¡Habla memoria!

1974. ¨Gurí¨ con sangre de potro

Adolfo Perazzo, nacido en Mercedes y con la influencia de su padre automovilista, se inclinó hacia el básquet, donde con su gran altura fue el rey de los tableros. Él mismo cuenta cómo fue su proceso de formación.

Por Redacción EG ·

08 de octubre de 2019

La voz de un relator en 1941:

"¡Emoción en las Mil Millas Argentinas! Se va definiendo la carrera, y atención a la clasificación general...: Juan Manuel Fangio, el debutante Juan Gálvez, Esteban Fernandino, Eusebio Marcilla, y quinto Adolfo Perazzo en gran actuación..."

La voz de un relator en 1974:

"...Ya está la réplica de Argentina... Pica González y entrega para Cabrera. Cabrera hace una finta y busca a Perazzo en la llave. Allí está el Gurí con la pelota... Se elevó Perazzo... ¡Dooobleee!"

Perazzo. Aquel es el padre, éste es el hijo. Aquel Adolfo tuvo su pasión en el automovilismo, alentó sets sueños entre los fierros, vivió la bohemia de las rutas, acarició el volante durante veinte años y hasta fue uno de los héroes de la legendaria carrera a Caracas. Este Adolfo Rubén es basquetbolista, vibra entre rebotes y dobles, luce su diploma de internacional argentino desde hace tres años, apenas tiene 23 años y envuelve en su enorme humanidad de 2,02 metros de altura y 100 kilogramos de peso una verdadera fábrica de potencia para ser rey en los tableros... Tanto vigor, tanta fuerza, tanta "polenta", como para ponerse a pensar: ¿no tendrá sangre de potro?

Automovilismo y básquetbol, dos escenarios diferentes, pero una idéntica y sublime vocación deportiva...

Imagen "Estoy por tirar un tiro libre contra los chilenos en el Sudamericano de 1973, en Bogotá. Subcampeones. Ese torneo es el mejor recuerdo de mi paso por la Selección Argentina. No sé si fue el mejor equipo, pero yo no me puedo olvidar del gran compañerismo que hubo. Fue la Selección más unida que integré".
"Estoy por tirar un tiro libre contra los chilenos en el Sudamericano de 1973, en Bogotá. Subcampeones. Ese torneo es el mejor recuerdo de mi paso por la Selección Argentina. No sé si fue el mejor equipo, pero yo no me puedo olvidar del gran compañerismo que hubo. Fue la Selección más unida que integré".

La historia arranca en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Los Perazzo son de allí. En Mercedes el padre acunó a los fierros y en Mercedes el hijo se hizo basquetbolista. ¿Y por qué habrá sido que la herencia no transmitió los mismos hábitos? ¿Por qué no se habrá cumplido aquel dicho popular que sentencia "de tal palo tal astilla"? Y es aquí donde hay que nombrar a Héctor Ismael Barreneche, a la aparición fulgurante de Teté para comprender las razones del cambio. La época y la fama de Teté, el encumbramiento de Charabón, la conquista del título provincial, en 1956 y 1957. En Mercedes se habla de básquet, y los pibes se inclinan por el básquet. Adolfo Rubén Perazzo es uno de ellos. La primera etapa en Talleres Payró, el club que estaba a la vuelta de su casa. El obligado peregrinaje por varias entidades ante la disolución de algunas y la falta de actividad en otras. La visión de Amílcar Juárez cuando estaba en Quilmes: "Podés ser un segundo Teté Barreneche, todo depende de tu preocupación..." El pibe que crece. Finalmente el club Mercedes. Y con la terminación del bachillerato su traslado a la ciudad de La Plata para ingresar en la universidad. Otra vez aparece Barreneche, su compoblano, su ídolo: lo lleva a Gimnasia y Esgrima La Plata. Es el paso fundamental. Estamos en 1969. Desde 1971 será integrante de Provincia de Buenos Aires y será campeón en los cuatro Argentinos en que interviene. También desde 1971 estará en la selección nacional con un rótulo: jugador fundamental. Juegos Panamericanos en 1971, en Cali. Campeonato Sudamericano en 1973, en Bogotá. Campeonato Mundial en 1974, en Puerto Rico. Adolfo Rubén Perazzo, tras notable evolución, ha llegado a la punta de la escalera.

Imagen La tarjeta de presentación de Adolfo Rubén Perazzo: el dominio del tablero, la potencia para llegar a la pelota, el cachetazo del doble... Es un partido del Mundial de Puerto Rico. Los mexicanos García y Raga no pudieron saltar...
La tarjeta de presentación de Adolfo Rubén Perazzo: el dominio del tablero, la potencia para llegar a la pelota, el cachetazo del doble... Es un partido del Mundial de Puerto Rico. Los mexicanos García y Raga no pudieron saltar...

• "Cuando me fui a Gimnasia, salvo a Teté, no conocía a ningún jugador de basquetbol. No sabía nada de nadie. Al único que le había visto la cara era a Finito Gehrmann. Lo conocía por una figurita..."

