RONNIE BRUNSWIJK: GUERRILLERO, VICEPRESIDENTE Y FUTBOLISTA

Más que el dueño de la pelota, el dueño del club

Los taponazos sonaban en el piso de los vestuarios del estadio que lleva su nombre, en el club que fundó y del cual es el dueño; donde además su hijo es integrante del plantel profesional. De repente la puerta del vestuario visitante se abrió y entró él, aún" sin cambiarse ni bañarse, con la camiseta al hombro y un maletín lleno de dinero para repartir.

Los jugadores de Olimpia lo rodearon, lo estudiaron y recibieron el dinero que gentilmente ofreció, vaya a saber uno por qué y se retiró sin más con una camiseta de regalo, alejándose con el mismo ruido de los taponazos con los que había llegado.

Antes se jugó un partido, que fue victoria por 6 a 0 del Olimpia de Pedro Troglio ante el Inter Moengotapoe de Surinam por la ida de una de las eliminatorias de octavos de final de la Liga Concacaf. El mundo hablaba del “61”. El robusto hombre de 60 años es nada más y nada menos que Ronnie Brunsjwijk, el dadivoso vicepresidente de la República de Surinam.

Conquista, esclavos y liberación.

La República de Surinam está ubicada al norte de América del sur, su costa está bañada por el océano Atlántico, colindando al este con Guayana Francesa, al sur con Brasil y al oeste con Guyana.

Como el resto de sudamérica pasó por “las manos” de varios colonizadores. El primero que vio sus costas fue Cristóbal Colón, pero los primeros que la ocuparon fueron los neerlandeses en 1581. Pugnaron más tarde con los ingleses por su dominio hasta que en 1667 los británicos cedieron su “parte del territorio” a los Países Bajos a cambio de Nueva Amsterdam, hoy la ciudad de Nueva York.

Ya bajo la órbita neerlandesa la esclavitud fue abolida en 1863 y propició la llegada de trabajadores indios, javaneses y Chinos.
En 1922 Surinam se volvió parte del territorio de los Países Bajos, en 1954 se le confirió una gran autonomía en el seno del reino y el 25 de noviembre de 1975, el Parlamento holandés decidió acordar la independencia a Surinam. Ronnie Brunswijk tenía 14 años.

Guerra Civil, política y fútbol

Ronnie Brunswijk tuvo muchas vidas en una vida, como muchos de aquellos que nacieron en Surinam en la década del 60. Era uno más de diez hermanos en un país con grandes diferencias sociales. Los alimentos disponibles eran aquellos que podían sembrar y cazar: arroz, yuca y bananas, más algún animal que pudieran cazar a machetazos. Conoció la electricidad cuando comenzó a ir a la escuela, fue guardaespaldas del dictador Bouterse y por sus habilidades y fortaleza fue uno de los destacados paracaidistas de las fuerzas armadas de Surinam. En disidencia con el régimen abandonó el ejército en 1984, se refugió en los Países Bajos en 1986 y encabezó la revolución para derrocar a Bouterse. El 25 de mayo de 1987 Brunswijk firma un acuerdo de no agresión con Bouterse y en 1992 el presidente Ronald Venetiaan firmó un acuerdo de cooperación con los principales grupos guerrilleros y su grupo se integró a la política nacionen la restauración de la democracia.

El vicepresidente

En el año 1999 un tribunal neerlandés lo acusó de financiar toda su actividad con el tráfico de cocaína, algo que él negó aduciendo que sus ingresos son fruto de las concesiones de extracción de madera y oro que obtuvo después de la guerra.

En 1992 fundó Inter Moengotapo, cerca de la capital Paramaribo. Su estadio, como no podía ser de otra manera, lleva su nombre. Según su madre tiene más de 50 hijos y una cantidad de nietos que no conoce. Escaló en la política de Surinam hasta llegar a ser vicepresidente, cargo el cual hoy ocupa.

Ronnie Brunswijk tiene una vida de película pero saltó a la fama mundial por un partido de fútbol, no importa dónde haya nacido, que haya comido, contra quien haya luchado, ni cuanto se haya equivocado.

A partir de hoy será conocido como el futbolista que debutó a los 60 años, que fue guerrillero y además es vicepresidente de Surinam.