croce.

Huracán ofrenda a su barrio, Parque Patricios, su primer título, que repetiría en 1922 y 1925, para consagrarse también en 1928.

1922 marca el debut como campeón de otro futuro grande que hará historia: Independiente, vecino de Racing en Avellaneda. Se consagra en la Asociación Amateurs al sumar 65 puntos en 40 encuentros, con 30 ganados, 5 empatados y 5 perdidos, 89 goles a favor y 25 en contra. Subcampeón, es otra vez River que queda a cuatro puntos. Detrás aparecen San Lorenzo, Racing y Platense.

 

Imagen Natalio Perinetti y Pedro Ochoa, juntos fueron campeones con Racing en 1919, 1921 y 1925
Natalio Perinetti y Pedro Ochoa, juntos fueron campeones con Racing en 1919, 1921 y 1925
 

 

1923-1924: La hora de San Lorenzo

El tercer puesto alcanzado en 1922 es la antesala del campeonato logrado un año más tarde y reiterado en 1924. San Lorenzo de Almagro se alza con el bicampeonato mostrando una pujante línea delantera, que integran Carricaberry, Lindolfo Acosta, Juan Maglio, Velente y Delor, empujada por la fiereza de su centre half Luis Monti. Logra el título de 1923 con 35 puntos en 20 partidos, que representa un índice de eficacia del 87,50 por ciento realmente espectacular. Lo escoltan Independiente y River con 31, seguidos por Racing con 29.

Imagen El legendario delantero de San Lorenzo el “vasco” Alfredo Carricaberry perseguido por Moreyras de Boca Jrs
El legendario delantero de San Lorenzo el “vasco” Alfredo Carricaberry perseguido por Moreyras de Boca Jrs

En 1924 gana con 37 puntos en 23 partidos y al término de ese torneo aparecen dos chicos mezclándose con los equipos más poderosos: Gimnasia y Esgrima La Plata con 37 y Platense con 36, igual que Independiente.

En la Asociación Argentina vuelve a ser campeón Huracán en 1923 y al año siguiente, el torneo no termina. Se suspende cuando puntea Huracán con 50 puntos, seguido por Boca con 49. La Asociación resuelve que jueguen dos finales para definir el vencedor de la temporada y no hay decisión: Boca se impone 3 a 0 y el Globo vence por 2 a 0. El tercer encuentro tampoco arroja un triunfador ya que empatan sin goles. En el cuarto, Boca gana 2 a 0 y consigue su tercer título.

Imagen San Lorenzo campeon 1923 . D. Pérez, A. Sánchez, Omar, Caldano, E. Monti y L. Monti; abajo Carricaberry, L. Acosta, Maglio, A. Valente y Delor.
San Lorenzo campeon 1923 . D. Pérez, A. Sánchez, Omar, Caldano, E. Monti y L. Monti; abajo Carricaberry, L. Acosta, Maglio, A. Valente y Delor.

Argentina llega al Sudamericano de 1922 con los pergaminos de último campeón, pero no logra repetir esa conquista, tiene una floja actuación.

Un año después, 1923, Montevideo es la sede de una nueva edición en la que nuevamente una Selección local se lleva el título. Argentina es segundo porque en la última fecha llega invicta con Uruguay, pero el enfrentamiento marca el triunfo de nuestros vecinos por 2-0. Ese año, Argentina se conmovía con otro deporte: en boxeo, el 14 de setiembre de 1923, Luis Angel Firpo lo saca del ring al campeón Jack Dempsey, aunque después cae denotado en el primer round. La pelea se desarrolló en el estadio Polo Ground de Nueva York y el país se paralizó esperando noticias de la pelea.

Otra vez detrás de Uruguay en el Sudamericano de 1924, realizado nuevamente en Montevideo. Aunque en esta ocasión mejoró la actuación del equipo.

 

1923: Nace el templo del fútbol

Mientras el fútbol iba aumentando su popularidad en la Argentina sin alcanzar concurrencias multitudinarias en los todavía pequeños escenarios para no más de quince mil espectadores, se jugaba la primera final de Copa Inglesa en el recientemente inaugurado estadio Imperial de Wembley. Fue en abril de 1923 y se registró una asistencia oficial de 126.074 espectadores, pero cerca de 150.000 estaban en las tribunas y dentro de la cancha a la hora de iniciarse el juego.

 

Imagen INAUGURACIÓN ESTADIO DE BOCA, 1924. Vista general del nuevo campo de deportes de Boca Juniors, situado entre las calles Brandsen y Del Crucero (en 1938 fue demolido para construir La Bombonera).
INAUGURACIÓN ESTADIO DE BOCA, 1924. Vista general del nuevo campo de deportes de Boca Juniors, situado entre las calles Brandsen y Del Crucero (en 1938 fue demolido para construir La Bombonera).
 

