¡Habla memoria!

Pintar al fútbol

Los grandes artistas supieron plasmar en pinturas la emoción de estadios, jugadores e hinchadas. Aquí, un repaso de algunas obras emblemáticas y otras que también podrían serlo.

Por Redacción EG ·

10 de marzo de 2017
Imagen Antonio Berni pintó "Club Atlético Nueva Chicago" en 1937. El rosarino fue un notable pintor, grabador y muralista.
Antonio Berni pintó "Club Atlético Nueva Chicago" en 1937. El rosarino fue un notable pintor, grabador y muralista.
Cuando el chileno Manuel Pellegrini dejó de dirigir al Manchester City, el dueño del club, Sheikh Mansour, y el presidente, Khaldoon Al Mubarak, le hicieron un regalo increíble: la obra “Going to the match” (“Yendo al partido”, en español), del pintor inglés Laurence Stephen Lowry. Está fechada en 1928 y tasada en aproximadamente 7 millones de euros. Fue en reconocimiento a sus muy buenos tres años al frente del equipo del que también era hincha Lowry, fallecido en 1976. “Going to the match” es una de las pinturas más emblemáticas en lo que se refiere al fútbol como tema. En ella se observa un típico estadio inglés –el Burnden Park, del Bolton Wanderes– con una tribuna cabecera repleta y gente en los alrededores.

A Lowry le interesaban los movimientos sociales de su ciudad. Sobre todo el ambiente obrero, al que reflejaba en sus actividades recreativas o de descanso laboral. Fábricas, puertos, ferias domingueras y, claro, el fútbol. Algunos críticos lo calificaron como un artista “dominguero” por su tendencia a reflejar los paseos de la clase trabajadora de Manchester. Lowry insistió con el fútbol: en 1949 pintó “The football match” (“El partido de fútbol”), que llegó a subastarse en 2011 por 6,2 millones de euros y que refleja un encuentro visto desde atrás de uno de los arcos; y también, en 1953, “Football ground” (“Campo de fútbol”), una cancha sin tribunas, pero rodeada de espectadores: en sus alrededores abundan las chimeneas en funcionamiento. El artista plástico Pablo Picasso lo admiraba. Incluso compró algunas de sus obras, compuestas por alrededor de 1000 pinturas y 8000 dibujos.

Lowry no fue el único que incursionó en pintura y fútbol. La lista de artistas que se le animaron a este deporte es enorme y tiene referentes de primer nivel. El fútbol empezó a ser pintado al mismo tiempo que comenzaba a desarrollarse. A veces al estilo Lowry –como movimiento social– y otras reflejando simplemente la pelota, un partido determinado, clubes o a los ídolos: Diego Maradona, Lionel Messi, Zinedine Zidane o el mismo Pelé, entre otros.

En su “Football” (de 1839), Thomas Webster pintó partidos de los clásicos Martes de Carnaval del siglo XII, cuando se jugaba con una vejiga de cerdo. Thomas Hemy homenajeó al Sunderland campeón de 1892, 1893 y 1895 con su “Sunderland vs. Aston Villa”, de 1895.

Otra obra singular es la del francés Robert Victor Félix Delaunay. También se llama “Football” y fue creada en 1917. Delaunay –que además reflejó otras actividades deportivas como el rugby– está considerado uno de los mayores impulsores del llamado “orfismo”, basado en colores brillantes y formas circulares.

Imagen Cuadro de Thomas Hemy que representa un partido entre el Sunderland, su equipo, y el Aston Villa, de 1895.
Cuadro de Thomas Hemy que representa un partido entre el Sunderland, su equipo, y el Aston Villa, de 1895.
Nacido en San Petersburgo en 1914, Nicolás de Staël supo de chico lo que es el exilio. Se fue a Polonia con su familia, tras la muerte de sus padres se marchó a Bruselas y después, de adulto, a París. Su vida es fascinante, aunque corta: acosado por la depresión, se suicidó en 1955, a sus 41 años. Poco pudo disfrutar de su éxito como pintor, que le llegó tarde. El 26 de marzo de 1952 presenció un partido nocturno entre Francia y Suecia, en el Parque de los Príncipes, en París. Eso lo motivó a pintar “Los futbolistas”. Luego continuaría con la temática.

