¡Habla memoria!

1965. Primero el jugador… ¡Después los planteos que quieran!

Néstor ¨Pipo¨ Rossi fue todo un revolucionario como director técnico, en esta maravillosa nota de Osvaldo Ardizzone habla de sus inicios, de la importancia del jugador y de la táctica.

Por Redacción EG ·

10 de mayo de 2019

Néstor Rossi debe de ser el técnico más extraño del mundo. El único raro que, a pesar de estar en la raya lateral, dirige a su equipo como jugador. Como si estuviera adentro. Como si estuviera sintiendo la caricia de la pelota en los pies. Y quizá por eso grita. Por eso se desespera cuando "siente" que alguien "le pega con las empanadas"... Por eso blasfema cuando comprueba que alguien mata la pelota con "los resortes"... Por eso se pone ronco cuando algún otro en vez de hacer un muelle "pone el pecho como un ladrillo"... O "pone la herradura" en vez de pisarla delicadamente...

Toda la sensibilidad de Pipo está en eso. En el trato de la pelota. Es el intuitivo que nunca debe de haber leído un texto didáctico sobre fútbol y que se ríe burlón "de los dibujitos". Sólo siente placer contemplando cómo un jugador trata bien a la pelota. Se emborracha viendo una circulación "al toque seco y de primera". PIPO, desde la raya, está intuyendo lo que hay que hacer en tal jugada. Como lo hubiera resuelto él. DE LA UNICA MANERA LOGICA QUE SE PODRIA HABER RESUELTO.

Imagen Como jugador triunfó en River, Millonarios de Colombia y Huracán.
Como jugador triunfó en River, Millonarios de Colombia y Huracán.

La mejor clase didáctica para ver a un jugador es presenciar un partido al lado de Rossi. Siguiendo la dirección de su mirada se localiza en seguida al hombre que le llamó la atención. E inexorablemente es el tipo que tiene manejo. El que dispone de buen toque. Que "no tiene resortes". Pero no dice nada, nunca manifiesta su opinión en voz alta. 'Anda bien ese tipo, ¿no? ¿Quién es? Concurre a todos los partidos que se realizan en el país. Primera B., primera C., aficionados. En cualquier cancha puede estar Pipo mirando un partido. Y si un jugador despierta su atención, aun el más anónimo, allá va a verlo dos, tres veces. Hasta que lo convence o lo defrauda.

A Pastoriza lo había visto en una oportunidad. A Sivina, en un solo partido de B, frente a Platense, hacía casi un año. Y cuando fue a Racing los fue a buscar a los dos. "Todavía no estaban para primera. Pero podían ser. Y no son caros".

Es como el rastreador. Como el baqueano. Toda intuición. Hay pocos, incluidos los técnicos, que pueden como Pipo hacer la radiografía de un jugador. Sorprende puntualizando los defectos y las virtudes. No se le escapa nada. Puede llegar a ver lo que no ve nadie. Y sin detenerse mucho en el análisis. Él fue el primero que reparó en Menotti y se atrevió a incluirlo en un seleccionado. Y sigue creyendo en Menotti, a pesar de todos los comentarios adversos. ¨Tiene la obligación de hacer un gol por partido¨. ¨Es buen jugador y le pega una barbaridad¨. Y la noche que en River "El Flaco" rompió la red de Carrizo con los dos tiros libres, Pipo se sentía indemnizado. "¿Y... qué le parece?"

Néstor es el sibarita. El refinado que no puede razonar una jugada. Pero que tiene la sensibilidad para gustarla. Para él jugar nunca puede ser un proceso intelectual, nunca puede ser un congreso de entrenadores, ni un cenáculo de "misteriosos" que llevan portafolios o tácticas en el bolsillo. En el bolsillo de Pipo no hay nada más que un jugador de fútbol. En su misterio hay apenas la alegría de un toque, o apenas la burla de un túnel...

Imagen Su carrera como director técnico comenzó en Huracán, luego pasó a River y más adelante dirigió a la Selección Argentina en 1962.
Su carrera como director técnico comenzó en Huracán, luego pasó a River y más adelante dirigió a la Selección Argentina en 1962.

