Talleres venció a un apático River

Muy mala tarde de River, que venía de vencer a Cerro Porteño por la Copa Libertadores en el partido de ida de los cuartos de final. Como el partido de vuelta es el próximo jueves en Asunción y el siguiente domingo es el Superclásico, Gallardo optó por poner un equipo sin los titulares habituales, aunque en nombres no era un equipo menor.

El primer tiempo fue aburrido, impreciso, lo más destacado fue el debut de Paulo Díaz, quien jugó de primer marcador central. River suele explotar las bandas para atacar, pero sus laterales – Elías López y Angileri- tuvieron una pobre actuación, cuando quiso atacar por el centro, ni Carrascal ni Ferreira estuvieron finos con la pelota, por ende los detales casi que ni tuvieron contacto con la pelota. Enzo Pérez, quien suele ser el jugador más regular del Millonario, hoy no tuvo su mujer tarde, y Bruno Zuculini no aportó la contención necesaria para detener los avances de Talleres, quien jugó muy ordenado e intenso. Un gran partido del conjunto cordobés.

El segundo tiempo empezó con la misma tónica que el primer, aunque con Talleres más conectado con la pelota, entregando sencillo y tratando de recuperar rápido. River no se encontraba, intentaba, pero no podía hilvanar tres o cuatro pases seguidos.

A los 23 minutos del complemento se rompió el partido, Nahuel Bustos quedó mano a mano con Pinola, a quien superó y quedó de frente a Armani a quien se la picó, pero como el arquero alcanzó a tocarla, la pelota no tenía destino final de red, hasta que el propio Bustos la pisó y luego definió con el arco vació, un verdadero golazo.

River sintió el golpe y comenzó a jugar un poco mejor, el ingreso de Exequiel Palacios fue importante, era quien conectaba la línea entre mediocampistas y delanteros, pero más allá de algunas buenas intenciones, River no llegó a  tener situaciones claras. Los minutos corrieron y con el tiempo cumplido se produjo una jugada donde Enzo Pérez pateó la pelota lejos, enojado con el árbitro por haberle cobrado una falta y allí Pitana decidió mostrarle la tarjeta amarilla, pero tras la protesta de Rafael Borré también se la mostró al colombiano, a eso también se le sumó la protesta de Pinola –quien ya estaba amonestado- y el misionero no dudó en sacarle la segunda amarilla, lo cual derivó en la expulsión del experimentado defensor, quien se perderá el Superclásico del domingo que viene.

La derrota le duele a River, que había comenzado bien la Superliga, pero también se entiende, porque su rival fue superior y porque hoy en día la cabeza del equipo de Núñez está en asegurar su pase a semifinales de la Copa Libertadores y en ganar el partido frente a Boca.

 

 

 

Por Lautaro Toschi.