Una pintura genial es “Just another bloody saturday” (“Otro sábado sangriento”), del londinense Peter Howson, nacido en 1958. En esta imagen, oscura y moderna, se refleja la violencia en el fútbol de los recientes 80. Howson comenzó a pintar a sus seis años, en Escocia, a donde se fue a vivir con sus padres. De adulto, se haría artista de guerra.

Nacido en 1903 en una hacienda pobre de San Pablo, Brasil, Cándido Portinari quedó impresionado desde chico con los pies de los labradores. “Pies deformes, que pueden contar una historia, semejantes a los mapas con montes, valles, ríos y caminos”, contaría de adulto. Su “Fútbol” es de 1935 y representa el lugar en que vivió su infancia. En la imagen, unos chicos juegan a la pelota sobre tierra roja en una zona rural. Las diferencias sociales fueron uno de los ejes de su obra.

Otro de los cuadros tradicionales en materia deportiva es el del italiano Carlo Carrá, uno de los principales transformadores de la pintura con su estilo futurista. Anarquista primero, ultranacionalista después, vivió en París y en Londres. Su vida fue movimiento constante. El fútbol también le interesó. En 1934 pintó “Partido de fútbol”, un homenaje al seleccionado italiano campeón del mundo en ese mismo año.

Dicen que Renato Gattuso es el primer representante italiano del expresionismo. Incentivado por su padre, empezó a pintar desde niño. Su denominado “arte social” abarca también al fútbol. “Futbolistas” es de 1965. Los músculos para destacar la figura atlética van en desmedro de mostrar las caras de los protagonistas. También italiano, pero nacido en Calabria en 1882, Umberto Boccioni apuntó a liberarse de las tradiciones. La ciudad y la caótica vida cotidiana figuraban entre sus trabajos. Y el deporte. Pintó al fútbol y al ciclismo, dos pasiones italianas que aparecen en “Dinamismo di un giocatore di calcio”, de 1911 (“Dinamismo de un jugador de fútbol”), y en “Dinamismo di un ciclista”, de 1913 (“Dinamismo de un ciclista”).

Imagen "Maradona y la hinchada", acrílico sobre tela de Diego Manuel Rodríguez, artista plástico y escultor argentino.
"Maradona y la hinchada", acrílico sobre tela de Diego Manuel Rodríguez, artista plástico y escultor argentino.
Un caso raro era el del chileno Nemesio Antúnez (1918-1993): pintaba mientras escuchaba los relatos radiales de los partidos porque le generaban emociones para llevar a cabo sus obras. Las canchas, para él, eran espacios de libertad.

Vinculado al denominado “pop art”, el español Eduardo Arroyo Rodríguez (Madrid, 1937) pintó “Estadio de fútbol”, donde muestra coloridas hileras de asientos. Experiodista, vivió en París para huir del franquismo. Además, dedicó trabajos a los boxeadores, a los que resaltaba como seres vencidos.

Catalán nacido en 1927, Francesc Vila Rufas, Cesc, es considerado uno de los grandes humoristas gráficos de España que, ya de grande, se dedicó a la pintura. Su temática era la vida cotidiana; en ella, el fútbol. “El partido” es tal vez su trabajo más emblemático: de espaldas se ve a cuatro espectadores parados. Sobre ellos, la pelota.

El alemán Dieter Asmus le dedicó una pintura al gol: “El guardameta”, de 1970. Lo simbólico es que está inspirada en Ringo Bonavena. La historia se remonta a 1967, cuando al boxeador argentino le tomaron una foto tirado en el suelo: Bonavena, afecto a las teatralizaciones, mostraba a los periodistas cómo caería su rival Karl Mildenberger (Alemania) en una pelea que se disputaría el 16 de septiembre de ese año en tierra germana. Ringo se quedó con la victoria y, tal como presagiaba, su rival cayó varias veces. Asmus eligió, tres años después, la misma pose del argentino ante la prensa para pintar sobre fútbol. Una pelota gigante en comparación con un arquero pequeño, caído, le dieron dramatismo a su trabajo.

 

Imagen Rodríguez en una muestra de sus numerosas obras con neto anclaje futbolero.
Rodríguez en una muestra de sus numerosas obras con neto anclaje futbolero.
Al también alemán Félix Reidenbach le llevó 40 días llenar de fútbol el techo de la estación central de Colonia, Alemania. Fueron 2750 metros cuadrados pagados por Adidas ante la inminencia del Mundial de 2006. Los jugadores están en un marco celestial. La obra quedó espectacular. Los argentinos que aparecen son Lionel Messi –en su primer Mundial– y Juan Román Riquelme. Se les suman David Beckham, Zinedine Zidane (protagonista del torneo), Raúl y Kaká, entre otros. El trabajo se basa en “La apoteosis de San Ignacio de Loyola” (1685), de Andrea Pozzo.

