Tenis

NADIA PODOROSKA Y SU FACETA MÁS FILOSÓFICA: "EN EL TENIS NO HAY MUCHO LUGAR PARA PENSAR"

La rosarina habló de su pasión por la filosofía y de la colisión que existe entre la pulsión por analizar las cosas y el poco tiempo que hay en el tenis para ejecutar. "Trabajo la parte mental para funcionar de manera más automática", piensa.

Por Redacción EG ·

22 de septiembre de 2021

NADIA PODOROSKA  es la número uno del tenis sudamericano, nada menos que la 38ª del ranking mundial de la WTA. La catapulta a la elite fue, sin dudas, la edición del año pasado de Roland Garros, el torneo en el que la rosarina hilvanó ocho victorias, tres de la qualy y cinco del cuadro principal, para llegar a las semifinales. Fueron mil barreras derribadas en apenas tres semanas. 

Gran parte del momento maravilloso que vive Podoroska, que juega los mejores torneos del mundo y se codea con las jugadoras más destacadas, tiene que ver con el aspecto emocional, una pata muy importante en el crecimiento de un tenista profesional. En ese sentido la rosarina es amante de la filosofía, de la lectura y del budismo zen, aspectos que suele trabajar en parte con su entrenador mental Pedro Merani, un coach de bowling argentino que vive en Doha y dirige a la selección de Qatar.

"Me encanta la filosofía porque me encanta pensar y analizar. De mi familia me vino ese interés. Pero practico un deporte en el que tenemos que tomar muchísimas decisiones en milésimas de segundo. Entonces tampoco hay demasiado espacio para pensar. Se trata de lograr un equilibrio entre saber lo que estás haciendo y, a la vez, resolver de manera práctica. Yo trabajo el aspecto mental para no pensar demasiado y funcionar de manera más automática", contó Podoroska en diálogo con el programa Lo Intempestivo, con Luciana Peker y Darío Sztajnszrajber.

En una charla que tocó tenis y también aspectos existenciales del deporte expresó: "Hay pensamientos que me llegan pero más afuera de la cancha. Adentro no porque tengo un entrenamiento. Cuando no juego muchas veces me pregunto por qué juego, para qué me entreno todos los días o por qué hago esto".

"No todos los partidos son iguales. Cuando pierdo suelo pensar que fue porque no hice todo lo que podía hacer. Tengo esa tendencia a pensar qué puedo mejorar para ganar el partido que perdí. En el tenis convivimos permanentemente con el error", manifestó Podoroska, quien este año completó el póker de haber jugado el cuadro principal de los cuatro torneos de Grand Slam.

"Entro a la cancha y pienso que le puedo ganar a cualquiera. El tenis es muy exigente. Ganás y al día siguiente volvés a jugar. Ganás dos torneos en el año y después casi siempre perdés. Es muy valiosa esa parte del tenis: te enseña a perder. Es un constante sobreponerse y volver a empezar, caerse y levantarse", destacó.

En lo que va de la temporada la número uno argentina, que actuará en el país la primera semana de noviembre en la reaparición de un torneo WTA en territorio nacional -el WTA 125 del Buenos Aires Lawn Tennis-, acumula 17 victorias y 19 derrotas, con los cuartos de final de Melbourne, la segunda ronda del Abierto de Australia y la segunda rueda del WTA 1000 de Miami como sus mejores resultados.

En una mirada que va más allá del tenis y todo lo que lo engloba, Podoroska reinvindicó el juego: "En el tenis nunca me aburrí pero sí me sucede mucho eso de dejar de disfrutar. En un momento hay muchas rutinas, aparece otro tipo de presiones, la mirada del resto. Muchas veces me olvido de que el tenis es un juego y trato de recuperar eso porque es así, es un juego. Recuerdo mucho a esa chica que jugaba horas y horas contra la pared y la vecina se quejaba por los golpes".

"Lo que más disfruto del tenis hoy, además de los viajes y la vida privilegiada que tenemos, es el crecimiento personal que una tiene que hacer para superarse adentro de la cancha. Soy una fanática del entrenamiento, practico durante horas, pero en este nivel hoy la diferencia entre ganar y perder tiene que ver más con la parte mental. Eso requiere un autoconocimiento que me parece muy interesante", sentenció.