¡Habla memoria!

1971. Bianchi: el señor gol

Por la fecha 16 del Metropolitano, Vélez goleó por 5 a 0 a Platense con 3 anotaciones de Carlos. La grata sorpresa de su irrupción en Primera empezaba a ser “cosa seria”. Y por eso, esta página para él.

Por Redacción EG ·

04 de octubre de 2018

Ya es ídolo. Ya está hondamente metido en esa hinchada que lo sigue, que lo estimula, que lo defiende "a muerte". Sin alcanzar esa máxima escala de aptitudes que definen al crack, sin agotar los ojos de la tribuna con las sutilezas del profundamente dotado, pero llenando de goles los resultados. Yendo siempre a la disputa de la pelota dentro del área con la mente despierta y los músculos preparados para la carrera que busca el camino más corto que conduce a la red.

Y el domingo fue nuevamente decisivo en el resultado, porque marcó un desnivel que no existió en el juego. Volvió la imagen del goleador. La que todos queremos para que los partidos tengan el voltaje emotivo que llena estadios. ¿Que le falta el manejo armonioso y elegante que da la perfección técnica? ¿Que no tiene una pegada perfecta? De acuerdo. Pero eso lo compensa con otras condiciones que definen al atacante neto. Pujanza, prodigalidad para picar y llegar como el más fiel exponente del hombre que siempre está ahí para darle a su equipo la cuota de gol que necesita.

Imagen Bianchi en busca del arco frente a Platense. Cottón, Lamberti y 3 conquistas suyas para la goleada por 5 a 0.
Bianchi en busca del arco frente a Platense. Cottón, Lamberti y 3 conquistas suyas para la goleada por 5 a 0.


Y esta vez fueron tres. El primero con un frentazo de pique al suelo. El segundo con un zurdazo rasante al palo opuesto que había salido a tapar Barboza. Y el tercero, logrado con el fundamento de su olfato para encontrarla y mandarla adentro cuando está cerca, evitando la estirada del arquero y el cruce de Cardaci. Todo con fervor, con esfuerzo, con decisión y con sensibilidad de goleador. Es jugador de resultados, como nos dijera en los vestuarios después de terminado el partido.

No tiene nada que ver con los exquisitos, pero es fundamental donde concluye la capacidad de los habilidosos. Muy importante en esa generosa inclinación para entrar por los laterales, por el medio o por donde sea. En ese infatigable tesón para ir arriba a buscar pelotas que llegan a la aglomeración. En esa enorme riqueza física para enfrentar las marcas más duras y defender la posesión de la pelota para aparecer bruscamente y con singular fulgor en neta posición de gol. Sí, Carlos Bianchi es sinónimo de gol. Un profesional que domingo a domingo demuestra que su firme presente se proyecta hacia un rutilante futuro de ovaciones. Un profesional que ya entró de nuevo pisando firme en 1971. Siga así, Carlitos. Su fútbol potente y agresivo tiene que servir de ejemplo. . .Tiene que contagiarse. ..