Y no se da cuenta que siendo técnico sigue siendo PIPO. Sigue siendo EL Porque hablando de fútbol sin darse cuenta hace la crónica de su manera de jugar. De su manera de enfrentar. De su manera de tocar. De su forma de pisar. De su manera de SENTIR. Y cuenta recuerdos. Habla de su primera época de River. Cuando empezó con "los maestros" de la máquina. Después Colombia... Antonio Báez, Alfredo, Adolfo... Y Pipo sueña con "el toque", la circulación, la rotación... Con todo el repertorio del fútbol. Del único, que admite. "No puede cambiar nunca", dice Néstor. "Hay uno solo. Cambian las tácticas, pero el fútbol no cambia. Pueden cambiar los jugadores. Y los jugadores pueden cambiar las tácticas".

¿QUE PASA AHORA?

"No, yo no creo en la fuerza", dice. "Creo todavía en el jugador. Creeré siempre en el jugador como base fundamental. Hay una corriente equivocada para mí, que está mirando a Europa y promueve la fuerza. Pero resulta que en Europa triunfan Di Stéfano, Sívori, Maschio, Luisito Suárez, que no tienen nada que ver con la fuerza. Hay un error de concepto. Lo que necesita el jugador para ser completo es TEMPERAMENTO. Eso es lo que nos está faltando: JUGADORES CON TEMPE-RAMENTO. Y sin darse cuenta sigue hablando de PIPO. "Allá en Lima, en aquel campeonato sudamericano del 57, a los 10 minutos Didí ya me había metido tres túneles. ¿Qué iba a hacer? Empecé a decirle cualquier cosa para achicarlo. Y cuando me quería meter el cuarto... Bueno, allí se terminó". Y ese partido se ganó 3-0. "EL TEMPERAMENTO para resolver un partido no se compra", sigue Néstor. "Viene con el hombre. Forma parte del hombre. Por ejemplo, la gente dice hoy que un túnel no sirve. Pero un túnel metido a tiempo, con sentido de oportunidad, sirve para desarmar a muchos jugadores. La fuerza sola no me interesa. Primero quiero al jugador. Apenas físicamente se puede transformarlo. Pero después de los 20 años no se puede conseguir mucho. Sólo se puede corregir. Y eso no es muy fácil. Depende mucho de la personalidad del técnico, porque para influir en el jugador primero hay que ganarlo como hombre".

Imagen Dirigió a otros grandes como Racing y Boca. En el Xeneize salió Campeón en 1965.
Dirigió a otros grandes como Racing y Boca. En el Xeneize salió Campeón en 1965.

¿COMO EMPEZO EL TÉCNICO?

Fue en el 59. Cuando se fue de River. La llamaron de Huracán para jugar y para dirigir el equipo. Y al poco tiempo a fuerza de gritos, a fuerza de blasfemias, consiguió hacer de Huracán aquel conjunto del que hablaba todo el mundo. Crosta, Sanes, Arredondo, Coco Rossi... Era un toque que empezaba desde Dante Alvarez y terminaba en Melón. Después empezaba en Melón y volvía a Dente Alvarez... Y siempre Pipo en la media cancha tocando y tocando. Y la llegada a "las 18" del enemigo. Y la imposibilidad del gol. Y vuelta a empezar la circulación, que no tenía fin, que no tenía comienzo. De Vidal a Melón y de Melón a Vidal, pasando cien veces por Pipo.

"Habíamos conseguido la primera etapa del equipo. El fundamento. Nos faltaba gol. Tuvimos la suerte de tener a Coco Rossi, que obligaba a seguir su fútbol. Pero faltaba temperamento para definir. Eso es lo que está faltando en los equipos: un par de jugadores para mandar. Un par de jugadores con TEMPERAMENTO QUE AGARREN LA MANIJA." Allí está la mejor definición de su índole: un par de jugadores para mandar. Es lo que quisiera hacer hoy Pipo: dirigir desde adentro. Gritando. Tocando. Emborrachándose de fútbol. El mismo que va a jugar todas las tardes al balneario de Núñez, con Prado, Melón, en un picado a "morir", donde Pipo sigue gritando hasta morirse...

