Se define la Superliga

Hace tiempo no hay una definición tan apasionante en el fútbol doméstico, últimamente River y Boca se acostumbraron a verse en torneos internacionales (y también en la Supercopa Argentina de 2018), con resultados positivos para los de Núñez, pero por la liga local, hacía tiempo que no llegaban a la última fecha con posibilidades de dar la vuelta olímpica los dos clubes más importantes de Argentina, y eso factor es que hace que esta noche todos los ojos estén puestos en la definición de la Superliga.

Llega con ventaja River, que en 22 partidos disputados, acumuló 46 puntos, mientras que Boca sumó 45 en misma cantidad de partidos. Los de Gallardo ya están en Tucumán, para afrontar lo que será una final, de ganar se consagrará campeón de la Superliga, y sería la primera que consiga el entrenador nacido en Merlo, quien ya ganó títulos a nivel local, pero fueron la Copa Argentina (en tres oportunidades) y la Supercopa, sus mayores logros se dieron a nivel internacional, con la obtención de dos Copas Libertadores, tres Recopas, una Copa Sudamericana y una Copa Suruga Bank. Pero en otra vereda está Boca, con un excelente plantel, un entrenador que es ganador y con la posibilidad de arrebatarle el título a su rival eterno. Boca no tiene nada que perder, sabe que la presión está del lado de River, pero también sabe que no depende de sí mismo.

 

 

Será una noche especial en La Bombonera, que recibirá a uno de sus máximos ídolos, Diego Armando Maradona es director técnico del Lobo, que necesita como agua en el desierto los tres puntos en su lucha por no descender. Hay un condimento especial, Maradona está enfrentado a la actual comisión directiva del Xeneize, principalmente con su vicepresidente segundo, Juan Román Riquelme. Pero el hincha no entra en eso y ovacionará a ambos referentes que tantas alegrías le dieron al club.

Si River gana, será campeón, si empata y Boca gana, se quedará con las manos vacías y si pierde hay tres posibilidades, de ganar el Xeneize se consagrará, de empatar, se deberá jugar un partido desempate para ver quién se queda con la Superliga 2019/20 y si el Lobo da el golpe en La Boca, el Millonario ganará un título de liga local después de seis años. El último fue en 2014 de la mano de Ramón Díaz, justo antes que Marcelo Daniel Gallardo se haga cargo de la conducción técnica del equipo.

 

Lo mejor de River en la Superliga

La conformación de un gran plantel, donde a diferencia de otros años, la diferencia entre titulares y suplentes no es muy grande, hoy en día River tiene jugadores de la talla de Juan Fernando Quintero, Ignacio Scocco, Leonardo Ponzio y Lucas Pratto en el banco. No ocurría lo mismo años anteriores donde el Millonario se enfocaba en las competiciones internacionales y descuidaba el campeonato local.

River es un equipo que juega muy bien, la presión constante, las ganas de recuperar la pelota ni bien se pierde es marca registrada en los equipos de Gallardo, que supo reinventarse y no empecinarse con ningún sistema táctico, las primeras fechas de la Superliga, que se disputaron en 2019, el esquema era con cuatro defensores, cuatro mediocampistas y dos delanteros, la pérdida de Exequiel Palacios hizo que Gallardo decida poner un defensor más, pero que los laterales (Montiel y Casco) jueguen más adelantados, a veces inclusive llegan como si fueses los viejos wines.

 

 

Otra virtud es haber cosechado muchos puntos en condiciones de visitante, donde todavía en esta Superliga no perdió ningún partido.

Sus grandes figuras estuvieron en el mediocampo, Enzo Pérez e Ignacio Fernández amntuvieron un nivel elevado y fueron el termómetro de este equipo. Además de la cuota goleadora de Rafael Santos Borré.

 

 

 

Lo peor de River en la Superliga

No caben dudas que fueron las actuaciones en condición de local, de los cuatro partidos que el Millonario tiene perdidos en el certamen, los cuatro fueron en condición de local (frente a Talleres, Vélez, Rosario Central y San Lorenzo).

 

Lo mejor de Boca en la Superliga

El Xeneize sufrió varios cambios en el transcurso de la competición, uno de los más importantes fueron las elecciones a presidente que tuvieron lugar en diciembre pasado. El oficialismo perdió ante la fórmula encabezada por Jorge Amor Ameal, que llevaba como vicepresidente a Mario Pergolini y a Juan Román Riquelme. El cambio de gestión derivo en un cambio importante a nivel deportivo, el pobre ciclo de Gustavo Alfaro finalizó y comenzó el de Miguel Angel Russo, un director técnico con experiencia en el banco de Brandsen 805, que ganó la Copa Libertadores de 2007, y que también es un entrenador ganador, de gran experiencia y que tiene una propuesta mucho más ofensiva que la de su antecesor.

 

 

No era lógico que Boca, con el gran plantel que tiene, haya jugado de la manera que lo hizo con Alfaro, extremadamente defensivo, con temores, sin utilizar prácticamente a Carlos Tévez en partidos importantes, empecinado en poner a Emmanuel Mas, teniendo a Fabra en el banco, y esos caprichos fueron los que hartaron a los hinchas.

Desde su llegada, Russo acomodó las cosas y si bien no brilla, se ve a un Boca sólido y que intenta jugar bien, lo hace por momentos, todavía no se pudieron ver 90 minutos completos de buen fútbol.

 

 

 

Lo peor de Boca en la Superliga

Se vio en 2019, un equipo que proponía poco, donde Alexis Mac Allister, uno de sus mejores futbolistas, jugaba recostado en una banda y no suelto, lo mismo pasó con Soldano que fue utilizado de volante por derecha. Boca, con los jugadores que tiene, debe generar que el rival se preocupe en ver como neutralizar sus virtudes, pero con Alfaro parecía que era todo lo contrario. Además otro punto negativo, fue una nueva eliminación a manos de River, en octubre pasado cuando cayó en la semifinal de la Copa Libertadores, fue un golpe duro para el Xeneize.

 

 

 

 

Esta noche se sabrá quién es el campeón, los dos hicieron un muy bien trabajo, ganaron muchos partidos en la recta final, tienen su identidad, tienen excelentes jugadores y directores técnicos. Es apasionante el final, el hincha tendrá que estar pendiente de lo suyo, pero también del rival de toda la vida, ya que los resultados del otro influyen directamente en el propio.

 

 

Por Lautaro Toschi.