La jornada está aquí

RENOVACIÓN Y BUENAS INTENCIONES

La Selección Argentina busca su identidad en plena competencia, en ese andar hay conclusiones, aciertos y errores. Lionel Scaloni propone una manera, sabiendo que se juega más que los tres puntos.

Por Pablo Bomarito ·

09 de junio de 2021

LA CERTEZA QUE NO FUE

En el avión sólo se escuchaba el ruido de las turbinas, nadie hablaba absolutamente de nada. Teléfono en mano, alguna película para pasar el rato y el mal trago de Rusia. Claudio Tapia encabezaba la delegación que volvía de un Mundial “difícil” desde todo punto de vista. Marcos Acuña ya se había bajado en la escala de Lisboa y sólo quedaba Enzo Pérez como representante entre los jugadores.
El avión tocó pista en Ezeiza, rápidamente los pasajeros se levantaron, se bajaron las ropas y buscaron los “carry on” en las bauleras. Sampaoli comenzó la caminata hasta la escalera, saludó y descendió del avión, con la lengua de los Stones como testigo y casi como una silenciosa burla al paso de la Argentina por la Copa del Mundo. Todos sabían que había que patear el tablero, que no se podía seguir desperdiciando el prestigio ganado y, aun peor, la brillantez de Messi.

LOS TUYOS, LOS MÍOS, LOS NUESTROS

Ahondar sobre la llegada de Lionel Scaloni al mando de la Selección Argentina a esta altura es un tema agotado; vociferar a cuatro vientos la calidad de sus pergaminos tampoco tiene sentido. Cuando alguien llega a una posición de privilegio todo lo que hizo se corre al costado, es un “cero a la izquierda”, y el promedio entre lo que piensa, lo que cumple y lo que lleva adelante genera un resultado, que es al fin y al cabo lo que termina importando.
Cuando se hizo cargo Scaloni comenzó a practicar la “renovación” que todos pedían y nadie se había animado a realizar. El mismo Sampaoli fue preso de ese “pagaré” que no honró y desconoció.
Franco Armani, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, Nicolás Tagliafico, Ángel Di María, Giovanni Lo Celso, Leandro Paredes, Sergio Agüero y por supuesto Lionel Messi son los que continúan después de aquella fallida excursión a Rusia. Allí empezaron a aparecer los de la nueva generación: Rodrigo De Paul, Exequiel Palacios, Alejandro Gómez,  Juan Foyth, Lisandro Martínez y Lautaro Martínez. Y otros grandes aciertos que estaban fuera del radar de “la cátedra”, como Nicolás González y Cristian Romero, que prometen varios años en la Selección nacional.
Dirán que el paso del tiempo ayudó en la renovación, que algunos de los más cuestionados se “bajaron” solos, pero lo cierto es que Scaloni la llevó adelante a su manera y con sus formas. Todo esto en medio de una pandemia que alteró el trabajo que podría haber planificado.

LOS NÚMEROS ACOMPAÑAN

El que alguna vez forjó la frase “esto es por plata” dio el pie para las derivaciones y subproductos del modismo. En el fútbol su equivalente es “esto es por puntos”.
Desde su llegada Lionel Scaloni dirigió 27 partidos:

15 victorias
(3-0 Guatemala, 4-0 Iraq, 2-0 México, 2-0 México, 1-0 Marruecos, 
5-1 Nicaragua, 2-0 Qatar, 2-0 vs Venezuela, 2-1 vs Chile, 4-0 vs México, 6-1 vs Ecuador, 1-0 vs Brasil, 1-0 vs Ecuador, 2-1 vs Bolivia y 2-0 vs Perú).

8 empates
(0-0 Colombia, 1-1 Paraguay, 0-0 vs Chile, 2-2 vs Alemania, 2-2 vs Uruguay, 1-1 vs Paraguay, 1-1 vs Chile y 2-2 vs Colombia).

4 derrotas
(0-1 Brasil, 1-3 Venezuela, 0-2 Colombia y 0-2 Brasil).

Durante su conducción cosechó 49 goles a favor y 21 en contra, alcanzando el 65,4% de efectividad

Además en su ciclo se convocaron 77 jugadores, de los cuales tuvieron minutos 69 de ellos y 36 fueron debutantes absolutos con la camiseta celeste y blanca. En las eliminatorias sudamericanas marcha segundo del Brasil de Tite, que ostenta números demoledores: 18 puntos sobre 18 disputados.

Ayer al término del partido en Colombia había bronca, mucha bronca. El equipo había completado un primer tiempo muy bueno y se iba al vestuario con un dos a cero a favor. El segundo no fue tan bueno, es que el rival también juega, y Argentina terminó empatando sobre la hora, por dos errores no forzados. Nicolás Otamendi cometió un penal zonzo para su experiencia y sus batallas, más en estas épocas de VAR, y sentenció la historia la falla de Juan Foyth, que fue víctima de su confianza y juventud.  
Independientemente de los resultados (“esto es por puntos”) la Selección Argentina destila una frescura y un optimismo que hace rato no tenía: es un equipo que tiene una idea, que a veces le cuesta plasmar, lo cual hoy por hoy es mucho.
 
Lionel Scaloni sabe que se juega varias cosas que van más allá de los resultados. Hay aciertos y errores, lógica y caprichos. El “novel” entrenador sabe que hay una lupa que lo examina, curiosamente más grande y aguda que aquella que se usa con los consagrados.