Imagen Además de dirigir en Argentina, también lo hizo en España, Paraguay y Colombia.
Además de dirigir en Argentina, también lo hizo en España, Paraguay y Colombia.

Después lo mandó a llamar Liberti para trabajar las inferiores de River en Defensores de Belgrano. Y de golpe, por enfermedad de Ramos, se quedó con la primera... Era por el 61, cuando faltaban apenas unas fechas para terminar la temporada. Y en seguida saltaron Pepillo y Domingo Pérez. Porque no quiere velocistas, porque no quiere acróbatas, porque quiere lo que él tiene idealizado. MIDE TODO POR LO QUE FUE EL. Allí está su gran problema. LE CUESTA ADAPTARSE. LE CUESTA ADMITIR. CONTEMPORIZAR. Pero conviene en que "ese equipo de River del 62 había llegado a jugar bastante bien. En la gira caminó. Y jugamos un partido con Botafogo que fue uno de los mejores que vi en los últimos tiempos". Y uno se imagina el resto: el toque, las paredes, la pelota contra el piso... "Mucha gente está equivocada. Creen nada más que en "la cortina", incluso me la adjudican a mí. Eso cada vez sirve menos. O sirve tanto como antes. Siempre hizo falta el cambio. La corta para juntarse, pero después tiene que llegar el cambio largo para sorprender. Sólo acepto que hoy los jugadores hablan de fútbol más que antes, que lo razonan más, pero hay menos rendimiento. No por desgano. Por temperamento. Porque muchos no sienten mucho el partido. Leen todo lo que se escribe y se hacen un barullo bárbaro. Leen todos los comentarios. Lo encuentro natural. Cuando yo jugaba compraba 10 diarios sí ganábamos, y uno cuando sabía que había andado mal. Pero hoy trae confusiones tanta literatura. Pocos se preocupan por lo principal: pegarle mejor a la pelota. Un hombre quiere hacer un cambio de 30 metros y no llega. Y además lo anuncia. Le tiene que dar para el gol y no se anima a darle. Y si le da, le sale un tirito así..." Y Pipo junta el índice y el pulgar dando la sensación de tirito...

LOS PROBLEMAS

Dice que al técnico "SE LE HACE MUY DIFICIL TRABAJAR PORQUE HAY NECESIDAD DE EXITOS INMEDIATOS. HAY QUE GANAR. No hay más remedio. Y la gente cree que un equipo se forma en un mes. Allí empieza el primer problema. A mí me gusta estar arriba del jugador. Exigir. Trabajar. Pero no se puede. Los clubes tienen problemas económicos y el plantel no cobra regularmente. Y entonces se viene abajo. El entrenamiento tiene que ser una cosa alegre, donde la gente trabaje y al mismo tiempo se divierta. Pero llegan todos con los brazos caídos. Con la cara larga. Y la única preocupación común es la misma. "¿Y?... ¿Cuándo cobramos? ¿Se sabe algo?" Todo el mundo quiere imitar a Europa. ¿Por qué no empiezan por allí? Por pagar los sueldos. Por respetar al jugador. A no hacerle aguantar una amansadora de 4 horas esperando al secretario, que nunca llega con el cheque. Eso también forma parte del fútbol. El jugador tiene que vivir despreocupado para rendir. Muchos no saben porque no trasciende, pero conozco hombres del interior que prefieren la concentración para poder comer porque en la pensión ya no les fían…

 

Imagen Fue director técnico de Ferro, All Boys y Atlanta.
Fue director técnico de Ferro, All Boys y Atlanta.
 

