Memoria emotiva

BARRIO, ESQUINA Y SELECCIÓN

Hace 30 años Alfio Basile era elegido como el nuevo entrenador de la Selección Argentina, en el primero de sus dos ciclos. Más cercano a César Menotti que a Carlos Bilardo, repasamos la historia de un tipo con códigos.

Por Pablo Bomarito ·

11 de octubre de 2020

Chile 1991, el día después


-Decime, en ese momento, cuando te levantas del banco, ya campeón, ¿qué pasa por la cabeza de un hombre?
-La familia, siempre la familia... Después los amigos, la gente que uno conoce y quiere de toda la vida. Y mi viejo, sabés, apareció mi viejo. Pobre, anda mal, desde que murió la vieja, el año pasado, quedó muy triste. Me muero por volver a Buenos Aires, ir a tocarle el timbre en el departamento de Caballito, darle un abrazo y sentarme con él a tomar unos mates...
Para Basile esa primera gran conquista tenía una emoción extra. La última vez, él la había ganado como jugador en el año 1959. De allí hasta ese 1991 en Chile, le fue esquiva a la Argentina.
Imagen Basile campeón en Chile 1991, primera misión cumplida.
Basile campeón en Chile 1991, primera misión cumplida.
 

Porteño por adopción

Alfio Basile nació en Bahía Blanca el 1 de noviembre de 1943. Los primeros palotes como jugador los hizo en el Club Bella Vista. Llegó a las inferiores de Racing Club a los 15 años, donde forjó una gran amistad con Roberto Perfumo, con el que más tarde fue compañero de dupla central. Debutó en 1964, y dos años después, ganaron todo lo que se podía ganar: Campeonato local 1966, la Copa Libertadores 1967 al igual que la Intercontinental de ese año.
En 1970 pasó a Huracán, donde fue figura del título de 1973 con César Luis Menotti como entrenador. Se retiró en el club de Parque Patricios en 1975, por sus problemas de rodillas.

El cielo al alcance de la mano

El subcampeonato en el Mundial 1990 fue el fin de un ciclo. Carlos Bilardo renunció a la dirección técnica y con mucha razón: Campeon en Mexico 86’y segundo en Italia, ¿Qué más podía hacer?.
Julio Grondona sabía que debía encarar una reconstrucción y tenía que elegir bien al arquitecto encargado.
Alfio Basile era el técnico del momento. Su Racing había sido campeón de la Supercopa e Interamericana 1988, con fútbol, personalidad y entrega. La relación era cercana con los jugadores. El “Coco” era un cultor de la “nuestra”, no tan europeo a la hora de jugar.
En rigor a la verdad, Basile ya había trabajado para la selección: "Fui alcahuete de (César Luis) Menotti. Un poquitito salí campeón. Yo pasaba todos los informes de los rivales sin cobrar un sope, ad honorem, leía todo, no había computadora, no había celular, no había nada...", declaró en las “Historias de El Gráfico”, por TNT Sports.

Imagen Basile dando indicaciones, siempre un espectáculo aparte.
Basile dando indicaciones, siempre un espectáculo aparte.

Los tuyos, los míos, los nuestros

Lo primero importante por delante era la Copa América de 1991, en Chile. La idea original fue reunir a algunos de los sobrevivientes del Mundial, rodear a Diego Maradona -si es que se arrepentía de su renuncia post Mundial- y encarar la renovación. El primer banco de prueba fue un amistoso frente Hungría en Rosario. El 19 de febrero de 1991, Basile cosechó su primera victoria, con goles de Darío Franco y Antonio Mohamed.

Los primeros once fueron:

Goycochea; Basualdo, Gamboa, Ruggeri y Carlos Enrique; Darío Franco, Villarreal y Bisconti; Latorre; Medina Bello y Mohamed. Además convocó a Alejandro Lanari, Nestor Fabbri, Dante Unali, Gustavo Zapata, Leonardo Astrada, Claudio Spontón, Victor Hugo Ferreyra, Sergio Vázquez, Fernando Cáceres, Ricardo Altamirano, Gerardo Martino, Carlos Alfaro Moreno y Ariel Boldrini.
El cambio era cultural, mas allá de su impronta como técnico. Se abandonaba el 3-5-2 de Carlos Bilardo, por el 4-4-2 (casi genético) del jugador argentino.
Sin embargo, no todo fue un lecho de rosas. Previo a la Copa América 1991, Diego Maradona fue doping positivo en el fútbol italiano tras el partido con Bari, el 15 de marzo de ese año. Quince meses de sanción. El as de espadas estaba fuera de combate.

