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Braian Toledo apunta a Río

El lanzador de jabalina se prepara en Finlandia junto a los mejores del mundo, con el objetivo de brillar en los Juegos Olímpicos.

Por Redacción EG ·

21 de junio de 2016
 
Imagen Braian Toledo
Braian Toledo
Desde los 16 años, cuando se hizo conocido, Brian Toledo siente la presión de ser una de las mayores esperanzas del atletismo argentino. Hoy, con 22, ya está acostumbrado a esa responsabilidad y se convirtió en hombre. Hace más de 15 días se encuentra en Finlandia, donde entrena con los mejores del mundo en su disciplina y se prepara para los Juegos Olímpicos de Río. El último domingo lanzó 77m99 y terminó en el 4to puesto del meeting de Lapinlathi. Sobre su actuación, analizó: “Me fue demasiado bien teniendo en cuenta que se compitió con lluvia y mucho frío. Corrí muy bien, la técnica estuvo muy bien y sólo cometí un par de errores en la descarga de la jabalina que no me permitieron lanzar algunos metros más. Pero estoy muy contento por cómo estoy mental y físicamente, sobre todo por lo que siento que puedo llegar a hacer…”

 
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 El nacido en Marcos Paz resaltó la importancia de estar practicando con grandes figuras mundiales: “Estoy buscando el roce internacional y a estos torneos les doy mucho valor porque estoy entrenando y compitiendo con los mejores del mundo. Siempre soñé estar al lado de estas bestias y ahora no sólo que lo vengo haciendo sino que no estoy quedando lejos. El sueño que alguna vez tuve lo veo cada día más cerca”. Además, contó intimidades sobre la relación con las otras estrellas: “Me ayudan en la parte técnica, a perfeccionarme y además me alientan, diciendo que tengo mucho potencial para hacer grandes cosas. Es gente muy amable y abierta. No miran tanto la parte competitiva como en Argentina. Ellos quieren que la jabalina vuele lejos, no importa de qué bandera sea el que la tire”.

  El gran objetivo de Toledo son los Juegos Olímpicos. Él lo tiene bien claro y así lo explica: “A Río voy por todo, por una final olímpica. Para eso necesito lanzar por encima de los 80. Sería un sueño, sobre todo porque quizá mi mayor nivel sea en el 2020… Acá me dicen que soy muy joven y que las cosas grandes llegan cuando uno es grande, pero mi objetivo es ambicioso hoy. Mi meta es el infinito, aunque sepa que lo realista para Río sería superar lo que hice en Londres”.

Consultado sobre la presión que implica tener que conseguir sus mejores marcas puntualmente en un gran torneo (en este caso, los Juegos Olímpicos), demostró la gran confianza que tiene en sus condiciones: “A mí me encanta competir y a veces siento que cuando más presión haya, mejor me irá. Un ejemplo fue el Mundial 2015, que tiene la misma magnitud que los Juegos, que se hizo en un estadio inmenso, con una multitud, y yo pude lanzar mejor marca. Por eso siento que se puede, que si lo creés, lo podés hacer. ¿Por qué no voy a poder yo en Río?”.

Braian sigue siendo el mismo, un soñador que a la vez no deja de trabajar. Pero su madurez, a los 22 años, es notable. “Crecí muchísimo en el deporte y como persona. Soy el mismo de aquella época, con los mismos sueños, aunque con más responsabilidad y mayores certezas sobre la importancia de la disciplina y el trabajo. Sé, más que nunca, que depende de mí y de mi constancia”, analiza como un veterano.

Quizás este crecimiento interior (y sus orígenes) explique el compromiso que tiene con la ayuda social, sobre todo a partir del programa Huella Weber que tiene su sponsor Weber Saint Gobain. “Siempre quise ayudar, pero solo era imposible. Por suerte apareció Weber y me dio esta oportunidad. Yo elegí la Fundación Arriba los Pibes en Marcos Paz y, con suerte, este año estarán terminando con las refacciones en la sede. Me siento orgulloso de poder hacerlo”, dice él. El orgullo es que un deportista así represente a nuestro país.