• "En mis años de estudiante secundario también practiqué atletismo. Fui campeón provincial intercolegial en bala y disco en 1968. Y en bala llegué a ser subcampeón argentino intercolegial. Por rara casualidad me ganó un basquetbolista: el cordobés Juan Adolfo Turri."

• "Tengo la suerte de decir que a mí se me 'dio el sueño del pibe, porque orgullosamente puedo contarles que yo jugué con mi ídolo... En Gimnasia llegué a ser compañero de Teté Barreneche."

• "Me gusta todo lo que sea deporte. Practico o practiqué basquetbol, atletismo, vóleibol, natación, ajedrez, rugby, tenis, paleta, esgrima. ¿ Automovilismo...? No niego que me gusta correr... Algunas veces le sacaba el coche a mi viejo y me entreveraba en un circuito que había en Mercedes en carreras contra reloj. Mi viejo no se enteró nunca... Bueno, ahora se va a enterar cuando lea esta nota..."

• "Mi verdadera etapa formativa como jugador comenzó en Gimnasia y Esgrima La Plata. Allí aprendí todo, desde saber mover los pies hasta agarrar la pelota de la mejor manera. Tuve tres maestros: Miguel Angel Ripullone, director técnico, y Carlos González y Ernesto Gehrmann, compañeros de equipo..."

• El respeto recíproco entre los jugadores, el saber ubicarse de cada uno, la consideración para los que recién llegan, es algo vital para un equipo. Es la norma que a mí me gusta de Provincia. Es la virtud que siempre tuvo Provincia. El respeto... Y con esta norma Provincia ganó ocho Argentinos en los últimos nueve años."

Imagen Con Finito Gehrmann y el Gallego González. Compañeros en Gimnasia, en Provincia y en la Selección Argentina. Amigos y maestros.
Con Finito Gehrmann y el Gallego González. Compañeros en Gimnasia, en Provincia y en la Selección Argentina. Amigos y maestros.

▪ "Mi estirón se produjo a los trece años, cuando entraba en primer año. Crecí 20 centímetros de golpe... En mi casa se asustaron y me llevaron al médico. En esa época nació el apodo de Gurí. Por razones de crecimiento, por el hermano de Patoruzú, el de la historieta..."

• "El básquet me llevó tres veces a Europa. Fui con Gimnasia a fines del '70 y principios del '71, con el seleccionado nacional a Italia en 1972, y otra vez con el seleccionado en la reciente gira por casi toda Europa. Para mí esta última fue la mejor experiencia. Aprendí mucho; por ejemplo: que hay que salir de la rutina de que el centro es centro y el base es base..."

• "Nuestro básquetbol padece un eterno mal: su falta de continuidad..."

• "La verdad actual la tienen los que la meten para abajo, los que saltan más... Primero fue la época de los que la metían de afuera, después vino el imperio de los lungos, ahora triunfan los que la meten para abajo, que es la mejor muestra de los que saltan más, de los que tienen más fuerza, de los que tienen más piernas... Saltar, fuerza, piernas: es lo que se impone ahora."

• "Yo sé que me falta gol, que ofensivamente no rindo en la medida que insinúo... Pero hay que analizar mi trayectoria para tener una explicación a esto: siempre fui el pivote que apoyaba a Gehrmann, el de empuje... Cuando empezamos con Finito, yo le dije: «Vos preocupate por el gol, que yo voy al rebote». Y así seguimos... Mi parte siempre la hice con gusto, porque me encantaba que Finito hiciera dobles, y además tenía que ser así, dado que por naturaleza Gehrmann era el centro goleador. Pero cuando no juego con Finito y yo debo asumir su papel de centro goleador, siento la nueva responsabilidad. Creo que todo se debe a la falta de costumbre, y la adaptación debe venir con el tiempo y la experiencia..."

Imagen Obras Sanitarias. Hay mayoría de jugadores jóvenes y nos cuesta dominarnos. El equipo está en formación, pero está para gran equipo...
Obras Sanitarias. Hay mayoría de jugadores jóvenes y nos cuesta dominarnos. El equipo está en formación, pero está para gran equipo...

Año 1974. Su pase a Obras Sanitarias. Su carrera de agrimensura próxima a terminar y su empleo en el Servicio Correccional en La Plata, que lo obligan a un intenso ritmo: levantarse a las seis, trabajar de siete a trece, facultad por la tarde...Y, lógico, el básquetbol. La fama que se expande y llega a España. El interés del C. D. Vasconia, un club de Victoria que fue octavo en el último campeonato español, por contar con sus servicios. El ofrecimiento que se concreta en Puerto Rico. Las cartas donde continúan las tratativas. Una perspectiva nueva y la necesidad de decidir... ¿Qué hará el Gurí?

—Estoy en eso... Pero creo que sí, creo que me conviene ir...

 

 

Por O.R.O. (1974).

Fotos: Archivo El Gráfico.