Autor de más de 4000 obras, el colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932) –pintor y escultor de obras sumamente características– reflejó la tauromaquia, la vida cotidiana y la violencia. “Niños jugando al fútbol” es una muestra de que además le interesaba el fútbol.

La lista es interminable. Hilary-Senhanli con "Los espectadores de fútbol", Glen Green con “Disparo” y “Remate de volea”, Hans Herni con “Fútbol”, Guillermo Martí Ceballos con “Jugador del Barcelona”, Todd White con “Tattooing footballs” y William Reginald con “Howe browne’s Wembley” también merecen una mención.

Y vale incorporar al español Pablo Picasso, hincha del Barcelona, quien hizo una escultura de 28 centímetros llamada “Footballeur”, que data de comienzos de los años sesenta.

El norteamericano Andy Warhol fue uno de los artistas más influyentes del Siglo XX. Impuso estilo en varias ramas; entre ellas, la pintura. En los setenta, trabajó, Polaroid en mano, en la denominada “The athletes series”, con la que buscaba popularizar el arte, algo que ya había hecho con otros íconos culturales como John Lennon, Mick Jagger y Marilyn Monroe. Compuso diez pinturas de deportistas famosos: O. J. Simpson, Muhammad Alí, Chris Evert, Willie Shoemaker, Dorothy Hamill, Jack Nicklaus, Tom Seaver, Karem Abdul-Jabbar, Rod Gilbert y Pelé, quien jugaba en el New York Cosmos. Esa foto del brasileño se volvió icónica. “Realmente fue una gran alegría para mí haber conocido a Andy Warhol. El se me acercó y me dijo que me admiraba y que quería trabajar conmigo. Cuando el protagonista principal del movimiento del arte popular te pide que poses para él, no dices que no”, contó –humilde como siempre– Edson Arantes Do Nascimento.


Imagen "Yendo al partido", de Laurence Lowry.
"Yendo al partido", de Laurence Lowry.
LOS ARGENTINOS
Rosarino e hincha de Colón de Santa Fe, Antonio Berni fue otro de los que incursionaron en este deporte. Lo hizo en 1954 con “Team de fútbol” o “Campeones de barrio”, una imagen típica de aquel entonces, con pibes de diferentes ropas posando con una pelota. Antes, en 1937, realizó también al óleo “Club Atlético Nueva Chicago”, donde refleja lo popular a través de chicos humildes. Tampoco falta la pelota.

“Cuando pinto algo relacionado con el fútbol, como retratos de jugadores o posters para algún evento, trato de transmitirle al observador las mismas sensaciones que emana este deporte, que para mí son pasión, riesgo e incertidumbre, entre otras”, le dice a El Gráfico, desde Los Angeles, donde vive, el artista plástico argentino Fabián Pérez, reconocido internacionalmente. En sus obras –que se exponen en las galerías más importantes– abundan hombres solos que, fumando o bebiendo, esperan o piensan. También, mujeres tremendamente seductoras. Y fútbol.

Sus retratos al óleo de Messi son ejemplos. El jugador tiene uno en su colección privada. Pérez habla de amistad, pero dice: “Me encantaría conocerlo, ya que disfruto mucho de verlo jugar, al punto de que me emociona. Tuve la suerte de colaborar con su Fundación. Pinté su retrato y usé de referencia unas fotos que la misma Fundación me proveyó. El propósito fue vender el retrato de Leo para recaudar fondos para la Fundación Leo Messi. También hice dos copias de ese mismo retrato. Tengo entendido que una la tiene el propio Leo y la otra está en una sección de deportes de la Casa Rosada. Leo me mandó una camiseta de la Selección firmada por él y dedicada para mis tres hijitos, Camila, Tiago y Santino”.

Para Pérez, pintar a Messi con la camiseta argentina “fue un honor”. Y continúa: “Mi sueño es que pose un par de horas para mí. En ese caso yo podría elegir la pose que más lo beneficie y captar mejor su esencia, que es lo que trato de hacer. En realidad, pinto el cuerpo para retratar el alma”.

