En medio de un clima hostil y sin merecerlo, ganó Independiente

No era difícil imaginarse el ambiente que se iba a vivir hoy en el Libertadores de América, se volvía a presentar el Rojo ante su gente luego de la derrota ante Racing del domingo pasado. Más allá de perder los tres puntos, fue un golpe anímico que pegó duro en Independiente. Pero cuando se recibe un golpe, muchas veces los mismos jugadores quieren tener revancha lo más rápido posible, poder regalarle un triunfo a sus hinchas que haga olvidar un poco lo sucedido el fin de semana pasado. Los de Pusineri ganaron 1 a 0, pero no dejaron una buena imagen.

Pasadas las 21 horas, el estadio lucía con muy poco público, la cabecera local no contaba con el clásico grupo de hinchas que llevan las banderas ni los bombos, tampoco había banderas colgadas del alambrado, era un clima extraño en Avellaneda. Párrafo aparte para los hinchas de Fortaleza que desde temprano colmaron el sector visitante, y estuvieron cantando, bailando y con las luces –blancas, azules y rojas- de los celulares animando a los suyos.

 

Salieron los equipos a la cancha y ahí sí la gente alentó y saludo al equipo, también cantaron contra Racing.

Pusineri optó por mantener la base del mismo equipo que venía presentando, pero en la creación sacó del equipo a Cecilio Domínguez –de pobre rendimiento en su paso por el Rojo- y optó por Alan Soñora, también volvió al equipo Martín Benítez. La delantera estaría conformada por Silvio Romero y Leandro Fernández. Mientras que la defensa sería la habitual con Bustos, Franco, Barboza Ulloa y Sánchez Miño. El doble cinco lo conformaron Lucas Romero y Domingo Blanco.

Fortaleza, dirigido por el emblemático arquero de San Pablo Rogero Ceni, presentó un planteo que sorprendió, fue un equipo extremadamente prolijo, que lastimó de contra, que salió jugando bien por abajo, que intentó lastimar al Rojo y lo consiguió, la falta de puntería hizo que el conjunto brasilero no convierta. Y tuvo situaciones claras, pero insólitamente ninguna tuvo destino de red.

Los primeros 30 minutos mostraron a Independiente plantado en campo rival, pero Fortaleza tuvo sus oportunidades –de contra- y pudo lastimar a los de Avellaneda, que no retrocedían bien. Es difícil explicar la titularidad de Barboza, un central lento, que prácticamente pierde todos los duelos mano a mano, solamente gana en las pelotas aéreas, pero no mucho más y en su sector Juan Sánchez Miño tuvo un pésimo partido, a tal punto que fue expulsado sobre el final del primer tiempo. En un córner a favor del Rojos, hubo un encontronazo entre el lateral izquierdo del Rojo y Juan Quintero, el árbitro le mostró la roja a los dos –aunque al de Independiente lo expulsó por doble amarilla- y de esta manera al descanso se fueron los dos equipos con un jugador menos.

El mejor del primer tiempo fue Alan Soñora, un juvenil que pidió la pelota todo el tiempo, que se encargó de ejecutar la pelota parada y que pese al clima hostil que caía desde las tribunas no le pesaron las piernas para agarrar el balón en momentos complicados. Otro que también tuvo un buen rendimiento –como es habitual- fue Lucas Romero. La cara opuesta fueron Domingo Blanco, Alexander Barboza y Martín Benítez, que no rindieron bien.

La paciencia del hincha se terminó y al entretiempo el equipo se fue silbado y desde los cuatro costados caían insultos para los dirigentes.

Comenzó el segundo tiempo y Pusineri rearmó la defensa de una manera extraña, en lugar de poner un defensor para reemplazar a Sánchez Miño o en todo caso jugar con línea de tres, decidió que Alan Soñora ocupe el lateral izquierdo y en cuanto el juvenil tuvo responsabilidades de marca, se desdibujó.

El gol llegó rápidamente, en los pies de Leandro Fernández que recibió en el área y el goleador no perdonó, fue un alivio para el Rojo haber conseguido ese gol.

Pero el partido no cambió, siguió igual. Fortaleza jugando de contra, con mucha prolijidad y teniendo oportunidades que entre Campaña, la mala puntería y la mala fortuna no pudo concretar.

El Rojo intentó con sus armas, creció la figura de Lucas Romero y también de Alan Franco, sin dudas los dos mejores de la noche, pero no encontraba las formas.

 

 

El público estaba impaciente, sabía que necesitaba un gol más para viajar tranquilo a Brasil para disputar la revancha, pero ese gol nunca llegó y más impaciente aún se puso cuando el director técnico decidió sacar a Bustos para poner a Cecilio Domínguez –quien ingresó en medio de un abucheo generalizado- y volvió a jugar mal el paraguayo, las pocas intervenciones que tuvo, fueron erradas. Es llamativo como quedó Independiente en defensa los últimos minutos, Domingo Blanco terminó jugando prácticamente de lateral por derecha, Alan Franco y Alexander Barboza ocuparon la zaga central y en el lateral izquierdo estaba Soñora.

Finalizó el partido, entre aplausos y silbidos se retiró el equipo de Pusineri, que deberá mejorar mucho, porque jugando de esta manera van a ser más los partidos que pierda que los que gane. Su rival, en cambio se fue ovacionado por su gente. La revancha será 27 de febrero en el Estadio Castelao.

Resumen del partido

 

 

Por Lautaro Toschi.