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PIQUÉ, ENTRE LA SUPERLIGA EUROPEA, LA COPA DAVIS Y LAS CONTRADICCIONES

El defensor de Barcelona se pronunció en contra del nuevo certamen continental pero fue quien impulsó el rotundo cambio de formato en la máxima competencia por equipos del tenis.

Por Pablo Amalfitano ·

22 de abril de 2021

LA CREACIÓN de la nueva Superliga de Europa, impulsada por Florentino Pérez, el poderoso presidente de Real Madrid, generó tanta polémica que, a las pocas horas del anuncio, la mayoría de los doce equipos grandes del continente que habían ingresado al proyecto tomaron la decisión de abandonar el barco. 

En medio del fuego cruzado entre clubes, federaciones, futbolistas y dirigentes, hubo una llamativa declaración que incluso trascendió el deporte de la número 5 y tocó las fibras del mundo de las raquetas. "El fútbol le pertenece a los fanáticos. Hoy más que nunca", escribió Gerard Piqué, histórico defensor de Barcelona, en contra de la criatura de Florentino Pérez. Lo más extraño es que lo hizo recién cuando los seis equipos ingleses, la mitad de los integrantes originales, se habían ido de la flamante Superliga. Viento de cola, como le dicen.

De inmediato, en plena ebullición, llovieron las críticas sobre el marcador central que fuera campeón del mundo y campeón de Europa con la selección de España. El mundo del tenis volvió a reprocharle por aquella controvertida decisión de 2018, cuando impulsó, a través del Grupo Kosmos y con el apoyo de la Federación Internacional de Tenis, un revolucionario cambio de formato en la Copa Davis que terminó con gran parte de la esencia después de 118 años de historia. Para gran parte del microclima de la raqueta fue la sentencia de muerte de la competencia por equipos más relevante del mundo.

Lo que sucedió esta semana bien pudo ser una remake de aquel tiempo en el que leyendas de todas partes dispararon con munición gruesa contra Piqué, quien puso nada menos que tres mil millones de dólares por 25 años para modificar la Davis. "Piqué no sabe nada de tenis; es ridículo", decía el australiano Lleyton Hewitt. El propio Roger Federer, campeón en 2014, también se cruzó con el defensor: "La Davis no puede transformarse en la Copa Piqué". El alemán Alexander Zverev, quien clasificó a su país en la ronda previa pero decidió no actuar en las renovadas Finales en Madrid 2019, pegó justo donde más debiera doler: "Nuestro deporte es mucho más que dinero".

Ese mismo mensaje fue el que pretendió dejar Piqué en relación al fútbol: defendamos la esencia de la competencia, no hagamos un fútbol "para pocos" con la Superliga y respaldemos el espacio de las ligas locales. La contradicción y el oportunismo, entonces, ya habían quedado de manifiesto. Por eso el central de 34 años debió tomar el escudo y recibir, una vez más, varios raquetazos en contra. Entre tantas críticas surgieron dos fuertes: los francéses Nicolas Mahut, 6° del mundo y ex 1° en dobles, y Edouard Roger Vasselin, actual 14° y ex 6°, también por duplas.

"¿Y qué pasa con la Copa Davis?", respondió Mahut debajo del tuit original de Piqué. En consonancia también se mostró Roger Vasselin, quien citó la publicación y escribió: "¿Y con el tenis y la Copa Davis?". El tenis francés, muy arraigado con la tradición de los equipos desde la era de los cuatro Mosqueteros que destronaron a los Estados Unidos y ganaron la primera ensaladera en 1927, configuró una de las partes más críticas durante aquel momento de profundos cambios en pos del dinero.

El propio Mahut incluso golpeó bajo el año pasado, cuando Piqué y su Grupo Kosmos cancelaron la segunda edición de las nuevas Finales en Madrid con cuatro meses de antelación debido a la pandemia. Una investigación del diario deportivo L'Equipe reveló que, de haber realizado el certamen, Kosmos habría perdido nada menos que 18 millones de euros. "Me hubiera gustado que Piqué pusiera tanta energía en defender la edición 2020 como en destruir la fórmula original. Me da la impresión de que es alguien que no busca soluciones para un torneo que había estado vigente durante más de cien años".

La hipocresía de Piqué, quien se defendió y sostuvo que se había opuesto a la Superliga antes de que se fueran los equipos de la Premier League -en una entrevista con Jorge Valdano que, de todos modos, todavía no había sido publicada-, incluso trasciende al tenis. Está claro que el marcador central catalán tiene una visión de empresario de negocios y ya cada vez menos de futbolista: en 2018, a través de Kosmos, adquirió el Andorra CF.

Su compañía de representación se hizo cargo de la deuda del club y encaró un proyecto deportivo para alimentar sus aspiraciones. Al momento de la compra Andorra estaba en la primera división catalana y, mérito futbolístico mediante, ascendió a Tercera División de España. Pero aquel merecimiento deportivo desapareció en 2019, cuando Piqué y su gente decidieron invertir 450 mil euros y comprar la plaza de un equipo endeudado de Segunda B llamado Reus. En apenas un año Andorra pasaba de la primera catalana a la Segunda B española.

Existe una diferencia de posturas alarmante, en definitiva, entre lo que intentó pregonar Piqué ante el nacimiento de la Superliga de Europa y las decisiones que tomó respecto de la centenaria Copa Davis y Andorra FC, el club de su propiedad. Por dinero se mueve el mundo. Hoy todo es un negocio. Y Piqué desanda el mismo camino: siempre aparecerá cuando haya espacios para la veta monetaria, incluso si debiera caer en una contradicción. Poco importan las palabras.