Pérez además retrató a Carlos Tevez e hizo trabajos para la Copa América 2011, que se jugó en Argentina. “Aunque los trabajos de mayor repercusión en mi carrera basados en el deporte fueron los posters para las Olimpiadas de Invierno de Vancouver 2010 y las Olimpiadas de Londres de 2012”.

“Pinto fútbol porque me apasiona. Soy un admirador de las grandes ligas. Me gustan varios clubes, pero sobre todo soy hincha de los jugadores, porque son los verdaderos protagonistas, y los sigo viendo aunque cambien de equipo. Disfruto de los buenos partidos y de los grandes jugadores”, agrega Pérez.

Imagen Messi, según el argentino Fabián Pérez.
Messi, según el argentino Fabián Pérez.
Artista plástico, escultor y pintor argentino, Diego Manuel Rodríguez ilustró playas, ciudades, escenas románticas y artistas populares como Mick Jagger, el Che Guevara, Gustavo Ceratti, Evita, Charly García, Andrés Calamaro y, sobre todo, Lionel Messi y Diego Maradona. De origen platense, refleja una obra variada a través de Gimnasia y Esgrima La Plata, Estudiantes, River, Boca, barras y partidos clásicos. “El fútbol y lo que genera tienen todo lo necesario para ser un género artístico”, le dice a El Gráfico. Y justifica: “Para mí, el fútbol está ligado a bellos recuerdos de mi niñez, cuando mi padre me llevaba a la vieja cancha de tablones de Gimnasia. Verlo feliz, rodeado de amigos en esa tribuna escarpada, de grandes vacíos entre tablón y tablón… y a otros recuerdos intensos, como cuando Diego le ganó a los ingleses con la Mano de Dios. De alguna forma uso estos recuerdos tan emotivos como material para mis pinturas”.

Su primer trabajo fue un Boca-River, que se lo vendió a un coleccionista de Miami. Desde entonces, no paró. Hace un año que trabaja con una ilustración de la hinchada de Independiente. A esta altura, cuenta, ya se define como “hincha del fútbol” más que de un equipo en particular. Aunque lleva en el alma la camiseta de la Selección. En cuanto a ídolos, Maradona y Messi están primeros. Por eso los refleja tan seguido. Aún le sorprende la reacción de la gente ante sus trabajos: “Lo más interesante es ver las miradas, las caras de asombro, las risas, cómo se movilizan algunos ante las pinturas. Y se me produce un gran movimiento interno cuando alguien del público elije una obra, ya sea para comentar, preguntar su precio o comprarla: en ese momento entiendo que mi mensaje llegó. Me da mucha curiosidad algo que nunca voy a saber en realidad: ¿qué provocó en esa persona determinada imagen?, ¿qué entendió?, ¿qué vio en ella? ¿Vio y sintió lo mismo que yo?”.

Sobre los prejuicios arte-fútbol considera que “se puede escribir una buena historia que transcurra en una lejana playa de Estados Unidos e igualmente el escenario puede ser la tribuna de La Bombonera. Se puede ser igualmente innovador o profundo. Quizás lo esencial en el arte sea lo que no vemos en primer plano o en una primera mirada. Pintar o esculpir sobre los deportes o realizar figuras y retratos de deportistas es uno de los géneros artísticos más antiguos: ya en la pintura rupestre se pintaban cacerías; y hasta las esculturas de atletas eran muy comunes en la antigua Grecia”.

Imagen "Partido de fútbol", de Carlo Carrá, de 1934.
"Partido de fútbol", de Carlo Carrá, de 1934.
“Maradona, para el mundo del fútbol, es algo así como un semidiós. Lo mismo para Messi. Que por suerte está en plenitud. Tenemos que darnos cuenta de una vez por todas lo favorecidos que hemos sido en la historia de este deporte al tener estos inmensos jugadores vistiendo nuestra bandera. Lo que darían los otros hinchas del fútbol mundial por sentir eso, más allá de que se gane o se pierda. Messi ya es una leyenda. Ambos ya están en la memoria emotiva de millones de personas”.

Lo interesante del cruce entre dos mundos tan emblemáticos como la pintura y el fútbol es que, al juntarse, dejan en claro que no son opuestos. Por el contrario, uno puede ser el puente para acercarse al otro. Y en ese cruce abundan historias y emociones que bien vale conocer.

Por Alejandro Duchini

Nota publicada en la edición de febrero de 2017 de El Gráfico