Argentinos en Río
Pareto: "La gente tenía más fe en mí que yo misma"
La ganadora de la medalla de oro en Judo agradeció el apoyo que recibió antes y después de la competencia.
Por Redacción EG ·
10 de agosto de 2016
La judoca de oro Paula Pareto resaltó el apoyo y el aguante de su familia a lo largo de tantos años y agradeció el apoyo de la gente, en una entrevista con la agencia Télam.
Pareto, que en Río de Janeiro se convirtió en leyenda del deporte argentino por ser la primera mujer en ganar una medalla dorada en los Juegos Olímpicos, agregó sobre sus seres queridos: “Siempre se los necesita. Es con quienes quiero compatir esta medalla porque son los que siempre estuvieron al lado mío. Son los que hicieron posible que esto pase, porque son parte del equipo que lo logró. Quiero disfrutarlo con ellos”.
En Río de Janeiro, ciudad a la que llegó con varios días de anticipación junto a Laura Martinel, su entrenadora, y a Oritia González, su sparring, la Peque contó con el aliento de su madre (Mirta), su papá (Aldo), sus hermanos y una docena de amigos y amigas.
“Me parece que en este torneo en particular la diferencia la hizo la gente que estaba alentando y puso fe. La gente tenía más fe en mí que yo misma, eso hizo la diferencia y se los agradezco”, se sinceró.
Y agregó: “No es que yo salí a luchar pensando en perder, pero esa buena energía que había en ese lugar hizo la diferencia. En esta clase de torneos, esas cosas pueden ayudar a lograr la medalla de oro”.
Pareto, que en Río de Janeiro se convirtió en leyenda del deporte argentino por ser la primera mujer en ganar una medalla dorada en los Juegos Olímpicos, agregó sobre sus seres queridos: “Siempre se los necesita. Es con quienes quiero compatir esta medalla porque son los que siempre estuvieron al lado mío. Son los que hicieron posible que esto pase, porque son parte del equipo que lo logró. Quiero disfrutarlo con ellos”.
En Río de Janeiro, ciudad a la que llegó con varios días de anticipación junto a Laura Martinel, su entrenadora, y a Oritia González, su sparring, la Peque contó con el aliento de su madre (Mirta), su papá (Aldo), sus hermanos y una docena de amigos y amigas.
“Me parece que en este torneo en particular la diferencia la hizo la gente que estaba alentando y puso fe. La gente tenía más fe en mí que yo misma, eso hizo la diferencia y se los agradezco”, se sinceró.
Y agregó: “No es que yo salí a luchar pensando en perder, pero esa buena energía que había en ese lugar hizo la diferencia. En esta clase de torneos, esas cosas pueden ayudar a lograr la medalla de oro”.
