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MEDVEDEV, ¿EL ELEGIDO PARA DESTRONAR A LOS MONSTRUOS?

El ruso, flamante número dos del mundo, es el primer hombre, fuera de Federer, Nadal, Djokovic o Murray, que irrumpió en el top 2 después de 16 años. ¿Será el sucesor?

Por Pablo Amalfitano ·

16 de marzo de 2021

EL TENIS MASCULINO, se dijo hasta el hartazgo, atraviesa una de las eras doradas más hegemónicas de la historia. Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y, por momentos, Andy Murray colonizaron los grandes escenarios durante la última década y media con una autoridad y una vigencia que asustan. Sólo algunos fueron capaces de arrebatarles un trozo de gloria en todo este tiempo: Juan Martín Del Potro, Stanislas Wawrinka, Marin Cilic y no muchos más. Y en ese contexto los primeros lugares del ranking también habían sido dominados por los cuatro monstruos.

La irrupción de Daniil Medvedev, el ruso que ganó su décimo título en Marsella y se metió este lunes como el nuevo número dos del mundo, asoma como un atisbo en la larga espera por un "cambio de mando". No por el número, más allá de que aparecer como escolta de Djokovic es todo un logro, sino por las cifras que quedaron enterradas a partir de esta semana. Para dimensionar: con la aparición de Medvedev como el número dos del ranking se cortó una racha de 794 semanas consecutivas con los miembros del Big 4 ubicados en los dos primeros puestos. Desde el 25 de julio de 2005, los cuatro grandes se repartieron las semanas de forma monopólica. Djokovic sumó 312 en la cúspide, por encima de Federer (233), Nadal (209) y Murray (41), mientras que la segunda posición quedó dividida de la siguiente manera: Nadal lideró con 368 y superó a Federer (203), Djokovic (144) y Murray (79); desde este lunes Medvedev sumó su primera semana.

El tenis no registra, ni por asomo, una época en la que cuatro hombres hayan dominado con semejante supremacía. Los agujeros que dejaron para el resto de los mortales fueron diminutos, a tal punto que nadie que no fuera ninguno de ellos había logrado meterse tan arriba en el listado profesional. El último número dos del mundo diferente fue, aquella semana del 25 de julio de 2005, el australiano Lleyton Hewit, un jugador que lleva más de cinco temporadas retirado y unas cuantas más lejos de su mejor versión.

Así como los cuatro monstruos permanecieron arriba en el ranking, con una omnipotencia y una jerarquía absolutas, también extendieron su poderío en los grandes torneos: de los últimos 68 certámenes de Grand Slam conquistaron nada menos que 60. Los únicos que consiguieron festejar en el medio, desde el Abierto de Australia 2004, fueron el argentino Gastón Gaudio (Roland Garros 2004), el ruso Marat Safin (Australia 2005), Del Potro (US Open 2009), el suizo Stanislas Wawrinka (Australia 2014, Roland Garros 2015 y US Open 2016), el croata Marin Cilic (US Open 2014) y el austríaco Dominic Thiem (US Open 2020).

Ni siquiera el propio Thiem, el primer campeón de Slam perteneciente a la generación de transición entre el Big 4 y la Next Gen, se pudo interponer en los dos primeros puestos del ranking: el 2 de marzo de 2020, semanas después de alcanzar la final de Australia, llegó a tocar el número tres del mundo. Por eso es viable destacar el logro de Medvedev como una gema inusual, más allá de la superioridad con la que juega el ruso desde el reinicio del circuito tras la pandemia, en agosto del año pasado: desde entonces el ruso de 25 años ganó 34 de los últimos 42 partidos, incluidos los que le valieron conquistar el Masters 1000 de París Bercy y el Campeonato de Maestros de forma invicta. Juega con frialdad, derriba barreras y amenaza con destituir a los más grandes. Hoy sólo tiene a Djokovic por enciam suyo. ¿Será el elegido para desarticular la histórica hegemonía?