Fantasistas y luchadores

Más allá de la perdida de Diego, la camiseta “10” no era para cualquiera. El que se la pusiera sentiría el rigor de pripios y ajenos, aunque había un candidato. En un almuerzo en el Predio de la AFA, muy a lo Basile, el técnico desafíó al veterano de 21 años:

-¿Vos te animás a jugar con la 10?
"¡Seguro, cómo no me voy a animar!" 

Imagen Basile y Simeone en la copa América de Chile 1991. Jugador símbolo de el
Basile y Simeone en la copa América de Chile 1991. Jugador símbolo de el
El que respondió fue Diego Simeone. Un luchador, un obsesivo de la táctica, estrategia y entrega, una ironía del destino: Basile eligio para darle la "10" a un jugador que tranquilamente, podría haber sido emblema de Carlos Bilardo.
Esa seleccíon bicampeona de América en 1991 y 1993 fue la base de todo lo bueno y malo que vendría despúes.

Sólo nos salva D10S

El invicto de los 33 partidos se cortó justo en las Eliminatorias camino a USA '94, el 15 de agosto de 1993, con la derrota por 2 a 1 en Barranquilla. Basile ya había advertido el poderío colombiano en la Copa América, dos años antes: "Yo vengo hablando de ellos desde que llegué a Chile. Ese tic-tac parece inofensivo, pero cuando agarran la pelota te pueden pintar la cara."

Y así fue. La profecía se cumplió el 5 de septiembre de 1993 en cancha de River Plate. El 5-0, como buenos argentinos, nos hizo pensar que había que cambiar todo. La clasificación mundialista nuevamente en riesgo, hizo tronar el clamor popular por el héroe caído: Diego Maradona.
De allí al repechaje contra Australia. El primer partido en la madrugada argetnina, el sufrimiento indigno para nuestro linaje futbolístico y el alivio.

Imagen Basile y Maradona en conferencia, Diego había vuelto para ayudar, como siempre al pie del cañon de la selección.
Basile y Maradona en conferencia, Diego había vuelto para ayudar, como siempre al pie del cañon de la selección.

El primer final


La pregunta siempre está en el aire, si a Diego no le pasaba lo que le pasó: ¿Cómo hubiera terminado la historia?
Imagen El "Coco" habla, ellos escuchan. Uno de los entrenamientos en USA 1994.
El "Coco" habla, ellos escuchan. Uno de los entrenamientos en USA 1994.
Será imposible saberlo, pero esa selección estaba para grandes cosas. Simeone, Redondo, Maradona, Caniggia, Balbo, Batistuta, la “nuestra” en su más alta exposición.

Después de la eliminación en suelo nortamericano, el ciclo de Alfio Basile se terminó, habiendo dejado 4 titulos: las 2 Copas América, una Copa de las Confederaciones, y la Copa Artemio Franchi.

Imagen Estados Unidos 1994, las cosas no salieron como estaban pensadas.
Estados Unidos 1994, las cosas no salieron como estaban pensadas.

Segundas partes...

Después, más adelante, en el año 2006, Alfio Basile tuvo su revancha. Con puntos altos, pero no tan brillante como el primer ciclo, su logro en esta etapa fue el subcampeonato en la Copa América de Venezuela, que terminó con un contundente 3-0 de Brasil en 2007.

Imagen Basile y Messi en las eliminatorias para el Mundial 2010
Basile y Messi en las eliminatorias para el Mundial 2010

Pero el tiempo pasa para todos, las maneras cambian, las formas varían. En octubre de 2008, tras perder por primera vez en Chile por Eliminatorias, el “Coco” abandonó el cargo sin llegar a completar el ciclo. Mucho se dijo de lo que pasó y quizás nunca se sepa la realidad, al menos en boca de Alfio Basile.
La voz ronca, el pelo tirante para atrás, el cigarrillo en la boca, las miradas con el “Panadero” son una marca registrada del fútbol argentino.
Pasaron 30 años y en retrospectiva, el “Coco” pasó la prueba, con hombría, honestidad y sin traicionar la “suya”, que es “la nuestra”.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio