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La ciclista profesional que es un ejemplo de la mujer moderna
Cristina Greve, siete veces campeona argentina, cuenta cómo puede atender a Ramiro (8 años), compartir el hogar con otro ciclista, cursar Educación Física y entrenarse.
La familia en dos ruedas hace unos años: Cristina, Leandro Bottasso y el hijo. "Rami me pidió que dejara de correr y me movió el piso", admite ella.
Fue hace un año cuando Cristina Greve enfrentó quizá su peor momento. Ramiro, su hijo de 8 años, le tiró la frase que ella nunca quiso (y pensó) escuchar. “No fue la primera vez aunque sí la más seria, sobre todo por mis reiteradas ausencias por los viajes. La verdad es que me movió el piso. Y me hizo dudar porque la felicidad suya está por delante de la mía”, admite la ciclista de 30 años que pertenece al Shimano Ladies Power, único equipo latinoamericano que compite a nivel mundial. “Cuando me lo dijo, lo pensé seriamente. Primero lo charlé con mi marido y la familia, y luego se lo explicamos. Rami ya sabe que los padres trabajan del deporte, lo entiende porque está más grande y, aunque no le gusta mucho, se lo aguanta. Le gusta que sus padres sean ciclistas, incluso verme correr, pero no que falte de casa”, profundiza esta correntina que vive en Bell Ville (Córdoba) desde que se casó con Leandro Bottasso, también corredor de la Selección argentina.
A Cristina la vida empezó a cambiarle en 2007, a los 19, cuando sufrió una caída durante los Panamericanos de Río y debió recuperarse de una fractura de pelvis. Ya rehabilitada, quedó embarazada de Ramiro. Cuando su hijo nació en 2009, muchos pensaron que ella no volvería a competir. Sin embargo, su tesón le permitió regresar a los primeros planos. Es más, sus principales logros llegaron después. Fue siete veces campeona argentina de pista, en diversas especialidades (scratch, persecución individual y por puntos, entre otras). “La lesión fue un momento duro y, luego, cuando llegó Rami, tuve que readaptar mi vida. Por suerte con mi esposo, que también es ciclista profesional, y su familia, que nos ayuda, vamos pudiendo cumplir con nuestras responsabilidades”, cuenta Greve.
Cristina es jefa de hogar y, entre otras funciones, le ayuda a hacer los deberes a su hijo Ramiro.
Un día habitual en su vida comienza bien tempranito, a las 6. Por la mañana (tres días) o a las 14 (otras dos) entra al instituto de Villa María y, cuando Ramiro está en la escuela (desde las 13.30), ella se dedica a entrenar o estudiar. Luego, cuando su hijo vuelve a casa, le ayuda a hacer los deberes y se encarga del orden y la limpieza de la casa. “No es una tarea fácil cumplir con tantas responsabilidades, no siempre uno está bien, pero es la vida que uno eligió. Lo más difícil es cumplir con mi rol de mamá, ya que no siempre se puede como quisiera. Rami depende de mí y me gustaría estar más presente”, reconoce quien fue uno de las primeros fichajes del Weber Shimano Ladies Power cuando se dio su creación, en 2015.
Cristina fue uno de los primeros fichajes del Shimano Ladies Power, único equipo latinoamericano que corre a nivel mundial (UCI).