LAS TACTICAS

No profesa ninguna religión especial. Cuando ve a un equipo que se mete adentro a defender, en seguida le brota la exclamación. "¡Pero, viejo! ¿A qué juegan éstos?" No es lírico. Pero le queda un "toque" de LO OTRO DE LO QUE EL FUE PROTAGONISTA. Quiere fútbol ofensivo. A un jugador que defiende exclusivamente prefiere uno que construya. No lo publicita. Pero lo siente. "Con jugadores le juego a cualquier táctica." Es una convicción que no puede ser derrotada. Y sale con un razonamiento extraño. "¿Sabe por qué no salen muchos jugadores? Por esos campeonatos de baby o de papi fútbol... no sé cómo le dicen... Juegan en una canchita de baldosas, con pelota blanda, y todo el mundo le da cortito. Eso no sirve para los pibes. Es necesaria la cancha de césped. La pelota oficial. La cancha grande." Y en seguida sale PIPO. "Cuando YO jugaba en la 5° y era un mocoso me tenía que levantar a las 6 de la mañana porque el partido empezaba a las 8. Y había que darle con el pasto mojado, con la pelota pesada por el rocío. ¿Acaso sabía que iba a jugar en primera alguna vez? Iba porque me gustaba." Como le sigue gustando todavía. Se ciñe con la faja de nylon y "le da" todos los días en Núñez. Y muy seguido va con los veteranos de River o de Huracán a jugar a cualquier parte... Igual que antes. Parado en el centro de la cancha. Gritando. Blasfemando. Tocando. Pisando. Hace poco fue a jugar un partido en una cancha de Ezeiza contra un equipo de jovencitos con los veteranos de River. La agarró y la tuvo los primeros 45m, enganchado en el toque sin darse cuenta que las piernas y la cintura se doblaban... Cuando terminó el primer tiempo las 1.000 personas que miraban el partido estallaron en un aplauso. Pipo salió caminando, tomándose la cadera y resoplando, pero no quería aflojar. "Anda vos, Spada. Jugá un cachito", le dijo... Y se cayó "muerto"...

"¿A usted no le parece que los pibes no juegan al fútbol porque tienen mucha plata para diversiones? Mire, usted los oye hablar y todos parecen sabios. Hablan de fútbol como si la "rompieran" Después uno mira cómo le pegan y vuelve loco..." Y es cierto. Se vuelve loco. Le sale un ¡"Uuuh..."! de sor presa que aflora en seguida, no bien botín del atrevido toma contacto con pelota... ¡No! Este fútbol de ahora me gusta. Y ¡oiga!, que yo no soy viejo... Le hablo de anteayer. Esto no me convence. Se habla mucho pero no se juega. FUERZA. GARRA. EMPUJE. PERO OTRO ASUNTO NO VA... ¡NO VA...!

Imagen Su último año como director técnico fue en 1982, cuando estaba al frente de Atlanta.
Su último año como director técnico fue en 1982, cuando estaba al frente de Atlanta.

Ahora no tiene actividad. Después problema Racing hace ocio elegante. Los pibes, la mujer, el río. El Valiant. Y pronto pasará a ser comerciante. Siempre cerca de River. Frente al Monumental, dos cuadras de su casa, va a inaugurar una confitería nocturna. Está "condenado" a vivir siempre frente al club su fama, a admitir que todos los dicen tipos, desde el automóvil, le griten "¡Che Pipo, ¿por qué no haces una baja y agarrás la D.T.? ¿Así querés River?" Y la boca de Néstor ensaya mismo movimiento de labios que se adivinaba en la cancha. En esa misma cancha que ve todos los días, desde que se levanta hasta que se acuesta, cuando era CENTROJAS, el mismo "centrojas" que pretende ahora. Porque Pipo apenas si admite el 4-2-4... "Eso que hacen todos ahora." Porque piensa que con un PIPO no haría falta más que uno en la media cancha. "¿Para qué dos?" Y sigue el razonamiento. "Los insiders tirados atrás. El N° 2 que apriete. El 6 que haga la diagonal. Y listo. Después hay que hacer caminar nada más que la pelota. Y habla pensando en PIPO, en aquel River, en Millonarios, en los jugadores que él tiene IDEALIZADOS, EN EL EQUIPO QUE SE PODRIA ARMAR PARA DESTRO ZAR TODAS LAS TACTICAS QUE QUIEREN ENFRENTARSE CON SU TOQUE, SU CIRCULACION, CON LA CORTA, LA LARGA. "ESO NO CAMBIA NUNCA. LA BASE DE TODO ES EL JUGADOR. Y EL FÚTBOL ES ESO: JUGADOR. DESPUES SI… TODAS LAS COMBINACIONES QUE QUIERAN! ¡YO TAMBIEN HAGO PLANTEOS SEGUN LOS PARTIDOS...!"

 

Por Osvaldo Ardizzone.