Finalmente se despejó el terreno y con el público parado a lo largo de las líneas de banda y de fondo, haciendo un cordón humano, se jugó el encuentro, que el Bolton Wanderers le ganó al West Ham United por 2 a 0, frente a la augusta presencia del rey Jorge V. El 25 de mayo de ese mismo año, River Plate inauguraba su nuevo estadio en la aristocrática zona de Palermo, Avenida Alvear (hoy Libertador) entre Austria y Tagle. Era un paso fundamental del club nacido en La Boca, que hasta entonces había tenido su cancha junto al Riachuelo, en la manzana delimitada por Brandsen, Caboto, Pinzón y Pedro de Mendoza.

 

La nueva regla del corner

En 1924, a propuesta de la Asociación Escocesa de Football, se ordenó definitivamente la regla del comer: debía efectuarse en un solo tiro, el ejecutante no podía volver a tocar la pelota hasta que lo hubiese hecho otro jugador, y era válido un gol convertido directamente de un tiro de esquina.

La noticia de esa innovación reglamentaria llegó al Río de la Plata en los últimos días del mes de setiembre de 1924 y uno de los pocos que la conocían era el árbitro uruguayo Ricardo Vallarino. Esa semana se embarcó para Buenos Aires. Debía dirigir, en la cancha que Sportivo Barracas tenía en las inmediaciones del Parque Pereyra, frente a la basílica del Sagrado Corazón, el partido internacional entre los argentinos y los uruguayos, recientes campeones olímpicos.

Imagen Combinado argentino que derrotó a los "olímpicos " uruguayos en 1924.Calomino, linesman; Vázquez, entrenador; Médice, Tesorieri, Fortunato, Solari, Bearzotti y A. Celli. Agachados Hanai; Tarasconi; E. Celli, Sosa, Seoane, Onzari.
Combinado argentino que derrotó a los "olímpicos " uruguayos en 1924.Calomino, linesman; Vázquez, entrenador; Médice, Tesorieri, Fortunato, Solari, Bearzotti y A. Celli. Agachados Hanai; Tarasconi; E. Celli, Sosa, Seoane, Onzari.

 

El primer gol olímpico

Era tan grande la expectativa por ver a los nuestros frente a los olímpicos uruguayos que el público invadió la cancha, el partido no se pudo realizar y fue postergado para cuatro días más tarde. El 2 de octubre de 1924, para contener una posible invasión de campo, un cerco de alambre tejido circunda la cancha de Sportivo Barracas. El hecho de jugar esa tarde contra los campeones de Colombes determina que se lo llame, de allí en más, el alambrado olímpico.

 

Imagen Fotografía del gol olímpico de Onzari, aparecida en El Gráfico en 1924.
Fotografía del gol olímpico de Onzari, aparecida en El Gráfico en 1924.
 

El primer gol del encuentro marca un hecho histórico: lo conquista Cesáreo Onzari, wing izquierdo de Huracán y del cuadro argentino, con un tiro directo desde el comer. La pelota enviada desde la izquierda por. Onzari se mete junto al primer palo, superando el esfuerzo del arquero Mazzali y uno de los pocos presentes en el estadio de Barracas que conoce la nueva reglamentación es el árbitro Vallarino, quien otorga el tanto en medio de la sorpresa general. Desde ese momento, a los convertidos directamente de comer se los llama entre nosotros, "goles olímpicos". Un hecho desgraciado da origen, ese día, a la consagración de un jugador reemplazante. Se lesiona de consideración el back rosarino Adolfo Celli y lo sustituye brillantemente el boquense Ludovico Bidoglio.

Otro jugador de Boca señala el gol de la victoria, ya que los uruguayos habían logrado el empate. Es Domingo Tarascone, sucesor del famoso Calomino en la punta derecha.

 

Boca a la conquista de Europa

 

Imagen Algunos de los jugadores de Boca y otros equipos que formaron parte de la gira de 1925 de los xeneizes por Europa, posan para El Gráfico.
Algunos de los jugadores de Boca y otros equipos que formaron parte de la gira de 1925 de los xeneizes por Europa, posan para El Gráfico.
 

En lo que podría considerarse como la primera gestión de intermediarios en el mundo del fútbol, Boca viaja a Europa a jugar 19 partidos, llevados por tres representantes de la colectividad española, quienes tomaron la idea del periodista Hugo Marini, jefe de deportes de Crítica. La elección de Boca para "descubrir" Europa no fue arbitraria: llevaban nada menos que al bicampeón (1923-1924) de la Asociación Argentina de Fútbol, reforzados además, por cinco jugadores: Octavio Díaz (arquero de Rosario Central), Roberto Cochrane (Tiro Federal), Luis Vaccaro (Argentinos Juniors), Manuel Seoane (El Porvenir) y Cesáreo Onzari (Huracán). En aquellos tiempos, cuando la función del entrenador no estaba asignada a un hombre en especial, el arquero Américo Tesoriere y el capitán Alfredo Elli adiestraron al equipo, que fue completado con los siguientes jugadores xeneizes: Ludovico Bidoglio, Ramón Muttis, Segundo Médice, Mario Busso, Domingo Tarascone, Antonio Ceretti, Alfredo Garassini, Carmelo Pozzo, Carlos Antraygues y Dante Pertini. Y como representante de aquella hinchada que con el tiempo sería la "número 12", viajó un fanático, Victoriano "Toto" Caffarena, pagándose de su bolsillo todos los gastos y asumiendo —a falta de personal especializado—la tarea de masajista y utilero.

