Memoria emotiva

LA ÚLTIMA TARANTELA

Hace 30 años Diego Maradona obtenía su último título con el Napoli. Después del Mundial 90, la victoria ante la Juventus por la Supercopa Italiana, era al menos un remendón en ese presente. Repasamos la última gran fiesta en Nápoles.

Por Pablo Bomarito ·

01 de septiembre de 2020

El orígen de los dioses

Más allá de hablar primero de la génesis de la competencia, hay que hacer una salvedad. A finales de los '80 y principios de los '90, el Calcio mandaba a nivel mundial. Los mejores jugadores, los mejores técnicos, todo se centraba allí. El Milan era el Barcelona de la época, salvando las distancias estéticas de su fútbol, los de Arrigo Sacchi eran invencibles. Tres holandeses mandaban: Ruud Gullit, Frank Rijkaard y Maco Van Basten.
La Supercopa nació en 1988, con la idea de celebrarse en cada inicio de temporada. El campeón de la Copa Italia, se enfrentaba al campeón de la Liga. En su primera edición y a causa de los juegos Olímpicos de Seúl 1988, la misma se jugó el 14 de Junio de 1989. Allí se enfrentaron el Milan, campeón de Italia, y la Sampdoria, campeón de la Copa. El equipo milanés se impuso por 3 a 1 , quedándose así con la primera edición del torneo.
En 1989, el Inter se quedó con el "scudetto" y también con la Supercopa. Fue 2-0, otra vez y otra vez la Sampdoria se quedó a las puertas de ganarla.

El turno de Nápoles

En 1990, el "San Paolo" y Diego Maradona iban a vivir una definición más. El 3 de julio de ese año, Diego junto la Selección Argentina habían protagonizado la sorpresa del mundial. Italia cayó por penales y se quedó afuera en SU casa, validando la profecía que se pregonaba en el sur de Italia: “El que nos dio todo, nos quiere dejar sin nada”.
Esta vez la historia era distinta, 56 días más tarde del naufragio de la “azzurra”,  Maradona volvía como capitán del Nápoles, y último ganador del scudetto. Enfrente, la Juventus, campeón de la Copa de Italia. Otra vez se partía el país. El Sur contra el norte, ya no Nápoles contra Italia...

30 años no son nada

Esa noche el mundo se paralizó. Cuando Maradona saltó al campo de juego y todo volvía a estar bien. Napoles y el San Paolo recibían a su titán enfundado en sus colores, lo cual para ellos era todo.    
El experimentado Carlo Longhi fue quien arbitró el encuentro. Napoli, con sus gladiadores de mil batallas: Maradona, Alemao y Careca. La “Vechia Signora” tenía los suyos: Stefano Tacconi, el recién llegado Roberto Baggio, el aleman Thomas Hässler, recinte campeón del mundo, y el goleador del mundial Salvatore Schilacci. Así formaron ambos equipos:

Napoli: Giovanni Galli; Ciro Ferrara, Giovanni Francini, Marco Baroni, Giancarlo Corradini; Fernando De Napoli, Alemão, Massimo Crippa, Diego Maradona © ; Careca y Andrea Silenzi
DT: Alberto Bigon

Juventus: Stefano Tacconi ©; Nicolò Napol, Dario Bonett, Roberto Galia, Júlio César; Luigi De Agostini, Thomas Hässler, Giancarlo Marocchi, Roberto Baggio; Pierluigi Casiraghi y Salvatore Schillaci     
DT: Luigi Maifredi

 

La última Tarantela
 

Delirio de multitudes

Las casi 63.000 almas que coparon el San Paolo cambiaron angustia por alegría, pero mantuvieron las lágrimas, que esta vez fueron de gloria y no de derrota.
El Napoli de Diego, arrasó a la poderosa Juventus por 5 a 1. A los 12 minutos del primer tiempo, con goles de Andrea Silenzi y Careca, los tanos ya habían puesto contra las cuerdas a su rival. Cerca de los 40 Roberto Baggio acortó las distancias. Fue solo un amague. A nada del cierre de la etapa inicial, Massimo Crippa decretó el 3-1 e hizo crujir el mentón de la "Juve".
El complemento amaneció con el knock out. Nuevamente Andrea Silenzi puso el 4-1 para hacerle besar la lona al representante del norte rico. El resto fue padecer para algunos y gozar para otros. El resultado final lo decretó Careca, a veinte minutos del final, arrojándose al piso con la voracidad que no tuvo el rival.

Imagen El Gráfico, estuvo ahí
El Gráfico, estuvo ahí
   

En ese momento nadie lo sabía, pero el último título de Diego Maradona como emblema de Napoli se había concretado. En el horizonte empezaban a asomar los tiempos difíciles del astro argentino, y él tampoco lo imaginaba. La última tarantela, la última alegría que Diego y Nápoles, su patria chica, pudieron regalarse.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio