La jornada está aquí

El Palacio se vistió de fiesta para ver el triunfo de Huracán sobre San Lorenzo

Clásico de barrio en el Ducó, ninguno llegaba en un buen momento, y ganar era obligación para ambos, finalmente lo logró Huracán que venció por 2 a 0. El Gráfico presente en Parque Patricios.

Por Redacción EG ·

20 de octubre de 2019

La histórica rivalidad entre Huracán y San Lorenzo viene de comienzos del siglo pasado, es que cuando ellos se enfrentan, se pone en honor el nombre del barrio, Parque Patricios para uno y Boedo para los otros, se siente en la previa esa tensión. Es que Huracán no puede perder, está en una transición que lleva adelante Néstor Apuzzo, y San Lorenzo tampoco puede perder, Pizzi arrancó bien el campeonato desde los resultados, pero viene de ser goleado por Central Córdoba (SdE) en el Nuevo Gasómetro y  necesita del triunfo como agua en el desierto.

 

Imagen Los nervios en la previa del partido
Los nervios en la previa del partido
 

Faltando unos cuarenta y cinco minutos para el comienzo del partido, las tribunas lucen con poca gente, pero en las inmediaciones están los hinchas, algunos con bengalas de humo, la familia también se va acercando de a poco, ya dentro del estadio salen a hacer el precalentamiento los arqueros en primer término, en ese momento se comenzó a sentir que era un partido especial para los hinchas, ya que salida de Nicolás Navarro fue en medio de insultos y silbidos, más fuertes que lo habitual, mientras que también se hizo sentir en misma medida el apoyo a Antony Silva, que salió junto a Pellegrino a hacer el calentamiento previo. Luego salieron los jugadores a hacer lo propio en el campo de juego y nuevamente lo mismo, insultos a San Lorenzo y apoyo a para Huracán.

Imagen La estatua de Ringo Bonavena, símbolo de Parque Patricios y fanático de Huracán
La estatua de Ringo Bonavena, símbolo de Parque Patricios y fanático de Huracán

Ya con los jugadores en los vestuarios, cambiándose para saltar al campo de juego y ahora sí que empiece el partido, el Ducó estaba con un marco interesante de público, las banderas y tirantes decoraban la popular local, mientras que la banda sonora eran los bombos y las trompetas, los cantos que entonaban desde los cuatro rincones del Palacio tenían un claro destinatario y era su rival de toda la vida, que ya estaba listo para entrar con su clásica camiseta azul y roja a bastones, pantalón rojo y medias azules, por su parte, el Globo estaba de blanco impecable. El clásico estaba por empezar.

 

Imagen La salida estuvo a la altura de un clásico
La salida estuvo a la altura de un clásico
 

Fernando Espinoza dio la orden y de inmediato la primera polémica de la tarde, luego del saque inicial, Huracán atacó por banda izquierda, la pelota quedo boyando en medio del área y una falta sobre Rodrigo Gómez que no fue cobrada por el árbitro, los hinchas explotaron a poco menos de un minuto de comenzado el partido.

Luego siguió un total desconcierto, desde el juego, ninguno de los ofrecía nada destacable, muchos errores, la pelota estuvo poco por el piso, pero si se destacó otra vez Espinoza, que no paró de interrumpir el juego y hasta sacó cuatro tarjetas amarillas para jugadores de Huracán, entre ellos a Fernando Coniglio que estaba en el banco de suplentes. El Palacio estalló contra el árbitro.

De fútbol poco, en general mal los dos equipos, pero una jugada aislada y luego de un exquelente quite de César Ibáñez a Belluschi en la mitad de la cancha fue el desencadenante de un centro preciso que Lucas Barrios supo conectar de manera brillante de cabeza y así poner el 1 a 0 para Huracán a los 26 minutos del primer tiempo. Justamente Lucas Barrios tuvo su revancha personal, luego de su último antecedente frente al Ciclón en la Copa de la Superliga, donde falló un penal en los 90 y tampoco pudo convertir en la definición por penales, en lo que terminó siendo triunfo de los de Boedo por los penales. Pero en esta oportunidad, todas fueron positivas para el ex Colo Colo, que inició el camino del triunfo.

 

Imagen Todos a festejarlo con Barrios, un gol muy especial para él
Todos a festejarlo con Barrios, un gol muy especial para él
 

Los minutos corrieron y era difícil explicar la decisión de Pizzi de no poner a ningún delantero de área. Fue Ángel Romero el encargado de ocupar esa posición, con Ezequiel Cerutti de extremo por derecha y Fértoli por izquierda, inexplicable esa decisión de un técnico que está empecinado en no poner a un nueve de área tradicional.

Como también es difícil de explicar cuál es la razón que hace que Fernando Belluschi tenga titularidad asegurada todos los partidos, hace tiempo que el volante dejó de ser lo que fue, un jugador técnico, de buen pase y buena pegada, que hace jugar. Pero la versión actual del surgido en Newell´s es completamente diferente, tiene poco contacto con la pelota, escapa a las jugadas divididas, directamente ni salta a cabecear cuando tiene que ir a disputar una pelota por arriba y su pegada, que supo ser de las mejores del fútbol argentino, ya no lo es. Son los caprichos de un entrenador que no encuentra el rumbo y que de seguir así va a colmar la paciencia de los hinchas.

 

Imagen Belluschi no tuvo un buen partido
Belluschi no tuvo un buen partido
 

El doble cinco también dejó mucho que desear, muy tímidos Poblete y Pittón, no recuperaron, dejaron jugar al mejor de Huracán que suele ser y hoy también lo fue, Rodrigo Gómez, y en defensa tampoco se vio la mejor cara del Ciclón, los laterales pasaron hasta donde pudieron y los centrales no estuvieron firmes.

El primer tiempo llegó a su fin con otra polémica, Espinoza, que estaba teniendo un partido para el olvido, no cobró un claro agarrón dentro del área de San Lorenzo que debió ser penal para Huracán. El silbato marcó el final de los primeros 45 minutos, y ahí fue el momento de más tensión, los hinchas golpeaban el acrílico que separa la platea de la manga por donde se retiran al vestuario los árbitros, insultos de todo el estadio, así despidieron a un árbitro que se vio desbordado por el partido.

Situación extraña se dio cuando cumplidos los quince minutos de entretiempo, los jugadores de ambos equipos estaban en el campo de juego y la terna arbitral tardó unos cinco minutos más de lo habitual en salir, luego el mismo Espinoza confirmaría que el presidente de Huracán –Alejandro Nadur- y otros dirigentes lo increparon, lo cual es aberrante e injustificable, por más errores que cometa un árbitro, no son las formas de reclamar.

Pero los últimos 45 minutos estaban en marcha, con Belluschi fuera de la cancha y con Óscar Romero ocupando la posición de enganche, el paraguayo fue el mejor de San Lorenzo, porque siempre pidió la pelota, siempre intentó jugar y pese a que no todos los pases fueron precisos, en actitud fue el mejor.

Los primeros minutos transcurrieron sin grandes novedades, San Lorenzo ni siquiera se aproximaba al arco y Huracán se defendía, tal es así que los cambios lo demostraron, Apuzzo sacó a Garro y puso a Bettini al igual que la salida de Briasco y el ingreso en su lugar de Adrián Calello. También ingresó el cuestionado Fernando Coniglio, insólitamente amonestado en el primer tiempo mientras ocupaba el banco de suplentes.

 

Imagen Apuzzo le da indicciones a Araujo
Apuzzo le da indicciones a Araujo
 

Y justamente el cuestionado fue el encargado de darle tranquilidad a los más de 35 mil hinchas que estaban en el Ducó, cuando una pelota quedó muerta en el área y él fue quien definió por abajo y cruzado, haciendo imposible el esfuerzo de Nicolás Navarro. Huracán se puso 2 a 0 y el resultado sería irreversible. Los minutos finales se jugaron sin llegadas a los arcos, el nerviosismo de San Lorenzo hizo que alguna entrada fuera más fuerte de lo habitual, pero nada que sorprenda en este tipo de partidos, donde nadie quiere perder.

 

Imagen La emoción del final, el clásico fue Quemero
La emoción del final, el clásico fue Quemero
 

Así llegó el final del partido, los jugadores de San Lorenzo se retiraron rápido, los de Huracán se quedaron festejando de cara a su gente. Un nuevo clásico de barrio llegó a su fin, en este caso quien lo ganó fue Parque Patricios.

 

 

Por Lautaro Toschi.

Fotos: Alejandro Del Bosco.