Imagen Balbino, del Celta de Vigo, logra desviar la pelota evitando que el negro Manuel Seoane se posesione de ella. Boca hace su debut europeo ganando 3 a 1.
Balbino, del Celta de Vigo, logra desviar la pelota evitando que el negro Manuel Seoane se posesione de ella. Boca hace su debut europeo ganando 3 a 1.
Habían partido el 4 de febrero de 1925 a bordo del buque "Formosa" y tras 22 días de viaje llegaron al puerto de Vigo, España, donde debutaron el 5 de marzo con un triunfo 3-1 ante el Celta, goles de Ceretti (2) y Onzari. Fue el arranque de una gira espectacular, con 19 partidos jugados, 15 triunfos, 1 empate y 3 derrotas, convirtió 40 goles y le señalaron 16. Manuel Seoane fue el goleador con 12 conquistas. Los triunfos pero también el estilo de juego deslumbraron a Europa, y quedaron para la historia las victorias ante Real Madrid (1-0, gol de Pozzo) y Atlético Madrid (2-1, Ceretti, Antraygues). El mismísimo rey de España, Alfonso XIII, vio a Boca ante el Real, y en Frankfurt se aprovechó la presencia del equipo argentino para inaugurar un estadio.

Boca, que pagó a cada jugador 10 pesos moneda nacional de viático diario, mostró la seguridad de Américo Tesoriere en el arco, una pareja de backs en la que se complementaba la técnica de Bidoglio con la rudeza de Muttis; el coraje de Vaccaro para morder la mediacancha, la velocidad de Garassini y la capacidad goleadora de Tarascone y Seoane. Allí estuvieron los principales atributos, con esas armas Boca paseó su fútbol por España, Francia y Alemania. El 7 de junio de 1925 jugaba su último encuentro en tierras europeas, despidiéndose, como no podía ser de otra manera, con un triunfo 4-2 ante Olimpic - Sp. Francais. Después se embarcó en el buque "Marsella", viajó durante 30 días por alta mar hasta llegar al puerto de Buenos Aires el 12 de julio, donde el pueblo boquense los recibió como héroes, y la propia Asociación Argentina los reconoció como "campeones morales", permitiéndole sumar otra estrella más a su constelación de campeonatos.

Imagen El Boca "Reforzado" en tierras europeas: Antraygues, Bidoglio, Vaccaro, Médici, Elli, Cochrane y Tesorieri. Agachados Tarasconi, Cerrotti, Garasini, Seoane, Onzari y Pertini.
El Boca "Reforzado" en tierras europeas: Antraygues, Bidoglio, Vaccaro, Médici, Elli, Cochrane y Tesorieri. Agachados Tarasconi, Cerrotti, Garasini, Seoane, Onzari y Pertini.

1925: Un cambio fundamental

En los lejanos comienzos el fútbol era una tumultuosa lucha entre diez que corrían desde cada lado detrás de la pelota.

Para evitar que el juego se limitara a un concierto de pelotazos sobre los arcos, buscando a los jugadores adelantados que podían aprovechar su posición para rematar al gol, se creó la regla del offside o fuera de juego. En un comienzo, estaba offside el futbolista que se hallaba delante de la pelota cuando ésta era jugada por un compañero, cualquiera fuese la ubicación de los defensores rivales. En 1866 se intentó suavizar la ley para favorecer a los delanteros y se estableció que el atacante no incurría en falta si tenía tres adversarios entre su posición y la valla cuando le hacían el pase. En 1907 quedó establecido que el jugador no estaba fuera de juego en su propia mitad del campo. En 1913 la regla tuvo un nuevo agregado: de saque lateral no había offside.

De todos modos, el juego se hacía cada vez más difícil para los atacantes, porque los defensores acudían al recurso de dejarlos en offside mediante el simple expediente de adelantar a uno de sus defensores, ya que atrás quedaban como reaseguro el otro defensor y el arquero. Bill McCracken, del Newcastle United fue el gran estratega del "one back game" (juego de un solo back) y al ser imitado por otros zagueros ingleses, el juego se fue haciendo más cortado.

En 1925, a propuesta de Escocia, el International Board aplicó una reforma destinada a hacer historia en la evolución del juego: bajó de tres a dos la cantidad de rivales necesarios para que un delantero no estuviera en posición fuera de juego.

 

Por Juvenal (1990).